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26-2-2000
Pregunta formulada por Edith Bejarano
El nombre Pablo procede del latín PAULUS, que significa ‘pequeño’ y era el sobrenombre del judío Saulo de Tarso, que se significó en la persecución contra los cristianos y, después, milagrosamente, sufrió una súbita conversión al caer del caballo camino de Damasco, pasando a ser el principal propagador de la religión cristiana (se puede leer la historia en "Hechos de los Apóstoles").
En castellano, PAULUS evolucionó de forma regular dando Pablos (forma que todavía se usa en algunas zonas rurales de la península). Posteriormente, Pablos se convirtió en Pablo por analogía con los muchos nombres masculinos que en castellano acaban en -o (algo parecido a lo que está sucediendo hoy día con los nombres Marcos y Marco).
La forma femenina de Pablo es Paula, que no ha sufrido evolución fonética, sino que se ha tomado directamente de la forma latina.
28-1-2001
Santiago Mata, desde Viena, nos puntualiza lo siguiente respecto al nombre del apóstol Pablo:
Paulus era el nombre latino de San Pablo, que además de judío era ciudadano romano (de nacimiento, lo cual en su época no era una bagatela: cuando fue detenido, el cónsul romano se sorprendió de ello, ya que él había obtenido la ciudadanía comprándola). San Pablo se llamaba por tanto igualmente Saulo y Pablo. Los Hechos de los Apóstoles llaman Saulo a San Pablo hasta que, estando en Chipre (capítulo 13) hablan con el procónsul romano (que se llama Sergio Paulo). Entonces San Lucas (redactor del texto) se refiere a "Saulo,llamado también Pablo", y a partir de ahí no vuelve a usar el nombre Saulo, sólo el de Pablo. No es lo mismo que una persona tenga un sobrenombre a que tenga dos nombres, ya que Paulo no es traducción de Saulo, aunque es posible que San Pablo (o más bien sus padres, ya que como digo, era romano por nacimiento) eligiera este nombre por ser parecido a Saulo.
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16/11/97
Yvonne, de Bilbao, nos pregunta cuál es el origen de la expresión "pagar el pato".
En castellano antiguo, los grupos consonánticos latinos existentes en los cultismos que se incorporaban a la lengua, se simplificaban de manera que se ajustasen a lo que era habitual en la fonética castellana. De esta manera, el latín EFECTUM se convertía en "efeto", PROJECTUM en "proyeto", etc... A veces, en la escritura se conservaba la grafía latina, aunque no se correspondiese con la pronunciación, es decir, se podía escribir "efecto", aunque todo el mundo pronunciaba "efeto".
Posteriormente, por influjo de la escritura, se ha generalizado la pronunciación culta de estos grupos consonánticos, y la pronunciación "efeto" sólo se oye en zonas rurales y es considerada vulgar.
No obstante, en algunos casos, la pronunciación antigua ha quedado fosilizada. Es el caso de la locución "pagar el pato", donde "pato" no hace referencia al ave palmípeda, sino que es la pronunciación antigua de la palabra "pacto".
Con esta expresión se "justificaban" en la Edad Media las acciones contra la población judía de los reinos españoles, ya que si éstos tenían un "pacto" con Dios (véase el Antiguo Testamento), se consideraba que los sufrimientos que les infligiesen los cristianos de la época eran una justa contrapartida. Los judíos fueron expulsados de España en 1492 y la frase dejó de tener "sentido", pero se conservó en la memoria popular con el significado actual. y con la pronunciación antigua de la palabra "pacto".
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8-5-99
Pregunta formulada por Familia Álvarez-Vázquez
"Palabra" procede del griego PARABOLA ('comparación'), formado con el prefijo PARA y el verbo BALLO ('echar', 'lanzar'). En latín 'palabra' era VERBUM, pero a través del cristianismo penetró la forma PARABOLA que acabó sustituyéndola (VERBUM quedó reservado para referirse a la palabra de Dios. Recuérdese el Evangelio de San Juan: "En el principio era el Verbo").
En castellano antiguo PARABOLA da "parabla", que luego, por metátesis, se convirtió en el actual "palabra". Otros ejemplos de las lenguas romances son "paraula" (catalán, provenzal y sardo), "parola" (italiano), "parole" (francés), "palavra" (portugués).
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25-4-2001
Pregunta formulada por Omar Floro Genaro
La palabra "pantalla" está registrada en nuestra lengua desde principios del siglo XVII. Para Coromines, su origen debe estar bien en el catalán "ventall" o "ventalla" (‘abanico’, acepción que "pantalla" conserva en Argentina; pero también ‘pantalla’ o ‘visera’), bien del francés "ventaille", con parecidos significados. La "p" inicial de la palabra castellana es, sin duda, debida a un cruce con algún otro vocablo, si bien se ignora con certeza cuál sea éste.
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25-10-99
Monika Knögel (Colonia, Alemania) escribió:
"¿Puede explicarme el origen de la palabra "papalote" que en el español de Cuba y México es sinónimo de la palabra "cometa"?"
La palabra "papalote" procede de PAPALOTL, que en nahuatl (una de las principales lenguas indígenas de México) es una de los nombres que se dan a la mariposa. De la misma palabra azteca procede el mexicanismo "papalota" que significa ‘mariposa’ . Probablemente, la palabra nahuatl intenta evocar con su sonido la sensación que produce el vuelo de la mariposa. Si es así, se trataría de una formación análoga al latín "papilio" o al euskera "pinpilinpauxa".
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25-4-2001
Pregunta formulada por Alemagadan (Argentina)
Cultismo de origen griego presente en castellano desde al menos el siglo XVII. La palabra "paradígma" tiene en griego el mismo significado que la palabra castellana, es decir, ‘modelo’, ‘ejemplo’ y está formada a partir del verbo "déiknymi" (‘mostrar’) más el prefijo para-.
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20-10-99
Pregunta formulada por Pedro Luis Berraizabal
Se denomina parasíntesis (del griego parasýnthesis, formado por la preposición PÁRA y el sustantivo SYNTHESIS, ‘composición’, a su vez formado por la preposición SYN y el sustantivo THÉSIS, ‘colocación’, ‘disposición’) al procedimiento de formación de neologismos (nuevas palabras) en que entran a la vez la composición y la derivación, como por ejemplo "norteamericano", formado por las palabras norte + América (composición) y el sufijo -ano (derivación).
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13/7/98
Pregunta formulada por August Brezel (Würzburg, Alemania)
La palabra "parricida" procede del latín clásico, lengua en la que tenía el mismo significado que tiene actualmente en castellano: ‘el que mata a una persona de su familia’. Se halla documentada por primera vez en nuestra lengua hacia 1490.
"Parricida" no procede como se cree habitualmente de PATER, sino de una palabra más antigua que ya era desusada en la época clásica. El significado de *PARR- debía ser algo así como ‘miembro de la tribu’.
El sufijo -cida proviene del verbo CAEDERE (‘golpear’, ‘herir’, ‘matar’). Este sufijo ha servido modernamente para crear numerosos neologismos como "magnicida", "insecticida", "pesticida", "plaguicida", etc.
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9-10-99
"Dmitry M. Kuznetsov, desde Rusia, escribió:
¿Por qué a los alaveses se los llama patateros de manera despectiva? ¿Ellos consumen muchas patatas o quizás las vendan?
Debe tratarse de una denominación muy reciente o de carácter local, ya que no la hemos encontrado en ningún diccionario, ni siquiera en el recientemente aparecido "Diccionario del español actual". Podría venir de las patatas o bien de una acepción coloquial del adjetivo "patatero": ‘malo, ínfimo’ ("Diccionario de argot", Julia Sanmartín Sáez, Espasa, Madrid, 1998), ¿nacida quizás en los ambientes futbolísticos? Es sólo una idea.
20-3-2000
Desde tierras de Álava nos han llegado dos mensajes (del I.E.S Samaniego y de Sergio Ródenas) en que se certifica que el origen de esta designación está en el cultivo de patatas en dicho territorio. Al parecer, el término fue creado y difundido, con cierta intención peyorativa, por los habitantes de las provincias vecinas de Vizcaya y Guipúzcoa.
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23-4-2000
Pregunta formulada por Manuel (México)
Esta palabra deriva del adjetivo "patriota", que entró en nuestra lengua a principios del siglo XIX, como adaptación del francés "patriote", tomado del griego PATRIÓTES, que se popularizó durante la revolución francesa. En griego, la palabra no tenía el significado actual sino el de ‘compatriota’ y estaba formada a partir del sustantivo PATRIÁ (‘raza’, ‘tribu’, ‘casta’), a su vez relacionado con PATÉR (‘padre’).
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17-2-2000
Pregunta formulada por Alejandro Domínguez (México)
Se trata de una palabra de uso bastante reciente en nuestra lengua, ya que no se halla documentada hasta principios del siglo XIX. Su origen es el italiano "pagliaccio" (‘saco de paja’), derivado de la palabra "paglia" (‘paja’), con el cual se compara al payaso por su figura deforme. La palabra castellana no deriva directamente de la italiana (que hubiera dado en nuestra lengua la forma *pallacho), sino de la adaptación francesa "paillasse".
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12-1-2001
Pregunta formulada por Arturo Ortega (Monterrey - México)
"De pe a pa" es una locución existente desde antiguo en nuestra lengua. En el acto XVIII de la Celestina (1499) el rufián Centurio dice lo siguiente: "Yo te juro por el sancto martilogio, de pe a pa, el braço me tiembla de lo que por ella entiendo hazer, que contino pienso cómo la tenga contenta y jamás acierto".
Fue recogida también por Gonzalo de Correas en su "Vocabulario de refranes" con el significado: decir las cosas claras, aunque su sentido actual es más bien ‘de principio a final’.
Poca cosa podemos decir sobre su origen. Aunque algunos han intentado dar explicaciones inverosímiles basadas en el vasco o en el hebreo, parece tratarse simplemente de una locución creada por el simple placer de la similitud o el sonsonete, similar, por tanto, a muchas otras que existen en nuestro idioma y en todas las lenguas. Lo mismo es aplicable a la frase "ni fu ni fa", cuya creación debe ser más reciente.
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21-10-2000
Pregunta formulada por Eduardo Soto (Panamá)
La forma usual de este refrán en España es "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Según explica Covarrubias, en su "Tesoro de la lengua castellana o española" (1611) : "pelar a un hombre las barbas es grande afrenta" y explica el refrán de la siguiente manera:"’Quando vieres la barba de tu vezino pelar, echa la tuya en remojo’; si vemos seguirse algún daño a los que son de nuestra condición y trato, devemos temer que otro día avrá de acontecer por nosotros, y prevenirnos para que el golpe no sea tan recio."
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26-9-99
Pregunta formulada por Manuel García Barbero
"Pendejo" significaba en su origen ‘vello del pubis’. Con ese valor está atestiguado en castellano desde el siglo XV. Su origen es la palabra latina *PECTINICULUS, diminutivo de PECTEN, que en latín significaba ‘peine’ y también ‘manojo de pelo’, ‘pubis’. La evolución fonética es la siguiente: *PECTINICULUS > *pectiniclo >*petteneclo> *petnello >*pednello> *pendello > pendejo > pendexo > pendejo.
En algunos países americanos, "pendejo" se aplica al ‘muchacho que intenta fingirse mayor de lo que es’ (probablemente porque el pelo en el pubis es una señal de la pubertad). Es de suponer que a partir de esta acepción se pasó a la más conocida de ‘hombre tonto, estúpido’, ‘hombre cobarde, pusilánime’.
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7-11-99
Pregunta formulada por Marcela Pérez Gómez
En la antigua Castilla, los hijos llevaban como apellido el nombre de su padre con la terminación -ez, que indicaba ‘hijo de’ (el procedimiento se usa todavía en muchos países, por ejemplo en Rusia, donde la terminación equivalente es -ich). Así, el hijo de alguien llamado Fernando llevaba el apellido Fernández. Pérez es el apellido patronímico correspondiente al nombre Per, forma antigua de Pedro (del latín Petrus).
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11-11-99
Pregunta formulada por Nacho Capdepon (Japón)
Durante la I República (1873) se acuñaron unas monedas de cobre de 5 y de 10 céntimos (la segunda de mayor tamaño que la primera), que estuvieron en circulación hasta finalizada la guerra civil. En una de las caras de estas monedas figuraba un león rampante, que la gente solía confundir con un perro o perra, de donde procede el nombre que se les dio popularmente: perra chica (la de 5 céntimos) y perra gorda (la de 10 céntimos). Posteriormente, "perras" se hizo sinónimo de "dinero" en general.
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2-1-2000
Manuel Muñoz Suárez escribió:
"He leído dos versiones: La primera, palabra onomatopéyica ( "prrrr...") con la que los pastores llamaban o dirigían a sus perros (can, singular en latín). La segunda, origen prerromano."
Ambas teorías son igualmente posibles y ambas son igualmente indemostrables. Coromines, en su "Breve diccionario etimológico de la lengua castellana", encuentra más verosímil que sea de creación expresiva a partir del sonido con que se les llama o se les azuza ya que, si existió una palabra prerromana de la que proceda "perro", no ha llegado hasta nosotros ningún testimonio (la única lengua prerromana de la península ibérica, el euskera, llama al perro "txakur"). Por otra parte, existen ejemplos de una designación del perro a partir de una onomatopeya en varias lenguas (por ejemplo, "gos", en catalán), e incluso algunos de los nombres que recibe este animal en castellano ("chucho", "cuz") tienen ese origen. Coromines aduce también la voz gallega "apurrar" (‘azuzar al perro’)
Lo único que se puede afirmar con certeza es que la palabra "perro" es exclusiva de la lengua castellana y que está documentada desde el siglo XII (con un uso popular y despectivo). A partir de dicha fecha fue sustituyendo paulatinamente a la palabra de origen latino "can", que finalmente quedó relegada a un uso puramente literario.
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13/10/98
Pregunta formulada por Mario Andrés Agatón Moscos (Colombia)
"Perverso" es un adjetivo que, según el Diccionario de la Real Academia, designa a quien es ‘sumamente malo, que causa daño intencionadamente’, ‘que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas’.
Desde el advenimiento del psicoanálisis, las palabras "perverso" y "perversión" gozan de un significado más benévolo que no ha sido recogido hasta ahora por el Diccionario de la Academia. Se usa, en sentido estrictamente técnico (es decir, sin ninguna connotación de carácter moral), para designar todos aquellos actos sexuales que no se orientan a la procreación, sino al simple placer, es decir, que se desvían del objeto al cual estaban previamente destinados.
"Perverso" procede del latín PERVERSUS, participio del verbo PERVERTERE (‘trastornar’, ‘subvertir’). Este verbo está formado a su vez por la preposición PER y el verbo latino VERTERE, de significado muy amplio (‘girar’, ‘hacer girar’, ‘dar vuelta’, ‘derribar’, ‘cambiar’, ‘convertir’, etc.) y, por tanto, muy vago. Unido a diversas partículas este verbo dio lugar en latín a numerosos derivados (más precisos), la mayoría de los cuales han pasado al castellano: "advertir", "convertir", "controvertir", "divertir", "invertir", "revertir", "subvertir", etc.
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4-4-99
Sobre esta expresión, José M. Iribarren, en "El porqué de los dichos" dice lo siguiente:
"Para ponderar la fealdad de alguien, suele decirse que es ‘más feo que Picio, a quien de feo que era, le dieron la Unción con caña, por lo asustado que estaba el cura’. Esto añaden los andaluces.
Sbarbi en su "Gran Diccionario de Refranes", dice que Picio fue un zapatero, natural de Alhendín, y que vivía en Granada en la primera mitad del siglo último. Fue condenado a la última pena; hallándose en capilla recibió la noticia del indulto, y le causó tal impresión, que se quedó a poco sin pelo, cejas ni pestañas y con la cara tan deforme y llena de tumores, que pasó a ser citado como modelo de fealdad más horrorosa.
Sbarbi habló con personas que habían conocido a Picio. Y añade que éste se retiró a la villa de Lanjarón, de donde lo expulsaron porque jamás entró en la iglesia, por no quitarse el pañuelo con que cubría su calva. Entonces volvió a Granada, donde al poco tiempo murió."
Personalmente, creemos que Picio no fue un personaje real, sino folklórico y ello por las siguientes razones:
1) Picio no parece ser un apellido usual en España, aunque sí existe en otros países (también cabe la posibilidad de que no se trate de un apellido, sino de un apodo o de un hipocorístico)
2) Existe en el País Vasco un personaje carnavalesco, llamado Pitxu, que presenta algunas coincidencias con el Picio granadino.
3) Es propio de los personajes del Carnaval, tanto en España como en el resto de Europa, morir y resucitar. En el caso de Picio, la muerte y resurrección se han sustituido por condena a muerte / indulto, pero ello no es de extrañar, ya que si se pretendía hacerlo pasar por un personaje real, no podía decirse que había muerto y resucitado.
4) La anécdota del cura que le da Unción con una caña es absolutamente inverosímil. Sin embargo, recuerda también a otro personaje propio del Carnaval, presente en multitud de lugares que lleva una caña en la punta de la cual hay atado un higo. En Cataluña se llama a este personaje "la figuetaire"y su labor consiste en agitar la caña ante los niños, que deben intentar coger la fruta sin usar las manos.
La primera documentación que conocemos de esta expresión se halla en la novela de Pedro Antonio de Alarcón, "El sombrero de tres picos". El capítulo V de dicha novela se inicia con la frase "El tío Lucas era más feo que Picio". Pedro Antonio de Alarcón nació en Guadix (Granada) y la novela fue escrita a mediados del siglo XIX.
8-4-2001
Arturo Ortega nos proporciona una citación más antigua de "Picio". Procede de Sebastián de Miñano ("Sátiras y panfletos del Trienio Constitucional"), obra escrita entre 1823 y 1845:
"Pero aun esto no es nada, si se compara con el mal pago que has dado a aquel anciano Picio, orador de hierro, fundador de templos fortificados, perseguidor de nombres gloriosos, imitador del dulce Robespierre y pretendiente a dictaduras y regencias.¿Cómo pudiste dudar de su ardiente amor a la justicia desde que le viste denunciar al propio alcaide de la prisión en que se hallaba por haber tenido la condescendencia de permitirle ciertos desahogos que él mismo había solicitado? ¿Qué juez no fue venal en su boca? ¿Qué eclesiástico no fue un hipócrita? ¿Qué militar no fue cobarde?¿Qué diputado no fue débil? ¿Qué ministro no fue un pastelero?"
Al parecer la persona que Miñano designa como Picio es Antonio Alcalá Galiano, político perteneciente al partido de los liberales "exaltados" y ferviente orador. Con respecto a su aspecto físico, Pío Baroja afirma ("Desde la última vuelta del camino") que era "reputado por su elocuencia y por su fealdad". La Enciclopedia Espasa, por el contrario, enumera entre sus dotes de orador su "esbelta figura"; el artículo va acompañado de un retrato del personaje (en su juventud) que parece contradecir la afirmación de Baroja.
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3-2-2001
Reproducimos la información que sobre esta expresión nos envía Arturo Ortega (Monterrey - México):
Andar o Irse de Picos Pardos (Irse de parranda en busca de alcohol y/o mujeres). Esta locución es ya de muy poco uso en México, pero llamó mi atención y tratando de buscar su origen hallé que dice don Ricardo Palma en Tradiciones Peruanas:
En el Perú de los virreyes – De cómo un príncipe fue alcalde en el Perú (1796) [...] Era el caso que el intendente había autorizado una corrida de toros en domingo, día consagrado al Señor, y el obispo veía en esto mucho de irreligiosa desobediencia [...] El señor Sobrino y Minayo, a pesar de la mitra, era aficionado a la camorra; y tanto que la armó, y gorda, por poner en vigencia una ordenanza de Felipe II, la cual disponía que las hembras de enaguas airadas vistieran, para no ser confundidas con las honestas damas, de paño pardo con adornos de picos, de donde, por si ustedes lo ignoran, les diré que tuvo origen la frase andar a picos pardos. [...]
Añadimos a la información anterior lo que al respecto cuenta José M. Iribarren, en "El porqué de los dichos":
"El Diccionario de la Academia, en su 3ª. Edición 1791), decía que "Andarse, o irse, a picos pardos" es ‘frase con que se da a entender que alguno, pudiendo aplicarse a cosas útiles y provechosas, se entrega a las inútiles e insustanciales, por no trabajar y por andarse a la briba". En su origen, la frase "irse a picos pardos" o "de picos pardos" significó irse con una mujer de la vida o "moza de partido", y se dijo porque la ley obligaba a las tales a usar "jubón de picos pardos", para distinguirlas de las mujeres decentes. Montoto, en "Un paquete de cartas", escribe: "Los picos, o los mantos con picos pardos fueron, según leí no recuerdo en cuál autor, distintivo de las mujeres de vida airada, mozas de partido, etc. En tiempos pasados, las tales tenían que vestir como se les ordenaba. Según las Ordenanzas de la Casa Pública de Sevilla, no habían de usar vestidos talares, ni sombrillas, ni guantes, sino una mantilla para los hombros, corta y encarnada".
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7-6-2000
Pregunta formulada por Assumpta Llongueras (Sant Vicenç de Castellet)
La palabra usual en latín para ‘piedra’ era SAXUM. Esta forma fue sustituida por el helenismo PÉTRA (que en griego significa ‘piedra’, ‘roca’ pero también ‘gruta’, ‘caverna’), de la que derivan las formas romances "piedra", "pedra" (catalán y gallego-portugués), "pèira" (occitano), "pietra" (italiano) y "pierre" (francés). La forma SAXUM nos ha dejado el italiano "sasso" y algunas formas dialectales en catalán, castellano y otras lenguas romances.