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1-5-2000
Pregunta formulada por Inmaculada
Este nombre, muy popular en Sevilla, procede del barrio de la Macarena, donde hay una basílica dedicada a la Virgen de la Esperanza (de la Macarena). Aunque no se puede asegurar con certeza, el nombre del barrio podría provenir de un antropónimo MACARIUS, de época romana o visigoda.
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24-1-2000
Pregunta formulada por Martin Stier
Los orígenes de la Mafia, así como los del nombre con que se la conoce, son confusos. Una leyenda bastante extendida sostiene que la Mafia tuvo su origen en el episodio histórico conocido como Vísperas Sicilianas (1282), en que se expulsó a los franceses de la isla de Sicilia. Según esta teoría, MAFIA sería un acrónimo de "Morte Alla Francia Italia Anela", cosa que, en realidad, parece muy poco creíble.
Más sensato resulta pensar que "mafia" provenga de una palabra dialectal italiana. Según algunos, podría proceder del toscano "maffia" (‘pobreza’, ‘miseria’) y según otros del siciliano "mafia" (‘bravura’, ‘orgullo’), que, a su vez, podría venir del árabe MAHIAS, con el mismo significado (los árabes ocuparon la isla de Sicilia entre los años 965 y 1060).
Quizás tenga alguna relación con esta última etimología la fama de bravura que tenían los ciudadanos de Corleone (población muy vinculada a los orígenes de la Mafia) y que se mostró en la campaña contra Carlos de Anjou. En el año 1500, el emperador Carlos I de España reconoció la valentía de los corleoneses dandole a su ciudad el título de ANIMOSA CIVITAS (‘ciudad valerosa’).
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29-3-2000
Pregunta formulada por Carolina Jaramillo
María Magdalena es un personaje bíblico. Magdalena es el gentilicio correspondiente a la población de Magdala, en Galilea.
Según los evangelios, fue librada por Jesús de los espíritus malignos, estuvo al pie de la cruz en el Calvario y fue una de las mujeres que llegaron al sepulcro en las primeras horas de la mañana de Pascua para ungir el cuerpo, y encontraron removida la piedra del sepulcro y éste vacío. El papa Gregorio Magno la identificó con la mujer caída que bañó los pies de Cristo con sus lágrimas y los secó con sus cabellos.
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29-3-2000
Pregunta formulada por Alejandro Domínguez (México)
La palabra castellana "mamut" es una adaptación del francés "mammouth", a su vez tomado del ruso MÁMONT. La palabra rusa procede de una lengua siberiana (aunque no podemos precisar de cuál), en la que, al parecer, significaba ‘que vive bajo tierra’. En España, el vocablo está documentado desde mediados del siglo XIX, si bien el conocimiento de los mamuts en Europa es bastante anterior. Citamos unas líneas de "Fosiles y hombres", del paleontólogo francés Éric Buffetaut:
"Como hemos podido ver, las tribus siberianas ya conocían los mamuts perfectamente bien conservados bajo el suelo helado, y los chinos también habían tenido noticia de ello. Pero no será hasta finales del siglo XVII, en todo caso, cuando tales rumores lleguen a oídos de los viajeros europeos, que luego los propagaron por Occidente. El aspecto de los animales portadores de colmillos (algunos de los cuales se encuentran de vez en cuando en los cuentos populares europeos), como los que fueron encontrados en las tierras siberianas, tan sólo fue conocido al principio de una manera muy aproximada. En el año 1722, por ejemplo, un cierto barón de Kagg, oficial sueco que había participado en las campañas de Carlos XII contra Rusia y que había sido prisionero de guerra en Siberia, regresó a Suecia con un retrato por demás fantástico del misterioso mamut (por utilizar esta palabra, de origen siberiano, que acabó por imponerse en todas las lenguas europeas para designar a ese animal). El dibujo obtenido por Kagg, obra de un ruso, mostraba una especie de buey con patas provistas de garras y con colmillos largos y en forma de espiral."
29-3-2001
Según nos informa Joaquín Barrio, la palabra "mamut" procede del tártaro MÁMMOT o MÁMMAT ('la Tierra'), de donde pasó al ruso. La información ha sido obtenida del "Dictionary of Word Origins" de John Ayto (Arcade Publishing, New York, 1991) y el "Diccionario Etimológico" de Fernando Corripio Perez (Ed. Bruguera, Barcelona, 1973)
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15/10/98
Alfonso B. Bolado pregunta cuál es el origen de la expresión "A buenas horas, mangas verdes".
Las mangas verdes formaban parte del uniforme de la Santa Hermandad, una especie de policía rural instituida por los Reyes Católicos en el siglo XV.
La dificultad de comunicaciones en aquella época hace suponer que sus miembros llegaban muchas veces tarde allí donde se les necesitaba. De ahí la expresión.
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18-10-99
Pregunta formulada por Gustavo J. Wrobel (Argentina)
Se trata de una palabra extendida por toda la Península Ibérica (gallego-portugués "manteiga", astur-leonés "mantega" y "manteiga", catalán "mantega"). También se encuentra en otros lugares como Cerdeña, Sicilia y sur de Italia, pero, en este caso, parece tratarse de un préstamo del español. Originariamente, la palabra se aplicaba para designar el producto obtenido por el batido de la crema de la leche de la vaca, significado que todavía se conserva en catalán, en portugués y también en algunos lugares como Argentina y Asturias; pero en la mayor parte del dominio lingüístico castellano adquirió el significado de ‘gordura de los animales, especialmente la del cerdo’ y a la manteca de la vaca se la designa con el diminutivo "mantequilla", documentado con esta acepción desde el siglo XVI.
Se han propuesto varias explicaciones para el origen de esta palabra. García Diego la hace venir del latín MANTICA ('bote','odre') pero esta palabra latina es esdrújula, y resulta muy dificil aceptar que pueda haber dado lugar a una palabra de acentuación llana. También se ha propuesto el latín *MANUTIGICA, supuesto derivado de MANUTIGICUM ('acto de tocar con la mano'), pero tiene el inconveniente de tratarse de una palabra que se halla documentada una sola vez y, además traduce a una palabra griega, por lo que parece tratarse simplemente de una invención ocasional que dificilmente puede haber dado lugar al término hispánico. Coromines sugiere la posibilidad de que esté relacionada con una raíz indoeuropea MENTH- que habría dado palabras con acepciones relacionadas con la nuestra en las lenguas eslavas e indoiranias.
Las primeras documentaciones de la palabra "manteca" proceden de documentos mozárabes del siglo XII. La forma astur-leonesa "manteiga" está documentada en el Fuero de Avilés (1155) y la propiamente castellana "mantecca" en un documento toledano de 1181.
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2-5-99
Carmen Medina pregunta:
Quisiera saber por qué llamamos "manzana" a un grupo de casas contiguas rodeadas por calles en lugar llamarlo bloque o cuadra (Latinoamérica) o cualquier otra palabra.
La primera documentación de "manzana" con esta acepción está en el Diccionario de Autoridades de la Real Academia (1732).
La palabra "manzana" en la acepción citada es conocida también en algunos países de América, aunque allí la palabra usual sea "cuadra". En Argentina y Chile se designa como "manzana" cualquier solar cuadrangular, tanto si está edificado como si no lo está. En algunos países de América Central, "manzana" es una unidad de superfície de dimensiones precisas.
Tanto el Diccionario de la Real Academia Española como el Diccionario de uso del español de María Moliner la incluyen como una acepción más de "manzana" (‘fruto del manzano’) dando a entender tácitamente que se trata de un sentido traslaticio de esta palabra.
Sin embargo, no se acaba de ver (al menos de forma absoluta e incontestable) la similitud entre la fruta del manzano y un ‘grupo de casas contiguas’, más si se considera que el nombre se aplica especialmente a superficies cuadrangulares. Tampoco hay paralelos en otras lenguas que puedan confirmar esa hipótesis.
Teniendo en cuenta que en América el sentido de la palabra "manzana" parece apuntar más bien hacia el de ‘solar’ o ‘unidad de superfície’ no parece totalmente descartable pensar que la palabra pudiera tener un origen árabe, ya que esta lengua ha aportado numerosos vocablos al español tanto en el campo de la construcción y la arquitectura como en el de la agricultura. Incluso se podría pensar en la voz arábiga MANZAL (que ha dado lugar a numerosos topónimos en la Península Ibérica: Mazarambroz, Massalcoreig...) y que significaba ‘hostal, parador’, pero también, posteriormente ‘alquería, finca...’. Todo esto, sin embargo, no dejan de ser puras conjeturas, ya que carecemos de acceso a documentación que nos permita conocer con más exactitud la historia exacta de la palabra "manzana" por lo que respecta a la acepción inquirida.
Agradeceríamos mucho que cualquier otra persona que posea más información sobre esta palabra nos la haga llegar.
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8-11-99
Pregunta formulada por Santiago Maechel (Viña del Mar, Chile)
El nombre "María" es la adaptación al castellano del hebreo "Míryam", que aparece en el Nuevo Testamento como nombre de la madre de Jesús y de otros personajes femeninos. En el Antiguo Testamento es el nombre de la hermana de Moisés y Aarón.
La etimología de este nombre es incierta y se han propuesto numerosas hipótesis para explicarlo. Entre ellas, citaremos algunas de las principales:
1) Del verbo hebreo MARÁ (‘engordar’). "Míriam" significaría ‘gruesa’, ‘robusta’, o bien ‘gallarda’, ‘hermosa’ (recuérdese que "la gordura es hermosura").
2) Del verbo hebreo MARAH (‘dominar’). En este caso, significaría ‘señora’ y coincidiría con el arameo MARYÀ, que significa ‘señor’.
3) Del verbo hebreo RUM (’elevarse’). María sería ‘la excelsa, la sublime’.
4) De MOR (‘mirra’) y YAM (‘mar’), con lo que significaría ‘mirra del mar’ o ‘amargura del mar’.
5) Del egipcio MARI YAM. MARI provendría de la raíz MR (‘amar’) y YAM sería una forma del nombre Yahveh. María sería ‘la amada de Yahveh’.
6) Del egipcio MIR o ME’IR (‘el que ilumina’, formado sobre el verbo ‘OR, ‘brillar’) más YAM (‘Yahveh’). María sería igual a ‘Yahveh ilumina’ o ‘la lumbre de Yahveh’.
Las hipótesis de un origen egipcio son, al parecer, las que gozan de más crédito entre los filólogos, ya que se parte del hecho de que el nombre lo llevaba ya la hermana de Moisés. Las otras hipótesis parecen ser simples intentos de relacionarlo con las palabras hebreas a las que más se asemeja, sin más base que el mero parecido formal.
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22-3-2001
Pregunta formulada por Joaquín Barrio (Argentina)
La primera documentación conocida de la palabra "mariposa" está en el "Libro del cavallero et del escudero", del infante Don Juan Manuel (1326):
"Otrosi dizen que ay otra manera de bestias pon[ç]onnadas aque llaman basiliscos mas destos nunca bi yo ninguno nin bi omne quelo biesse Et otrosi alacranes & samalaquesas & lazartos Pero los lagartos commo quier que muerden mal non son muy enconados & arranas & çentipeas Et tarentelas que son (manar) [manera] de ranas. Et ay otras que son entre manera de bestias & de aues asi commo morçiellagos & mariposas & avejas & abispas & todas las maneras delas moscas..."
La etimología más conocida de la palabra "mariposa" es la que da Coromines. Procedería de fórmula "Mari, posa(te) usada en canciones o juegos infantiles. Coromines aduce, en apoyo a su hipótesis, la existencia de formas parecidas ("maria vola") en sardo y en dialectos franceses.
García de Diego, por el contrario, la hace proceder del latín "male pausat", explicación que coincide con la que da Covarrubias ("Tesoro de la lengua castellana o española", 1611):"Díxose mariposa, quasi maliposa, porque se assienta mal en la luz de la candela donde se quema". Con respecto al sardo "mariposa", García de Diego sostiene que remonta al latín "mane et pausat".
En cualquier caso, el nombre de la mariposa, al igual que el de otros insectos de poca o ninguna importancia económica para el hombre, es campo abonado para la variación lingüística. La forma castellana "mariposa" es propia de la mitad norte de la Península, pero en la mitad sur (incluyendo Valencia y Baleares) se usa la forma "paloma" y sus derivados: "palomita", "palomilla", "palomica", "palometa"... En el "Spill" de Jacme Roig, escritor valenciano del siglo XV, aparece la forma "pariposa" que, según Coromines, sería un cruce entre el castellano "mariposa" y el catalán "papallona" (antiguo "papalló", del latín PAPILIO) o la expresión "para-i-posa". En vasco, junto al más usado "tximeleta", existen nombres como "pinpilinpauxa", "pinpirin" o el más curioso "maripampalona", interesantes por su posible relación, en una u otra dirección, con la forma castellana.
Junto a toda esta variedad de formas, no podemos resistir la tentación de hacer constar la existencia de una palabra vasca que guarda un cierto parecido formal y, en cierta manera, semántico: "panpoxa"= ‘mujer linda’
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7-6-2000
Pregunta formulada por Assumpta Llongueras (Sant Vicenç de Castellet)
La palabra "mármol" consta en nuestra lengua desde mediados del siglo XIII y procede del latín MARMOR, que la tomó, a su vez, del griego MÁRMAROS (‘pedrusco’, ‘bloque de piedra’, ‘mármol’). La palabra griega parece estar relacionada con el verbo MARMAÍREIN (‘brillar’, ‘refulgir’). La forma castellana contrasta con la forma catalana y francesa "marbre", lo cual puede deberse a dos causas: o bien porque se trate de un cultismo tomado directamente del nominativo MARMOR (las palabras patrimoniales derivan de las formas de acusativo; "marbre" procede de *marm’re < MARMORE(M) ) o bien, siendo una palabra patrimonial, a la pérdida, en época muy temprana, de la -e final.
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11-2-2002
Pregunta formulada por Nacho
La palabra "masaje" procede del francés "massage", el cual deriva del verbo "masser" ('dar masaje'). Según Coromines, la palabra francesa procede del árabe, ya sea del verbo "mass" ('tocar') ya sea de "massád" ('masajista', 'muchacho que da masajes en los baños públicos'), a su vez de "mássad" ('dar masaje', 'frotar el cuerpo').
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27-12-2000
Pregunta formulada por Fernando Teigell
La fundación oficial de la ciudad cubana de Matanzas tuvo lugar en 1693 con el nombre de San Carlos y San Severino de Matanzas. Con anterioridad, sin embargo, había existido un asentamiento indígena llamado Yucayo y documentado desde el siglo XVI con el nombre de Matanzas. Posiblemente, el nombre haga alusión a la existencia de mataderos de reses destinados a abastecer a los galeones que hacían la ruta entre América y España.
No se trata, sin embargo, de un topónimo aislado. Son muy numerosas las poblaciones que llevan el nombre de Matanzas o Matanza tanto en España como en América. Entre las más conocidas están la localidad de La Matanza de Acentejo, en Tenerife, cuyo nombre hace referencia a la derrota sufrida por los castellanos frente a los guanches en 1494 y Fuerte Matanzas, situado en una isla al sur de San Agustín, en Florida, cuyo nombre rememora la matanza de hugonotes realizada por Pedro Menéndez de Avilés en el siglo XVI.
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19-3-2001
Pregunta formulada por José Francisco Hernando (La Unión - Murcia)
La ciudad catalana de Mataró se corresponde con la antigua ciudad ibérica y romana de Iluro. La primera citación del topónimo actual, según el "Onomasticon Cataloniae" de Joan Coromines, es del año 1114 con la forma "Materon". En años posteriores aparecen formas como "castri de Materó", "Matarone", "Materó", "Matheron", "Materone", etc. Todas estas documentaciones primitivas hacen referencia a un castillo, del cual tomó nombre la ciudad actual (los restos de la antigua población se conocían con el nombre de Civitas Fracta o Freta -‘rota’, ‘destruida’- o con el de Alarona, derivado del antiguo Iluro).
Aunque algunos han relacionado el nombre "Mataró" con el de "Mata" (nombre de una pequeña población cercana), esta etimología parece totalmente descartable, entre otras cosas, porque no explica la terminación -aró, ni tampoco la "e" que aparece en los documentos más antiguos (la grafía actual con "a" es debida a la confusión entre "a" y "e" átonas en catalán oriental).
Para Coromines, el origen estaría en un antropónimo (nombre de persona) germánico que haría referencia a los dueños del castillo. Dicho antropónimo estaría formado por la raíces MATHA- y -HARI, muy comunes en nombres de este origen (especialmente la segunda). No procedería del caso recto (nominativo) Matheri, sino del oblicuo Matherion (e), con la característica desaparición de -n final propia del catalán.
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30-12-99
Pregunta formulada por Miguel García Hernández (México)
Del verbo griego MÁNTHANO ('aprender') se formó el sustantivo MÁTHEMA ('conocimiento') y de éste el adjetivo MATHEMATIKÓS (‘relativo al conocimiento’ y también, sustantivizado, ‘estudioso’), que se introdujo en latín con la forma MATHEMATICUS, y se adaptó en castellano como "matemático" (cuya primera documentación es de 1440, según Coromines). La forma femenina de este adjetivo se usó para referirse a las "ciencias matemáticas": la geométria, la música, la aritmética y la astrología, según Covarrubias (1611), en cuyo "Tesoro de la lengua castellana o española" se halla documentada por primera vez "matemática" como sustantivo. Posteriormente, la palabra se usó con su sentido actual, prefiriéndose el plural "matemáticas" al singular "matemática" a causa de su antigua utilización como adjetivo plural.