Corté el limón, con los
dedos extraje las semillas y las lavé con agua. Luego un
plato, y al sol a secarse durante toda una mañana. Sin
interés ni dificultad, pero al parecer un grave error, pues según varias
fuentes, dejar
secar las semillas compromete seriamente sus posibilidades de
germinar. ¿De dónde salió la idea? De mi
padre, experto en estas y muchas otras lides del campo. Él
es veterinario, zootecnista y finquero con muchos años de
práctica en cultivos de todo tipo, incluyendo cítricos.
Fue él además quien me ayudó con la siembra
(las manos en las fotos son suyas). Veremos quién tiene
razón...
Siembra
18 de Marzo de 2009
En sendos germinadores
plásticos de 5 cm de profundo (comprados en Homecenter, $600
cada uno) puse (pusimos) una semilla. Cuando las semillas eran
muy pequeñas o estaban aplanadas y arrugadas, pusimos dos en
cada germinador. Los hoyos se cavaron con una cuchara y su
profundidad es de aproximadamente 1.5 cm.
Luego de cubrir las semillas con tierra, procedimos a humedecerlas.
Para eso usamos un atomizador y agua, por supuesto. El plan
de irrigación es una rociada cada 48 horas, tratando de que la
tierra permanezca húmeda todo el tiempo.
Finalmente, cubrimos cada germinador
con papel y nuevamente procedimos a rociarlos de modo que el papel
quedase completamente húmedo. La idea es que esto ayude a
disminuir la evaporación de la humedad en la tierra y,
más importante, estimule el fototropismo creando un ambiente
oscuro que haga que las semillas crezcan en busca de la luz.
¿Y no bastaba para esto la obscuridad que la tierra
genera? Muy probablemente, pero no había mucho que perder,
de modo que así se hizo. Ahora, a esperar a que germinen,
el tiempo estimado para esto es de una semana.