Acerca de Mil MesetasNuma Tortolero |
Mil Mesetas (1980) constituye la segunda parte de Capitalismo y esquizofrenia, obra escrita a dúo entre Gilles Deleuze y Félix Guattari. La primera parte de esta obra es El Antiedipo (1972).
En El Antiedipo, estos autores pretendían "denunciar los daños causados por Edipo /.../ en el psicoanálisis, en la psiquiatría e incluso en la anti-psiquiatría, en la crítica literaria, y en la imagen general que se hace del pensamiento". Tres eran los temas de este singular libro:
La referencia al delirio es social y política, no sólo psiquiátrica. Si bien el delirio es un proceso patológico que requiere cuidados, es también un factor de cura que debe ser determinado políticamente.
La pretensión de El Antiedipo era kantiana, se trataba de una especie de "Crítica de la Razón Pura" realizada al nivel del inconsciente. De esta crítica derivarían entonces la determinación de las síntesis propias del inconsciente; el desarrollo de la historia como "efectuación" de tales síntesis; la denuncia de Edipo como una inevitable ilusión que falsifica cada producción histórica.
En El Antiedipo las multiplicidades, lo múltiple, reciben un tratamiento por síntesis y bajo las condiciones del inconsciente; de ahí la relación con Kant. La historia universal de la contingencia sería un seguimiento de la sucesión tradicional salvajes-bárbaros-civilizados.
En Mil Mesetas cambia la cuestión de forma radical. El Antiedipo había sido escrito bajo la influencia todavía de los acontecimientos del mayo francés. Mil Mesetas es una obra escrita en un marco político distinto.
El libro está dividido en varios capítulos que tratarían de acontecimientos. En el título de cada capítulo hay una fecha, un año que indica un acontecimiento. Esa fecha es una simple marca que no obedece a ningún orden cronológico. Cada uno de estos capítulos es como un anillo quebrado y, por lo tanto, todos pueden penetrarse entre sí. Si bien cada capítulo, que es una meseta, tiene su clima propio, su propio timbre o color, cada uno comunica con otro. Por eso, podemos comenzar a leer este libro por cualquier capítulo. Se presenta un concepto, que hayamos en ciertos procesos históricos, por ejemplo, pero que podemos hallar también en otros tipos de procesos, bajo otras condiciones. De esta manera, no se reúne todo en un único concepto sino que se busca conectar cada concepto con variables que determinan sus cambios y mutaciones.
Tras de la noción de meseta está la noción de "sistema abierto", la cual designa aquellos sistemas que están basados en interacciones y que repudian las causalidades lineales y transforman la noción de tiempo. En filosofía, hay un sistema abierto cuando los conceptos son relacionados con circunstancias y no son esencias. En esta coacción, los conceptos no aparecen ya dados, no son preexistentes, y entonces es preciso crearlos, inventarlos. Entonces, los conceptos no son meras generalidades, sino "singularidades que reactúan sobre los flujos ordinarios de pensamiento".
Al planteare la necesidad de crear conceptos, Mil Mesetas se propone una tarea "constructivista"; en este sentido, este libro reivindica una pretensión post-kantiana. Se trata de una teoría de las multiplicidades, donde lo múltiple adquiere estatus de sustantivo. En El Antiedipo, lo múltiple era tratado todavía como síntesis, bajo las condiciones del inconsciente. Pero en realidad, las multiplicidades desbordan la distinción entre la consciencia y la inconsciencia, de la naturaleza y de la historia, del cuerpo y el alma. Dado que las multiplicidades son la realidad misma, no presuponen ninguna unidad, ninguna totalidad, y mucho menos remiten a ningún sujeto. Las subjetivaciones, las totalizaciones, las unificaciones son, por el contrario, procesos que se producen y acoplan en las multiplicidades:
"Las principales características de las multiplicidades conciernen a sus elementos, que son singularidades, a sus relaciones, que son devenires, a sus acontecimientos, que son haecceidades (es decir, individuaciones sin sujeto); a sus espacios-tiempos, que son espacios-tiempos lisos, a su modelo de realización, que es el rizoma (por oposición al modelo del árbol); a su plano de composición, que constituye mesetas (zonas de intensidad continua); a los vectores que las atraviesan, y que constituyen territorios y grados de desterritorialización".
Cada meseta traza un mapa de circunstancias, por eso tiene una fecha y una imagen. Para Deleuze-Guattari, las cosas y los acontecimientos están constituidos por líneas. Un mapa o un diagrama es un conjunto de líneas diversas que funcionan al mismo tiempo. En la medida que las cosas estén constituidas por líneas, en esa medida cada una tiene su mapa, su diagrama. Su cartografía.
Ahora bien, en este proceso, se pueden definir todos los tipos de líneas, pero no decidir cuál es buena y cuál es mala. "En una cartografía sólo se puede marcar caminos y movimientos, son coeficientes de suerte y de peligro".
Ahora la historia universal de la contingencia se hace más variada: no la sucesión histórica tradicional sino diferentes tipos de formaciones coexistentes.
Como todo libro de filosofía, Mil Mesetas es un libro de conceptos: "hacer filosofía es tratar de inventar o de crear conceptos". La filosofía no está reservada a los profesores de filosofía. Es filósofo el que se interesa en el orden de los conceptos y, a través de este interés, termina haciéndose tal. Pero el trabajo con conceptos tiene varios aspectos posibles. En Mil Mesetas se trata de las circunstancias de una cosa; es decir, el concepto debe expresar el acontecimiento, no la esencia.
Este interés en los acontecimientos es, a la vez, un interés en los modos de individuación, de una hora, de un día, de una región, de un clima, un acontecimiento. "El título Mil Mesetas remite a esas individuaciones, que no son de personas ni de cosas". Es posible que sea un error creer en la existencia de cosas, personas sujetos.
Desde el punto de vista de la situación que afecta al libro de filosofía en la actualidad, cuando domina cierta censura, pero también un sistema de aculturación y anticreación que busca hacerlo todo imposible. A esta tendencia sólo pueden oponerse redes. En Mil Mesetas el interés se centra en las resonancias, las causas comunes con lo que buscan hacer otros escritores, músicos, pintores, filósofos, causas adecuadas para obtener más fuerza y confianza.
El interés en los acontecimientos es lo que orienta a Deleuze-Guattari hacia la pragmática. Durante mucho tiempo, esta disciplina había considerada un "vertedero" de la lingüística, pero cada vez más está cobrando una gran importancia. En la pragmática, el lenguaje se ve penetrado desde su interior por las circunstancias, los acontecimientos y los actos. El acento se está desplazando desde las unidades o constancias abstractas del lenguaje hacia los actos y acontecimientos. En esta dirección, Mil Mesetas destaca cierto número de temas:
Respecto al status de muchos conceptos introducidos en Mil Mesetas, habría que destacar dos clases de nociones presentes en la ciencia. Unas nociones que son exactas por naturaleza, que son cuantitativas, ecuacionales: su sentido es la exactitud. Cuando el filósofo o el escritor se sirve de estas nociones, lo hace a través de metáforas, a través de un modo totalmente inadecuado, porque tales nociones pertenecen a la ciencia exacta. Hay también otras nociones que son necesariamente inexactas, aunque absolutamente rigurosas, y de las cuales no pueden prescindir los científicos, pero que pertenecen igualmente a filósofos y artistas. Al darle a estas nociones un rigor no científico, se busca que al alcanzarlas, los científicos sean unos artistas y unos filósofos.
En la apertura de una manera de pensar cultivada en las redes creadas por aquellos que pensamos fuera de la censura y de las estupidizantes imposiciones de la academia, aprovechando nuevos canales de comunicación que posibilitan las nuevas organizaciones, nuevos órdenes, he aquí mil puntos más de conexión...
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