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El párroco Carlos Puentes y el caso de Jorge Matute Johns

El párroco Carlos Puentes y el caso de Jorge Matute Johns
"Entregar información es un deber moral"

  • Después de 26 años al servicio de la parroquia Santa Cecilia, en Talcahuano, al sacerdote Carlos Puentes le ha correspondido hoy la misión de recibir los testimonios de personas -bajo secreto de confesión-, acerca de lo ocurrido la noche del viernes 19 de noviembre en la discotela "La Cucaracha", fecha en que desapareció "Coke".

Claudia Araneda Fierro

Con sus 68 años, el sacerdote Carlos Puentes se define como un párroco feliz. "Ese soy yo", dice. En su labor cotidiana se dedica a formar líderes cristianos que den testimonio de su fe a través del trabajo.

Nacido en Florida, el párroco Carlos Puentes es además asesor de la Pastoral Obrera del Arzobispado de la Santísima Concepción desde hace más de 10 años. Reconoce que ha sido una experiencia muy interesante, en búsqueda de la justicia social.

Al hablar del actual papel que le corresponde asumir como sacerdote en el caso que conmueve a toda la ciudadanía, el extraño desaparecimiento del joven universitario Jorge Matute Johns, el párroco Carlos Puentes sin ocultar su emoción recuerda: "Una niñita de 9 años me dijo después de la misa, 'padre yo estoy rezando por su salud, y también para que "Coke" se encuentre con su mamá'. Testimonios como éste hacen que uno se decida a seguir orando con más fuerza y hacer lo que esté al alcance para ayudar a esclarecer el caso".

-¿Por qué le correspondió el papel de canalizar la información entregada por las personas que asistieron a la discoteca "La Cucaracha"?

-Como asesor de la Pastoral Obrera, conocí al padre de "Coke", Jorge Matute Matute, Presidente del Sindicato de Petrox. Lo conozco desde hace más de diez años y somos amigos, y a toda su familia. Por eso es que él me pidió que lo ayudara a "abrir un camino de información" para que todas esas personas que por temor a verse involucradas en algo judicial, pero que tienen cualquier información que puede llegar a ser muy importante, la canalicen a través de la Iglesia. Y ésta les garantiza que su identidad se mantendrá absolutamente en secreto. Por el secreto de la confesión y de la confidencia, con la autorización de las personas, esa información se deriva a los organismos pertinentes (Tribunales, Investigaciones y Carabineros). Las personas se entrevistan personalmente conmigo, o por vía telefónica.

-¿Cómo se pueden contactar con usted?

-Se pueden contactar conmigo a la parroquia Santa Cecilia, al teléfono 598275.

-¿Cómo ha sido su relación con Carabineros e Investigaciones?

-Muy buena. Carabineros e Investigaciones son profundamente respetuosos de la Iglesia.

-Hasta hoy, ¿cuántas personas se han entrevistado con usted?

-Eso no lo puedo responder.

-Entonces. ¿Qué puede contar acerca del papel que usted está jugando en este caso?

-Lo único que puedo señalar es que hemos recibido un "nivel de información importante", que creo que puede ayudar en algún momento a esclarecer los hechos. Yo pienso que realmente la gente ha utilizado el camino de la Iglesia con mucho respeto y mucha confianza y creo que ha sido altamente positivo y han habido varios sacerdotes que han recibido información.

-¿Existe la posibilidad de que lo puedan presionar para dar información?

-Siempre hay gente que puede presionar, pero los sacerdotes no podemos hablar porque el secreto de confesión es absolutamente sagrado.

-En su tarea, ¿ha recibido algún tipo de amenaza?

-¡No!, nunca.

-¿Asumiría todas las penas si fuese necesario?

-¡Por supuesto! Pero creo que estamos en una sociedad civilizada en que ningún organismo ni poder del Estado nos va a presionar. Si así fuese sería la locura misma.

Silencio macabro

-Esa noche del viernes 19 de noviembre asistieron cerca de 250 personas a la discoteca "La Cucaracha". Como sacerdote, ¿por qué cree usted que esas personas han guardado silencio?

-Yo realmente me he interrogado sobre ese tema...

-¿Cree que existe temor de las personas a hablar?

-Sí. Y no logro tener una respuesta sobre el porqué las personas tiene tanto temor a hablar.

-¿No le resulta increíble que nadie haya visto nada?

-¡Evidentemente! Si uno piensa el número de personas que estuvo esa noche, es lógico que mucha gente debió haber visto algo.

-Pero entonces, ¿por qué no se atreven a hablar?

-Yo tengo la impresión de que heredamos un cierto temor de la cultura pasada.

-¿A qué se refiere con la cultura pasada?

-A que la gente se sentía reprimida e insegura en sus derechos fundamentales durante el régimen militar.

-Pero, ya ha pasado tanto tiempo...

-Sí, pero mi impresión es que todavía queda ese temor.

-Sin embargo, la mayoría de los asistentes, por ser muy jóvenes, eran muy pequeños, y algunos ni siquiera habían nacido en esa época...

-Por eso hablo de un "temor cultural", que se transmite.

-En su labor de canal de información, ¿nota que la gente tiene temor?

-Sí, me he percatado de que toda la gente tiene un "temor difuso" a involucrarse en un proceso judicial, a que lo interroguen o a que lo puedan involucrar en algo.

-¿Hasta qué grado llega este temor?

-En algunos casos llega a ser paralizante, por eso yo no los puedo condenar. He conocido personas que han mantenido algo que saben en el ámbito de su conciencia durante dos semanas y después de mucho pensarlo han venido a entregar la información. Se han atrevido y han dado el paso.

-¿Qué cree que los ayudó a tomar esa decisión?

-Pienso que ver el dolor de la madre de "Coke" en la televisión, el ver la angustia de su hermano.

-A pesar de ello, aún no se aclara lo ocurrido, ni hay avances, por esa falta de información...

-Sí, efectivamente y en ese sentido, a mí me preocupa que las personas que poseen información valiosa y que pueda ayudar, no la den a conocer. Sobre todo me extraña que los amigos más personales de "Coke" no hablen.

Crisis de solidaridad

-¿Usted cree que exista falta de solidaridad?

-Sí, pienso que hay una crisis de solidaridad. En otras palabras, el tema del sufrimiento no es un tema que cale fuerte en ciertos sectores de nuestra sociedad.

-¿A qué sectores se refiere?

-Precisamente a este "mundo que sabe y no habla".

-Y, ¿qué cree que pasa con los padres de esos jóvenes que saben y no hablan?

-Yo insisto en decir que tienen temor y que hay una falta de solidaridad con el prójimo.

-¿Qué opinión le merece la gente que llama para dar información falsa?

-Creo que se trata de una actitud perversa. Es reírse del dolor ajeno.

-Y, ¿qué ocurre con los valores?

-Creo que hay una crisis de valores que se refleja en una sociedad egoísta, hedonista y en el tráfico de alcohol y drogas que se realiza con la juventud, principalmente en las fiestas.

-¿Qué le diría al joven en relación a las fiestas?

-No estamos por negarle al joven que sea joven y que exprese su juventud en la fiesta -que es parte de la naturaleza humana-. Pero hay que decirles que hay fiestas que humanizan y otras que deshumanizan.

-En este contexto, el caso Matute Johns, ¿será paradigmático para la sociedad penquista?

-Pienso que este caso nos está planteando una pregunta conjunta a la sociedad. Nos llama a una reflexión acerca de cuál es la verdadera responsabilidad de los padres con sus hijos, y cuál es la responsabilidad de la sociedad frente a la juventud. En otros países, como Estados Unidos, que aparecen como muy liberales, hay un mayor control efectivo en la diversión de los jóvenes. Es decir, "tolerancia cero" frente a este tema.

Algo oscuro

-Han pasado ya 18 días. ¿A qué atribuye usted tanta demora en la resolución del caso?

-A mí me llama la atención que desaparezca un joven desde un lugar donde hay tanta gente -como una discoteca-, donde además hay un responsable del local. Se ha rastreado toda la ribera norte del Biobío, Lenga completo, ahora el lago Lanalhue, el sector del aeropuerto, las lagunas, etc., se ha interrogado a muchas personas y no pasa nada aún... No hay una pista concreta todavía.

-¿Qué cabe preguntarse entonces?

-¿No habrá "algo oscuro" aquí, como lo dijo monseñor Antonio Moreno?

-¿Como qué cree usted?

-Como poderes fácticos. Y uno se plantea la siguiente interrogante. ¿Qué persona u organización puede tener tanto poder, como para ocultar tanto tiempo un hecho?

-Usted como sacerdote, ¿qué les diría a las personas que poseen información útil y temen darla a conocer?

-Yo creo que, lamentablemente, a estas alturas estamos eventualmente frente a un crimen, un homicidio, según las pesquisas de Investigaciones. Y en virtud de ello, creo que éticamente no se puede ocultar un homicidio, es un deber moral esclarecer un crimen. Uno no puede hacerse partícipe de su ocultamiento. Es un tema muy serio. Por eso, yo les diría a las personas que tengan información -sobre todo sin son cristianos- que tienen el deber moral de entregar la información, cualquiera sea el camino que estimen conveniente.

-¿Por un acto de amor al prójimo?

-Entregar la información es cumplir con un mandato cristiano, un acto de amor al prójimo, porque significa llevar consuelo y paz a una familia, significa contribuir a crear una sociedad sobre bases sólidas y no una sociedad contaminada con la angustia y la inseguridad.

-¿Qué aconsejaría a los jóvenes para que den información?

-Le diría al joven que tiene información concreta que pensara, ¿y si fuera tu propio hermano el joven extraviado, no desearías que alguien te diera información sobre su paradero? Creo que debería meditarlo en serio y por medio de este razonamiento motivarse a entregar la información.

-¿Y a los padres?

-Que simplemente piensen: ¿Y si fuera mi hijo?, ¿acaso no le pedirían a los demás que entregaran la información cuanto antes?

Espíritu de Navidad

-Los días pasan y se aproxima la Navidad, ¿qué llamado haría a la comunidad para ayudar a resolver este caso?

-En pocos días más celebraremos Navidad. Para mí es un tema muy importante, porque se trata de una noche de amor. Lo trascendental es que la Navidad nos encuentre con este tema resuelto, por ello debemos colaborar. Pensemos en cómo va a estar esta familia en ese día. Y las personas que tienen información valiosa para esclarecer este caso, ¿cómo van a celebrar la Navidad con ese peso en su conciencia? Quien no realice un acto de amor al prójimo, ¿cómo va a celebrar Navidad en paz?

-Usted como sacerdote y párroco ¿cree en una ayuda más allá de lo humanamente posible?

-Yo soy un párroco de mucha fe. He rezado muchísimo por este caso, en misa, en mi rosario. Y les pido a las comunidades cristianas que oren mucho y pidan por que pronto se esclarezcan los hechos de este caso. Yo creo en el poder de la oración, lo que no podamos resolver nosotros como seres humanos, lo puede resolver la fuerza de Dios.

Clima de inseguridad general

A juicio del sacerdote Carlos Puentes, existe un aspecto sobre el que no se ha reflexionado suficientemente aún. "Si este caso no se resuelve pronto, quedaríamos en una situación de indefensión muy profunda y de inseguridad muy grande".

-¿Por qué?

-Fíjese que los padres, a partir de lo que ha sucedido a "Coke" no se atreven a dar permiso a los hijos para ir a una discoteca. Conmigo han hablado una gran cantidad de padres, y todos se muestran temerosos y no saben como hacer frente a ese temor. Al punto que tienen miedo a que sus hijos salgan a divertirse.

-No cabe duda que este es un tema complejo, y que incumbe al conjunto de la sociedad...

-Sí. Pero además las autoridades deben tomar cartas en el asunto, ya que no es sano permanecer en un ambiente de inseguridad generalizada.

-¿Piensa que debe darse una colaboración conjunta de toda la sociedad para aclarar el caso?

-Sí, evidentemente. Porque no puede quedarse sin aclarar. Si así fuese, sería el comienzo de una crisis más profunda que afectaría al "alma misma" de la ciudad de Concepción, porque crearía una inseguridad enorme.

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