ðHgeocities.com/area51/station/2598/merlin.htmoocities.com/area51/station/2598/merlin.htm.delayedxqÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈo ÿOKtext/html€˜w5óÿÿÿÿÿb‰.HMon, 04 May 1998 08:07:52 GMTMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *qÕJÿ Una historia triste

   Pues ahora me apetece escribir una historia triste. Alla va.

Una historia triste

   El se enamoro hacia mucho tiempo de una guapisima azafata. Se conocieron en un vuelo normal, un dia normal, en circunstancias normales, un poco cinematograficas, bajo mi punto de vista, pues ella derramo sin querer el cafe sobre el, y el, con esa sonrisa que le caracterizaba, medio inocente , medio salvaje, pidio perdon como si tuviera la culpa, y ella, que tambien hacia gala de unos exquisitos modales, le ofrecio un panyuelo con una mirada serena y a la vez atrevida.

   Habian pasado catorce largos anyos desde aquel momento, y nunca se habian dejado de querer. Formaban una de esas parejas envidiables, a las que todo el mundo trata de sacar defectos y no puede. Despertaban la envidia alla por donde pasaban. El peor enemigo del amor, la rutina, hacia tiempo que les habia dado por imposibles, pues el se encargaba de ofrecerle pequenyos detalles en el dia a dia que hacian que la relacion se mantuviera fuerte y robusta. Ella ,en cambio, era una persona a todos los efectos encantadora. No era timida, al contrario, era una companyia agradable, de esas mujeres con las que puedes hablar de lo que sea que las horas se te pasan volando. El caso es que ella, hablar, lo que se dice hablar, pues no hablaba mucho. Pero sabia escuchar. Entre ellos dos habia muchas formas de comunicacion, pero las palabras no eran la basica. Las miradas, los gestos , las caricias, los besos, los momentos de pasion entre las sabanas todos los dias, constituian su forma de vida. Eran felices, por lo menos lo fueron durante una larguisima temporada.

Pero , triste destino, ella tenia cancer . En tres meses, todo cambio de repente. No es que su amor se enfriara, al contrario, se encendio mas, pero ambos temian el momento de la despedida. "Si por lo menos hubieramos tenido un hijo... ", pensaba el. Pero no lo tuvieron. Ella siempre habia preferido esperar, tal vez sabedora que ,con su fragilidad fisica, quizas no podria soportar el embarazo o el parto. Siempre habia sido muy debil, y esa debilidad era la que a el le llevo a cuidarla y protegerla hasta sus ultimos dias. Pero ella siguio trabajando hasta el ultimo momento, hasta que los sintomas de cansancio eran tan evidentes, que ya no podia soportar seguir . Pero mientras pudo, alli estaba ella, al pie del canyon, dominando la situacion como solo ella sabia hacerlo, demostrando su valia por encima de las circunstancias, con una frialdad y un hieratismo profesional que harian quitarse el sombrero a cualquiera. Admirable.

  Pero los ultimos meses , el se vino abajo. Ella tosia sangre, y le cogia de la mano como rogandole disculpas. El lloraba amargamente por dentro, pero sabia que no podia manifestarlo externamente, pues entonces se nublaria la razon, y ni los sentimientos le salvarian de la locura. El apartaba de sus pensamientos las visiones que tenia de cuando ella ya no estuviera presente fisicamente, ya habria tiempo de pensar en otras cosas mientras ella vivia. Ella le besaba tiernamente cuando la fiebre se lo permitia, y pasaban las horas abrazados, dos son uno.

   Una noche, en el hospital, el se desperto subitamente. Sabia que el momento habia llegado. El mas absoluto silencio les rodeaba. El la miro, y ella asintio, apartando la vista. Se cogieron de las manos, y las lagrimas fluian por las mejillas de ambos, bajo la atenta mirada de la muerte, que esperaba paciente en la cabecera de la cama, sonriendo, traidora hija de perra.... Y todo se apago. Ya no quedaba lumbre, solo cenizas. Ella cerro los ojos, y lanzo un ultimo suspiro, y depues se desplomo. La muerte se la llevo sin hacer ruido, una noche de miercoles del mes de Septiembre, el mes de los enamorados. Y el tambien murio con ella.

   Desde entonces, su vida cambio por completo. Dejo de trabajar, y se convirtio en un borracho. Pero no de los que frecuentan los bares o piden limosna para gastarselo en vino, no. Eso hubiera sido lo facil, y el no era ningun puto cobarde . Se convirtio en un borracho de la vida, bebia tristeza. Bebia de ella, lamentandose de su suerte. Bebia sin parar, sin descanso, como un poseso. Dicen que perdio la razon cuando encontro las cartas de amor que se mandaron , rebuscando en el armario para encontrar el camison de ella, que olia tan bien....

   Pero algo mas fuerte les unia. Algo sobrenatural. Antes de morir , ella juro que volveria, que ese no seria su ultimo adios, y que entonces podrian despedirse . Ella lo observaba desde el cielo, triste por su reaccion. "Deberia haberlo previsto" penso ella, si es que los angeles piensan. Y del cielo bajo, y alli lo vio, tumbado en el suelo, desmayado de dolor, de un dolor que le arrancaba la vida , de un dolor peor que cualquier enfermedad, del dolor de la desesperanza. El se giro, y la vio sentada en el alfeizar , iluminada, sonriente, como en sus mejores anyos, como siempre. "Ven a mi" dijo ella . "Ven a ti". Y el fue , despacio, paladeando el momento, enfermo de tristeza y de autocompasion. Y cuando la abrazo, todo parecio congelarse. El la sintio exactamente igual que los abrazos que se daban cada manyana, al despertar. La notaba fisicamente, y entonces comprendio que habia perdido la razon. Pero era demasiado tarde.

   Lo encontraron muerto. Dicen que cayo desde su ventana, desde un sextopiso, y se partio la cabeza al chocar con el suelo , pero yo no lo creo asi. Creo que la cabeza la habia perdido antes, mucho antes , y no precisamente cuando ella murio. La perdio cuando la conocio, pues desde aquel entonces el no volvio a ser el de siempre, y jamas volvio a pensar por si mismo, tal era su pasion . Esa pasion incontrolada le robo la vida, pero a el no le importo, ciego estaba en su locura, esa bella locura que todos adoramos. Y yo les he vuelto a ver, si, les he visto. Estan sentados en un banco, en el parque, de espaldas a mi, ella apoyando su cabeza en su hombro, y el pasandole la mano por el pelo. Yo paso sigilosamente, con miedo y respeto, y entonces , ellos que me conocian, se giran, me sonrien y me saludan, y yo tambien les sonrio, y les digo adios con la mano, muy despacio, como si fuera una ceremonia sagrada . Y desaparecen, cogidos de la mano, y entonces yo sigo andando, y desvio mi cabeza hacia otros pensamientos. Y sonrio.

                                                                                                              Merlin

                                                                                                          21 Abril 1998

Itzuli