Si has visto la película, cuéntame que te ha parecido,
mándamelo en un mail y pondré aquí tu opinión.
Pablo Rubio
pablorubio@hispavista.com
14 Diciembre 1999
[...] Expediente X me ha parecido una película inteligente, muy inteligente.
Hay
películas que sobrepasan el listón de la normalidad gracias a la
innovación,
el atrevimiento, la poesía, el no-sé-qué místico que las rodea, pero
hay otras
que destacan gracias al tremendo trabajo cerebral sobre el que están
asentadas. Son más fruto de estrategia que de arte propiamente dicho.
Pero no
por ello dejan de ser menos buenas o me dejan de gustar. Expediente X
me ha
gustado como parte del público y como aficionado a escribir historias.
Por un
lado es buena, por el otro sencillamente matemática, puro cálculo.
Admiro, en primer lugar la forma tan ordenada y depurada de su
presentación.
Si alguien no ha visto nunca ni un sólo episodio de la serie, dudo que
pierda
el hilo de quienes son Mulder y Scully gracias a la escena de la azotea
del
edificio de Dallas previas a la explosión. Una secuencia en la que
debería
contarse tantos detalles que podría ser un auténtico calvario tanto
para
iniciados como novatos se transforma, gracias al empleo de una astuta
autoparodia en el diálogo entre los dos personajes, en un escena
agilísima,
resuelta en poco tiempo y que sirve por sí sola como presentación.
Me fascina la primera secuencia del film, esa a la que todo el mundo
encuentra
parecidos (2001, En busca del fuego, Alien,...) pero que a mí me parece
buena,
se parezca a lo que se parezca. Sobre todo el plano en el que los niños
huyen
al ver como su compañero es poseído por el cáncer negro. Lá cámara se
eleva,
saliedo de la gruta mostrando que el desierto del plano inicial es
ahora un
desierto y que una ciudad se asienta donde antes sólo existía nieve.
Una forma
sutil de decir que el peligro que antes era remoto, ahora lo tenemos a
un
palmo de nuestro trasero.
Me encanta la primera escena de Mulder en el bar, en la que explica su
postura
ante el mundo a través de un monólogo de borrachín. Y me encanta mucho
más la
primera conversación entre Mulder y el personaje de Martin Landau, los
dos
meando en el callejón (Mulder sobre un cartel de Independence Day). La
persecución de los helicópteros negros en el maizal es buena. La escena
del
beso es parte de esa lógica aritmética de la que antes hablaba.
La pena es la escena de la Antartida. Era el hipotético punto álgido de
la
trama, pero no pasa de ser una escena típica de "entrar de estranquis y
salir
por patas". Aquí el cálculo flaquea. Lástima que fallase la cosa justo
aquí
porque era donde hacía más falta toda la fuerza que se derrocha en
todas y
cada una de las secuencias previas.
En cuanto al final... lo mismo que el resto de la película. Mulder ve
un ovni
y Scully no, no se llegan a besar, reabren los expedientes X y
desaparece el
personaje de Landau. Resultado: el mismo que antes de empezar la
historia. Se
pueden hacer tres o cuatro partes sin problemas de quemar la historia
porque
de hecho... no se ha avanzado ni medio milímetro ni para delante ni
para
detrás. En fin, por eso digo que es una película inteligente. Está tan
calculada que resulta difícil que no te caiga bien.
Por cierto, me encanta el plano de la última secuencia en el que se ve
la
sombra del helicóptero proyectada sobre las dunas del desierto. Valé
más ese
plano que todo ese ejercicio de pedantería llamado "El paciente
inglés", donde
hay sobredosis de planos así.
Elena Carrascosa
mrayon@equipodrac.es
01 Mayo 1999
[...] Creo que la pelicula es la mejor del año y que
deberian haberse estirado un poco mas con ese beso...
despues de cuatro años de romance.
Volver a página principal de
Expediente X Enfréntate al Futuro
http://www.oocities.org/Area51/Dimension/8657
isharayar@yahoo.com
|
|