Yvonne, de Bilbao, nos pregunta cuál es el origen de la expresión "pagar el pato".
En castellano antiguo, los grupos consonánticos latinos existentes en los cultismos que se incorporaban a la lengua, se simplificaban de manera que se ajustasen a lo que era habitual en la fonética castellana. De esta manera, el latín EFECTUM se convertía en "efeto", PROJECTUM en "proyeto", etc... A veces, en la escritura se conservaba la grafía latina, aunque no se correspondiese con la pronunciación, es decir, se podía escribir "efecto", aunque todo el mundo pronunciaba "efeto".
Posteriormente, por influjo de la escritura, se ha generalizado la pronunciación culta de estos grupos consonánticos, y la pronunciación "efeto" sólo se oye en zonas rurales y es considerada vulgar.
No obstante, en algunos casos, la pronunciación antigua ha quedado fosilizada. Es el caso de la locución "pagar el pato", donde "pato" no hace referencia al ave palmípeda, sino que es la pronunciación antigua de la palabra "pacto".
Con esta expresión se "justificaban" en la Edad Media las acciones contra la población judía de los reinos españoles, ya que si éstos tenían un "pacto" con Dios (véase el Antiguo Testamento), se consideraba que los sufrimientos que les infligiesen los cristianos de la época eran una justa contrapartida. Los judíos fueron expulsados de España en 1492 y la frase dejó de tener "sentido", pero se conservó en la memoria popular con el significado actual. y con la pronunciación antigua de la palabra "pacto".