ðHgeocities.com/area51/station/2598/ipar825.htmoocities.com/area51/station/2598/ipar825.htm.delayedxqÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ°ÆŸ91OKtext/htmlpáw5ó91ÿÿÿÿb‰.HMon, 18 May 1998 05:51:42 GMTMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *ÿpÕJ91 El Valle Maldito

EL VALLE MALDITO

   La mañana en el hayedo es aún más fría que su noche. El rocío con su velo húmedo, ha empapado a aquel que duerme entre las raíces del roble. Ipar bosteza, el día promete emociones y ha de encaminarse cuanto antes hacia el Norte.

  Cuando el Mercenario va a despertar a la Dama Guerrera se encuentra con que ésta ha partido ya. Ipar maldice por lo bajo a Sugar y Atarrabi; otra vez se la ha jugado, otra vez ha escapado. Sonja se ha ido llevándose algunos víveres que Ipar había regateado en Pompaelo...eso es lo de menos, pero se ha ido sin una triste despedida, sin decir adios.

    Resignado por lo que Mikelats le ha escrito en su destino, Ipar levanta el campamento tras desayunarse y adecentar sus cabellos en un riachuelo cercano. Ha olido su sobaco y comprende que el lavarse no desgasta por mucho que digan lo contrario.

    Siguiendo el sendero del hayedo, se encamina en un ligero trotar hacia el Norte, entrando en lo que denominan el Valle de los Agotes.

    Agoteland es una zona amplia que está inmediantamente antes de la Gran Cordillera en su parte más occidental. Pudo haber elegido pasarla por el reino de Andor, pues sabe que allí están los conocidos de Lady Baenre (lady Yogur), sin embargo las prisas y la certeza de que los de Moreded están inmediatamente detrás, le hicieron que optase por el mencionado valle maldito.

     El Valle Agote es verde y fértil, de grandes bosques y montes con nieblas perpetuas. Ipar repasa mentalmente lo que cuentan sobre los Agotes...las leyendas que ya oía a su madre, la condesa de Gernika, cuando era pequeño.

     Cuenta la leyenda que cuando el hijo del dios supremo fue juzgado por los humanos y condenado al sufrimiento de la tortura, hubo un hombre que se acercó a él y le clavó la lanza a la altura del pecho. Ese hombre fue maldito desde entonces; él y los suyos, de generación en generación serían apartados del resto de los humanos, despreciados, humillados, alejados. Los Agotes son una subraza de los pueblos norteños; primitivos y de facciones rudas. No se les permite salir de su valle (ni ellos están muy interesados en hacerlo) ni mezclarse con los otros humanos. Ipar jamás trató con ninguno de ellos...Sólo sabe las habladurías y las leyendas que se cuentan de esa Tierra.

     Sin embargo, el mito más extendido es el de la "Esmeralda del Baztán", una fabulosa gema que, según cuentan, custodian los Agotes venerándola como una divinidad. No son pocos los ladrones que se aventuraron por estos lares en su búsqueda, pero de ellos nada se ha vuelto a saber. Por ello es que los Agotes se muestran tan recelosos con los foráneos.

     Ipar conduce su caballo friamente mirando de izquierda a derecha con preocupación. Tiene la extraña sensación que desde que entró en territorio Agote, mil pares de ojos le oberservan desde la espesura. El Mercenario sabe que no es sólo una sensación; los pájaros han dejado de cantar, y ese extraño poder tan sólo lo tienen los humanos. Aparentando tranquilidad Ipar busca bajo su capa la empuñadura de su espada y se prepara para la emboscada, mas nada parece ocurrir. Tan sólo el murmullo del viento en las copas de los árboles y los cascos de su caballo sobre el camino.

     Ipar comprende que el pueblo Agote desea la tranquilidad, nada le ocurrirá si no se aparta del camino, si atraviesa sus tierras en paz. De repente un jinete viene cabalgando hacia él, la sorpresa es mayúscula cuando ve que se trata de la Dama Guerrera.

    - Lilith sea contigo Ipar! Ya ves, me adelanté un poco a fin de ver si había lacayos de tu amigo Moreded esperándonos en algún recodo del camino...

    - Voto a Sugar Sonja! Apareces y desapareces por capricho...Y no sólo eso, encima me robas la mitad de mis víveres.

    - Vamos Mercenario! Siempre estás renegando, tan sólo quise aligerar el peso de tu montura. ¿Ves? Trato de ayudarte y tú me lo agradeces insultando mi buena voluntad.

    - Tu voluntad es tan sospechosa como tus escapadas guerrera. Si vas a acompañarme será mejor que lo hagamos ya, estamos siendo observados...lo presiento. Cuanto antes salgamos de Agoteland mucho mejor para nosotros.

     Los dos jinetes reenprenden el camino. Sonja informa al mercenario que no ha vito a ningún Agote y que la salida del Valle está a media jornada a caballo, por el puerto de Otxondo. La dama guerrera parece estar feliz, ambos conversan animadamente.

    - Vamos Ipar, háblame sobre esos dioses vuestros...Sugar, Atarrabi, Mikelats...No sé cuales son los dioses vascos.

     Ipar sonríe bajo su capa roja.

   - Los vascos no tenemos dioses...al menos no en el sentido estricto que les concedeis en las Tierras Medias. Son númenes...seres que están en la naturaleza y que nos ayudan.

   - Númenes?

   - Sí, para nosotros la Luna, el Sol, las tormentas, el fuego...son los "dioses"...Fuerzas de la vida que están velando el mundo...Los demás son simplemente pequeños dioses o númenes.

    - Cómo Sugar y Atarrabi? Hay un dios supremo?

    - En realidad hay una diosa suprema...o numen suprema. Se trata de Mari, la dama del Anboto, ella es tan bella como piadosa. Ayuda a los pastores y desprecia la mentira. Se desplaza por el cielo en un carro de fuego, sus moradas están tanto en el monte Anboto como en Aizkorri. Dependiendo de dónde esté el tiempo es bueno o malo.

    - Ya veo...O sea que hay un matriarcado divino...

     Ipar suelta una carcajada.

    - En realidad la propia sociedad vasca está basada en el matriarcado. Casado con Mari está Sugar, y luego están sus dos hijos; Atarrabi y Mikelats. el uno bueno y el otro perverso. Aparte de ellos hay varios númenes más que obedecen a la Dama del anboto; el Basajaun o señor del bosque, el Gaueko o señor de la noche, las lamias que peinan sus cabellos junto a los ríos, las sorginak o brujas que adoran al macho cabrío o Akerbeltz en sus akelarres, los gentiles...Son muchos...

     Sonja se queda pensativa.

    - Y estos Agotes? Qué se suponen que son?

     Ipar replica mirando hacia atrás cautelosamente sobre su montura.

    - El mito Agote se fundamenta en intoxicaciones con la cultura mediterránea...Se mezcló cristianismo con los cultos vascos. Supongo que los Agotes no eran bien vistos y se inventó lo de la maldición para alejarles...y luego está el bulo ese de la Gema del Baztán. No creo en ello.

     Sonja sonríe con malicia.

    - No debes ser tan descreído Ipar, si el río suena es que agua trae.

     El sol avanza en su viaje fijado por la bóveda del cielo. Pronto llegarán a los confines del Valle Maldito. De pronto en un recodo ven que el camino está cortado por una haya que ha caído sobre el sendero. Ipar desciende del caballo mientras que Sonja pregunta nerviosa.

   - El viento? Puedes apartarlo?

     Ipar examina el tronco.

    - Este árbol no ha sido derribado accidentalmente...Alguien lo ha echado abajo con un hacha...

    Ipar comprende que han caído en una emboscada cuando al grito del irrintzi una cincuentena de Agotes les rodean saliendo de la espesura, apuntándoles con sus flechas y lanzas. Sus rostros son rudos, primitivos, en ellos se lee la furia. El Mercenario opta por dejar la espada en su vaina, sacarla significaría la muerte instantánea. Sonja es descabalgada de malas maneras.

     Se adelanta el que parece el jefe Agote, un humano de casi dos metros y poderosos músculos. Habla en un euskera rudimentario con una voz profunda y teñida de odio

    - Gure bihotz berdea lapurtu duzue (habeis robado nuestro corazón verde).

     Ipar no comprende a qué se refiere...Trata de explicarse.

    - Hago lasai...Iparraldera goaz, pakea gura dogu. Ez dakigu zertan zaudete (Tranquilizate...vamos hacia el Norte, queremos la paz. No sabemos de qué hablais)

     El cabecilla Agote registra a Ipar y Sonja. Esta protesta.

    - Quítame las manos de encima o vas tener que cosértelas con hilo cuando te las corte, patán.

    - Sonja, tranquilízate, se debe tartar de un error, cuando se den cuenta de que no hemos hecho nada nos dejarán partir.

    - Registrar??? A mi nadie me registra...Eh! Deja ese caballo, mamotreco!!!

     Uno de los agotes registra las alforjas del caballo de Sonja. La sorpresa se hace presente cuando extrae de ellas una preciosa gema; "La esmeralda del Baztan". El jefe Agote vuelve hablar ante un Ipar que está anonadado tanto por la sorpresa como por la belleza de la piedra preciosa.

    - Ez zarete ohorezko pertsonak...Aran honetan pakean bizi gara baina atzerritarrak, zuek bezalaxe, pakea hausten duzue. (No sois personas de honor...En este valle vivimos en paz, pero los extranjeros, como vosotros, rompeis esa paz).

    - Baina...itxoin...ez da gure errua izan...(pero esperad...no ha sido nuestro error). Sonja!!!! Robaste la gema! La has robado antes de que te volviese a encontrar esta mañana!

     Sonja se haya bastante furiosa para responder...Los agotes desarman a los dos guerreros y los atan. El futuro se les presenta de un color tan rojo como el del sol cuando se oculta tras las montañas en el atardecer...


Pd: Sugar, Mari, Atarrabi, Mikelats, las lamias...todos forman parte de la mitología vasca real. En uno de los campamentos que he hecho, recorriendo el norte de Euskal Herria, desde Bera de Bidasoa hasta Belagoa, al pasar por Elizondo (Valle del Baztán, al Norte de Navarra), nos contaron la leyenda de los Agotes. Los Agotes existieron hasta el siglo pasado, eran "diferentes" en el sentido de que sus rasgos físicos eran más primitivos e incluso se decía que eran unos retrasados. Se les prohibió mezclarse con la gente "normal" y vivían en sus propias comunidades. El primer agote, según la leyenda, fue el hijo del soldado romano que atravesó con una lanza a Jesucristo...Ficción y realidad se mezclan en las historias...Os puedo asegurar que en el Valle del Baztan la gente no es más diferente que en otros lugares, es más; es una zona preciosa y con unos hayedos maravillosos.

Itzuli