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26-2-2000
Pregunta formulada por Alejandro Domínguez (México)
La palabra "icono" en sus diversas acepciones procede del griego EIKÓN-EIKÓNOS (‘imagen’), formado sobre el verbo EÍKO (‘parecer’). Se usó en un principio para designar las imágenes religiosas, especialmente las procedentes de Grecia y Rusia. En épocas recientes se ha usado para definir el concepto lingüístico de ‘signo de naturaleza no arbitraria que guarda alguna semejanza con la cosa representada’ y, más recientemente, se ha aplicado a los símbolos gráficos usados en los programas informáticos.
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16-8-99
Pregunta formulada por Ofelia Vega, de Chihuahua (México)
"Ileana" es la forma que toma en lengua rumana el nombre "Elena". "Elena" procede del griego "Hellen", que significa justamente ‘griego/a’. Elena es también el nombre de la causante de la guerra de Troya, que narra Homero en la Ilíada. Helena (en griego"Helene", en este caso con una sola "l"), esposa de Menelao, fue raptada por el troyano Paris. Este hecho provocó una coalición de los griegos contra la ciudad de Troya, que fue asediada durante diez años, hasta que los sitiadores consiguieron entrar en ella gracias al ardid de Ulises, que construyó el famoso "caballo de Troya".
En el santoral romano figuran varias santas de nombre Elena, la más famosa de las cuales es la madre del emperador Constantino el Grande, que se convirtió al cristianismo en el año 313. Se atribuye a Santa Elena la "invención de la vera cruz", es decir, el supuesto descubrimiento (a raíz de unas excavaciones realizadas en Jerusalén con dicho propósito) de la cruz donde fue sacrificado Jesucristo.
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1-7-2000
Pregunta formulada por Luis Juan Anco Mamani
Los griegos llamaron India al país del río Indo, es decir, la zona del noroeste del subcontinente, nombre que, por extensión, se aplicó después, en plural, a todo el continente asiático y, a partir de 1492, al continente americano recién descubierto, ya que, como es bien sabido, Colón creía haber llegado al extremo oriental de Asia. En singular, el nombre India se suele aplicar a la península del Indostán y, desde la fecha de su independencia (1947) a la Unión India, de la que se segregó el Pakistán, de mayoría musulmana. El nombre del río Indo es la adaptación de la palabra nativa "sindhu" o "hind", según las lenguas de la región, que significa precisamente ‘río’. De la forma "hind" proceden también las palabras "hindú", "hinduismo" o "hindi". El nombre oficial de lo que hoy, en los países occidentales, llamamos Unión India es, en lengua hindi, Bharat Inktarashtra
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15-12-99
Pregunta formulada por Alonzo
La llamada "revolución industrial" que tuvo lugar entre los siglos XVIII y XIX dotó de un nuevo significado a una palabra que, hasta bien entrada la pasada centuria, denotaba en castellano ‘actividad, asiduidad, ingenio’ o incluso ‘truco’ ("¡No ‘milagro’, ‘milagro’, sino industria, industria!", se lee en el Quijote, capítulo 21 de la segunda parte). "De industria" podía significar ‘adrede, expresamente’ ("salió a buscar luz, para buscar y prender los delincuentes; mas no la halló, porque el ventero, de industria, había muerto la lámpara cuando se retiró a su estancia"; Quijote, II, XVI): Del sentido original de la palabra se pasó al actual al atribuirse estas cualidades a los empresarios que llevaron a cabo la modernización y mecanización de las actividades tradicionales, así como la creación de otras nuevas. La acepción moderna se propagó desde Inglaterra (donde ya se empieza a usar en el sentido actual desde el siglo XVI) y Francia.
Con su significado tradicional, la palabra "industria" está documentada en castellano desde la primera mitad del siglo XV. Procede del latín INDUSTRIA, derivado del adjetivo INDUSTRIUS (con el significado de ‘activo’, ‘ingenioso’), a su vez procedente de una forma más arcaica: ENDOSTRUUS, de la preposición antigua ENDO (tomada del griego) y STRUUS, del verbo STRUERE (‘disponer’)
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15-8-2000
Pregunta formulada por Ulysses V. Prada
Del latín GENIUS (‘deidad que según los antiguos velaba por cada persona y se identificaba con su suerte’) se tomó en castellano el cultismo "genio", documentado desde finales del siglo XVI. De GENIUS deriva el latín INGENIUM, que el castellano adoptó con la forma "ingenio" a finales del siglo XV, pero que ya había existido en la lengua con la forma patrimonial "engeño" desde mediados del siglo XIII. De "ingenio" derivan "ingenioso", "inegeniar" e "ingeniero", entre otras. Esta última está atestiguada en castellano desde mediados del siglo XV y, según Coromines, se calcó posiblemente del italiano "ingegnere".
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Pregunta formulada por Arturo Ortega (Monterrey - México)
El D.R.A.E. (Diccionario de la Real Academia Española) define esta palabra como ‘solitario, abandonado, sin compañía’ y la da como propia de América Central, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Santo Domingo y Venezuela. Según Coromines, procede del portugués "íngreme" ('escarpado', 'empinado', 'aislado'), de origen incierto. Coromines, teniendo en cuenta las variantes portuguesas "ingréme", "ingríme" e "ingrimado", supone que puede haberse tomado del francés "engremi": 'enojado, irritado', a su vez del fráncico GRAM, con igual significado.
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23-1-2001
Pregunta formulada por Rangel (Cali - Colombia)
Cultismo introducido en nuestra lengua en el siglo XV. Está tomado del latín INTELLIGENTIA, con el mismo significado, el cual, a su vez, se ha formado a partir de INTELLIGENS-NTIS, participio activo del verbo INTELLIGERE (‘entender’, ‘comprender’), formado por la preposicion INTER y el verbo LEGERE.
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26-7-2000
Pregunta formulada por Rotger H. M. (Argentina)
El término filosófico "ipseidad" se define como el ‘carácter del que es él mismo o sí mismo’ y es sinónimo de "mismidad". Está formado a partir del pronombre latino IPSE (‘él mismo’) y traduce el alemán "Ichheit" (Ich = ‘yo’) o bien el francés "ipseité" o su equivalente "moité".
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5-9-2000
Pregunta formulada por Pedro Colmenares Prieto y Carolina Garduño Cruz
El nombre Elisabet o Elizabeth es de origen hebreo. En el Evangelio de San Lucas se narra la historia de Isabel (o Elisabet), madre de San Juan Bautista y en el Antiguo Testamento se llama así la esposa de Aarón. Como en el caso de otros nombres bíblicos, poco más se puede decir acerca de su origen o significado. Parece razonable suponer que el nombre contiene la palabra El, uno de los nombres de Dios en la religión de los judíos. El resto es de dificil interpretación. Se han dado diferentes traducciones: "Dios salva", "Dios ayuda", "Dios es salud","la casa de la salvación de Dios", "el juramento de Dios", etc.
Isabel parece ser simplemente la forma que adoptó el nombre Elisabet en España y Portugal. Sin embargo, en algunas partes se explica que Isabel era un nombre que se popularizó entre los judíos durante la época del cautiverio de Babilonia y que contendría el nombre de una divinidad pagana (Baal), por lo cual los judíos más celosos de su fe preferían substituirlo eufemísticamente por Elisabet. No nos parece verosímil esta explicación, entre otras cosas, porque no se entiende la razón por la cual la forma supuestamente pagana perduraría en la península Ibérica y la "ortodoxa" en el resto de Europa. Más bien nos parece que se confunde el nombre Isabel con el de Jezabel, que sí hace referencia al dios Baal, ya que corresponde al de la esposa del rey Acab, que introdujo en Israel el culto de dicha divinidad.
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3-4-2000
Pregunta formulada por "Eeo@ivap.es"
Según el Antiguo Testamento (Génesis, 32, 22), Jacob luchó en Peniel con un ángel y le pidió que le bendijese. Este le preguntó su nombre y tras oírlo le respondió: "No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel", que significa en hebreo ‘El que lucha con Dios’ o ‘Dios lucha’. Este nombre fue después adoptado por los judíos y, en nuestra época, ha pasado a denominar al moderno estado de Israel ("Eretz Yisrael)".
Por lo que respecta al extraño episodio de la lucha de Jacob con el ángel, es interesante leer la interpretación que hace de él J. G. Frazer en "El folklore en el Antiguo Testamento" (capítulo "Jacob, en el vado de Yabbok") y su relación con leyendas de diversos pueblos, entre ellos los antiguos aztecas.
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5-12-2000
Pregunta formulada por Belén López
Es universal la creencia que otorga al lado izquierdo del cuerpo humano una connotación adversa. De ahí que incluso la palabra con que se designa la mano izquierda o el lado izquierdo del cuerpo sean tabú y, tradicionalmente, se tienda a sustituirlas por otras expresiones que conllevan, generalmente, una carga negativa. En latín, los adjetivos para ‘izquierdo/a’ son LAEVUS-A-UM o SCAEVUS-A-UM, que no se han conservado en ninguna de las lenguas románicas. En italiano han sido sustituidas por "sinistra" y en francés por "gauche", ambas palabras con significado negativo. En los romances peninsulares y en el sur de Francia se usan palabras relacionadas con el vasco EZKER, que tiene el mismo significado (compárese en la misma lengua "ezkel", ‘bizco’ y las palabras para "derecha": eskubi, eskuin): portugués "esquerdo", catalán "esquerre", gascón "querr", "esquerr", languedociano "esquerr". Se trata, obviamente, de un vocablo de origen prerromano, cuyo origen exacto es desconocido, si bien se sospecha un cruce entre el vasco ESKU (‘mano’) y el celta KERROS (‘izquierdo’, ‘torcido’). En cualquier caso, debió difundirse en época muy temprana, posiblemente visigótica, lo que explica su presencia en toda la península y en el mediodía francés. Tovar, por el contrario, piensa que el vasco ESKER puede proceder de ESKU ('mano') y ERDI ('media', aquí en el sentido de 'imperfecta'; compárese el término "erdera" aplicado a las lenguas no vascas -castellano o francés-)