EL REINO DE GRANADA
Empecemos por lo último, pero para mí, lo más cercano. El Reino de Granada quedó hecho jirones, pero algunos quedaron. De la aristocracia, los poquísimos que decidieron permanecer, convertirse al cristianismo y mezclarse enseguida con las familias y los intereses de los vencedores. Éste fue el caso de algunos de los Nazaríes, algunos de los Zegríes, los Pequeníes, luego Enríquez, los Muley, los Benajaras de Granada y de Guadix... Casi los únicos que han guardado alguna memoria genealógica. Luego llegamos a quienes no han dejado casi ningún recuerdo. De los artesanos, puede que se quedaran algunos pocos (¡los Morales, alfareros hoy de Fajalauza, que siguen usando un léxico árabe para sus herramientas, vienen registrados ya con el barro en 1517, es decir, que a lo mejor son moriscos y lo recuerdan, tradición familiar casi única, contra viento y marea de casi cinco siglos!) Otros, que sin duda lo recuerdan, pocos, todavía escondidos, asustados, los últimos que son un vestigio colectivo, en 1999, de los cuerpos sociales del Reino de Granada: los Yahudíes, secretos, criptojudíos. Por otra parte, ¿qué pasaría con los monfíes, los que se echaron al monte; reunidos un momento con Abén Humeya, digo yo, no se volverían a sus montes cuando la derrota? ¡Y que después, cuando las expulsiones, tan dañinas para los sedentarios, les echaran un galgo!
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Página modificada el 08/04/99
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