Capítulo XII El agujero negro

Esta es la pequeña historia de uno de los mac del sótano. El susodicho bicho, en un principio odiado por todos los miembros de la tabla se convirtió en un amigo y en un gran aliado en la cruzada contra la Apple.

Resulta que uno de los miembros, todavía no identificado, viendo que el trasto tenía una disquetera en la que ponía al lado con boli azul DD y un espacio al lado para otra disquetera procedió a quitar el protector de plástico de este segundo receptáculo y a marcar con letras rojas HD.

Allí llegaban los inocentes usuarios habituales de los mac armados con disquetes HD con el anagrama de la universidad comprados en el bazar al fantástico precio de 115 pesetas la unidad. Lo encendían y descubrían el Word, lo máximo que podían manejar con sus bastos (con b) conocimientos informáticos procedían a hacer ficheros sobre estupideces como prácticas de físicas, químicas y demás chorradas. Cuando creían haber terminado su felonía metían su carísimo disquete en la unidad HD y no oían como este se perdía en las vacías entrañas de la maquinita cachonda. Cuando querían grabar sus estupideces descubrían que no había ningun disco en ninguna unidad, por que la única del mac era la de doble que se encontraba vacía.

La historia solo tuvo un problema. Cuando los pardos iban a avisar al Pardo mayor (Pedro por más señas) iba un operador a abrir el ordenador y veía que no pasaba nada pero se encontraba con ocho o diez disquetes nuevecitos que, como no tenían nombre se adjudicaba.

Así, el tiempo que los operadores del sótano y demás indeseables dejaban de perder el tiempo en ir a comprar discos, lo utilizaban en molestar a los miembros de la tabla cuando mejor se lo estaban pasando en sus partiditas de tron y medina, pero eso es otra historia.

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