Parte I
LA ESTRATEGIA DE LANZAMIENTO
50 AÑOS DEL FENÓMENO OVNI
Un amigo en televisión, una carta, una fecha
Los dos años transcurridos desde la carta
abierta de febrero de 1995, hasta mi presentación televisiva clave,
me habían mantenido ignorado por el mundo, salvo unos cuantos oyentes
de radio y alguna cosa más. Pero mi irrupción a través
de uno de los canales de televisión más importantes de la
Argentina, me llevaría a público conocimiento en todo el
país y un poco más allá. Había un programa
con mi invitación en carpeta, a lo cual había que buscarle
fecha. Y la fecha ideal dentro de mi estrategia, era la que todo el mundo
ufológico aguardaba para distintas conmemoraciones, recordando el
primer hecho de la casuística, en 1947. Publicaría entonces,
una carta abierta al presidente de la Nación Argentina, que tenía
escrita desde varios meses atrás. Esperaba que ella lograra repercusión
a través de los medios que la hicieran pública.
El programa en cuestión, tenía en
la producción a mi amigo Alejandro Agostinelli, aquel "inquisidor"
de sus entusiastas tiempos en el CAIRP. Él tenía en mente,
desde hacía bastante, alguna aparición espectacular del comandante
extraterrestre. Aquel perseguidor de sectas ovni que conociera seis años
atrás era, desde no mucho después, este ni tan escéptico
ni tan ofensivo investigador de pseudociencia y de personajes con experiencias
místicas o cósmicas. Aquél que, por ser amigo, al
igual que Silletta, con quien también tuve cierta alianza pragmática,
me había hecho darles motivo de malas apreciaciones a algunos, por
"la gente con que me juntaba". Y yo les decía: "van a ver a Agostinelli,
cómo va a terminar ayudando a que se divulgue todo lo que atacaba".
Escribiendo para La Prensa, Conozca Más, Descubrir, etc.,
si bien con sus inevitables toques de humor o enfoques que dejaban como
poco serias a personas y situaciones, estaba, de alguna manera, consiguiendo
que ciertos temas se divulgaran. Le he dicho, un poco en broma y un poco
en serio, que cuando él era un extraterrestre, vino ya preparado
con la misión de no creer en nada, refutar estos temas, ganar, así,
espacios en los medios que necesitan refutadores, y ya una vez adentro,
tendría fama y autoridad para hacer notas y organizar programas
con agentes extraterrestres encubiertos como él, y darlos a conocer,
sin saber que él, en su aparente escepticismo, estaría coactuando
con compañeros de misión o agentes de otras misiones. Entre
ellos, Clomro.
El programa
El 24 de junio de 1997 se cumplía el cincuentenario
del fenómeno ovni. En la Argentina, salvo unas pocas revistas (que
ya estaban en la calle ese mes o esa semana), con tapas alusivas al tema,
no hubo cobertura por parte de los medios. En los principales canales
del país, sólo un programa estaría dedicado a conmemorar
lo sucedido medio siglo atrás. Un programa de debates en América
TV Canal 2, de La Plata, llamado "Frente a frente", que iba de lunes a
viernes de 16.00 a 17.00, con unos cinco puntos de rating, lo cual no era
poco. Por supuesto que el organizador del asunto, no podía ser otro
que Alejandro Agostinelli. Con cuarenta opinantes, principalmente ufólogos,
contactados y refutadores, como el tema de la fecha sería "extraterrestres
entre nosotros", el invitado principal no podía ser otro que uno
de esos extraterrestres "entre ustedes"... y allí estuve.
Vestido de guerrillero, con pasamontañas
al estilo zapatista, y anteojos al estilo Terminator o algo así,
no parecía extraterrestre en absoluto, ni pretendía parecerlo.
El enmascaramiento pretendía evitar que me conocieran. El uniforme
me presentaba como combatiente; un comandante pero... ¿extraterrestre
o humano?, ¿en qué plano era mi comandancia y mi combate?,
¿contra quiénes, extraterrestres o humanos, era mi lucha?
Ésos y otros interrogantes surgirían o no a partir de mi
insólita forma de presentarme (el relato de lo sucedido y la repercusión
que tuvo en otros programas y medios donde se habló del "comandante
extraterrestre", puede consultarse la Subsección PROGRAMAS del Informe
C-2 (DIFUSIÓN)..
Como cierre del programa, mostré un videocassette
y un sobre conteniendo un mensaje al presidente de la nación, cuyas
copias comenté haber enviado a casi toda la prensa del país
esa madrugada. Con el transcurso de los días, fue sorprendente comprobar
que dicho mensaje no fue publicado -que yo supiera- en ninguna parte. Llevado
a diarios, revistas, radios, canales, agencias noticiosas... juzgue el
lector por qué cayó bajo la tijera (ver en Informe C-2, Subsección
CARTAS).
Parte II
LANZAMIENTO CUMPLIDO
LOGROS Y PERSPECTIVAS
Qué podía y qué no podía esperarse
Los logros de una propuesta como la que hice,
no deben ser medidos con los mismos parámetros con los que se mide
lo que logran los ufólogos y los que pertenecen al contactismo,
ya sean éstos contactados o adeptos a ellos. La medida del ufólogo
es su grado de seriedad y de fundamentación, la medida del contactado
es el grado de credibilidad que inspira, y la medida del adepto es el grado
de fanatismo con que reproduce lo que recibió del contactado. De
los ufólogos, lo que yo proponía difería por mi intencional
falta de seriedad. De los contactados, buscadores de creyentes, lo mío
era diferente hasta en mi frase "nadie tendría que creerme", que
pronuncié cuando dos personas en el programa manifestaron sentir
que yo verdaderamente soy extraterrestre. Y a diferencia de los adeptos
a los contactados, mi falta de fanatismo con lo que pudiera venir de mensajeros
extraterrestres, fue observable en mis declaraciones sobre los extraterrestres
que siempre dicen ser "buenitos" y "de la luz".
Entonces, ¿qué podía yo lograr
con una propuesta sin seriedad, que no buscaba creyentes y que no encajaba
con las líneas habituales de fanatismo idolátrico a los ET?
Que en medio de un debate con cuatro decenas de personas, se estableciera
la verdad o no de mis argumentos, nunca podría ser la idea; estos
programas no llevan a conclusiones finales. Que quedara el suspenso, no
necesitaba ser un propósito, porque eso siempre sucede. Que el pelotón
de fusilamiento personificado por los refutadores que estarían presentes,
no consiguiera aniquilarme ante las cámaras debido a mis hábiles
réplicas posibles, era un logro seguro, así que no tenía
por qué buscar lo que las experiencias con debates en radio me aseguraban.
Que este lanzamiento televisivo me permitiera materializar de una vez,
la idea que traía desde una década atrás, de poner
en acción a un personaje extraterrestre que mezclara ficción
y realidad para hablar de realidades, era el propósito más
concreto, con vista a los pasos siguientes. Cuáles serían
los pasos siguientes, era prematuro definirlo; ya se irían presentando,
y sobre la marcha se trazarían las perspectivas.
Ir o no ir a otros programas
Lo más probable era que empezaran a invitarme
de otros programas, y entonces tendría oportunidad de ir diciendo,
progresivamente, un poco en cada aparición, todo lo que tenía
para decir. Era seguro que nunca llegaría a existir el programa
con tiempo suficiente para decir todo y público suficiente para
que el mundo se enterara de mi mensaje de la noche a la mañana.
Las perspectivas consistían en sucesivas apariciones en distintos
medios, en un progresivo trabajo cuyos tiempos serían imposibles
de medir. Si en unas semanas o meses en todo el mundo se estaría
hablando de mí, o si en varios años no conseguiría
la difusión necesaria para que se enteraran a fondo del mensaje
cósmico ni siquiera los argentinos, era imprevisible.
Una de las formas seguras de hacer que todo el país
se enterara, y que en otros países se supiera también de
mi existencia, consistía en ir a todo programa posible, ofreciéndome
(como nuevo y curioso "artículo" capaz de captar la atención,
sería rating seguro para cualquier programa). Si tantos personajes
"de moda" (narcos, drogadictos, prostitutas, travestis, transexuales, vedettes,
y otros) se la pasaban yendo de programa en programa, y eso tenía
público, ¿por qué yo no? Pero no fue así. A
lo sumo iban a darme quince días en los que iban a convertirme en
estrella, para después no volver a interesarse por mi presencia
cuando se hubieran encargado de cansar a la gente con mis apariciones.
Los programas humorísticos estaban aprovechando el tema para hacer
que la gente se riera, y era mejor dejarlos llegar hasta donde pudieran,
desapareciendo de la escena, para luego reaparecer cuando del tema se hubiera
dejado de hablar tanto.
Reaparición
Así fue como, recién tres meses más
tarde, Agostinelli consideró que sería el momento adecuado
para un segundo programa conmigo en "Frente a frente". Semanas después
de la decisión, promediando octubre, se hizo el programa -que esta
vez sería grabado-, y se pasó a mediados de noviembre. Agostinelli
lograría su objetivo de presentar en un momento adecuado, un tema
más entre tantos que manejó en la producción del programa,
y yo lograría reafirmar mi presencia en los medios -que ya parecía
diluida-, demostrando que mi estilo no es repetitivo, sino esporádico
e imprevisible.
Le comenté a Agostinelli antes de que estuviera
decidida la fecha, que yo había soñado que sería el
17 de octubre y le dije en qué lugar iba yo a estar sentado. No
supe al final si fue por coincidencia que la producción decidió
hacer el programa el 17, o si Agostinelli propuso esa fecha a propósito
para que se cumpliera lo del sueño. Pero sí fue a propósito
que me hiciera sentar en el lugar donde había soñado, así
las cosas saldrían como en el sueño. Como fuere, la premonición
se cumplió.
Visto en Chile por cable, el programa hizo que esa
misma semana me llamaran de Megavisión, y me hicieron viajar urgente
para un programa del prestigioso animador Julio Videla. Ese viaje me abriría
un panorama más amplio de mi proyecto de difusión, más
allá de la Argentina. A partir del cual, visto que en el extranjero
hubo quien se interesó en mi presencia -lo cual, durante meses,
no había sucedido por parte de programas de Buenos Aires- me hizo
pensar en aquello de no ser profeta en su tierra, y de que mejor sería
irse a otra parte con la propuesta. Por lo tanto, a falta de logros en
la televisión argentina, podría intentarlos más lejos.
Balance
¿Qué logré en la Argentina?
Decir que, sumado a mis dos presentaciones, todo lo que se habló
de mí en otros programas y en medios gráficos, hizo que de
mi existencia supieron quizá de 5 de cada 10 argentinos, no es relevante,
porque lo que supieron no fue ni lo suficiente, ni lo adecuado para el
éxito en la divulgación de un mensaje extraterrestre. Pero
si consideramos que la transmisión no se agotaba en un par de programas,
sino que recién empezaba por allí, y que sus efectos podrían
ser a largo plazo, quizá los logros deban medirse a futuro. Vuelva
o no vuelva a la televisión argentina, muchos de los que me vieron
aquella vez, con información sobre mí se van a seguir encontrando
como a veces encuentran en Internet, en fotocopias que circulan o en comentarios
de gente que está más al tanto de mis cosas.
Otra cosa que seguramente sucedería si yo
quisiera aparecer en la TV argentina otra vez, es que muchos productores
y conductores de programas se interesarían en mi presencia, por
el sólo hecho de haber sido conocido en un momento dado. Lo cual
pude ser considerado otro de los logros de aquella presentación
del 24 de junio de 1997.
Otro logro fue -programa en Chile mediante- pensar
con mentalidad expansiva a nivel mundial, al percibir que las fronteras
nacionales eran demasiado limitativas para la posibilidad de movimiento
internacional que en Megavisión comprobé que yo había
comenzado. No bien me propuse salir a recorrer países, me encontré
con que Internet -medio al que hasta entonces yo era absolutamente ajeno-
me permitía llegar lejos a bajo costo y sin moverme de casa. Una
vez que se me conociera lo suficiente en otros países, ya podría
viajar a ellos y emprender operaciones de difusión en los medios
de cada país, y presentándome ante auditorios. Mientras tanto,
mis deseos de actividad pública en la Argentina decrecían
en proporción a mis crecientes perspectivas de emigrar. La tarea
internética con mis páginas web, con e-mails y chats, iría
a prolongarse por un par de años, hasta que emprendí la partida
al país donde me fue manifestado el interés más concreto
en el mensaje que yo estaba difundiendo, y en mi persona.
Una vez en ese país (México), seguiría
más dedicado a Internet que a presentaciones públicas, procurando
evitar fama excesiva sin antes dar unos pasos previos necesarios para que
el personaje encapuchado -en tierra zapatista- no se prestara para malentendidos.
Rechacé una invitación a un programa muy visto en el país,
donde pondrían escépticos a refutarme y donde me darían
unos cinco o diez minutos. Les dije que esa clase de televisión
no logra claridad en el público, que eso no sirve a mis fines, que
yo no me someto al juicio de unos escépticos que no son nadie para
refutar lo que digo.
Dejé pasar unos meses, y me invitaron en
otros programas donde sí podría decir lo suficiente, fui
y lo dije. Programas no con audiencia nacional, sino a nivel estatal en
la región central del país. Lugar donde apliqué mi
estrategia de no saturar al público, desapareciendo poco después
de haber aparecido. Cosa muy extraterrestre, por cierto.
Logros, y perspectivas, entonces, derivados de aquel
lanzamiento en América TV Canal 2 de La Plata, hubo en ciertos aspectos
menos de lo previsto, y en ciertos otros más de lo calculado. Pero
de lo que estoy seguro es de que lo previsto no cumplido, terminará
siendo poco trascendente comparado con lo que se está cumpliendo
y termine por cumplirse. De no haber existido ese programa, ignoro si más
adelante hubiera hecho las cosas como las hice desde esa ocasión
en que inicié la fase más intensiva de la cuestión
"Comandante Clomro". Ese programa activó muchísimas cosas
que ni siquiera estaban en preparación; ya no podría hacer
largas pausas en la actividad como en los dos años anteriores con
mis presentaciones en FM, porque desde mi lanzamiento en "Frente a frente"
habrían responsabilidades mayores que exigían más
acción que nunca, y esta acción requeriría ser dirigida
por una más amplia visión de mis posibilidades inmediatas
y más futuras. Por lo tanto, el logro más importante de haber
estado allí, fue la ampliación de mis perspectivas.
Una cosa que debería dejar bien claro en
todo momento, a cada paso, es que el mensaje cósmico que difundo
tiene una historia, y que haberlo recibido tuvo un contexto de hechos prehistóricos
a mi historia personal que hasta aquí he relatado. Esto es algo
decisivo para cualquier logro y perspectiva en mi camino, porque la gente
quiere y debe saber de dónde salió todo esto que transmito,
y qué fue lo que hizo que yo sea lo que soy, y esté donde
estoy, haciendo lo que hago.
Capítulo V LA PREHISTORIA DE MI HISTORIA PERSONAL Y LA HISTORIA DE MI CONOCIMIENTO DEL MENSAJE CÓSMICO |
Capítulo III ANTECEDENTES CERCANOS DE MI APARICIÓN PÚBLICA COMO EXTRATERRESTRE |
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