La verdad es que
no tengo nombre, pero los humanos, ¡siempre los humanos!, me
llaman Dignatirus, creen que sólo soy un mago, muchos
La verdad es que todos los humanos me suplican su perdón, hay incluso algunos que matan hombres, mujeres y niños, que arrasan campos, aldeas, ciudades, naciones enteras, bajo la bandera de mi nombre… ¡raza mezquina! Entonces pensaréis que soy el mal, pero ¿qué es el mal? No, criaturas, no soy el mal, sólo soy uno de los muchos que somos, sólo tengo una misión en este mundo, en esta dimensión. Tal vez esta misión os parezca "infrahumana", ja ja ja ja, "infrahumana"… No os podéis imaginar mi poder, sólo con mover un dedo puedo destruir vuestro asqueroso mundo, os creéis el centro del universo y no sois mas que una mota de polvo, ¡me dais asco! Bueno, tal vez ha llegado la hora de despedirnos, tal vez mi misión haya terminado aquí, quizás sea la hora de partir, de alejarme de vosotros, pero antes… Sí, antes tengo que acabar mi misión… ¿Qué es ese rumor? Otra vez esos humanos, otra vez suplicando. "No arraséis nuestras casas, no matéis a nuestros maridos, bla bla bla…" Otra vez esos desgraciados que toman mi nombre para su propio provecho, ¡bien! esta vez seré yo quien actúe, voy a acabar de una vez por todas con ellos. Bueno, ya está, todos muertos… el olor de la sangre inunda el aire, ¡qué olor tan agradable! Pero, ¿qué demonios ocurre ahora? Vaya, estos humanos ayer me odiaban y repudiaban mi nombre, hoy me ensalzan y me alaban, ¡qué seres! No los comprendo, pero… bueno… creo que ha llegado el momento de partir… sí, ya es la hora. JAJAJAJAJAJAJAJA,
suplicantes criaturas, poco me vais a alabar porque vuestro mundo será
destruido.
Bueno ya está hecho, ese mundo de los humanos ya no existe, todo cuanto había en él ha muerto, las plantas, los animales y por supuesto los humanos… ¡en fin! Creo que empezaba a cogerles cariño, je je je. ¡Qué es lo que veo! Vaya, otro mundo, y… sí parece habitado, vaya vaya… JL |