PBRO. FRANCISCO BOIS[1]; PÁRROCO DE ST. SYMPHORIEN D'OZON; ISÈRE; 1837-07; PS 125; ch110125.doc; Copia de la minuta; AFM; RCLA I; p. 49; nº 46

 

INTRODUCCION

 

En los Annales de esta escuela, el Hno. Avit la describe así: “EI Sr. Dorzat, seguro de que dispondría de Hermanos en las vacaciones de ese mismo año (1827) compró un casa pequeña en la plaza del pueblo (hoy es un café), y la hizo reparar convenientemente para instalar en ella a los Hermanos y a los niños: estos debían ocupar la planta baja, dividida en dos aulas bastante limpias, pero malsanas y con poca luz. la situación no era la mejor para una escuela por el ruido del mercado, las ferias y fiestas publicas; todo esto era poco adecuado para el recogimiento propio de maestros religiosos y para la disciplina de una clase. De todas maneras, la proximidad de la iglesia la hacia agradable” (p. 2). La marcha de la escuela fue próspera de 1827 a 1830. Llegó a tener 130 niños ligeros y revoltosos con los que hubo que utilizar la palmeta. Tuvo también 7 directores en los siete primeros años. Además el Sr. Párroco redujo el programa de los Hermanos y no admitió más que las oraciones,  el catecismo, la lectura, la escritura y algo de cálculo. Por último, el año 1830 removió las cabezas en St-Symphorien y las autoridades fueron cambiadas. Estas tres causas llevaron a la escuela de los Hermanos a una crisis fatal” (p. 4) que se impuso hacia 1850. Según los mismos Annales, el Padre Champagnat, queriendo ver por sí mismo la situación de sus dos Hermanos, “se presentó una tarde sin avisar y quiso compartir su frugal cena. Se les permitió añadir una tortilla y, como rara excepción, una botella de vino que les habían regalado... Al día siguiente, visitó las clases y los niños se mostraron charlatanes, indisciplinados e insolentes. Uno de ellos, al ver al Padre, exclamó “¡Oh, el Curazol!” (p.5). Como el Hno. Avit no indica la fecha, es imposible saber si esta carta se sitúa antes o después de la visita. De todas maneras, este es el contexto en el que está escrita. (Traducción provisional del H. Antonio Aragón)

 

TEXTO

 

Monsieur le Curé,

 

Sr. Cura:

 

Nous ne croyons pas pouvoir rien faire pour la prospérité de votre école tant que le local ne sera pas changé. Sa situation devant la place publique est trop désagréable pour nos frères, plusieurs y ont perdu leur vocation, aucun ne veut y aller. Effectivement ils sont pour ainsi dire au milieu du grand monde, et, par conséquent, témoins de beaucoup de scandales. Les enfants ne peuvent pas être bien soignés parmi tant de sujet de dissipation. Pour mettre cette école sur un bon pied, il faudrait un local où l'on pût recevoir quelques pensionnaires, éloigné du bruit, afin que la surveillance soit plus facile, quand ce ne serait, en attendant, qu'une maison de loyer. Alors nous ferons tout ce qui pourra dépendre de nous pour que votre établissement marche sur un bon pied et devienne un des plus florissan(ts).

 

No creo poder hacer nada por la prosperidad de su escuela mientras el local de la misma esté como está. La situación delante de la plaza pública es muy desagradable para nuestros Hermanos, varios de los cuales han perdido allí su vocación[2] y nadie quiere ir a esa escuela.[3] Efectivamente están, por así decir, en medio del gran mundo y por lo tanto testigos de muchos escándalos. Los niños no pueden estar bien atendidos entre tanto motivo de disipación. Para que esta escuela tenga base firme se precisaría un local en que se pudieran recibir algunos pensionistas, alejados del ruido, a fin de que la vigilancia sea más fácil, aunque no fuese mientras tanto más que una casa de alquiler.[4] Entonces haremos cuanto dependa de nosotros para que su establecimiento funcione sobre buena base y llegue a ser uno de los más florecientes.

 

Bien sensibles à vos peines et à vos sollicitudes pour la gloire de Dieu et le salut des âmes, nous nous joignons à vous dans l'union d'un même esprit, vous priant d'agréer les sentiments de respect et de dévouement avec lesquel nous serons toujours, M. le Curé, vos très humbles et très obéissants serviteurs,

 

Muy sensible a sus preocupaciones y a su interés por la gloria de Dios y la salvación de las almas, me uno a usted en el espíritu rogándole acepte los sentimientos de respeto y afecto con los que seré siempre, Sr. Cura, su humilde y obediente servidor.

 

 



[1] Bois Francisco: Nació en 1799. Era párroco de St.Symphorien d’Ozon (Isère) de 1835 a 1838.

[2] Es muy difícil citar aquí sus nombres, al no haber sido anotadas las salidas de los Hermanos. (Traducción del H.Antonio Aragón)

[3] En este mismo sentido, el Hno. Avit añade en los Annales que, en 1841, “para remplazar al Hno. Barthélemy varios Hermanos rehusaron el puesto, el Hno. Aubin, que no lo conocía, lo aceptó”. Allí permaneció durante 33 años, con una sola interrupción de 3 a 4 meses. (Traducción del H.Antonio Aragón)

[4] El 12 de octubre de 1837, el Sr. Bois escribe al Padre Champagnat: 4s ... El Hno. Barthélemy le hablará de un legado de mil francos, hecho a la escuela por la Sra. Lombard, fallecida hace varias semanas. Le dirá también que es una decisión firme que durante el año que va a comenzar tendremos otro local. El Sr. Lombard, nombrado recientemente Par de Francia, nos ha prometido conseguir también algo del ministro para el mismo fin. Le rogamos, Sr. Superior, que cuente con nuestro celo. En realidad, la escuela no se podrá establecer en otra casa hasta 1855. (Traducción del H.Antonio Aragón)