MÁS FEO QUE PICIO

4-4-99

Sobre esta expresión, José M. Iribarren, en "El porqué de los dichos" dice lo siguiente:

"Para ponderar la fealdad de alguien, suele decirse que es ‘más feo que Picio, a quien de feo que era, le dieron la Unción con caña, por lo asustado que estaba el cura’. Esto añaden los andaluces.

Sbarbi en su "Gran Diccionario de Refranes", dice que Picio fue un zapatero, natural de Alhendín, y que vivía en Granada en la primera mitad del siglo último. Fue condenado a la última pena; hallándose en capilla recibió la noticia del indulto, y le causó tal impresión, que se quedó a poco sin pelo, cejas ni pestañas y con la cara tan deforme y llena de tumores, que pasó a ser citado como modelo de fealdad más horrorosa.

Sbarbi habló con personas que habían conocido a Picio. Y añade que éste se retiró a la villa de Lanjarón, de donde lo expulsaron porque jamás entró en la iglesia, por no quitarse el pañuelo con que cubría su calva. Entonces volvió a Granada, donde al poco tiempo murió."

Personalmente, creemos que Picio no fue un personaje real, sino folklórico y ello por las siguientes razones:

1) Picio no parece ser un apellido usual en España, aunque sí existe en otros países (también cabe la posibilidad de que no se trate de un apellido, sino de un apodo o de un hipocorístico)

2) Existe en el País Vasco un personaje carnavalesco, llamado Pitxu, que presenta algunas coincidencias con el Picio granadino.

3) Es propio de los personajes del Carnaval, tanto en España como en el resto de Europa, morir y resucitar. En el caso de Picio, la muerte y resurrección se han sustituido por condena a muerte / indulto, pero ello no es de extrañar, ya que si se pretendía hacerlo pasar por un personaje real, no podía decirse que había muerto y resucitado.

4) La anécdota del cura que le da Unción con una caña es absolutamente inverosímil. Sin embargo, recuerda también a otro personaje propio del Carnaval, presente en multitud de lugares que lleva una caña en la punta de la cual hay atado un higo. En Cataluña se llama a este personaje "la figuetaire"y su labor consiste en agitar la caña ante los niños, que deben intentar coger la fruta sin usar las manos.

La primera documentación que conocemos de esta expresión se halla en la novela de Pedro Antonio de Alarcón, "El sombrero de tres picos". El capítulo V de dicha novela se inicia con la frase "El tío Lucas era más feo que Picio". Pedro Antonio de Alarcón nació en Guadix (Granada) y la novela fue escrita a mediados del siglo XIX.

8-4-2001

Arturo Ortega nos proporciona una citación más antigua de "Picio". Procede de Sebastián de Miñano ("Sátiras y panfletos del Trienio Constitucional"), obra escrita entre 1823 y 1845:

"Pero aun esto no es nada, si se compara con el mal pago que has dado a aquel anciano Picio, orador de hierro, fundador de templos fortificados, perseguidor de nombres gloriosos, imitador del dulce Robespierre y pretendiente a dictaduras y regencias.¿Cómo pudiste dudar de su ardiente amor a la justicia desde que le viste denunciar al propio alcaide de la prisión en que se hallaba por haber tenido la condescendencia de permitirle ciertos desahogos que él mismo había solicitado? ¿Qué juez no fue venal en su boca? ¿Qué eclesiástico no fue un hipócrita? ¿Qué militar no fue cobarde?¿Qué diputado no fue débil? ¿Qué ministro no fue un pastelero?"

Al parecer la persona que Miñano designa como Picio es Antonio Alcalá Galiano, político perteneciente al partido de los liberales "exaltados" y ferviente orador. Con respecto a su aspecto físico, Pío Baroja afirma ("Desde la última vuelta del camino") que era "reputado por su elocuencia y por su fealdad". La Enciclopedia Espasa, por el contrario, enumera entre sus dotes de orador su "esbelta figura"; el artículo va acompañado de un retrato del personaje (en su juventud) que parece contradecir la afirmación de Baroja.