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8-8-99
David Pérez-Echegoyen, de San Miguel (El Salvador) escribió:
"En qué año fueron incorporadas la "J" y la "W" al alfabeto español. Y si hay palabras de origen español que lleven la "W"."
La historia de la letra "j" es breve, pero compleja. Dicha letra no existía ni en latín ni en griego. Fue inventada por el humanista francés Pierre de la Ramée (Petrus Ramus) a mediados del siglo XVI. En realidad, Ramus se basó en la tendencia medieval a escribir la letra "i" (llamada iota en griego) curvando ligeramente su extremo inferior hacia la izquierda. El propósito de Ramus fue usar la "i" para transcribir la "i" latina de valor consonántico y la "j" para transcribir la "i" de valor vocálico (y lo mismo con respecto a la "v" y la "u").
En castellano, los criterios adoptados por los gramáticos fueron discrepantes desde el principio, aunque en general se solía escribir con "i" (o con "y") la actual "i" y con "j" las palabras que en aquella época se pronunciaban con un sonido similar al de la "j" francesa. La mayoría de las palabras que hoy pronunciamos con el sonido moderno de "j" se escribían con "x", ya que se pronunciaban como la "sh" del inglés. El sonido representado con esta "x" evolucionó a la pronunciación actual, pero siguió escribiéndose "x" durante mucho tiempo. La Real Academia Española se decidió a usar la "j" en lugar de la "x" en la 8ª edición de su "Ortografía" (1815) y en la 5ª del "Diccionario" (1817). Más detalles sobre el uso de estas letras pueden ser consultados en "Nuestra lengua en ambos mundos", de Ángel Rosenblat, Salvat Editores-Alianza Editorial, 1971.
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18-6-2000
Pregunta formulada por Eduardo Jacques Velarde (México)
Yaakov es el nombre hebreo de uno de los patriarcas que aparecen en el Antiguo Testamento, hijo de Isaac y padre de José. También es el nombre de dos de los apóstoles de Jesús en el Nuevo Testamento, conocidos en español como Santiago el Mayor y Santiago el Menor. Del primero, la tradición cuenta que predicó en España y, a partir del supuesto hallazgo de su tumba en tierras gallegas, se generó el fenómeno religioso que conocemos como "Camino de Santiago". La fama de este santo ha hecho que el nombre de Santiago, que procede del hebreo Yaakov, sea ampliamente conocido en todos los países de cultura cristiana en sus múltiples variantes.
El nombre hebreo Yaakov fue adaptado al griego como Iakóbos y al latín como Iacobus. De estas formas proceden los cultismos castellanos Jacob y Jacobo. En latín medieval, Iacobus se transformó en *Jacomu, de donde surgió el italiano Giacomo y, en la zona oriental de la península ibérica, la forma Jacme (con pérdida de la vocal postónica y de la final, sustituida luego por una -e paragógica). La "c" de Jacme se vocalizó dando en Aragón Jaime y en Cataluña Jaume.
En la zona occidental de la península el latín *Jacomu se convirtió en Yago y Yagüe. La fama de Santiago de Compostela (Sant’ Yago) hizo que estos nombres fueran sustituidos por el actual Santiago. También existió antiguamente la forma Tiago, debida a un falso corte de Sant Yago y la forma Diago que, por cruce con el nombre griego Dídakos, dio el actual Diego y los apellidos patronímicos Díaz y Díez.
En Francia *Jacomu dio lugar al actual Jacques (con terminación en -es propia del caso nominativo del francés antiguo) y una forma antigua similar a la hispana Jacme, de donde procede el inglés James.
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4-3-2000
Pregunta formulada por Adonis Ramos Ávila (Panamá)
La población de Javier, en Navarra, es conocida por su antiguo castillo que remonta al siglo X. En ella nació, en el siglo XVI, San Francisco Javier, discípulo de San Ignacio de Loyola, que predicó en la India y en Japón y cuya festividad se celebra el 3 de diciembre. La etimología de Javier está en el vasco dialectal EXABERRI (‘casa nueva’, ETXEBERRI en euskera estándar, de donde proceden también los apellidos Echeverría y Echevarría). Javier se halla, sin embargo, en una zona que sufrió la romanización desde antiguo, por lo que el nombre ha experimentado la evolución fonética propia de la lengua castellana (aféresis de la e- inicial, transformación en -e y posterior desaparición de la vocal final, diptongación en -ie- de la -e- tónica y, finalmente, transformación de la palatal fricativa representada por "x" en la laríngea actual representada por "j")
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28-8-2000
Pregunta formulada por María Inés Prado
La palabra "jerarquía" está documentada en castellano desde mediados del siglo XV y procede del latín tardío HIERARCHIA, formado por el adjetivo griego HIERÓS, ‘sagrado’ y el verbo ÁRKHEIN (‘ser el primero’, ‘mandar’, ‘gobernar’). Se aplicó en su origen al estructura de gobierno de la Iglesia (y al de los coros angélicos) y más tarde, por extensión, pasó a tener su significado actual.
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13-6-99
Ardin Djalali escribe:
"I am student of the University of Cologne and I have to consider one problem in my studies in which I don't find literature at all. I have to consider the 'calo mejicano - lunfardo rioplatense - coa chilena - pachuco - coba - replana and more " argots de latin america". It would be very nice if you could tell something about the etimology and history of these words."
El adjetivo "lunfardo" hacía referencia originariamente a los delincuentes de la ciudad de Buenos Aires; posteriormente pasó a designar su habla. Para algunos etimologistas, parece probable que la palabra proceda del francés "lombard" (‘lombardo’) a través del argot de la delincuencia francesa. Al parecer, en los siglos XVI y XVII existía en París un populoso barrio formado por personas procedentes de esa región italiana que se dedicaban a los negocios de la banca y de la usura. Debido a esas actividades la palabra "lombard" acabó adquiriendo el sentido de ‘ladrón, delincuente’.
En México y el sur de los Estados Unidos se llama "pachuco/a" al ‘hombre o mujer más o menos joven que se viste y peina de manera llamativa y vulgar’. Posteriormente, se llamó así en general a los inmigrantes mexicanos de las ciudades del sur de los Estados Unidos y a su habla peculiar. Una etimología popular, bastante improbable, relaciona la palabra "pachuco" con ‘habitante de El Paso’. Tampoco parece que haya relación con la ciudad de Pachuca (estado de Hidalgo, en México). Marcos A. Morínigo, en "Diccionario del español de América" supone que la palabra puede estar relacionada con "payuco", derivado del español "payo" (‘campesino ignorante y rudo’, según el D.R.A.E.).
Personalmente nos parece más probable que la palabra "pachuco" tenga alguna relación con un numeroso grupo de palabras que en español y otros idiomas contienen la raíz "pach-". Esta raíz tiene el sentido de ‘obesidad’ y de ahí proceden "pacho", "pachón", "pachucho", "pachorra", "pachanga" y muchos más. En algunas de ellas, como se ve, se pasa con facilidad de la idea de ‘obesidad’ a la de ‘vulgaridad’ que estaba presente en la acepción original de "pachuco".
La "coa" o "coba" es el habla propia del hampa chilena. El origen de la palabra parece estar relacionado con la palabra española "coba" ('embuste gracioso', 'halago o adulación fingidos' son las definiciones que da el D.R.A.E.).
No conocemos datos sobre el "calo" mexicano (aunque parece estar relacionado con una abreviación de la palabra California) ni tampoco sobre la "replana" de los delincuentes peruanos, sobre cuya etimología y características agradeceríamos cualquier tipo de información.
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31-1-2001
Pregunta formulada por Mikel Martínez (País Vasco)
San Jorge, el relato de cuya vida nos ha llegado mezclado con numerosos elementos legendarios, fue objeto de veneración en la Península Ibérica desde muy antiguo, como atestiguan los numerosos topónimos que a él aluden: Sant Jordi, en Cataluña, Sanjurjo o Sanxurxo en Galicia, Santiurjo (Asturias), Santiurde de Reinosa (Cantabria), San Jorde (Palencia), Santurde (La Rioja) y Santurce (Santurtzi) en Vizcaya. El nombre parece ser griego y estar relacionado con el verbo GEORGÉO (‘labrar’, ‘cultivar’; de "gé", ‘tierra’ y "érgon", ‘trabajo’) o alguno de sus derivados. No parece probable, como se suele afirmar, que el étimo sea "georgós" (‘labrador’), ya que ni su acentuación ni su terminación encajan con las formas que presentan las lenguas románicas; más próxima a éstas se halla la palabra "geórgion" (‘tierra de labor’, ‘campo’). A las formas castellana (Jorge), gallega (Xurxo) y catalana (Jordi) podemos añadir la vasca Gorka (creada en el siglo XIX por Sabino Arana), junto a la tradicional Jurgi.
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28-2-2000
Pregunta formulada por Edith Bejarano (Estados Unidos) y por Adonis Ramos Ávila (Panamá)
José es un nombre de origen hebreo. Según el Antiguo Testamento, el nombre José procede de la exclamación proferida por su madre en el momento de darlo a luz. Raquel, esposa de Jacob, veía como pasaban los años sin tener ningún hijo, mientras que las otras esposas dieron hasta diez hijos a Jacob. Cuando, finalmente, dio a luz, Raquel exclamó: "Que Dios me añada otro hijo" (Génesis, 30, 24). Se trata, pues, de una explicación que pretende justificar el nombre "Yosef" a partir de las palabras hebreas "Yah" (‘Dios’) y el verbo "ieseph" (‘añadir’). Además del patriarca del Antiguo Testamento, José es el nombre del esposo de la virgen María, madre de Jesús, de donde proviene su popularidad.
"José" es un nombre muy extendido por todo el mundo (en árabe, por ejemplo, con la forma "Yusuf"). En España fue poco corriente hasta el siglo XVII en que empezó a hacerse popular, y, más aún a partir del momento en que el papa Pío IX lo declaró "Patrón de la Iglesia Universal", popularidad que ha mantenido hasta fechas muy recientes en que ha experimentado un notable retroceso.
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11-3-2001
Pregunta formulada por Arturo Ortega (México)
La explicación que conocemos de esta expresión es la que da José M. Iribarren en su obra "El porqué de los dichos", a su vez tomada de la obra de un tal García Blanco, "Filosofía vulgar. El Folk-Lore Andaluz" (Sevilla, 1882-1883):
"Era y es la iod hebrea, caldea y siríaca la letra más pequeña de las veintidós que usaban aquellos idiomas: era además en hebreo el principio o primer trazo de toda letra, como puede verse en cualquier diccionario o gramática de aquellas lenguas: la jota española o castellana es la iota griega en cuanto al nombre, y ésta es el iod hebreo. Decir, pues, no sabe jota equivalía a decir "no conoce ni sabe la más pequeña letra, no sabe hacer el primer perfil o trazo de ninguna letra, es un ignorante completo".
Lo anterior concuerda con lo que dice sobre la letra jota Covarrubias en su "Tesoro de la lengua castellana o española":
"Entre las letras hebreas ninguna ay de tan poco cuerpo como ella, porque casi es un punto con cola; y para encarecer una cosa muy poca y menuda dezimos: No se ha perdida de la hazienda una jota."
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29-10-2000
Pregunta formulada por Adriana Vélez Zapata (Puebla, México)
El nombre Juan procede del hebreo YOHANAN (‘Dios me ha favorecido’) y designa a dos importantes personajes del Nuevo Testamento: Juan el Bautista, que profetizó la llegada del Mesías y el apóstol San Juan, a quien se suele atribuir la autoría del Evangelio epónimo y del Apocalipsis. YOHANAN se trasladó al griego y al latín como JOHANNES, de donde procede la forma española, a través de la forma medieval Johan (que usa, por ejemplo, el autor de "El conde Lucanor", don Juan Manuel) aunque hubo otras variantes, tal y como testimonian los apellidos patronímicos Ibáñez y Yáñez.
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3-2-98
José Manso pregunta cuál es el origen del nombre de su pueblo: Juarros de Riomoros (provincia de Segovia)
La etimología de la palabra "Juarros" no es latina ni árabe, sino, muy probablemente prerromana. Hay varios pueblos con ese nombre en Castilla, especialmente en las provincias de Segovia y Burgos. Es bastante probable que proceda del vascuence ZUHAR que significa 'olmo', con un plural castellanizado en -os. La /z/ vascuence se convierte en el castellano medieval en "x" (pronunciada "sh") y posteriormente pasa (como toda "x") a tener el sonido actual de "j".
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1-7-2000
Pregunta formulada por Lucas Delgado Izquierdo, Juan Carlos Sosa Madrid y Norvil Mera Chu
Los romanos adaptaron como JUBILEUM la palabra hebrea YOBEL, nombre de una fiesta que tenía lugar cada 50 años, si bien la forma de la palabra latina está influenciada por la voz JUBILUM (‘júbilo’, ‘alegría’). La palabra hebrea YÓBEL hacía referencia originariamente al cuerno de morueco con que se convocaba a la mencionada celebración.
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5-11-99
Pregunta formulada por Ángela Rita Navarro Hernández
Este sustantivo está formado a partir del verbo "jugar", atestiguado en nuestra lengua desde sus orígenes (aunque al principio con la forma "jogar"), de igual modo que el sustantivo "juego". En latín, "juego" era LUDUS y "jugador", LUSOR. Las formas castellanas derivan de JOCUS, que no significaba ‘juego’, sino ‘chiste, broma’, pero adquirieron su significado actual desde época muy antigua, con anterioridad a la formación de las lenguas romances.
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24-3-2001
Pregunta formulada por Federico Lamas (Buenos Aires, Argentina)
Julia es el femenino de Julio (y el nombre de una santa del siglo III). El nombre Julio procede de una antigua familia romana a la que perteneció el famoso Julio César. Los escritores de anales, para ennoblecer los orígenes de la familia, hicieron derivar el nombre Iulius de Iulo, hijo de Eneas, uno de los héroes de Troya y supuesto antepasado de los romanos, tal y como relata Virgilio en la Eneida. Otros lo hacen descender de Jovilius, derivado de Jove (Júpiter). En realidad, su origen, como el otros muchos nombres romanos, es desconocido.