Luis Guillermo Bustamante, de Cali (Colombia), escribe:
"(...)En relación al origen de la palabra "alumno" se ha presentado una controversia, pues mientras algunas personas la descomponen en a=negación y lumni= luz y parten de allí para negar su uso por cuanto implicaría una desvalorización de la persona que ejerce ese rol (el de alumno), otras personas hemos encontrado que esa palabra proviene de la raíz latina que tiene que ver con el verbo nutrir.(...)"
La partícula privativa a- es griega, por lo que es muy inverosímil pensar que se haya unido al latín LUMEN para formar la palabra "alumnus".
Para Corominas, en su "Diccionari etimològic de la llengua catalana", el latín ALUMNUS tenía originalmente el significado de ‘crío, lactante’ y procede de un participio pasivo del verbo ALERE (‘alimentar’) caído en desuso: *alumenus. Progresivamente adquirió, en época romana, el significado que hoy le damos. En español, la palabra "alumno" está documentada a partir del siglo XVI.
Esta etimología se ve, además, avalada por los nombres que se aplican a este concepto en otros idiomas: "élève" en francés, del verbo "élever" (‘criar’, ‘educar’) o "pupil" en inglés (del latín PUPILLUS, ‘niño’, ‘muchachito’). En cualquier caso, se parte siempre en principio de la idea de ‘criar’, ‘alimentar’, ‘sacar adelante’ y después la palabra adquiere el sentido secundario de ‘enseñar’.
"Alumno/a" está, pues relacionado con las palabras "alimento" y "alimentar" y también con el adjetivo latino ALMUS/A/UM, que ha dado lugar a la expresión ALMA MATER que se aplica a la Universidad y que no significa (como algunos creen) ‘alma madre’, sino ‘madre nutricia’.