La reputación de Moreira. Su versión definitiva.

por Sol Dellepiane

[bibliografía]

 

Bibliografía

El rastreo de la circulación de las mentas de Juan Moreira a través de la campaña bonaerense en el texto de Gutiérrez es el punto de partida del presente trabajo; de ahí en más, Juan Moreira es leída como espacio de constitución de la fama del héroe gaucho. La actividad del narrador se piensa aquí en términos de organización de la versión correcta -y definitiva- de la biografía del personaje: surge así la reflexión sobre el género y los procedimientos literarios de selección, producción y estilización que sufre el material peridístico. En Juan Moreira las acciones del héroe generan su fama, y -en un movimiento inverso- la reputación es desencadenadora de más acción.Por eso los momentos de gestación, confirmación y destrucción de las reputaciones gauchas obtienen aquí una mirada privilegiada.


Introducción:
	
	Una de las cuestiones relacionadas con la forma de vida del
gauchaje de la campaña bonaerense hacia fines del siglo XIX que
en el Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez obtiene un desarrollo
significativo, es el tema de la reputación. El narrador organiza
un lugar privilegiado para la puesta en escena de la constitución
de una fama, su manipulación, las rivalidades que genera, los
ideales que pone en juego.
        El texto ficcionaliza la circulación de las mentas de Juan
Moreira a través de este espacio rural, evidenciando la formación
de versiones sobre las acciones del héroe que quedan explicitadas
como material  de trabajo del que se vale el narrador. (1) 
	
        El folletín de Gutiérrez podría leerse, entonces, como la
construcción definitiva de la reputación de un gaucho: la de Juan
Moreira. Definitiva en tanto el texto fija una imagen de Moreira
que es aquella que surge de los procesos de selección, producción
y estilización de los materiales con los que cuenta el narrador;
imagen cristalizada sobre la que operarían fenómenos posteriores
-como aquel que ha dado en llamarse Moreirismo y que tiene como
referente al héroe mítico de Gutiérrez antes que al personaje
histórico que lo inspiró-.

Imponer la versión verdadera:
	
        Pensar la actividad del narrador del texto en términos de
organización de la versión correcta de la biografía del héroe
Moreira implica reflexionar sobre el género y el tipo de lógica 
de los que él se vale. Porque la noción de lo correcto, o de lo
verdadero, requiere de la credibilidad del periodismo. (2) 
        Pero a su vez las particularidades del tema a tratar impondrían
la presencia de lo novelesco -capaz de representar el mito-:

"No hacemos novela, narramos los hechos que pueden atestiguar el
señor Correa Morales, el señor Marañón, el señor Casanova, juez
de paz de entonces, y otras muchas personas que conocen todos
estos hechos. Hacemos esta salvedad, porque hay tales sucesos en
la vida de Juan Moreira, que dejan atrás a cualquier novela o
narración fantástica, escrita con el solo objeto de entretener el
espíritu del lector.  Ya hemos dicho que Moreira fue un tipo tan
novelesco (...)" (p83)
	
        Resultaría poco útil tratar de determinar cuál de los dos
discursos es el que prima en el Moreira. Bastaría con no caer en
la trampa documentalista que nos tiende Gutiérrez en su propósito
de afianzar la ilusión de la realidad, como advierte Jorge
Rivera. En todo caso, el narrador se ha preocupado por legitimar
su espacio de enunciación de tal manera que el público lector no
cuestione correcciones de este tipo:

"El gobernador don Mariano Acosta empezó a recibir nuevas
denuncias de los "horribles asesinatos" que se atribuían a
Moreira, entre los que figuraba un crimen de que entonces se
ocupó mucho la prensa (...). Sin embargo, he aquí cómo ocurrió
aquel hecho, del que tenemos hasta el más minucioso detalle, y
que, lejos de denigrar, enaltece  a Moreira." (p 201)

	
	Las correciones vienen a sustituir errores -"calumnias" (p203) o
simplemente versiones falsas- cuya circulación obtiene
representación textual. En el capítulo "Un Encuentro Fatal"
Moreira llega al rancho de su amigo Santiago y éste le dice:

"-Bien haiga el motivo que lo trae, amigazo; que aquí han llegado
sus mentas y ya decían que lo habían difuntado." (p109)



Los efectos de una reputación:

	El nombre de Juan Moreira constituye un sintagma que a lo largo
del folletín se va cargando de sentido. Si al principio refiere a


"un joven sumamente arrogante y de los más acreditados en el
partido como valiente y como el mejor cantor" (p17),

a medida que el texto avanza se complejizan sus implicancias y su
mención genera determinados efectos:

"--Ríndanse a Juan Moreira, maulas!- gritó aquel hombre
extrordinario, acometiendo a los cuatro que quedaban; pero éstos,
al conocer el nombre del enemigo que tenían encima, echaron a
disparar [huir], dominados por invencible espanto, en distintas
direcciones." (p89)

"así es que al oír el nombre de Moreira, se echó a temblar,
pidiendo disculpas al gaucho" (p202)
	
        En el capítulo "La fuerza del destino" se exacerba este efecto
de pánico generado por el nombre, cuando se describe la
descompaginación total de una partida policial numerosa ante "la
sola vista del caballo de Moreira" (p166). Otra de las
posibilidades del fenómeno puede observarse en la escena en que
al  golpear Moreira la puerta del Juzgado de Paz, el soldado de
guardia no cree que pueda tratarse del mismo en persona:



"-Más Juan Moreira  es el peludo que tenés (...)" (p160) (3) 
	
	Las acciones (violentas, asombrosas, nobles, heroicas) vistas y
narradas por los testigos  gestan la fama del gaucho. Pero a su
vez -y en un movimiento inverso- la reputación misma es
generadora de acción, de violencia o heroísmo. El circuito se
cierra sobre sí mismo y multiplica las escenas de duelo, lo cual
se explica en el contexto de rivalidad de mentas que la novela
propone: son numerosos los personajes que se enfrentan  a Juan
Moreira desafiando los dichos que existen sobre él y procurando
instalar el nombre propio por sobre el ya mítico del
protagonista. 

"Córdoba tenía la pretensión de ser el mejor cuchillo del pago, y
la creciente reputación de Moreira y sus últimas luchas,
mortificaban hondamente su vanidad, haciéndole nacer el deseo de
vengarse de aquel hombre (...)" (p101)

"Me han dicho, don, que usted es bueno, y como yo soy el "Pato
Picaso", quiero probar si las mentas que trae son legítimas o si
son puros cuentos" (p151)

"El Cuerudo era un poco soberbio, sabía que tenía reputación de
hombre guapo y no permitía que delante de él contasen ajenas
hazañas ni hechos fabulosos" (p219)

        La sucesión de combates originados por esta competencia sólo
acaba con la muerte de Moreira. (4) 


Juan Blanco o el fenómeno condensado.

        El capítulo 13 -"El Guapo Juan Blanco"- pude leerse como espacio
sinecdótico del proceso de construcción, circulación y conflicto
de famas que se viene describiendo. Blanco encubre la identidad
del héroe del folletín y está sujeto a las mismas operaciones de
mitificación.

 "En una pulpería se contaba la historia de que aquel Juan Blanco
había derrocado a muchas partidas de plaza, mientras en otras se
narraban hazañas y peleas en las que don Juan Blanco figuraba
como un hombre invencible, de una vista suprema y de un manejo
descomunal de las armas" (p184)

        Dentro del capítulo son dos los episodios de violencia generados
por la disputa de mentas: Juan Blanco versus el teniente alcalde
y versus Rico Romero:

"y efectivamente ya Blanco sabía quién era Rico Romero y suponía
que éste, por celos de reputación, trataría de buscar camorra"
(p190)
	Las alternativas del  duelo entre ambos transcurrido en la
pulpería condensan -como pocos pasajes del texto- los momentos de
confirmación, destrucción o destitución de las reputaciones
gauchas.
	
        Por último, queda representado el modo de circulación de la
información en la campaña, también funcionando como síntesis del 
sistema general de la novela en este sentido.

"La voz de aquel suceso, llevada por los que habían estado en el
velorio, se desparramó por todo el pueblo con tal rapidez, que
todo el paisanaje conocía con "pelos y señales" y comentado el
hecho de una manera  poco favorable para la justicia  de paz que
se ha hecho odiosa a todo habitante del campo." (p189)



Conclusiones:
	
	Las reflexiones precedentes acerca de la red textual que se
organiza en torno al tópico de la reputación del gaucho Moreira,
permitirían conjeturar que en la novela de Gutiérrez -que el
mismo narrador define en términos de "drama policial"- ocurre un
desplazamiento del objeto que todo texto del género reconstruye.
	Si en el policial tradicional existe un enigma, y justamente el
vacío que lo representa es el disparador de  la narración, en el
caso de Juan Moreira  el narrador utiliza fragmentos, pistas y
versiones para reconstruir -no un enigma (del tipo del quién, por
qué, o cómo de un crimen)- sino la construcción original de las
mentas de un gaucho célebre.
	
        En la recapitulación de los momentos de formación de la fama se
genera ficción, se prolonga el folletín, y se cristaliza el mito.

Notas:

(1 )Este trabajo no se propone rastrear la procedencia de tales datos, ni determinar su grado de veracidad. Aquí "versiones" son aquellas cuya génesis explicita la misma trama narrativa. (volver)

(2) Todos estos rasgos y sus respectivas calificaciones pasarán después al relato como elemento de validación que sólo el artificio periodístico podía proporcionar entonces con semejante eficacia. El Discurso Criollista en la Formación de la Argentina Moderna, (p 93). (volver)

(3)Esta brillante escena estaría prefigurando uno de los fenómenos que se iba a dar con posterioridad a la representación teatral de la obra: Raúl Castagnino en "El drama criollo y los circos finiseculares" describe cómo en las comisarías porteñas comienza a proliferar la figura penal del detenido por "hacerse el Moreira".(volver)

(4)El final de esta secuencia -es decir la muerte del héroe- es referida como el jaque mate que la justicia preparó al gaucho. Si la contienda entre Moreira y la ley es un partido de ajedrez, entonces la campaña es un tablero cuadriculado, miniaturizado en el patio donde el personaje muere a traición, que es "conquistado ladrillo por ladrillo" (p231) . La continuación de la metáfora del ajedrez en instancias posteriores del género policial argentino -"La muerte y la brújula " de Borges y Operación Masacre de Rodolfo Walsh- la convertirían en una constante de la tradición nacional del género.(volver)

 

Bibliografía:

-Gutiérrez, Eduardo, Juan Moreira, CEAL, Bs. As., 1987 (Prólogo de Jorge Rivera).

-Prieto, Adolfo, El Discurso Criollista en la Formación de la Argentina Moderna, Ed. Sudamericana, Bs. As., 1988.

-Rivera, Jorge B., Eduardo Gutiérrez, CEAL, Bs. As., 1967.


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