Sidrá 44ª de la Torá. Sidrá 1ª del sefer Devarim. Entre pesukim 1:1 y 3:22. Haftará en Ieshaiá 1:1 – 27.

Perek 1: Con esta parashá comienza el relato de Moshé con el que recapitula los instantes más memorables de la pasada historia hebrea, estando en las últimas cinco semanas de su vida, y estando los israelitas ya próximos a cruzar las riberas del Jordán para adentrarse en la Tierra Prometida.

Moshé verifica la total validez de las mitzvot, y les presenta a los israelitas la circunstancia crucial en la cual se hallan, prestos a abandonar su vieja forma de vida, protegidos y llevados por H’, como en el desierto, para transformarse en un pueblo independiente en su propia tierra.

Además, expresa las mitzvot relativas a la preparación en Torá que debe tener un juez, y en su sentencia basada en la justicia y no en otros intereses o motivos.

Luego, continúa con la historia de los sucesos, de cómo los israelitas vieron aplazado su ingreso a la Tierra Prometida a causa del pecado de los ‘exploradores’, que enviaran hacía ya cuarenta años (parashá Shelaj Leja), y es este acontecimiento el que desea Moshé enfatizar en esta oportunidad.

Ya que Moshé recuerda los pecados cometidos por la generación de los que salieron de Mitzraim, no podía dejar de subrayar la importancia capital que tuvo la falta de crédito, la desconfianza que demostraron continuamente los hebreos, hasta llegar a la cúspide de la incredulidad con el pecado de los ‘exploradores’.

¡Cuán distinta hubiera sido la historia del pueblo si no hubieran descreído del Eterno!

Perek 2: No hubiera fenecido toda aquella generación; no hubieran retrasado la toma de la Tierra; se hubieran apoderado pacíficamente de todo el territorio que iba desde el Mediterráneo hasta el río Eufrates, incluidos los territorios de Amon, Moab y Edom. Pero, a causa de la demora impuesta, estos últimos territorios fueron entregados, en aquel tiempo, al gobierno de otras naciones, no la hebrea.

Pero en esta recapitulación, Moshé no distingue el pecado de los meraglim como único, sino como uno más en una extensa serie de pecados y contravenciones a las palabras de H’. Por lo cual, se incluye como víctima de las actitudes de los israelitas, al haber sido él también castigado y no poder entrar a la Tierra de sus Ideales.

Les menciona como la desafiante actitud de aquel pueblo perverso intentó obviar los dictados punitivos de H’, e intentaron entrar a la fuerza a la Tierra que ya no era prometida a ellos. Al ignorar las advertencias de que la protección divina ya no los cubría, fueron derrotados de forma por demás cruenta.

Perek 3: Y como corolario, en los momentos decisivos, cuando debieron luchar contra los reyes canaaneos, Sijon y Og, lo hicieron en una guerra convencional, sin el pleno poder de H’ de parte de los israelitas.

Sin embargo, Moshé le hace hincapié a Iehoshúa, el futuro líder del pueblo, y frente a todo el pueblo que no hay que temer, pues H’ estará del lado de los hebreos, luchando sus luchas.