BIBLIA Y EVOLUCION. Diálogos en la Justicia.
Parte I : Nacimiento-evolucion-Maduracion. Individual de la Especie.
Sección C: Evolución Laboral

CAPITULO 3.
COMENTARIOS DEL EVLO A LA ENCÍCLICA CENTESIMUS ANNUS QUE CONMEMORA LOS CIEN AÑOS DE LA ENCÍCLICA DE LEON XII: RERUM NOVARUN.

DIALOGO DE AGIORNAMIENTO
ENTRE LA CARTA ENCICLICA
"CENTESIMUS ANNUS" DEL SUMO PONTIFICE JUAN PABLO II
Y EL
L A B O R I S M O GREMIAL EVOLUTIVO
[EVOLABORISMO]

CAPITULO IV LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES EVOLUCION DEL SISTEMA DE PROPIEDAD PRIVADA dialogo: ¿propiedad privada? ¿origen, derechos y obligaciones, ámbito ? 31. Encíclica: En la Rerum novarum León XIII afirmaba enérgicamente y con varios argumentos el caráter natural del derechos a la propiedad privada, en contra del socialismo de su tiempo. Este derecho, fundamental en toda persona para su autonomía y su desarrollo, ha sido definido siempre por la Iglesia hasta nuestros días. Asimismo la Iglesia enseña que la propiedad privada de los bienes no es un derecho absoluto, ya que en su naturaleza de derecho humano lleva inscrita la propia limitación. A la vez que proclama con fuerza el derecho a la propiedad privada, el pontífice afirmaba con igual claridad que el "uso" de los bienes, confiado a la propia libertad, está subordinado al destino primigenio y común de los bienes creados y también a la voluntad de Jesucristo, manifestada en el Evangelio. Escribía a este respecto: "Así pues los afortunados quedan avisados...; los ricos deben temer las tremendas amenazas de Jesucristo, ya que más pronto o más tarde habrán de dar cuenta severísima al divino juez del uso de las riquezas"; y citando a Santo Tomas de Aquino, añadía: {Si se pregunta cómo debe ser el uso de los bienes, la Iglesia responderá sin vacilación alguna: "a este respecto el hombre no debe considerar los bienes externos como propios, sino como comunes... por encima de las leyes y de los juicios de los hombres está la ley, el juicio de Cristo"}. Los sucesores de León XIII han repetido esta doble afirmación: la necedidad y, por lo tanto, la licitud de la propiedad privada, así como los límites que pesan sobre ella. También el Concilio Vaticano II ha propuesto de nuevo la doctrina tradicional con palabras que merecen ser citadas aquí textualmente: "El hombre, usando estos bienes, no debe considerar las cosas exteriores que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás". Y un poco más adelante:"La propiedad privada o un cierto dominio sobre los bienes externos aseguran a cada cual una zona absolutamente necesaria de autonomía personal y familiar, y deben ser considerados como una ampliación de la libertad humana... La propiedad privada, por su misma naturaleza, tiene también una índole social, cuyo fundamento reside en el destino común de los bienes". La misma doctrina social ha sido objeto de consideración por mi parte, primeramente en el discurso a la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Puebla y posteriormente en las Encíclicas Laborem exercens y Sollicitudo rei socialis. Laborismo Evolutivo: Para el Evlo, la propiedad privada es un proceso de la evolución, desde las etapas de los animales inferiores que asciende hasta los animales superiores: el alimento individualizado, el nido o cueva propios o, el lugar de esparcimiento; que adquieren mediante esfuerzo y cuidado/defenza dentro del territorio. Territorio común y limitado, generalmente, por el macho o hembra dominante. El Laborismo Evolutivo Afirma, que si los animales disfrutan como propia la parte individualizada del territorio común, con mucho mayor motivo los más evolucionados, humanos-animales moráldikos, tienen derecho a la propiedad privada mediante el trabajo y el cuidado individual de ese territorio global común de la Tierra. " Y te doy dominio sobre... todas las cosas que se mueven, he aquí que te he dado toda planta... y a todas las bestias... " "fue puesto en el jardín de Eden para trabajarlo/vestirlo y cuidarlo"). El Evlo, Afirma que la forma de esa propiedad privada es evolutiva y es, no solo un privilegio, sino sobre todo una responsabilidad, pues es dada en propiedad fiduciaria, sujeta al trabajo y cuidado individual: responsabilidad de su conservación e incremento de lo recibido, de lo cual cada persona ha de dar cuenta. El Señor pidió cuenta de las minas recibidas" " Dame cuenta de tu administración". Al afirmar el Laborismo Evolutivo, que son el trabajo/vestido y cuidado de los bienes, los títulos mediante los cual se adquiere la propiedad privada. La ausencia de esos títulos, en un caso dado, hace que la propiedad privada deba retornar al patrimonio común; y a lo que al cumplir su ciclo se vuelva a privatizar -al cuidado de uno o varios humanos (equipo, empresa, gobierno)- con objeto de que cada porción de la propiedad total de la Tierra, se encuentre responsabilizada al trabajo y cuidado de los humanos todos: Economía global mediante el esfuerzo y dedicación individual. El Evlo, proclama que en contraste con las demás especies animales que necesitan y poseen un Territorio limitado (aunque en algunas casos sea en ambos hemisferios) la especie humana -todos- tiene como Territorio económico-político, la Tierra entera. Para el Laborismo Evolutivo, Las circunspecciónes convencionales -países, regiones, uniones-, políticas, pero especialmente en el campo económico, aunque evidentemente sean prácticas/útiles y, aunque tengan equis siglos de historia común, son más un proceso en el continuum evolutivo y nunca se remontan a los principios. En su evolución actual, cualquiera que ella sea, (ciertamente un instante en tÉrminos del tiempo de evolución) están compúestas necesariamente de una serie de etnias mexcladas. dialogo: ¿PROPIEDAD PRIVADA evolutiva?¿propiedad total la tierra entera¿como se reparte? 32. Encíclica: Releyendo estas enseñanzas sobre el derecho a la propiedad y el destino común de los bienes en relación con nuestro tiempo, se puede plantear la cuestión acerca del origen de los bienes que sustentan la vida del hombre, que satisfacen sus necesidadesn y son objeto de sus derechos. El origen primigenio de todo lo que es un bien es el acto mismo de Dios que ha creado al mundo y el hombre, y que ha dado a éste la tierra, para que la domine con su trabajo y goze de sus frutos (cf. Gen 1, 28-29). Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni priviligiar a ninguno. He ahí, pues la raíz primera del destino universal de los bienes de la tierra. Esta, por su misma fecundidad y capacidad de satisfacer las necesidades del hombre, es el primer don de Dios para el sustento de la vida humana. Ahora bien, la tierra no da sus frutos sin una peculiar respuesta del hombre al don de Dios, es decir, sin el trabajo. Es mediante el trabajo como el hombre, usando su inteligencia y su libertad, logra dominarla y hacer de ella su digna morada. De este modo, se apropia una parte de la tierra, la que se ha conquistado con su trabajo: he ahí el origen de la propiedad individual. Obviamente le incumbe también la responsabilidad de no impedir que otros hombres obtengan su parte del don de Dios, es más, debe cooperar con ellos para dominar juntamente toda la tierra. A lo largo de la historia, en los comienzos de toda sociedad humana, encontramos siempre estos dos factores, el trabajo y la tierra; en cambio, no siempre, hay entre ellos la misma relación. En otros tiempos la natural fecundidad de la tierra aparecía, y era de hecho, como el factor principal de riqueza, mientras que el trabajo servía de ayuda y favorecía a tal fecundidad. En nuestro tiempo es cada vez más importante el papel del trabajo humano en cuanto factor productivo de las riquezas inmateriales y materiales; por otra parte, es evidente que el trabajo de un hombre se conecta naturalmente con el de otros hombres. Hoy más que nunca, trabajar es trabajar con otros y trabajar para otros: es hacer algo para alguien. El trabajo es tanto más fecundo y productivo, cuanto el hombre se hace más capaz de conocer la potencialidades productivas de la tierra y ver en profundidad las necesidades de los otros hombre, para quienes se trabaja. Evlo: El Laborismo Evolutivo, reafirmando la naturaleza evolutiva de la apropiedad privada, por un lado proclama al trabajo (también el vestido artístico) como fundamento de la misma, pero tambiÉn seÑala en la misma escala, el cuidado de los bienes (economía, arte y ecología). Es a travÉs del trabajo, si, evolutivamente cada vez más valioso (como se expresa arriba en al Enclicica), que el individuo, y en su caso las comunidades, poseen una parte de la Tierra y es por tanto él trabajo el que da valor económico (la naturaleza es de todos y repartible mediante la distribución natural y el precio). Y es por tanto que alega que sólo dando valor igual a todos los trabajos, según el esfuerzo y dedicación, como se comparte, sin privilegios y en justicia, el patrimonio común "mesa común social". para ello predica que todos los trabajos, cualquiera que estos sean, son igualmente dignos y por tanto con derecho de recibir igual retribución; siempre y cuando medie igual esfuerzo y dedicación (MEDIDA DEL TRABAJO) a la tarea. Retribución que no acepta, en el continuum del siglo xxi, ser un sueldo fijo, sino propone un agiornamiento para la justa repartición electrónica de la mesa común social. dialogo: EL TRABAJO ,LOS LABORADORES Y SU RETRIBUCION 33. Encíclica: Existe otra forma de propiedad, concretamente en nuestro tiempo, que tiene una importancia no inferior a la de la tierra: es la propiedad del conocimiento, de la técnica y del saber. En este tipo de propiedad, mucho más que en los recursos naturales, se funda la riqueza de las Naciones industrializadas. Se ha aludido al hecho de que el hombre trabaja con otros hombres, tomando parte en un "trabajo social" que abarca círculos progresivamente más amplios. Quien produce una cosa lo hace generalmente,-aparte del uso personal que de ella puede hacer- para que otros puedan disfrutar de la misma, después de haber pagado el justo precio, establecido de común acuerdo después de una libre negociación. Precisamente la capacidad de conocer oportunamente las necesidades de los demás hombres y el conjunto de los factores productivos más apropiados para satisfacerlas es otra fuente importante de riqueza en una sociedad moderna. Por lo demás, muchos bienes no pueden ser producidos de manera adecuada por un solo individuo, sino que exigen la colaboración de muchos. Organizar ese esfurzo productivo, programar su duración en el tiempo, procurar que corresponda de manera positiva a las necesidades que debe satisfacer, asumiendo los riesgos necesarios: todo esto es también una fuente de riqueza en la sociedad actual. Así se hace cada vez más evidente y determinante el papel del trabajo humano, disciplinado y creativo, y el de las capacidades de iniciativa y del espíritu emprendedor, como parte esencial del mismo trabajo. Dicho proceso, que pone concretamente de manifiesto una verdad sobre la persona, afirmada sin cesar por el cristianismo, debe ser mirado con atención y positivamente. En efecto, el principal recurso del hombre es, junto con la tierra, el hombre mismo. Es su inteligencia la que descubre la potencialidades productivas de la tierra y las múltiples modalidades con que se pueden satisfacer las necesidades humanas. Es su trabajo disciplinado, en solidaria colaboración, el que permite la creación de comuniades de trabajo cada vez más amplias y seguras para llevar a cabo la transformación del ambiente natural y la del mismo ambiente humano. En este proceso están comprometidas importantes virtudes, como son la diligencia, la laboriosidad, la prudencia en asumir los riesgos razonables, la fiabilidad y la leatad en las relaciones interpersonales, la resolución de ánimo en la ejecución de decisiones difíciles y dolorosas, pero necesarias para el trabajo común de la empresa y para hacer frente a los eventuales reveses de fortuna. La moderna economía de empresa comporta aspectos positivos, cuya raíz es la libertad de la persona, que se expresa en el campo económico y en otros campos. En efecto, la economía es un sector de la múltiple actividad humana y en ella, como en todos los demás campos, es tan válido el derecho a la libertad como el deber de hacer uso responsable del mismo. Hay, además, diferencias específicas entre las tendencias de la sociedad moderna y las del pasado incluso reciente. Si en otros tiempos el factor decisivo de la producción era la tierra y luego lo fue el capital, entendido como conjunto masivo de maquinaria y de bienes instrumentales, hoy día el factor decisivo es cada vez más el hombre mismo, es decir, su capacidad de conocimiento, que se pone de manifiesto mediante el saber científico, y su capacidad de organización solidaria, así como la de intuir y satisfacer las necesidades de los demás. Laborismo Evolutivo: El Evlo, partiendo de la filosofía de la evolución que lo guia, enfoca, correctamente, la apreciación humana del trabajo como un valor en evolución - y en espíral ascendente-, y por tanto, comprende muy bien los cambios que se van sucediento en el proceso económico, Lo hace de tal manera, que lo surgía apenas válido hace no mucho, lo es más en esta Época, y lo será aún mayor en el futuro. Contrariamente a la moda imperante, el Evlo, hace notar el valor relativo económico y social de las empresas, afirmando que son simples formas de organización en un momento dado del evocontinuum, y recordando que hay otros caminos de integraciónes profesionales del trabajo. Dentro de ellos, propone, para este ciclo del correr evolutivo, la organización en gremios profesionales, que tiene un sentido de vuelta al principio; ya que corresponde a la familia natural laboral. historicamente se remonta al mismo origen de los humanos relatado en el Génesis, cuyo objeto principal es el mejoramiento profesional "a la exelencia" de sus miembros. Las empresas -el gremio de empresarios-, pueden pedir a los distintos gremios el trabajo de sus asociados. El Evlo, ataca al capitalismo-empresarial como sistema desagiornado para el actual continuum de la evolución al siglo xxi, que marca aún una injusta repartición de la riqueza basada principalmente en la erronea concepción -que inequitativamente favorece solo a unos cuantos-, y de lo que algunos erróneamente denominan libre empresa, de que el enterpreneur es dueño del fruto de toda su empresa, cuando se trata sólo de la labor profesional de un profesional y por tanto su retribución solo debe ser la de las demás profesiónes. Eso si, debe ser siempre libre empresa, ya que debe ser elección libre profesional igual a las demás profesiones, y repetarse como tal por los gobiernos, que deben poner, subsidiariamente, sólo el mínimo de imposiciones dictadAs por el bien común. EDUCAI´ON Y RETRIBUCION 34. Encíclica: Sin embargo, es necesario descubrir y hacer presentes los riesgos y los problemas relacionados con este tipo de proceso. De hecho, hoy muchos hombres, quizá la gran mayoría, no disponen de medios que les permitan entrar de manera efectiva y humanamente digna en un sistema de empresa, donde el trabajo ocupa una posición realmente central. No tiene posibilidad de adquirir los conocimientos básicos, que les ayuden a expresar su creatividad y desarrollar sus capacidades. No consiguen entrar en la red de conocimientos y de intercomunicaciones que les permitiría ver apreciadas y utilizadas sus cualidades. Ellos, aunque no explotados propiamente, son marginados ampliamente y el desarrollo económico se realiza, por así decirlo, por encima de su alcance, limitando incluso los espacios ya reducidos de sus antiguas economías de subsistencua. Esos hombres, impotentes para resistir a la competencia de mercancías producidas con métodos nuevos y que satisfacen necesidades que anteriormente ellos solían afrontar con sus formas organizativas tradicionales; ofuscados por el esplendor de una ostentosa opulencia, inalcanzable para ellos, coartados a su vez por la necesidad, esos hombres forman verdaderas aglomeraciones en las ciudades del Tercer Mundo, donde a menudo se ven desarraigados culturalmente, en medio de situaciones de violencia y sin posibilidad de integración. No se les reconoce, de hecho, su dignidad y, en ocasiones, se trata de eliminarlos de la historia mediante formas coactivas de control demográfico, contrarias a la dignidad humana. Otros muchos hombres, aún no estando marginados del todo, viven en ambientes donde la lucha por lo necesario es absolutamente prioritaria y donde están vigentes todavía las reglas del capitalismo primitivo, junto con la despiadada situación que no tiene nada que envidiar a la de los momentos más oscuros de la primera fase de industrialización. En otros casos sigue siendo la tierra el elemento principal del proceso económico, con lo cual quienes la cultivan, al ser excluidos de su propiedad, se ven reducidos a condiciones de semi-esclavitud. Ante estos casos, se puede hablar hoy día, como en los tiempos de la Rerum novarum, de la explotación inhumana. A pesar de los grandes cambios cambios acaecidos en las sociedades más avanzadas, las carencias humanas del capitalismo, con el consiguiente dominio de las cosas sobre los hombres, están lejos de haber desaparecido; es más, para los pobres, a la falta de bienes materiales se ha añadido la del saber y de conocimientos, que les impide salir del estado de humillante dependencia. Por desgracia, la gran mayoría de los habitantes del Tercer Mundo vive aún en estas condiciones. Sería, sin embargo, un error entender este Mundo en sentido solamente geográfico. En algunas regiones y en sectores sociales del mismo se han emprendido procesos de desarrollo orientados no tanto a la valoración de los recursos materiales, cuanto a la del "recurso humano". Por otra parte, en muchos Países coexisten organismos económicos totalmente diversos y no obstante vinculados de varias formas unos con otros, lo cual plantea nuevos y graves problemas tanto a las políticas de desarrollo como a la pastoral de la Iglesia. En los años recientes se ha afirmado que el desarrollo de los Países más pobres dependía del aislamiento del mercado mundial, así como de su confianza exclusiva en las propias fuerzas. La historia reciente ha puesto de manifiesto que los Países que se han marginado han experimentado un estancamiento y retrocesos; en cambio, han experimentado un desarrollo los Países que han logrado introducirse en la interrelación general de las actividades económicas a nivel internacional. Parece, pues, que el mayor problema está en conseguir un acceso equitativo al mercado internacional, fundado no sobre el principio unilateral de la explotación de los recursos naturales, sino sobre la valoración de los recursos humanos. Con todo, aspectos típicos de Tercer Mundo dan también en los Países desarrollados, donde la transformación incesante de los modos de producción y de consumo devalúa ciertos conocimientos ya adquiridos y profesionalidades consolidadas, exigiendo un esfuerzo continuo de recalificación y de puesta al día. Los que no logran ir al compás de los tiempos pueden quedar fácilmente marginados, junto con ellos, lo son también los ancianos, los jovenes incapaces de insertarse en la vida social y, en general, las personas más débiles y del llamdo Cuarto Mundo. La propia situación de la mujer en estas condiciones no es nada fácil. Evlo: para el Laborismo Evoluitvo, en el evocontinuum de principios del tercer milenio, la disminuicón de las diferencias económicas ¡tan grandes!, que separan ahora a los individuos y los países, proclama el valor superior del trabajo sobre los demás elementos económicos y propone, como principio inicial de solución social y económica, (especialmente de los países con menos recursos tecnológicos) alcanzar una educación general laboriosa, estudiando doscientos cincuenta días al año (ie, el sistema de educación japonés). El Laborismo Evolutivo huye, de los sistemas de ciento ochenta días oficiales de clases que rigen actualmente en la mayoría de Occidente y satélites, ya que suponen educandos con más de seis meses de desocupación efectiva, sobre todo para los pobres. Sistemas de Vagancia, absolutamente insuficientes, porque en para los menos favorecidos, no incluyen alimentos en la escuela, condiciones indispensables para lograr un mejoramiento de las condiciones económicas y de calidad de vida, que suponen siempre la laboriosidad. Antiguamente los países Atlántico-protestantes del llamado Occidente se regían por la ética del trabajo -"Work etics"- cuyos frutos, aunque ya menguantes, se disfrutan todavía en el primer mundo.( Aún en su evolución, la pereza sigue siendo la madre de todos los vicios). Dice el Señor: "Trabajaras seis días...". La Iglesia es y debe de seguir siendo el motor de estas conductas al dicho del Señor Jesús: "no sabeis cuando vendra el Señor de la casa, si al anochecer o a la media noche o al canto del gallo o a la mañana". además del punto anterior el lavorismo Evolutivo, declara como derecho universal la co-participación de los dones de técnológía y de los "know hows", ya que fueron conseguidos mediante la suma y multiplicación de los descubrimientos e invenciones individuales en diferentes partes de la Tierra y son recibidos como paquete en fideicomiso (trust) por los individuos, empresas y países. El Evlo, afirma que la tecnología y sobre todo los "know how's" mundiales que provienen en gran medida, si, de un esfuerzo, a veces personal, en el presente evocontinuum, casi siempre común -de equipo-, pero fundamentalmente del chispazo individual que reciben, gratiutamente, los individuos inventores, que proviene del espíritu humano universal, son patrimonio de la humanidad (salvando la recuperación de los costos y el principio de conservación del capital) y es partidario, que de ordinario, se transmitan mediante sistemas de franquisias (franchise), sin exclusividad, que suponen en si mismos una compartición del los "know how's". El Lavorismo Evolutivo, declara generales, universales y científicas las tÉcnicas de manejo y dirección de la economía y, Adicionalmente pide la igualización paulatina y decidida de la retribución de los laboradores, mediante sus Gremios, conforme avanzan en la preparación profesional y exigencias laborales a sus agremiados y se modernizan los sistemas de distribución electrónica de los resultados economicos y finacieros. LIBRE MERCADO Y RETRIBUCION DEL TRABAJO: SALARIO 35. Encíclica: Da la impresión de que, tanto a nivel de Naciones, como de relaciones internacionales, el libre mercado sea el instrumento más eficaz para colocar los recursos y responder eficazmente a las necesidades. Sin embargo, esto vale sólo para aquellas necesidades que son "solventables", con poder adquisitivo, y para aquellos recursos que son "vendibles", esto es, capaces de alcanzar un precio conveniente. Pero existen numerosas necesidades humanas que no tienen salida en el mercado. Es un estricto deber de justicia y de verdad impedir que queden sin satisfacer las necesidades humanas fundamentales y que perescan los hombres oprimidos por ellas. Además, es preciso que se ayude a estos hombres necesitados a conseguir los conocimientos, a entrar en el circulo de las interrelaciones, a desarrollar sus capacidades y recursos. Por encima de la lógica de los intercambios a base de los parametros y de sus formas justas, existe algo que es debido al hombre porque es hombre, en virtud de su iminente dignidad. Este algo debido conlleva inseparablemente la posibilidad de sobrevivir y de participar activamente en el bien común de la humanidad. En el contexto del Tercer Mundo conservan toda su validez -y en cierto casos son todavía una meta por alcanzar- los objetivos indicados por la Rerum novarum, para evitar que el trabajo del hombre y el hombre mismo se reduzcan al nivel de simple mercancía: el salario suficiente para la vida de familia, los seguros sociales para la vejez y el desempleo, la adecuada tutela de las condiciones de trabajo. Laborismo Social: Para el Evlo, el libre mercado es un consecuencia de la poseción del territorio universal de tods los humanos por igual. y para el el laborismo Evolutivo, el trabajo nunca es una mercancía, pero para que la realidad corresponda a los principios, el sueldo fijo debe desaparecer; el siguiente paso en el evocontinuum, es la distribución de la Mesa Común Social, electrónica y equitativamente, según los beneficios de la aventura económica ejecutada mediante el trabajo social. No es ajena a las posibilidades del avance tecnológico la distribuicón de una comarca entera, y aún, de la riqueza internacional. El Laborismo Evolutivo, pide la agionarnización de la tesis del "salario justo"; la sustituye por, la justa e imparcial participación de la mesa común social. El salario, si se entiende con ello una retribución fija, no es remuneración suficiente, ni adecuada, ni imparcial, puesto que los humanos no tenemos un deseo fijo de superación espiritual y por supuesto tampoco en lo económico. Nuestra meta es la ascención hacia el Espíritu. Todos los trabajos, cualesqiera que ellos sean merecen participaen en una justa repartición matemática de rendimientos de la mesa común social. ¿QuiÉn juzga a que corresponde un salario justo si éste es fijado por convenciones de mercado, como si fuera mercacía, y no por matemáticas distribuciones? ¿Que necesidades, en el presente evocontinuum, especialmente considerando las más apremiantes, son fijas? CAPITALISMO Y LIBRE EMPRESA 36. Encíclica: Se abre aqui un vasto y fecudo campo de acción y de lucha, en nombre de la justicia, para los sindicatos y demas organizaciones de los trabajadores, que defienden sus derechos y tutelan su persona, desempeñando al mismo tiempo una función esencial de carácter cultural, para hacerles participar de manera más plena y digna en la vida de la Nación y ayudarles en la vía del desarrollo. En este sentido se puede hablar justamente de lucha contra un sistema económico, entendiddo como método que asegura el predominio absoluto del capital, la posesión de los medios de producción y la tierra, respecta a la libre subjetividad del trabajo del hombre. En la lucha contra este sistema no se pone, como modelo alternativo, el sistema socialista, que de hecho es un capitalismo de Estado, sino una sociedad basada en el trabajo libre, en la empresa y en la participación. Esta sociedad tampoco se opone al mercado, sino que exige que éste sea controlado oportunamente por las fuerzas sociales y por el Estado, de manera que se garantize la satisfacción de las exigencias fundamentales de toda la sociedad. La Iglesia reconoce la justa función de los beneficios, como índice de la buena marcha de la empresa. Cuando una empresa da beneficios significa que los factores productivos han sido utilizados adecuadamente y que las correspondientes necesidades humanas han sido satisfechas debidamente. Sin embargo, los beneficios no son el único índice de las condiciones de la empresa. Es posible que los balances económicos sean correctos y que al mismo tiempo los hombres, que constituyen el patrimonio más valioso de la empresa, sean humillados y ofendidos en su dignidad. Además de ser moralmete inadmisible, esto no puede menos de tener reflejos negativos para el futuro, hasta para la eficiencia económica de la empresa. En efecto, finalidad de la empresa, no es simplemente la producción de beneficios, sino más bien la existencia misma de la empresa como comunidad de hombres que, de diversas maneras, buscan la satisfacción de sus necesidades fundamentales y constituyen un grupo particular al servicioc de la sociedad entera. Los beneficios son un elemento regulador de la vida de la empresa, pero no el único; junto con éllos hay que considerar otros factores humanos y morales que, a largo plazo, son por lo menos igualmente esenciales para la vida de la empresa. Queda mostrado cuán inaceptable es la afirmación de que la derrota del socialismo deje al capitalismo como único modelo de organización económica. Hay que romper las barreras y los monopolios que dejan a tantos Pueblos al mergen del desarrollo, y asegurar a todos -individuos y Naciones- las condiciones básicas, que permitan participar en dicho desarrollo. Este objetivo exige esfuerzos programados y responsables por parte de toda la comunidad internacional. Es necesario que las Naciones más fuertes sepan ofrecer a las más débiles oportunidades, haciendo los esfuerzos y los sacrificios necesarios para ello, asegurando la estabilidad del marco político y económico, la certeza de perspectivas para el futuro, el desarrollo de las capacidades de los propios trabajadores, la formación de empresarios eficientes y concientes de sus responsabilidades. Actualmente, sobre los esfuerzos positivos que se han llevado a cabo en este sentido grava el problema, todavía no resuelto en gran parte, de la deuda exterior de los Países más pobres. Es ciertamente justo el principio de que las deudas deben ser pagadas. No es lícito, en cambio, exigir o pretender su pago, cuando éste vendría a imponer de hecho opciones políticas tales que llevaran al hambre y a la desesperación a poblaciones enteras. No se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables. En estos casos es necesario -como, por lo demás, está ocurriendo en parte- encontrar modalidades de reducción, dilación o extinción de la deuda, compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y al progreso. Evlo: El Laborismo Evolutivo, no acepta como solución definitiva la organización del trabajo en sindicatos, remedio temporal para un momento pasado del continuum evolutivo, ya que son organismos fundamentalmente de ataque-defensa y no, de perfeccionamiento de sus socios; los considera instrumento obsoletos, y resabios de una lucha de clases que está en completo ocaso. las utilidades, de lo que en este correr evolutivo, se denomina empresa, son naturalmente, el índice de éxito y buen manejo colectivo del grupo laboral, ya que suponen, que entra más de lo que sale pero, el Evlo, afirma que las utilidades, no se pueden atribuir sólo, al factor humano interno de la empresa, porque son causa de ellas también: los proveedores, con sus descuentos; el gobierno, con sus servicios; y el público consumidor a través de un menor o mayor precio del producto o servicio. El Evlo, afirma que TODOS deben participar de ellas, en justicia e imparcialidad, circunstancia que requiere un agiornamiento continuo para que se den justAs e imparciales deciciones sobre la reparticipación (el fijismo, es contrario a la natural mobilidad económica) . El evlo, reconoce como elemento indispensable de la libertad, y dentro del plan divino, las división del trabajo (ver: grupos de gremios en el Génesis), y la distinta posición de dirigentes o dirigidos, maestros o alumnos, pero en su lucha en contra de la opresión del capitalismo-paternalismo, no apropiada para un humanidad en su adolecencia, rechaza la terminología decimonónica de; patrones y obreros, de cuello azul y cuello blanco, etc.. y propone, el re-descubrimiento de los gremios laborales (que incluyen los de los entrepreneurs, y los de los admistradores) y pugna por la igual dignidad social y económica de todos éllos. igualdad económica de la totalidad de los laboradores, mal llamados, intelectuales o manuales, amos y subordinados, patrones y obreros. esto naturalmente remediaría, (en lo posible del "hombre lobo del hombre") también el capitalismo- gerencial al equiparar el ingreso de las labores. El Evlo, reconoce que el Capital, como expresión de la frugalidad y disciplina del que lo juntó, debe obtener sus justos (el fijismo, es contrario a la mobilidad económica)rendimientos pero, respecto a la reparticipación al capitalismo-accionario, para ser justa e imparcial, ya que supone , que los accionistas son los dueños de la empresa, propone que se considere su aportación como sólo Pasivos con mayores o menores privilegios , según los tiempos, y Estas modificaciones sociales/económicas requiere una actualización continua por los integrantes del Poder Economico propuesto por el Evlo. El proceso económico es vivo y hecho por humanos vivos y en evolución. conviene usar de la flexibilidad necesaria en al admisnitración de los recursos reconociendo las vacas flacas, que siempre están y estarán (a pesar de los progresos), en la económía: en los recursos humanos, materiales, en los premios, en los reveces y preever reservas y seguros acumulados durante las vacas gordas . El Evlo, propone que un Gobierno Economico -Poder Ecomómico- maneje las situaciones económicas. La función de éste, debe entenderse, como equilibrio, al Gobierno Político, y viceversa, separando lo que más corrompe: el Poder y el Dinero. Poder Económico conformado por los de la economía ("zapatero a tus zapatos") y actuando pon consulta y decición de consenso con sus integrantes todos. En la dirección y control de los capitalismos, debe ponerse especial cuidado en los movimientos de los renglónes de "efectivo" de los individuos particulares y de los grupos/empresas como base principal de la repartición con equidad y justicia . CONSUMIDORES 37. Encíclica: Conviene ahora dirigir la atención a los problemas específicos y a las amenazas, que surgen dentro de las economías más avanzadas y en relación con sus peculiares características. En las precedentes faces de desarrollo, el hombre ha vivido siempre condicionado bajo el peso de la necesidad. Las cosas necesarias eran pocas, ya fijadas de alguna manera por las estructuras objetivas de su constitución corpórea, y la actividad económica estaba orientada a satisfacerlas. Está claro, sin embargo, que hoy el problema no es sólo ofrecer una cantidad de bienes suficientes, sino el de responder a un demanda de calidad: calidad de la mercancía que se produce y se consume; calidad de los servicios que se disfrutan; calidad del ambiente y de la vida en general. La demanda de una existencia cualitativamente más satisfactoria y más rica es algo en sí legítimo; sin embargo, hay que poner de relieve las nuevas responsabilidades y peligros ajenos a esta fase histórica. En el mundo, donde surgen y se delimitan nuevas necesidades, se da siempre una concepción más o menos adecuada del hombre y de su verdadero bien. A través de las opciones de producción y de consumo se pone de manifiesto una determinada cultura, como concepción global de la vida. De ahí nace el fenómeno del consumismo. Al descubrir nuevas necesidades y nuevas modalidades para su satisfacción, es necesario dejarse guiar por una imagen integral del hombre, que respete todas las dimensiones de su ser y que subordine las materiales e instintivas, a las interiores y espirituales. Por el contrario, al dirigirse directamente a sus instintos, presindiendo en uno u otro modo de su realidad personal, consciente y libre, se pueden crear hábitos de consumo y estilos de vida objetivamente ilícitos y con frecuencia incluso perjudiciales para la salud física y espiritual. El sistema económico no posee en sí mismo criterios que permitan distinguir correctamente las nuevas y más elevadas formas de satisfacción de las nuevas necesidades humanas, que son un obstáculo para la formación de una personalidad madura. Es pues, necesaria y urgente una gran obra educativa y cultural, que comprenda la educación de los consumidores para un uso responsable de su capacidad de elección, la formación de un profundo sentido de responsabilidad en los productores y sobre todo en los profesionales de los medios de comunicación social, además de la necesaria intervención de las autoridades públicas. Un ejemplo llamativo de consumismo, contrario a la salud y a la dignidad del hombre y que ciertamente no es fácil de controlar, es el de la droga. Su difusión es índice de una grave disfunción del sistema social, que supone una visión materialista y, en cierto sentido, destructiva de las necesidades humanas. De este modo la capacidad innovadora de la economía libre termina por realizarse de manera unilateral e inadecuada. La droga, así como la pornografía y otras formas de consumismo, al explotar la fragilidad de los débiles, pretenden llenar el vacío espiritual que se ha venido a crear. No es malo el deseo de vivir mejor, pero es equivocado el estilo de vida que se presume como mejor, cuando está orientado a tener y no a ser, y que quiere tener más no para ser más, sino para consumir la existencia en un goce que se propone como fin en sí mismo. Por esto, es necesario esforzarse por implantar estilos de vida, a tenor de los cuales la búsqueda de la verdad, de la belleza y del bien, así como la comunión con los demás hombres para un crecimiento común sean los elementos que determinen las opciones del consumo, de los ahorros y de las inversiones. A este respecto, no puedo limitarme a recordar el deber de ayuda de la caridad, esto es, el deber de ayudar con lo propio "superfluo" y, a veces, incluso con lo propio "necesario", para dar al pobre lo indispensable para vivir. Me refiero al hecho de que también la opción de invertir en un lugar y no en otro, en un sector productivo en vez de otro, es siempre una opción moral y cultural. Dadas ciertas condiciones económicas y de estabilidad política absolutamente imprescindibles, la decisión de invertir, esto es, de ofrecer al pueblo la ocasión de dar valor al propio trabajo, está asimismo determinada por una actitud de querer ayudar y por la confianza en la Providencia, lo cual muestra las cualidades humanas de quien decide. Laborismo Evolutivo: El Evlo, apoya la obra educativa y cultural que realicen las escuelas básicas y las organizaciones para bien de los consumidores, incluyendo las que dirigidas por las iglesias locales, Y esta´de acuerdo en que la convenicia del consumo es evolutivo y libre en el mandato de Yahvé: "Os he dado toda yerba que produzca semilla para que os sirva de alimento". "Podeís comer libremente de todos los árboles , pero no del de el conocimiento del bien y el mal" por tanto cambiante y acomodado a los nuevos tiempos y al progreso en los conocimientos. El Evlo, para bien contemplar a fondo el problema del consumismo y de la optimización de ganacias y de empresa como motivaciones de la actividad económica declara que el lucro económico es lícito (desiderium=deseo y rango=status vito=evación ) no son los únicos factores capaces de mover la conducta económica humana; tambiÉn es motor económico el compartir lo propio (efussio ) y máxime si lo compartido es la capacidad profesional dirigida para servir a otros, siempre y cuando se eduque en ese sentido. la empresa en sí es sólo un instrumento de la económía y de ninguna manera su celula esencial. Las utilidades, necesarias como parte tÉcnica de la dinámica económica no son el problema que lleva a esas conductas desviadas sino el reparto de las mismas o la distribución de la riqueza en los individuos lo que provoca esas conductas reprobables provocadas por la ambición y la avaricia personales. Para ello el L. S. propone la profesionización de la sociedad laboral en todos sus aspectos justa. ECOLOGIA 38. Encíclica: Es así mismo preocupante, junto con el problema del consumismo y estrictamente vinculado con él, la cuestión ecológica. El hombre, impulsado por el deseo de tener y gozar, más que de ser y de crecer, consume de manera excesiva y desordenada los recursos de la tierra y su misma vida. En la raíz de la insensata destrucción del ambiente natural hay un error antropológico, por desgracia muy difundido en nuestro tiempo. El hombre, que descubre su capacidad de transformar y, en cierto sentido, de "crear" el mundo con el propio trabajo, olvida que éste se desarrolla siempre sobre la base de la primera y originaria donación de las cosas por parte de Dios. Cree que puede disponer arbitrariamente de la tierra, sometiéndola sin reservas a su voluntad como si ella no tuviese una fisonomía propia y un destino anterior dados por Dios, y que el hombre puede desarrollar ciertamente, pero que no debe traicionar. En vez de desempeñar su papel de colaborador de Dios en la obra de la creación, el hombre suplanta a Dios y con ello provoca la rebelión de la naturaleza, más bien tiranizada que gobernada por él. Esto demuestra, sobre todo, mezquinidad o estrechez de miras del hombre, animado por el deseo de poseer las cosas en vez de relacionarlas con la verdad, y falto de aquella actitud desinteresada, gratuita, estética que nace del asombro por el ser y por la belleza que permite leer en las cosas visibles el mensaje de Dios invisible que las ha creado. A este respecto, la humanidad de hoy debe ser consiente de sus deberes y de su cometido para con las generaciones futuras. cuidar la ecología ¸¸¸ El L.S. sale al encuentro del destino ecológico de los humanos al recordar que Éste segundo mandamiento del Génesis Yahvé-Dios puso al humano en el Jardín de Edén para cuidarlo (Gns. 2, 15) va ligado al momento mismo de la creación del primer humano. Este lo sostiene válido en plano individual, regional-nacional y por supuesto en el del total de la especie humana. El ambiente común es una de las pruebas palpables del destino común a todos los humanos de los bienes de la Tierra . EL HUMANO SOBRE LA ECOLOG´IA 39. Encíclica: Además de la destrucción irracional del ambiente natural hay que recordar aquí la más grave aún del ambiente humano, al que, sin embargo, se está lejos de prestar la necesaria atención. Mientras nos preocupamos justamente, aunque mucho menos de lo necesario, de preservar los "habitat" naturales de las diversas especies animales amenazadas de extinción, porque nos damos cuenta de que cada una de ellas aporta su propia contribución al equilibrio general de la tierra, nos esforzamos muy poco por salvaguardar las condiciones morales de la auténtica "ecología humana". No sólo la Tierra ha sido dada por Dios al hombre, el cual debe usarla respetando la intención originaria de que es un bien, según la cual le ha sido dada; incluso el hombre es para sí mismo un don de Dios y, por tanto, debe respetar la estructura natural y moral con la que ha sido dotado. Hay que mensionar en este contexto los graves problemas de la moderna urbanización, la necesidad de un urbanismo preocupado por la vida de las personas, así como la debida atención a una "ecología social" del trabajo. El hombre recibe de Dios su dignidad esencial y con ella la capacidad de trascender todo ordenamiento de la sociedad hacia la verdad y el bien. Sin embargo, está condicionado por la estructura social en que vive, por la educación recibida y por el ambiente. Estos elementos pueden facilitar u obstaculizar su vivir según la verdad. Las decisiones, gracias a las cuales se constituye un ambiente humano, pueden crear estructuras concretas de pecado, impidiendo la plena realización de quienes son oprimidos de diversas maneras por las mismas. Demoler tales estructuras y sustituirlas con formas más aunténticas de convivencia es un cometido que exige valentía y paciencia. perfeccionar no solo la ecología sino al humano ¸¸¸ El L. S. sostiene que el cuidado particular de los bienes es uno de los títulos de propiedad, como lo es el trabajo, ya que la conservación de la naturaleza es en sí representa un trabajo. TambiÉn sostiene que dentro de la conservación tiene lugar preferente el perfecciónamiento de la naturaleza y aún dentro de ésta el campo la naturaleza humana es la primera en orden de importancia y su conservación el principal quehacer humano. El L. S. considera la educación, la educación evolutiva, como el principal instrumento de conservación de la Tierra. FAMILIA 40. Encíclica: La primera estructura fundamental a favor de la "ecología humana" es la familia, en cuyo seno el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien; aprende qué quiere decir amar y ser amado, y por consiguiente qué quiere decir en concreto ser una persona. Se entiende aquí la familia fundada en el matrimonio, en el que el don recíproco de sí por parte del hombre y de la mujer crea un ambiente de vida en el cual el niño puede nacer y desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible. En cambio, sucede con frecuencia que el hombre se siente desanimado a realizar las condiciones auténticas de la reproducción humana y se ve inducido a considerar la propia vida y a sí mismo como un conjunto de sensaciones que hay que experimentar más bien que como una obra a realizar. De aquí nace una falta de libertad que le hace renunciar al compromiso de vincularse de manera estable con otra persona y engendrar hijos, o bien le mueve a considerar a éstos como una de tantas "cosas" que es posible tener o no tener, según los propios gustos, y que se presentan como otras opciones. Hay que volver a considerar la familia como el santuario de la vida. En efecto, es sagrada: es el ámbito donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a que está expuesta, y puede desarrollarse según las exigencias de un auténtico crecimiento humano. Contra la llamda cultura de la muerte, la familia constituye la sede de la cultura de la vida. El ingenio del hombre parece orientarse, en este campo, a limitar, suprimir o anular las fuentes de la vida, recurriendo incluso al aborto, tan extendido por desgracia en el mundo, más que a defender y abrir las posibilidades a la vida misma. En la Encíclica Sollicitudo rei socialis han sido denunciadas las campañas sistemáticas contra la natalidad, que, sobre la base de una concepción deformada del problema demográfico y en un clima de "absoluta falta de respecto por la libertad de decisión de las personas interesadas", las someten frecuentemente a "intolerables presiones... para plegarlas a esta forma nueva de opresión". Se trata de políticas que con técnicas nuevas extienden su radio de acción hasta llegar, como en una "guerra química", a envenenar la vida de millones de seres humanos indefensos. Estas críticas van dirigidas no tanto contra un sistema económico, cuanto contra un sistema ético-cultural. En efecto, la economía es sólo un aspecto y una dimensión de la compleja actividad humana. Si es absolutizada, si la producción y el consumo de las mercancías ocupan el centro de la vida social y se convierten en el único valor de la sociedad, no subordinando a ningun otro, la causa hay que buscarla no sólo y no tanto en el sistema económico mismo, cuanto en el hecho de que todo el sistema sociocultural, al ignorar la dimensión ética y religiosa, se ha debilitado, limitándose únicamente a la producción de bienes y servicios. Todo esto se puede resumir afirmando una vez más que la libertad económica es solamente un elemento de la libertad humana. Cuando aquella se vuelve autónoma, es decir, cuando el hombre es considerado más como un productor o un consumidor de bienes que como un sujeto que produce y consume para vivir, entonces pierde su necesaria relación con la persona humana y termina por alienarla y oprimirla. ¸¸¸ El L. S. contempla en los mandamientos del GÉnesis la respuesta a la conducta poblacional. El crecer y reproduciros que ordena lo contempla en su dimensión limitativa, al mandarse que se haga esto hasta y para llenar la Tierra. Esto es válido contemplado en su aspecto individual, de grupo y sobre todo en vistas a la totalidad de la especie humana. El ver parcialmente el texto: Conservación de la especie mediante la reproducción es válido en tiempos de infrapoblación pero son válidas el fomento de las conductas no poblacionales (especialmente las vocaciones cÉlibes de las religiones) y de todas las conductas no poblacionales en tiempos de sobrepoblación. El instrumento con que cuenta en estas disciplinas es la educación y la apertura evolutiva a los cambios que marca la naturaleza. 41. Encíclica: Es deber del Estado proveer a la defensa y tutela de los bienes colectivos, como son el ambiente natural y el ambiente humano, cuya salvaguardia no puede estar asegurada por los simples mecanismos de mercado. Así como en tiempos del viejo capitalismo el Estado tenía el deber de defender los derechos fundamentales del trabajo, así ahora con el nuevo capitalismo el Estado y la sociedad tienen el deber de defender los bienes colectivos que, entre otras cosas, constituyen el único marco dentro del cual es posible para cada uno conseguir legítimamente sus fines individuales. He ahí un nuevo límite del mercado: existen necesidades colectivas y cualitativas que no pueden ser satisfechas mediante sus mecanismos; hay exigencias humanas importantes que escapan a su lógica; hay bienes que, por su naturaleza, no se pueden ni se deben vender o comprar. Ciertamente, los mecanismos de mercado ofrecen ventajas seguras; ayudan, entre otras cosas, a utilizar mejor los recursos; favorecen el intercambio de los productos y, sobre todo, dan la primacía a la voluntad y a las preferencias de la persona, que, en el contrato, se confrontan con las otras personas. No obstante, conllevan el riesgo de una "idolatría" del mercado, que ignora la existencia de bienes que, por su naturaleza, no son ni pueden ser simples mercancías. ¸¸¸ El L. S. sostiene como primer elemento natural que no es mercancía el trabajo humano. Sostiene tambiÉn que los bienes que no son sujetos del cuidado y trabajo individuales, vuelvan a propiedad colectiva para ser nuevamente privatizados para alguien que sea capaz de trabajarlos y cuidarlos. y tambiÉn píde entre otras la propiedad colectiva y aún universal: que no se comercie con las obras de arte universales y que estas sean regresadas a su lugares de origen; la internacionalización de los "know how" y su compartición universal por los franchising; el considerar las naciones como sólo divisiones convencionales y no como separaciones soberanas. 42. Encíclica: El marxismo ha criticado las sociedades burguesas y capitalistas, reprochándoles la mercantilización y alienación de la existencia humana. Ciertamente, este reproche está basado sobre una concepción equivoca e inadecuada de la alienación, según la cual ésta depende únicamente de la esfera de las relaciones de producción y propiedad, esto es, atribuyéndole un fundamento materialista y negando, además, la legitimidad y la positividad de las relaciones de mercado incluso en su propio ámbito. El marxismo acaba afirmando así que sólo en una sociedad de tipo colectivista podría erradicarse la alienación. Ahora bien, la experiencia histórica de los Países socialistas ha demostrado tristemente que el colectivismo no acaba con la alienación, sino que más bien la incrementa, al añadirle la penuria de las cosas necesarias y la ineficacia económica. La experiencia histórica de Occidente, por su parte, demuestra que, si bien el análisis y el fundamento marxista de la alienación son falsas, sin embargo la alienación, junto con la pérdida del sentido auténtico de la existencia, es una realidad incluso en las sociedades occidentales. En efecto, la alienación se verifica en el consumo, cuando el hombre se ve implicado en una red de satisfacciones falsas y superficiales, en vez de ser ayudado a experimentar su personalidad auténtica y concreta. La alienación se verifica también en el trabajo, cuando se organiza de manera tal que "maximaliza" solamente sus frutos y ganancias y no se preocupa de que el trabajador, mediante el propio trabajo, se realice como hombre, según que aumente su participación en una auténtica comunidad solidaria, o bien su aislamiento en un complejo de relaciones de exacerbada competencia y de recíproca exclusión, en la cual es considerado sólo como un medio y no como un fin. Es necesario iluminar, desde la concepción cristiana, el concepto de alienación, descubriendo en él la inversión entre los medios y los fines: el hombre, cuando no reconoce el valor y la grandeza de la persona en sí mismo y en el otro, se priva de hecho de la posibilidad y de establecer una relación de solidaridad y comunión con los demás hombres, para lo cual fue creado por Dios. En efecto, es mediante la propia donación libre como el hombre se realiza auténticamente a sí mismo, y esta donación es posible gracias a la esencial "capacidad de trascendencia" de la persona humana. el hombre no puede darse a un proyecto solamente humano de la realidad, a un ideal abstracto, ni a falsas utopías. En cuanto persona, puede darse a otra persona o a otras personas y, por último, a Dios, que es el autor de su ser y el único que puede acoger plenamente su donación. Se aliena el hombre que rechaza trascenderse a sí mismo y vivir la experiencia de la autodonación y de la formación de una auténtica comunidad humana, orientada a su destino último que es Dios. Está alienada una sociedad que, en sus formas de organización social, de producción y consumo, hace más difícil la realidad de esta donación y la formación de esa solidaridad interhumana. En la sociedad occidental se ha superado la explotación, al menos en las formas analizadas y descritas por Marx. No se ha superado, en cambio, la alienación en las diversas formas de explotación, cuando los hombres se instrumentalizan mutuamente y, para satisfacer cada vez más refinadamente sus necesidades particulares y secundarias, se hacen sordos a las principales y auténticas, que deben regular incluso el modo de satisfacer otras necesidades. El hombre que se preocupa sólo o prevalentemente de tener y gozar, incapaz de dominar sus instintos y sus pasiones y de subordinarlas mediante la obediencia a la verdad, no puede ser libre, La obediencia a la verdad sobre Dios y sobre el hombre es la primera condición de la libertad, que le permite ordenar los propios deseos y el modo de satisfacerlos según una justa jerarquía de valores, de manera que la posesión de las cosas sea para él un medio de crecimiento. Un obstáculo a esto puede venir de la manipulación llevada a cabo por los medios de comunicación social, cuando imponen con la fuerza persuasiva de insistentes campañas, modas y corrientes de opinión, sin que sea posible someter a un examen crítico las premisas sobre las que se fundan. ¸¸¸ El L. S. enseÑa que los humanos, tambiÉn en proceso de espiral ascedente en su desarrollo económico deben subir esa escalera y alcanzar la libertad al proceso final. Para ello se debe superar el estado del empleadismo, que es solo un escalón, un poco superior a la condición de esclavo y luego siervo, en la carrera ascedente hacia el espíritu. Para superar esa esplótación (que se da en todo capitalismo) propone una donación de la persona a los demás a travÉs de elevar a profesiónes todas las actividades humanas, cualesquiera que estas sean y lograr la calidad profesional a la exelencia . Se pretende lograr que los humanos se realicen como humanos a travÉs de su trabajo profesional y profesionalizar el trabajo contemplándolo como el segundo mandato de Dios en el GÉnesis (despuÉs de su condición de dómimo- seÑor de la creación-) Puso dios a Adán en el jardín del Eden para trabajarlo y como tercer mandato del Deuteronomio y el Levìtico: trabajarás seis días . El L. S. encuentra en la profesionalización de la sociedad el mejor mÉtodo para enfocar el problema del consumismo- falaz consumo- , de la sociedad occidental. 43. Encíclica: Volviendo ahora a la pregunta inicial, ¿se puede decir quizá que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él estén dirigidos los esfuerzos de los Países que tratan de reconstruir su economía y su sociedad? ¿Es quizá éste el modelo que es necesario proponer a los Países del Tercer Mundo, que buscan la vía del verdadro progreso económico y civil? La respuesta obviamente es compleja. Si por "capitalismo" se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de "economía de empresa", "economía de mercado", o simplemente de "economía libre". Pero si por "capitalismo" se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una partiular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa. La solución marxista ha fracasado, pero permanecen en el mundo fenómenos de marginación y explotación, especialmente en el Tercer Mundo, así como fenómenos de alienación humana, especialmente en los Países más avanzados; contra tales fenómenos se alza con firmeza la voz de la iglesia. Ingentes muchedumbres viven aún en condiciones de gran miseria material y moral. El fracaso del sistema comunista en tantos Países elimina ciertamente un obstaculo a la hora de afrontar de manera adeuada y realista estos problemas; pero eso no basta para resolverlos. Es más, existe el riesgo de que se difunda una ideología radical de tipo capitalista, que rechaza incluso el tomarlos en consideración, porque a priori considera condenado al fracaso todo intento de afrontarlos y, de forma fideísta, confía su solución al libre desarrollo de las fuerzas de mercado. ¸¸¸ El L. S se proclama como el sistema que en un justo medio hermana las buenas condiciones del Capitalismo por su aceptación de la ciencia y artes económicas como de realidad social y por otro el justo deseo de la repartici´ón de la Mesa Común Social a tavÉs de la igaulación de los trabajos de los humanos. 44. Encíclica: La Iglesia no tiene modelos para proponer. Los modelos reales y verdaderamente eficaces pueden nacer solamente de las diversas situaciomes históricas, gracias al esfuerzo de todos los responsables que afronten los problemas concretos en todos sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales que se realacionan entre sí. Para este objetivo la Iglesia ofrece, como orientación ideal e indispensable, la propia doctrina social, la cual -como queda dicho- reconoce la positividad del mercado y de la empresa, pero al mismo tiempo indica que éstos han de estar orientados hacia el bien común. Esta doctrina reconoce también la legitimidad de los esfuerzos de los trabajadores por conseguir el pleno respeto de su dignidad y espacios más amplios de participación en la vida de la empresa, de manera que, aún trabajando juntamente con otros y bajo la dirección de otros, puedan considerar en cierto sentido que "trabajan en algo propio", al ejercitar su inteligencia y libertad. El desarrollo integral de la persona humana en el trabajo no contradice, sino que favorece más bien la mayor productividad y eficacia del trabajo mismo, por más que esto puede debilitar centros de poder ya consolidados. La empresa no puede considerarse únicamente como una "sociedad de capitales"; es, al mismo tiempo, una " sociedad de personas", en la que entran a formar parte de manera diversa y con responsabilidades específicas los que aportan el capital necesario para su actividad y los que colaboran con su trabajo. Para conseguir estos fines, sigue siendo necesario todavía un gran movimiento asociativo de los trabajadores, cuyo objetivo es la liberación y la promoción integral de la persona. A la luz de las "cosas nuevas" de hoy ha sido considerada nuevamente la relación entre la propiedad individual o privada y el destino universal de los bienes. El hombre se realiza a sí mismo por medio de su inteligencia y su libertad y, obrando así, asume como objeto e instrumento las cosas del mundo, a la vez que se apropia de ellas. En este modo de actuar se encuentra el fundamento del derecho a la iniciativa y a la propiedad individual. Mediante su trabajo el hombre se compromete no sólo en favor suyo, sino también en favor de los demás y con los demás : cada uno de colabora en el trabajo y en el bien de los otros. El hombre trabaja para cubrir las necesidades de su familia, de la comunidad de la que forma parte, de la Nación y, en definitiva, de toda la humanidad. Colabora, asimismo, en la actividad de los que trabajan en la misma empresa e igualmente en el trabajo de los proveedores o en el consumo de los clientes, en una cadena de solidaridad que se extiende progresivamente. La propiedad de los medios de producción, tanto en el campo industrial como agrícola, es justa y legítima cuando se emplea para un trabajo útil; pero resulta ilegítima cuando no es valorada o sirve para impedir el trabajo de los demás u obtener unas ganancias que no son fruto de la expansión global del trabajo y de la riqueza social, sino más bien de su compresión, de la explotación ílicita, de la especulación y de la ruptura de la solidaridad en el mundo laboral. Este tipo de propiedad no tiene ninguna justificación y constituye un abuso ante Dios y los hombres. La obligación de ganar el pan con el sudor de la propia frente supone, al mismo tiempo, un derecho. Una sociedad en la que este derecho se niegue sistemáticamente y las medidas de política económica no permitan a los trabajadores alcanzar niveles satisfactorios de ocupación, no puede conseguir su legitimación ética ni la justa paz social. Así como la persona se realiza plenamente en la libre donación de sí misma, así también la propiedad se justifica moralmente cuando crea, en los debidos modos y circunstancias, oportunidades de trabajo y crecimiento humano para todos. ¸¸¸ El L. S. en su definición de la economía hace el resaltar el papel relevante que tiene en la economía colectiva una sociedad con trabajo total. Trabajo que no es empleos, estado quasi-escalvo, sino trabajo producto de la vocación o programación interior. El L. S. cree que Dios nuestro seÑor, Providencia, se cuida hasta de las hojas que se caen, con mayor motivo cuida que las vocaciones laborales que siembra en sus hijos los humanos, estén todas coordinadas, como la mejor empresa del mundo, de tal manera que en su conjunto y siendo fiel, logren mediante el intercambio libre el óptimo resultado de esa distribuciòn de trabajo. El L. S. niega que la ganacia repartible de una empresa sea debida al entrepreneur o ya que este solo realiza al crear una tarea de su profesión, y como todo profesional, está sujeto a sus honorarios. El L. S. considera al capital como trabajo acumulado y por tanto digno del mayor respÉto y su ganacia corresponde a una participáción de los frutos que corresponden a los ahorros en los bancos. En marcha este sistema tiende a una apreciación del valor de los bienes comerciables y supone un menor valor en todos ellos por la igualción del poder de compra de la demanda.