México termina de pagar su deuda con Estados Unidos
Enero 97

El presidente mexicano Ernesto Zedillo anunció el 15 de enero de 1997 que México completaría los pagos a Estados Unidos para terminar de saldar un préstamo millonario que sirvió para salvar la economía mexicana del desastre en 1994. El último pago de 3.500 millones de dólares se hizo con tres años de adelanto, una señal de que la economía mexicana había hecho grandes progresos desde la crisis de 1994. Estados Unidos obtuvo un beneficio de 580 millones de dólares de intereses sobre el préstamo.

La crisis financiera de México se desarrolló en diciembre de 1994 cuando el valor del peso mexicano cayó en picado. Este desplome estuvo a punto de provocar que México dejara de pagar los plazos del préstamo, lo que a su vez causó la desconfianza de los inversores en la economía mexicana. A medida que la crisis iba empeorando, se iba extendiendo a otros países en vías de desarrollo, alcanzando tal gravedad que los expertos extranjeros llegaron a temer que la crisis fuera mundial.

A pesar de la amenaza que suponía para la economía estadounidense, el Congreso de los Estados Unidos se negó a pagar un paquete de ayuda de 4.000 millones propuesto por el presidente Bill Clinton. Para evitar embarcarse en un interminable proceso de negociación con el Congreso, Clinton recurrió al Fondo de Estabilización Monetaria. El fondo, utilizado normalmente para ayudar a mantener el valor del dólar estadounidense, depende del ministerio de Hacienda.

México sólo utilizó 13.500 dólares del préstamo, que formaba parte de un paquete de ayuda internacional de 52.000 millones de dólares. El Fondo Monetario Internacional (FMI), otras instituciones prestamistas internacionales, y varios gobiernos extranjeros contribuyeron a ello.

Al tiempo que realizaba su último pago a los Estados Unidos, México anunció un pago adelantado de 15.000 millones al FMI.

Los sectores críticos con la decisión de Clinton habían predicho que México no sería capaz de devolver los préstamos, pero Clinton respondió argumentando que un retraso pondría en peligro la economía estadounidense. También señaló que había obtenido una serie de garantías a cambio del préstamo.

Bajo los términos establecidos, México se comprometía a garantizar el pago con las ventas de petróleo del monopolio gubernamental Petróleos Mexicanos (PEMEX), un recurso que fue muy mal acogido en México. El gobierno de Zedillo también se comprometía a imponer un programa de austeridad económica diseñado para fortalecer la economía del país.

La estabilización de la economía mexicana, sin embargo, se saldó con un precio alto. El programa de austeridad provocó un aumento de los tipos de interés y mantuvo bajo el valor del peso. Como resultado, millones de mexicanos perdieron sus empleos y negocios, y muchos de ellos siguen luchando para lograr sobrevivir.

En una reunión que tuvo lugar en la ciudad canadiense de Halifax en 1995, los miembros del Grupo de los Siete (G-7), formado por Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, hicieron una llamada pidiendo esfuerzos renovados para evitar crisis similares en el futuro. Los participantes coincidieron en la sugerencia de que el FMI aumente su capacidad para salvar economías en crisis y exija a los países un mayor rigor en sus informes económicos. Mejores informes económicos podrían haber contribuido a evitar la crisis mexicana, según los expertos.


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