CADAQUÉS

12-9-2000

Pregunta formulada por Georgia

La etimología que deriva el topónimo Cadaqués de "Cap de Quers" (en que "quer" es una antigua palabra catalana con el significado de ‘piedra’, ‘roca’) no parece ser verosímil, ya que desde antiguo el nombre de esta villa aparece con las formas "Cadaquers" o "Cadaqués", es decir, no está documentada ninguna grafía que induzca a pensar que proceda de "cap". Por otra parte, Cadaqués no se halla en un cabo, sino en una bahía, por lo que llamarlo "Cap de Quers" no parece demasiado apropiado.

Coromines, en su "Diccionari etimològic i complementari de la llengua catalana" sugiere que la etimología debe ser "Cadaquers", es decir, lugar poblado de "càdecs" (en castellano, "cadas", una variedad de enebro). Sin embargo, en el Onomasticon Cataloniae, se muestra escéptico ante dicha posibilidad, ya que la palabra "càdec" es relativamente reciente en catalán (su forma antigua es "cade" o "cada"). En su lugar, Coromines sugiere la hipótesis de que proceda de una expresión griega "káta káirous (thalassíous)" (‘segons el temps de la mar’), aplicada a un lugar apropiado para refugiarse en caso de tempestad, que habría dado el topónimo actual siguiendo una evolución fonética regular.

CAFÉ

24-9-2000

Pregunta formulada por Julia Mera Chu (Piura, Perú)

El café se conoce desde muy antiguo en Etiopía y en el Yemen. Su difusión por los países europeos no se produjo, sin embargo, hasta los siglos XVII-XVIII. Su nombre procede del árabe QAHWAH, palabra con que designaba tanto al café como al vino y que quiere decir algo así como 'estimulante'. Del árabe pasó al turco con la forma "kahveh". El italiano lo tomó del turco con la grafía "caffè" (desde mediados del siglo XVII) y de ahí pasó al castellano, donde está atestiguada desde 1705.

CALAVERADA

12/11/98

Pregunta formulada por "Josman"

"Calaverada" es un hecho propio de una persona a la que se califica como "calavera".

La palabra "calavera" procede del latín CALVARIA, formado sobre el adjetivo CALVUS. CALVARIA se transformó, siguiendo la evolución fonética normal, en *calvera, pero luego se convirtió en "calavera" por influencia de la palabra "cadaver", con la que se relacionaba en el subconsciente popular.

Según el Diccionario de la Real Academia, "calavera" es también el ‘hombre de poco juicio y asiento, dado al libertinaje’. Esta acepción surgió en el siglo XVIII, aunque se desconoce su origen exacto. De alguna manera, parece llevar implícita la idea de ‘cabeza loca’, ‘cabeza hueca’ (los diccionarios de francés la traducen como "tête brulée" y los de inglés como "madcap"). Es decir, lo más probable es que llamar a alguien "calavera" fuera una manera indirecta de decir que no tenía nada de sustancia dentro de su cabeza, que su cabeza era solo hueso y nada más.

En cualquier caso, la aparición del término "calavera" usado para designar a los jóvenes disolutos forma parte del radical cambio de costumbres que tuvo lugar en España y en toda Europa hacia mediados del siglo XVIII y de forma definitiva y radical a finales de siglo. Estos cambios afectaron, de manera primordial, a los jóvenes de la época y de ahí que se acuñasen numerosos términos peyorativos para designarlos. Una palabra de mucho uso en España hacia finales del siglo XVIII, y afín a la palabra "calavera", era "currutaco", que designaba a los jóvenes que seguían fielmente las modas que llegaban de la Francia republicana, tanto en el vestir como en las costumbres y en el comportamiento.

CALAVERADA (2)

10/1/99

En "Folklore de Catalunya", de Joan Amades, figura la siguiente explicación sobre el origen de la palabra "calavera":

"La gent vella defugia el transitar de nit perquè és quan els morts van i vénen; d'ací que hom titlli de calaveres els noctàmbuls, qualificatiu que, per extensió, s'aplica també als viciosos i de costums llicencioses."

("La gente de edad evitaba deambular de noche porque es cuando los muertos van y vienen, de aquí que se tilde de calaveras a los noctámbulos, calificativo que, por extensión, se aplica también a los viciosos y de costumbres licenciosas.")

CALIDAD

6-5-2000

Pregunta formulada por Mauricio Zugasti (Torreón, Coahuila, México)

La palabra castellana "calidad" procede del latín QUALITAS y está atestiguada en nuestra lengua desde el siglo XIII. Posteriormente, hacia el siglo XV, se introdujo en castellano el cultismo "cualidad", tomado directamente de QUALITAS y con diferente significado. En latín QUALITAS deriva del adjetivo QUALIS (de donde procede el castellano "cual") y fue usada por primera vez por Cicerón, quien lo calcó del griego POIÓTES, con el mismo significado y derivada del adjetivo POIÓS, equivalente de QUALIS.

CALIFORNIA

8-4-2000

Pregunta formulada por Nacho (Chile)

El nombre de California aparece por vez primera en la novela de caballerías "Las sergas de Esplandián" (1510), de Garci Rodríguez de Montalvo (el autor del famoso "Amadís de Gaula", del cual las "Sergas" son continuación). En la "Historia General de las Indias" de Francisco López de Gómara se llama "isla de California" al extremo sur de la península de Baja California (en ese momento se desconocía que estuviera unida al continente) que hasta entonces se había llamado "Isla de Santa Cruz". Con posterioridad, a las tierras descubiertas al norte de esta península se las llamó Alta California. Esta región, convertida en parte de los EE.UU., es la que hoy recibe el nombre de California, mientras que la antigua California, integrada en México, se conoce como Baja California.

En la novela de Rodríguez de Montalvo, el nombre de California se aplica a una región de las Indias habitada por amazonas, abundante en riquezas y cercana al Paraíso Terrenal. Como sucedió en otros casos, los conquistadores españoles aplicaron a las nuevas tierras descubiertas un nombre procedente de las antiguas leyendas medievales.

El nombre California no fue inventado, sin embargo, por Rodríguez de Montalvo, sino que remonta, como mínimo, a la Chanson de Roland francesa, en la cual aparecía ya con la forma "Califerne". Su origen último es desconocido.

CANCELAR

1-4-2001

Pregunta formulada por Manuel

Este verbo está documentado en nuestra lengua desde el siglo XIII. Procede del latín CANCELLARE (‘borrar’, propiamente ‘trazar un enrejado sobre lo escrito’), a su vez derivado de CANCELLI (‘verjas’) de donde proceden también "cancel" y "cancela", ambas atestiguadas desde el siglo XVI.

CAOS

29-8-2000

Pregunta formulada por María Inés Prado

El español "caos" es un cultismo introducido en nuestra lengua durante el siglo XV a imitación del latín CHAOS, a su vez tomado del griego KHÁOS, (‘abismo’, ‘estado primordial del Universo’). Basándose en la palabra griega, el químico flamenco Helmont creó en el siglo XVII la palabra "gas" (en neerlandés, la grafía "g" tiene siempre el sonido de la "j" española)

CAPICÚA

11-2-2002

Pregunta formulada por Víctor

La palabra "capicúa" procede de la expresión catalana "cap i cua", o sea 'cabeza y cola'. Según Coromines, está atestiguada (tanto en castellano como en catalán) sólo desde principios del siglo XX.

CARAJO

15/1/98

Sonia R., de Los Ángeles, pregunta: "De dónde viene la palabra 'carajo'? ¿Cuál es su significado original?"

La palabra "carajo" tenía originalmente el mismo significado que tiene hoy, es decir, 'órgano genital masculino'.

La palabra se encuentra en las tres lenguas románicas de la Península Ibérica (catalán "carall"; gallego-portugués "carallo") y, en cambio, no existe en ninguna otra lengua romance. Su origen se debe buscar, pues, en un étimo del latín vulgar hispánico *CARACLU que no se halla documentado y cuyo origen se ignora. Puede ser que proceda del mismo latín o que remonte a alguna lengua prerromana.

En su 'Diccionari etimològic de la llengua catalana", el lingüista Joan Coromines pasa repaso a las diferentes teorías que se han propuesto para explicar el origen de esta palabra y finaliza sugiriendo la posibilidad de que esté relacionado con el étimo prerromano *KAR, que significa 'roca' y que ha dejado numerosos restos toponímicos en Cataluña (por ejemplo "Queralbs"='rocas blancas'; Queralt='roca alta').

Esta etimología se basa en la existencia en territorio catalán de rocas de forma fálica que son designadas popularmente con la palabra "carall". Si lo que sugiere Coromines es cierto, la palabra que designaba en la antigüedad un cierto tipo de roca ha pasado a designar, por metáfora, el órgano humano y no al revés, como podría pensarse en principio.

La interjección "caray!" que sustituye de forma eufemística a "carajo!" tiene su origen en el catalán "carall" que en algunas zonas se pronuncia "carai".

19-10-2000

Hace aproximadamente un año, Edwin Aguiar, de Argentina, nos informó que la palabra "carajo" designaba también el mástil principal de un barco de vela, donde va situado el puesto del vigía. Ahora, José Flores, de Puerto Rico, nos envía la siguiente hipótesis sobre el origen de la expresión "mandar (a alguien) al carajo", que aprendió hace años en la escuela y que consideramos, como mínimo, interesante:

"Tenía entendido, y por esto es que le escribo, que el origen se remonta a la colonización de Puerto Rico. La lengua española en PR tuvo una influencia considerable del elemento canario. Todavía hoy en día se oye a diario expresiones canarias en nuestro hablar cotidiano. La teoría, leyenda, cuento o como se le quiera llamar (no sé qué tan documentado esté esto) es así: 1) que la mayor parte de los canarios que llegaron a la Isla venían en los barcos pagando el viaje con su trabajo y no con dinero (lo cual suena muy razonable para esa época), 2) que siendo así le tocaban los peores trabajos, entre ellos el servir de vigía en lo alto del palo mayor, 3) que siendo los menos diestros en las labores del barco cometían muchos errores, por lo cual también se les castigaba enviándolos al mismo sitio, 3) que siendo este el punto más alto del barco era, o es, donde más fuerte se sentía el vaivén del barco, por lo cual los mareos, vómitos y otros "males del mar" causaban más estragos, 4) que a este lugar los marinos del barco le llamaban "carajo" (tal vez alguna otra palabra similar), 5) que los canarios asociaron la palabra "carajo" con los malestares de estar allá arriba, 6) por lo cual desearle a alguien que se fuera al carajo se convertía en el peor deseo o insulto que se podía dar."