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La vía chamánica de Don Juan-Castaneda
Los pinches tiranos y la importancia personal
Por Carlos Velasco Montes, publicado en el sitio
Terra Mistica, febrero 2003.
Tuve noticias del trabajo del antropólogo don Carlos Castaneda en el año 1974
cuando el buque en que yo navegaba, el Mount Eden, arribó al puerto de Nueva
Orleans. Entré en una de las mejores librerías de esa histórica ciudad y le hablé al
dependiente de mis inquietudes, quien me ofreció el libro Las enseñanzas de don
Juan, era el primer libro de antropología de campo de Castaneda. Después de este
libro, escribiría otros cuantos más.
La obra de Castaneda apareció en España en los años setenta, fue muy bien
recibida. Sigue teniendo un buen puñado de seguidores.
El chamanismo mesoamericano que practicaba don Juan Matus, recogido por
Carlos Castaneda, es un sistema de prácticas que facilitan el acceso a una realidad
aparte. Algunos de los elementos de esta vía del guerrero son: la figura del
chamán o guía, las realidades ordinaria y aparte, el tonal y el nagual. El trabajo
con el ego, los pinches tiranos, la importancia personal, la cháchara mental, el
desapego. Los niveles de atención, la voluntad del guerrero, los no-haceres, la
impecabilidad, el arte del acecho, la intención, el punto de encaje, el ensueño. Las
emanaciones del Águila y los campos energéticos, etc.
Trabajar con los pinches tiranos es el refinamiento del arte del acecho.
Los pinches tiranos son aquellas personas que nos aguijonean en nuestra
importancia personal. Es un torturador, alguien que le hace la vida imposible al
guerrero, también tiene el poder de acabar con él. Cualquiera puede ser un pinche
tirano para nosotros. Don Juan dice que el guerrero que se encuentra con un
pinche tirano es afortunado, y si no lo encuentra, tiene que ir a buscarlo.
Cada uno tiene su particular pinche tirano, bien sea persona o situación adversa
contraria a la propia voluntad, especialmente aquellas en las que el ego se siente
afectado y amenazado. Situaciones de maltrato, ofensa, humillación, etc.
El pinche tirano nos hace de espejo de nuestra importancia personal, podemos ver
todo aquello que nos hace daño, pero no queremos desapegarnos de ello. El
pinche tirano nos hace de resonador de los elementos negativos de uno mismo.
Proyectamos nuestros problemas sobre los pinches, los cuales reflejan nuestros
propios conflictos.
El problema está en uno, y tiene que ver con la importancia personal, cuando ésta
es muy grande y no tenemos estrategias para manejar las acciones del pinche
tirano, sucumbimos ante él. Pero si nos enfrentamos a los pinches tiranos desde
una posición de poder, entonces templaran nuestro espíritu de guerrero, y
adquirimos la sobriedad y la serenidad necesarias para enfrentarnos con el mundo
de lo desconocido.
Hacer un buen uso de un pinche tirano y no morir en el intento, asegura la
eliminación de la importancia personal y prepara a los guerreros a la comprensión
de que la impecabilidad es lo más importante en el camino del conocimiento. Por
el contrario, si la persona sucumbe ante un pinche tirano, quedará derrotada,
sucediendo que, o bien se agrupa y vuelve a la pelea con más tino, o abandona el
camino del guerrero y se convierte en un pinche tirano.
El defecto fatal es tomar demasiado en serio los sentimientos propios, así como
las acciones de los pinches tiranos. Los guerreros tienen una buena estrategia bien
pensada y están libres de su importancia personal, comprenden que la realidad no
es más que una interpretación personal que hacemos de la misma.
Don Juan comenta la siguiente experiencia con un pinche tirano. Apenas tenía
veinte años de edad cuando consiguió un empleo como jornalero en un molino de
azúcar. Había un capataz que durante varios años le hizo la vida totalmente
imposible sometiéndole a trabajos forzados y a todo tipo de vejaciones. Un buen
día intentó huir, pero el capataz lo alcanzó y le pegó un tiro en el pecho, dándole
por muerto. Su benefactor lo encontró y le dijo: "ese capataz es un verdadero
tesoro, es algo demasiado raro para ser desperdiciado. Algún día tienes que
volver a esa casa". Y así fué. Volvió al cabo de tres años, pero con una buena
estrategia utilizando los cuatro atributos del ser guerrero: control y disciplina,
impecabilidad, refrenamiento y la habilidad para escoger el momento oportuno .
Don Juan volvió al molino sin ser reconocido por el capataz. Gracias a su
estrategia, no sintió ni pizca de orgullo cuando era pisoteado en su importancia
personal, afinando su espíritu y teniendo un control en cada situación. Ejerció el
arte del acecho y exploró el carácter y las debilidades del capataz, pues así conocía
mejor a su enemigo. Don Juan se libró de su pinche tirano haciéndole sucumbir
ante las propias pasiones de éste. Había pasado seis meses en el molino y durante
ese tiempo ejerció los cuatro atributos del ser guerrero, logrando el triunfo. Nunca
sintió compasión por sí mismo, ni lloró de impotencia.
Clasificación de los pinches tiranos:
- Los pinches tiranos tienen el poder de accabar con la vida de sus víctimas a
capricho.
- Los pinches tiranitos hostigan e infringeen injurias sin llegar a causar la muerte de
sus víctimas.
- Los repinches tiranitos (o pinches tiraniitos chiquititos), producen molestias y
exasperación sin fin.
División de los pinches tiranitos, cuatro categorías:
- Los que atormentan con brutalidad y violeencia.
- Los que atormentan creando aprensión.&nbssp;
- Los que oprimen generando tristeza. ;
- Los que atormentan haciendo enfurecer.&nbbsp;
La importancia personal es el núcleo de todo lo que tiene valor en nosotros,
siendo al mismo tiempo, el núcleo de toda nuestra podredumbre. Es el modo en
que cada uno construye y maneja la realidad tratando de autoafirmarse y
convencerse de que es real, cuando en realidad es una ilusión. La importancia
personal es nuestro mayor enemigo, por culpa de ella consumimos gran parte de
nuestras vidas sintiendo dolor por las ofensas de los demás. Es un terrible
estorbo, por su culpa nos hacemos vulnerables.
Para erradicar la importancia personal de la vida de los guerreros hay que seguir
las cinco estrategias para alcanzar la invulnerabilidad.
Cinco estrategias o atributos fundamentales del ser guerrero para erradicar la
importancia personal: control y disciplina, impecabilidad, refrenamiento, la
habilidad para escoger el momento oportuno y el intento. Estos cinco elementos
pertenecen al mundo privado del guerrero. Los primeros cuatro elementos
pertenecen al mundo de lo conocido. El quinto elemento, el intento se reserva
para la última confrontación, porque pertenece al mundo de lo desconocido. El
sexto elemento es el pinche tirano y pertenece al mundo exterior del guerrero.
El control y la disciplina se logra cuando las personas comunes dan el paso para
convertirse en aprendices, esto supone un cambio de ideas con respecto a sí
mismos y al mundo, es entonces cuando se convierten en guerreros. Este proceso
les hace capaces del máximo de disciplina y control sobre sí mismos. Ejercer el
control es afinar el espíritu cuando alguien nos pisotea.
La impecabilidad es el uso adecuado de la energía. Los guerreros hacen
inventarios estratégicos para enfrentarse a sus enemigos y hacen listas de sus
actividades y sus intereses. Después de esto deciden cuáles pueden cambiarse
considerando un mínimo del consumo de la energía y un máximo rendimiento. El
inventario estratégico sólo concierne a patrones de comportamiento que no son
esenciales para nuestra supervivencia y, por consiguiente, hay que eliminar.
El refrenamiento y la habilidad para escoger el momento oportuno es esperar con
paciencia, sin prisas y sin angustia el momento oportuno para "clavarle la espada"
al pinche tirano. Gracias a estos atributos, los guerreros se convierten en hombres
de conocimiento, aprenden a ver, haciéndose videntes.
Nota: (Carlos Velasco Montes: Psicólogo colegiado de Madrid, España. Desde hace
años viene dando talleres sobre chamanismo, especialmente con el tema de los
pinches tiranos. Autor de Las Enseñanzas del Caballero de la Armadura Oxidada.
7ª edición. Obelisco.)
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