Emperor Palpatine

El EmperadorLa Antigua República era más antigua que el mismo tiempo. No era preciso saber cómo o de dónde había surgido: simplemente saber que... era la República. Protegida durante más de mil generaciones por los Caballeros Jedi, la República prosperó y se expandió bajo el sabio gobierno del Senado.

Pero al igual que los grandes árboles, capaces de soportar cualquier ataque externo, la Antigua República comenzó a pudrirse desde dentro. La burocracia había llegado a ser demasiado grande. Senadores avariciosos y carentes de escrúpulos aprovecharon la lentitud del sistema y se aliaron con las grandes Corporaciones para enriquecerse con facilidad. La corrupción se extendió como la pólvora y pronto fue evidente que la República estaba condenada: el gobierno era insostenible. En los mundos de la República imperaba el desorden y el descontento; el Senado se desintegraba.

En este clima, el Senador Palpatine había ido progresando lentamente en su carrera, una carrera aparentemente desprovista de ambiciones, lo que le había granjeado una considerable ausencia de enemigos. Los senadores veían claramente que debía hacerse algo para salvaguardar la República. Palpatine vio aquí su oportunidad: gracias al fraude, a promesas inteligentes y maniobras políticas astutas se hizo nombrar Presidente de la República. Los senadores leales se vieron animados por el hecho de que no se había puesto del lado de los corruptos; los corruptos le vieron como un títere fácil de manejar.

Nada más lejos de la realidad.

Palpatine logró que el gobierno volviera a funcionar y cuando el Senado se dedicó cada vez más a sus enfrentamientos internos fue delegando más y más poder en el Presidente. Su poder creció y más y más mundos le aceptaron como la auténtica voz de la República.

Fue entonces cuando Palpatine declaró su Nuevo Orden y se autoproclamó Emperador sin oposición alguna. El Senado estaba demasiado debilitado como para oponerse. El Emperador prometió devolver a la Galaxia a la gloria de antaño. En vez de ello instauró un régimen de terror e injusticia. Y con el flujo de dinero destinado al mantenimiento de la HoloRed construyó la mayor maquinaria bélica jamás vista en la Galaxia.

El Imperio había nacido.

Pero el Emperador no llegó tan lejos gracias sólo a sus habilidades políticas: el Lado Oscuro de la Fuerza había sido la clave de su ascensión. El poder observar a sus enemigos a través de la Fuerza sin que ellos lo supieran le concedió una ventaja insuperable sobre los hombres ordinarios. Y el poder del Lado Oscuro combinado con la formidable tecnología militar del Imperio le permitió vencer y exterminar a los guardianes de la Antigua República: los Caballeros Jedi. Sin la presencia de los Jedi cualquier intento de restaurar la República estaba condenado al fracaso.

El Emperador es un Maestro del Lado Oscuro. Incluso llegó a escribir un Compendio del Lado Oscuro en el que verter todo su conocimiento prohibido.



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