Sólo entonces Jacob dejó de resistir y
se asió fuertemente de aquel varón v.26. El alba rayaba en
el horizonte y el ANGEL quería partir, pero Jacob lo tenía
agarrado con todas las fuerzas de sus fracasos, de sus derrotas, de sus
miserias,lo tenía tomado con toda su desesperación, con la
fuerza de su corazón que clamaba y suplicaba perdón y bendición
!
"Déjame porque raya el alba." ordenó
el ANGEL. Pero Amado, con que tenacidad se aferró Jacob,DIOS mío,
si pudieramos ser nosotros igual con el SEÑOR. Entonces Jacob se
rindió y derramó su alma delante del DIOS VIVO.