ciencia ficcion ooromona

libro quinto Ooromona INDICE. PRIMERA PARTE. LIBRO PRIMERO " STAR TIGER." Capítulo Página I. Ariel Trigena II. En el Ejército III. La Expedición LIBRO SEGUNDO. " YAKSUN ". I. Romance II. Bross LIBRO TERCERO " OLOR A YODO." I. El juicio II. Don Maluenda III. El nuevo mundo IV. El relato de Mashan V Fernando VI Mashan VII Reclutadores SEGUNDA PARTE LIBRO CUARTO " LA LETEA". I II III La Letea IV V LIBRO QUINTO " OOROMONA ". I Víctor II La Luna III En la Tierra IV Escaramuzas V Relato de Guerra LIBRO SEXTO " LA MIRROR ." I Maloom Warz II Mueldon 48 III Bross IV Definitivo desastre V El profesor Brown VI El Gravitor Brown VII Obion VIII Eloom IX La Tierra X La gran nave TERCERA PARTE LIBRO SEPTIMO " GUMBION 300 ". I Soy Gumbion 300 II El Gusondi III Árido IV Prieke "BROSSIANOS CONTRA LA EMPERATRIZ OOROMONA" Novela de Ciencia Ficción por Alfredo Francisco Humberto Juillet Frascara. Marzo 1988. "BROSSIANOS CONTRA LA EMPERATRIZ OOROMONA" AÑO 2098 CAPÍTULOS DE LA OBRA : I.- VÍCTOR ; AÑO 2098 II.- LA LUNA III.- EN LA TIERRA IV.- ESCARAMUZAS V.- RELATO DE GUERRA. CAPITULO I. VÍCTOR : AÑO 5.859 .- -"¡Víctor, me da miedo hacer esto!" -"No hay problema. Déjame a mí."- Respondió Víctor Hurtado a su mujer, Aída Yáñez, y continuó rellenando con Coca uno de los monos de peluche de su hijo pequeño. Eran bolivianos y tenían intención de viajar a Chile, en donde comercializarían la droga con el contacto habitual de Víctor Hurtado. Éste, que era de contextura gruesa, moreno, terminó de rellenar el "mono" y lo cosió, pinchándose varias veces. No se atrevía a pedirle a Aída que lo cosiera, temeroso de que ella se terminara por enfadar con lo que él hacía, y derramara el polvo en el piso... Al día siguiente, junto a su esposa y a su hijo de cuatro años, tomaba el tren y comenzaba el viaje hacia Arica, Chile, distante trescientos kilómetros de ese lugar. -"¡Esto será fácil!"- Le dijo a Aída, quien dormitaba a su lado. Aída, de pequeña estatura, rechoncha y de rostro oriental, nada dijo. Se había abandonado al fatalismo, que le era genéticamente cómodo. En los Aduanales funcionarios hicieron descender a los pasajeros con sus enseres y valijas , y fueron revisándoles lentamente. Al llegarle el turno a ellos, Víctor hizo pasar al niño al otro lado, pero el muñeco relleno quedó en poder de Aída, junto a dos maletas. El Oficial de Aduanas ,delgado y tostado por el sol, revisó el contenido de las maletas y luego cogió aquel muñeco de género. Lo palpó. Víctor sentía un terrible vacío en el estómago. El oficial le dio una mirada, y luego abrió el muñeco, dejando ver la bolsa con la blanca cocaína dentro ... -"¿Qué significa esto, Señor?"- Preguntó el funcionario. -"¡Ah, no lo sé! ¡Compré el muñeco para el chico en la ciudad de La Paz!"- Mintió Víctor. -"¡Ah, pero me tendrán que acompañar...los dos! ¡Carabinero!"- Llamó el oficial, provocando la expectación de los demás. Al día siguiente, Víctor fue interrogado y negó la participación en el caso del relleno de coca y el intento de contrabandearlo hacia Chile. Aída había sido dejada en libertad a pocas horas de detenida, ya que lloraba y gritaba por estar separada de su hijo, quien había quedado en custodia de unas damas de Carabineros... Por la tarde, Víctor pudo ver a su esposa, a través de una reja, y le dijo a su mujer : -"¡Llévate al niño de regreso a la casa! Falló este negocio, lo siento, Aída." Había tratado de seguir ganando dinero a través de la droga, creyendo así resolver sus necesidades... -"¡No importa, Víctor! Yo me iré con el niño. Acá nos han tratado bien. Me dieron dinero para el pasaje de regreso, porque vendí las valijas que traíamos a unos turistas. "- Habló ella, con tono apesadumbrado. -"¡Ah, qué mala suerte! Eran valijas caras. "- Comentó él. -"Iban con toda tu ropa."- Agregó Aída, mientras de sus ojos brotaban lágrimas gruesas. -"¡Ándate para la casa! Tendrás que trabajar tú sola. Yo volveré cuando pueda."- Murmuró el hombre. Sentía un nudo en la garganta al verla triste. -"¡Hasta pronto, Víctor! Te esperaré allá."- Anunció ella, mirándole fijamente. Víctor sintió una gran soledad, al verla partir con su hijo de cuatro años de la mano. El gendarme chileno le devolvió a la celda, que compartía con otros seis detenidos. Esperó allí tres días más, mientras los cargos seguían su curso burocrático. A los tres días obtuvo su condena : Tres años de reclusión. La vida en la cárcel fue dura, monótona. Víctor Hurtado conoció muchos casos delictivos, contados tristemente por otros reos. Al año de estar allí, hubo una condonación de penas por "buena conducta" a los que habían aprendido un oficio, y fue dejado libre, sabiendo ahora arreglar zapatos. Viajó hasta la bella ciudad de Arica, en donde contactó al Señor Augusto Pigarte. -"¿Qué desea Ud.?"- Inquirió Pigarte, al abrir la puerta de su moderna casa. -"¿Ya no me conoce? Vine dos veces antes, a dejarle unos paquetes desde La Paz."- Le aclaró Víctor. -"Pase."- Autorizó Augusto Pigarte, esbozando una sonrisa, porque pensaba que le traía más coca-"¡ Tome asiento! ¿Un refresco?" -"Nada, Don Augusto." -"¿Cómo que nada? ¿No tiene calor?" -"Calor sí tengo. Lo que no tengo es mercadería...me la quitaron hace un año, en el paso por la Aduana. Estuve preso todo este tiempo, y salí por buena conducta."- Informó Víctor, retorciéndose las manos. -"¡Y cómo se viene a mi casa! ¿Y si lo vienen siguiendo?"- Se alarmó Pigarte, poniéndose en pie, y mirando por la ventana ,desde la que se podía ver el tráfico de la calle. -"¡No se preocupe! Me vine a pie, y no me seguía nadie! " -"¡ Compadre : pone en peligro mi seguridad! Y más encima no trae nada..." -"Es que yo pensé que, como antes le vendí a Ud. buena mercadería, quizás Ud. podría prestarme plata para volver a mi país! Después puedo traerle buena mercadería y devolverle así el préstamo!"- Ofreció Víctor. -"¡No, no, no! ¡Yo no soy Banco de la Caridad! ¡ Yo estoy para hacer negocios! ¡Miren qué bueno! ¡Y ya es mejor que se vaya!"- Aulló Pigarte, y a sus gritos entraron al salón dos muchachos ,viniendo desde piezas interiores. -"¡Llévense al amigo a la calle!"- Gritó Pigarte, y los hombronazos sacaron a Víctor casi en el aire. Ya en la vereda, Víctor miró el cerrado portón de la verja, desolado. Había temido esto. El comprador no quería tratos con derrotados... Paseó por las calles, meditabundo. Esa noche debió dormir en una calle, tiritando de frío. Al día siguiente consiguió que le aceptaran como remero en una lancha de pesca artesanal, y con ellos estuvo trabajando seis meses, hasta reunir el dinero suficiente como para retornar a la ciudad de La Paz. El viaje lo efectuó en ferrocarril, y al llegar a la metrópolis prefirió irse a su morada a pie, caminando las empinadas calles emocionado. -"¡Aída!" -Llamó a su mujer, al verla lavando ropa ajena, en el patio. Ella dejó de restregar y levantó su cabeza, para mirarle con ojos incrédulos. -"¡Volví, Aída! ¡Soy Víctor!" - Le habló él, sin moverse del lugar, como incapaz de dar un paso. Ella corrió hacia el hombre, abrazándole fuertemente. Víctor sintió la humedad de sus manos mojadas en su espalda. A su vez, la abrazó, mientras le hablaba en voz baja, hasta que ella dijo:-"¡ Te esperaba! Sabía que venías. ¿Te soltaron hace tiempo, verdad ?" -"Sí, mujer, pero no podía volver sin dinero. Tuve que juntar dinero." -"¡Sabía que iba a ser así! Ya no me importa haber esperado tanto." Él preguntó: -"Y adónde está Martín?" -" Fue a la escuela, cerca de la Plaza. Volverá luego. Pero, entra a la casa. Te serviré algo." Dentro, ella le sirvió algo de sopa, y dijo:-" Voy a terminar de lavar. Tengo que secar la ropa; mañana vendrán a buscarla." Víctor quedó en la semipenumbra del cuarto, sentado ante la mesa. Por un ventanillo lograba ver a Aída, quien seguía lavando ropa. Víctor fue a su antigua cama, recostándose. Pronto se quedó dormido. -"¡Llegó tu padre!" -Avisó Aída al niño, cuando éste volvió de sus clases en el Colegio. Víctor se despertó, con las voces, y poniéndose en pie, salió fuera de la pieza. -"¿Cómo estás, Martín?"- Preguntó a su hijo, muy emocionado. -"¡Me saqué buena calificación en el colegio! La Profesora me dijo que voy muy adelantado!"- Anunció el niño, orgulloso de su desempeño escolar. Víctor le abrazó, besándole en la mejilla. Miró a Aída, quien lloraba. -"¡Me alegro por ti, Martín! He vuelto al hogar y ya no volveré a viajar nunca más. Trabajaré honradamente y tu madre y yo te cuidaremos."- Decidió el padre. Esa noche, tras un año de ausencia, Víctor dormía en su casa, acompañado de su mujer e hijo. Atrás habían quedado los Carabineros y Gendarmes, el agrio y egoísta Augusto Pigarte y aquellas multitudes de personas indiferentes... Al día siguiente, Víctor fue a buscar trabajo al centro de la ciudad de La Paz, hallándolo en un Restaurante. El dueño, un joven alto y esbelto, llamado Manuel Murgues, le dijo:-" ¡Mira, Víctor: acá tu sirves los platos que te den en la cocina, y te fijas bien de que nadie se vaya sin pagar. Yo estaré en la Caja, recibiendo el dinero. " -"¡Sí, Don Manuel!"- Repuso Víctor, contento . A la semana de trabajo, Manuel Murgues le pagó su salario y con ese dinero Aída pudo comprar mercaderías para guardar en la despensa y ropas para Víctor y el niño, que necesitaban urgentemente renovarlas. -"¡Don Manuel es muy bueno! Me trata bien y paga lo que corresponde."- Comentó el hombre. -"¡Tú pórtate bien!"- Pidió Aída. -"¡Claro!"- Se puso serio Víctor, mírándola . Ella parecía contenta, de ver tanta buena suerte ir llegando a su hogar... Días después, Manuel Murgues dijo a Víctor:-" Mira, ¡que raro es el cliente de la mesa Nº 4 !" Víctor, que ya lo había notado, comentó:-" Pidió un plato de sopa y uno de porotos. Come lento. Está hace ya media hora en el plato de sopa!" El tipo en cuestión era alto, grueso, y llevaba puestos unos lentes oscuros. Su tez era verdosa. Vestía un traje caro, y usaba corbata. Sus manos estaban enfundadas en guantes claros y parecían demasiado grandes. Víctor siguió atendiendo a la clientela de la noche. A las veintidós horas ya se iban los últimos y sólo quedaba el grandullón, quien terminaba ya su plato de porotos. -"¡Mozo tráigame la cuenta!"- Habló, y su voz era chirreante y profunda. Manuel, que no le despegaba la mirada, le pasó prontamente a Víctor la boleta de cobro, que ya tenía confeccionada desde hacía una hora . El comensal leyó en el papel, y luego fue a sacar su billetera ,pero pasó a llevar sus lentes, y éstos cayeron al piso. -"¡Ah!"- Gritó Víctor al ver aquellos ojos redondos y protuberantes, rodeados de una membrana sanguinolenta... -"¡Recógeme los lentes!"- Dijo el hombronazo, poniéndose de pie. Víctor se los pasó, y el cliente afirmó:-"¡ No has visto nada! ¿Entendiste?" -"¡Sí, caballero!"- Silabeó Víctor, asombrado. El comensal pagó rápidamente y se fue con paso ágil. -"¡Puf! ¡Ése sí que parecía extraterrestre!"- Comentó el dueño del restaurante, mientras apagaba las luces, para irse a casa. Víctor nada respondió, aterrado aún por el recuerdo de aquellos dos ojos de sapo fijos en él... Mientras tanto, el hombronazo subía a un vehículo de alquiler, dándole como meta del viaje el aeropuerto local. La gravedad del planeta actuaba contra su organismo, apretándolo hacia el suelo, pero con un poco de esfuerzo lograba soportarlo. Pensaba que aquello de los lentes había sido un descuido sin importancia, pero que debería tener más cuidados en lo sucesivo. Abordó el aeroplano para el que había reservado pasaje un día antes, y la azafata le indicó cuál sería su asiento para la travesía; se acomodó, cerrando los ojos, para dormir, y sin sacarse aquellos lentes oscuros, que le permitían ocultar aquellos ojos ajenos a la raza humana. Sintió despegar el aeroplano, y pronto sólo el zumbido de los motores y las conversaciones en voz baja se dejaban oír. Debería entregar los informes que llevaba en el microfilm ; quedaría libre para cumplir otra misión. Tiempo después, el avión terminó su largo y tedioso viaje, y el extraño salió del terminal aéreo, y en un taxi se dirigió hasta un edificio, en las afueras de Cochabamba. Antes de pulsar el timbre de la puerta a uno de los departamentos del inmueble, sabía que ya estaba identificado por el personal que trabajaba allí, ya que el sistema de detección usado era capaz de detectarle a tres kilómetros a la redonda. Le abrieron la puerta. Una persona de gafas oscuras le saludó, invitándolo a pasar hasta un salón, oscurecido por las cortinas corridas. Tres otros seres se hallaban allí reunidos. -"¡Informe, Knamag!"- Ordenó uno de ellos, y en sus manos tenía un aparato grabador funcionando. -"Se me comisionó para investigar actividades anormales en la ciudad de La Paz , específicamente Brossianas. Puedo afirmar de que hay brossianos en cuatro lugares principales: Guadalquivir Nº 420 ; en la Avda. Libertador Nº 4980 ; en la calle Lavalle Nº 128 y en Río Bueno Nº 3215. "La central está en calle Lavalle, disponiendo de una Puerta Des- Integrante ,por la que hay un flujo impresionante tanto de inmigrantes como de emigrantes. Los demás inmuebles son de alojamiento y administración." -"¿Sospechan estar siendo observados?" -"Saben de nosotros. Cogieron a Nosxalt y a Avaumanto, cuando ya casi colocaban una bomba en Lavalle Nº 128." -"¡Malditos!"- Rechinó uno de los allí presentes. -"¿Qué medidas sugiere Ud. que tomemos, Agente Anamag?" -"¡Destrucción simultánea de esas bases ! Cada día que pasa los vínculos entre terrestres y brossianos se hacen más fuertes."- Recomendó Anamag enfáticamente. -" Mañana ultimaremos los detalles ,luego de que estudiemos el microfilm que nos ha traído."- Dictaminó el jefe de Anamag. Horas después, Anamag pasaba al cuarto de relajación, en donde se sacó el disfraz de ser humano y aquellas ridículas ropas que se usaban en la Tierra. Se dio un largo baño de jalea viscosa, engrasando así debidamente su exoesqueleto quitinoso. ( Porque su raza, llamada "Nochenta" , pertenecía al inmenso Orden de los Insectos.) Al amanecer arribaron otros seis integrantes de la Misión Nochenta en Bolivia, y poco después escuchaban al Comandante Unorturlos decir: - " ¡Insectos! ¡Atacaremos a los brossianos en este glorioso día! ¡Acabaremos con su estorbosa presencia en la Tierra! ¡Haremos volar sus guaridas! ¡Viva la Emperatriz Ooromona!" -"¡Viva su oviscapto!" - Corearon los demás Nochenta , en idioma nativo, lo cual semejó un gran chirrido de goznes oxidados... En un furgón fueron llevados hasta un aeropuerto civil, en donde subieron a seis aviones bimotor con destino a La Paz. Los campesinos que vieron pasar la formación por sobre sus cabezas comenzaron a temer un golpe militar en contra del gobierno... -"¡Estos aviones modificados darán buena cuenta de ellos! Les lanzaremos bombas teleguiadas; las dejaremos caer por la compuerta de carga."- Avisó Unorturlos. -"Posterior a eso, aterrizaremos y avanzaremos contra el enemigo en camiones. Nos haremos pasar por soldados; los verdaderos no tendrán el tiempo suficiente como para detenernos."- Habló Org. -"¿Usaremos fusiles terrestres?"- Preguntó Anamag. -"No; usaremos balas guiadas térmicamente. No dejaremos un Brossiano vivo."- Informó Org. La ciudad de La Paz pareció brotar tras una cadena de altos cerros. Su figura chata y esparcida entre las laderas de los montes semejaba un milagro, entre tanta desnudez de roca. -"El radar está guiando a los aeroplanos. ¡Vayamos a lanzar las bombas!"- Ordenó Org. En todos los aviones se abrieron las compuertas y por las aberturas comenzaron a caer las ahusadas bombas, que se fueron volando rectamente hacia sus diferentes blancos, dirigidas por cortas aletas en sus popas. -"¡Miren: ya están explotando sobre los blancos brossianos!"- Se alegró Anamag. Una verdadera erupción de fuego se desencadenaba allá abajo, al reventar las numerosas bombas en los cuatro reductos de Bross detectados. Los aviones, girando rápidamente, se dirigieron al aeropuerto de La Paz, aterrizando ordenadamente. -"¡Rápido, a los camiones!"- Apuraba el Jefe Unorturlos, mientras los trescientos seres se apresuraban bajo su aviesa mirada de insecto. Los camiones estaban colocados a la berma de la pista de aterrizaje, tripulados por nochentas. Pronto estuvieron rodando hacia los cuatro blancos bombardeados. Anamag, el agente secreto culpable de todo ello, iba en el camión que se dirigió a Lavalle Nº 128. Antes de llegar allí las calles estaban intransitables, por culpa de los escombros. -"¡Abajo!"- Gritó el jefe Unorturlos, dando el ejemplo. Pronto, cien nochentas, disfrazados de soldados bolivianos, revisaban los escombros, alejados aún del edificio, que ardía furiosamente, junto a los adyacentes. Dos horas estuvieron allí, tratando de recuperar algún artefacto brossiano, pero les fue imposible, pues las llamas y el calor derritieron todo excepto las piedras. Después, los Bomberos comenzaron su labor, y por tres días estuvieron combatiendo aquel gran incendio. En su propia base en La Paz, el jefe Unorturlos recibía los informes que le traían sus subordinados , los cuales actuaban en el mencionado sector, disfrazados de bomberos o guardias. -"¡Nada recuperable, ni trazas del Des - Integrador, nada de nada!"- Chirriaba Unorturlos. -"¡Deben haber tenido bombas auto destructoras, pues en los otros refugios el incendio no se presentó tan violento!"- Opino Org, el segundo Jefe. &&&&& CAPITULO II. "LA LUNA. " Todo era silencio en la inmensa noche lunar. Sobre ellos podían admirar la silueta de la Tierra envuelta en una especie de neblina azulado- verdosa. Una extraña emoción los embargó. -"¡Era posible hacerlo! Un delicado ajuste, y hemos llegado directamente desde Bross a la Luna!"- Informó el Bundolo Marengo a su auditorio, compuesto por dieciocho personas, entre hombres y mujeres , todos enfundados en trajes estancos. -"¡Pido un aplauso para quien ha hecho este logro: el científico Sraadumen, aquí presente!"- Solicitó el científico Lorikor Perentes. Todos aplaudieron ,pero fue más bien un acto simbólico, ya que el ruido de las palmas no se propagó en el vacío . Contemplaron algunos momentos más el hermoso panorama . El Bundolo Marengo agregó:- " Disponemos deenviaba algo. Aparecieron en la cápsula de ingreso tres yaksunes sonrientes, vestidos con aislantes. Se abrió la esclusa, y emergieron ante el profesor . ¡"Éxito!"- Dijo uno de los recién llegado.-" Recibimos sus dos cajas hace pocos segundos. Somos los Bundolo Magenta, Sorpicor y Tenebris...¡Qué hermosa vista tienen aquí! Las estrellas brillan esplendorosas...el Sol amarillo refulge..." -"Recuerde que nuestras bases en la Tierra han sido destruidas, Bundolo Magenta. Sus frases poéticas parecen olvidar a nuestros mártires."- Bufó el Bundolo Marengo. -"Hay una buena noticia: nos queda la Base de Santiago. "- Comunicó Magenta, enrojeciendo el rostro, al recibir la crítica. -"Con esta Base en la Luna tendremos cierta tranquilidad en el manejo de nuestras acciones."- Comentó Sraadumen. La yaksuna Luana Delgareno se retiró a un extremo, afectada por el recuerdo de su hermano fallecido tras el ataque de los "Nochenta" , siendo consolada por Meron Aligara: -" Ya se te pasará la pena, Luana. Los dolores del corazón los cura el tiempo." -"¡Vete! No necesito tus consejos."- Le respondió la espigada Yaksun. -"¡Sólo lo decía por ayudarte! Tú sabes que te quiero para bien. Sé que no es el momento mejor para pedírtelo, pero quisiera que fueras pensando en que una joven como tú, sin parientes cercanos ya, necesita de un buen apoyo. Y yo puedo dártelo, si te casas conmigo." -"¡Ya te lo he dicho antes : mi respuesta es no! No me gustas, y por favor, déjame tranquila."- Le pidió la bella joven. -"Siempre estaré cerca tuyo, recuérdalo. Sé que ahora piensas así, porque estás dolida por la muerte de tu hermano."- Afirmó Meron, y como Luana no le hablara más, se reintegró al grupo de Sraadumen. Todo esto no pasó desapercibido para Lorikor Perentes, quien se acercó al técnico y le dijo:- "Espe Resto, vendo derechos de autor. Pasada al limpio con PC Epson Action 3000; martes 3 de Octubre de 1995. Alfredo Francisco Humberto Juillet Frascara. 113.811 caracteres. 31 páginas.Toda contribucion voluntaria enviemela a Santos Dumont 730, Santiago de Chile.-(Pero no mandaron nada en 7 años!Se pasaron de C.y eso que era todo el cuento! C.).

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