|
![]() |
Desde el comienzo de la historia e incluso desde mucho antes, en las perdidas sombras de la prehistoria, existen múltiples conocimientos de la existencia de extrañas y misteriosas formas discoidales luminosas que surcaban los cielos de la antigüedad sembrando el pánico - en muchas ocasiones- y la curiosidad en las poco evolucionadas mentes de los primates que evolucionarían en la actual raza humana. Sería en esos instantes cuando surgiría la necesidad de encontrar una explicación a dichos sucesos, que en el caso de nuestros antepasados recaería ,como casi todo lo que no lograba comprender, bajo el tópico de lo divino y sería digno de adoración. De
esta forma es fácil encontrar que algunos arqueólogos se
remonten a
![]() También en América, especialmente en la región de México y en el Perú, se encuentra un notable número de testimonios de que nuestros antepasados recibieron las visitas de extraterrestres. Tal vez el más notable sea la famosa lápida del dios-astronauta de Palenque, en el estado de Chiapas (Méjico). " parte central de la lápida representa un hombre que maneja el tablero de mandos de su «platillo», de la misma manera que lo hace hoy en día un astronauta camino de la Luna. Es realmente asombroso ver la semejanza que existe entre ambas imágenes. Es la primera vez que no está representado el difunto en «pose» de guerrero, pongamos por ejemplo. Su postura indica claramente que está manejando un panel o un tablero de mandos seguramente el de su nave... ![]() investigadores las afirman que pudieron haber sido verdaderas pistas de de aterrizaje para naves extraterrestres, hoy convertidas en los vestigios de un imponente aeropuerto espacial. Arriba Si seguimos profundizando en las investigaciones realizadas sobre los ovnis en los últimos diez mil años, nos encontramos con la sorprendente «Siflala» una colección de escrituras caldeas que datan de nada menos que siete mil años antes de nuestros días. El dato, una vez descifrado, resulta casi increíble. Contiene instrucciones exactas para la construcción de lo que llamamos hoy un «platillo volador». Incluye también informaciones sobre ángulos de aterrizases bobinas con hilo de cobre, estabilidad en el aire, indicadores de cristal y equilibrio. Se indica además que las superficies de los cristales cambiaban de color durante el vuelo, fenómeno observado por casi todas las personas que han visto ovnis actualmente. A continuación
vamos a poner varios ejemplos de libros sagrados que nos
En el Mahabharata, la gran epopeya hindú, leemos la siguiente narración:
"Obedeciendo la voz del espíritu, Narayana convoca a Danaba
Este
pasaje del Mahabharata, palabra sánscrita que significa "gran guerra"
"Lanzó el arma que se echó en remolino contra
En el "Bhisma Parva" hallamos el siguiente párrafo.-
"Es un rayo desconocido-, gigantesco, mensajero de la muerte
También la Biblia nos conduce a la creencia de visitas procedentes del espacio, y es sumamente fácil encontrar numerosos testimonios que avalan esta hipótesis. Quizás el ejemplo más notable lo encontremos en el relato correspondiente al Génesis, donde Jacob cuenta un «extraño» sueño: «Jacob salió de Berseba y fue a Jaran. Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar y se la puso como cabeza, y acostóse en aquel lugar. Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles bajaban por ella. Y vio que Yahvéh estaba sobre ella ... » Además
podemos encontrar a dos personajes bíblicos que fueron arrebatados
y llevados al cielo, y que según
el texto sagrado no volvieron nunca más
Otro testimonio lo obtendriamos del profeta Ezequiel, quien contempló, en el cielo un extraño carro con cuatro seres. Estos, aunque tenían forma humana, poseían cuatro a las cada uno y cuatro caras: de hombre, de león, de toro y de águila. De en medio de ellos salían brasas incandescentes, fuego y relámpagos (Ezequiel 1,5-23). Así también, el Nuevo Testamento nos ofrece pruebas de esta «visita». En este caso a través de los numerosos relatos de referencias a «nubes» en un continuo ir y venir. Unas en las que se desplaza Jesucristo, y otras en las que viajan sus ángeles y personajes bíblicos como «pasajeros»...Arriba ![]() En el papiro de Tulli, que se encuentra en el museo del Vaticano y que formó parte de los anales reales de Tutnosis III - hace unos tres mil cuatrocientos años -, interpretado por Boris Rachewiltz, se encuentra este apasionante relato, relativo al tema que estamos tratando: "En el año 22, tercer mes de invierno, a la sexta hora del día, los escribas de la Casa de la Vida notaron la llegada de un círculo de fuego en el cielo, su cuerpo tenía una vara de largo por un quinto de ancho; aunque no tenía cabeza, su boca despedía un aliento de olor fétido". Continúa el papiro con más descripciones y acaba diciendo: "...Cayeron del cielo peces y aves, una maravilla jamás vista desde que este país existe". En
el cantar IV de Akenatón leemos: "Y así sucedió que
estando el faraón
presenta la siguiente cita de la obra china "Ciencia Natural": "Bajo el reinado de Yia ji, hace unos cuatro mil años, se vieron dos soles en la ribera del río Feichang, uno ascendiendo en el este y el otro descendiendo en el oeste, que rugian como el trueno". Ke
Yang, un profesor de Ititeratura china que se dedicó a recopilar
datos
XVIII
Alexandre Guy Pingré, que publicó en París, en 1783,
su célebre
En
Roma, ya llegado el año 192 después de jesucristo, ocurrió
durante el
![]() los avistamientos de ovnis, y gracias sobre todo a los «diarios» de los monasterios y a los propios monjes que pasaban gran parte de tiempo mirando el cielo, son innumerables los testimonios. Así, asegura el venerable San Gregorio de Tours en su «Historia Francorum» lo siguiente: «Un globo muy luminoso sobre voló el territorio de Francia, en el año 853.» También extraído de la «Historia Eclesiástica gentis anglorum» existe un relato muy interesante de un hecho acaecido el año 664 : «Una noche, mientras algunos monjes estaban orando en el cementerio anexo al monasterio de Barkong, al lado del Támesis, una gran luz bajó del ciclo, los iluminó y se dirigió al otro lado del monasterio, hasta que por fin se perdió en las profundidades del espacio. La luz era tal que haría parecer pálida la luz del sol de mediodía.» El autor de este informe es nada menos que el famoso historiador padre benedictino de la abadía de Wearmouth, conocido en toda la Iglesia con el nombre de San Beda el Venerable (672-735). Un hecho ciertamente muy curioso lo relata el secretario de Carlomagno Eginardo, en su libro diario, donde dice que cabalgando un día del año 810 Carlomagno hacia Aquisgrán, se vio un gran globo descender del cielo vertiginosamente y luego dirigirse de repente hacia occidente; esta repentina aparición, junto con el enorme resplandor que emitía, espantaron al monarca pero sobre todo a su caballo, que se encabritó y derribó a su jinete malhiriéndolo. Precisamente, antes de la muerte de Carlomagno (814) aterrizó como relata el obispo Agobardus, una «nave, envuelta en una nube, con cuatro personas» ante la ciudad de Lyón. Estos visitantes, llegados de un modo extraño, lograron escaparse para no ser agredidos por la multitud enloquecida. Y ya
en plena Edad Media son abundantes las efemérides de relatos de
Precisamente,
con Colón empieza la Edad Moderna, donde también se siguen
acumulando numerosos rastros de ovnis, y donde en
pleno siglo XVIII nos encontrarnos con una narración directa sobre
un hombre procedente de otro planeta que descendió
de una nave voladora. El hecho se registró en 1790 en
la localidad francesa de Alencon. Varios informes de la época lo
![]() Y ya, como preludio al siglo XX, tres años antes de su comienzo, ocurrió en los Estados Unidos un hecho sin precedentes. En el pueblo de Aurora, en el Condado de Wise, Estado de Tejas, se vivía aún la vida sencilla y sin complicaciones del Oeste, tan conocida por las películas. El calendario acusaba la fecha de] 16 de abril de 1897. Aún no existían coches y faltaban seis largos años para que los hermanos Wright inventaran el avión (en 1903); sólo existían globos no dirigibles. Estaban en lo que hoy se llama «losbuenos tiempos de antaño». Aquel día, a las seis de la mañana, comenzó el futuro. Un disco monoplano, dirigido por un solo hombre, sufrió un accidente. Error de pilotaje, accidente de motor, ¿quién sabe? El artefacto «cayó del cielo» como decían los testigos que madrugaban en este pueblo. Trazaba círculos para poder aterrizar. No lo logró. Intentando sobre volar el campanario de la Iglesia, chocó con la torre del suministro de agua y se desplomó, cayendo el disco monoplano a tierra, completamente destrozado el vehículo y suúnico ocupante, al que se enterró al día siguiente en el cementerio del lugar. El «Dallas Morning News» del día 19 publicaba el hecho en un artículo con todo lujo de detalles. Fue el primer dato de un extraterrestre enterrado en la Tierra. A partir de este momento se repitieron los hechos más extraños en distintas partes del mundo. En 1903 un artefacto sufrió un accidente en Siberia explosionando en el aire. Cayeron miles de pedazos del cielo. En 1908 se produjo «la gran explosión», al parecer de tipo atómico, también en Rusia. Y ya
en plena guerra europea (1914-18) fueron vistas las famosas «bolas
¿Qué
eran esas naves voladoras que surcaban los cielos en la Antigüedad?
- "Las
ciudades Pérdidas de Lemuria" - David Hatcher Childress
|