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La Biblia y el libro de Mormon

DER) Los Derechos de Propiedad pertenecen a Massimo Franceschini. Todos los derechos son reservados.

"EL PEZ"

El simbolismo es algo que siempre ha fascinado a aquellos interesados en
religión, especialmente a los Cristianos. La razón de esto es porque tanto
los ritos religiosos Israelitas durante los tiempos del Antiguo Testamento
como las enseñanzas de Jesús están cargadas de simbolismo. En este artículo
discutiremos uno de estos simbolismos en particular, que en mi opinión, es
de gran trascendencia. Este símbolo es el del "Pez".
Primer punto:
Los antiguos Cristianos usaron este simbolismo para representar el
Cristianismo y aún hoy muchos Protestantes lo utilizan para reflejar que
son Cristianos. Pero yo pienso que hay un significado más profundo detrás
de meramente indicar la preferencia religiosa de cada uno. Estudiando las
escrituras he advertido que este símbolo está comúnmente relacionado con el
pan, especialmente  en los dos milagros cuando Jesús alimentó a miles de
personas con solamente unas pocas rodajas de pan y unos peces.
Pero aún más allá de esto, está Su promesa con respecto al poder de la
oración. Tal cual expliqué en mi artículo titulado "La oración", el único
medio seguro para saber la verdad es mediante la revelación directa de Dios.
Sabemos que Jesucristo es el pan de vida. Cuando se utiliza el pez en
conexión con la mención del pan, simboliza una ganancia de conocimiento
sobre el pan de vida, el cual es Jesucristo.

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Veamos cómo este simbolismo se introduce poco a poco en las escrituras. En
Mateo 7:7-10 Jesús enseña: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá". "¿Qué hombre hay de vosotros, que si
su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide  un pescado, le dará
una serpiente?" Veamos más de cerca estos versículos de las escrituras. Lo
que Jesús está diciendo aquí es que si queremos encontrar algo o si tenemos
que encontrar algo, necesitamos pedirlo y buscarlo. Entonces Él afirma que
si pedimos y buscamos nos será dado. Luego utiliza ejemplos para ilustrar
su significado. Sin embargo, los elementos que Él usa para ilustrar este
punto son muy relevantes. El primer ejemplo es "¿Qué hombre hay de
vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?"

El pan es el cuerpo de la vida. Está vivo y brinda salud y vitalidad a
aquellos que lo comen. Jesús es el "pan" de vida y nos da vida eterna y
salud espiritual a aquellos que participamos de Su evangelio. Por otra
parte, una piedra es un objeto inanimado que no tiene la capacidad de
darnos vida, salud ni vitalidad. Sin el evangelio en nuestras vidas, no
tendremos vida eterna, salud espiritual o vitalidad moral. Las cosas que el
mundo nos ofrece no nos serán de valor cuando hayamos muerto. Viéndolo de
esta manera, las cosas de este mundo se asemejan a las piedras.
La segunda ilustración utilizada por Jesús fue: "¿O si le pide  un pescado,
le dará una serpiente?" Debemos tener en cuenta lo que Jesús está tratando
de ilustrar aquí. Lo que Él procuró decir a través de: "Pedid, y se os
dará". Su primer ejemplo es sobre el hecho de pedir "pan". Y su
subsiguiente ejemplo es sobre el pedir "pescado". En otras palabras, lo que
Jesús está diciendo es que si una persona pide vida eterna, le será
concedida, de igual manera si una persona pide conocimiento sobre Dios le
será dado. Pero, ¿es ésta la interpretación correcta de la palabra "pez"?
Para averiguarlo, todo lo que tenemos que hacer es mirar el ejemplo en la
dirección opuesta  la serpiente. ¿Qué es lo que la serpiente representa? En
el jardín de Edén, fue una serpiente la que pretendió engañar a Adán y Eva,
dándoles falso conocimiento sobre los caminos de Dios.
Además de esto, la serpiente es un símbolo del diablo (Apocalipsis 12:9).
No existe duda alguna de que el diablo no nos dará el verdadero
conocimiento sobre Cristo, ya que él es el padre de las mentiras. De tal
manera podemos parafrasear a Jesús cuando dijo: "¿O si le pide
conocimiento (un pescado), le dará una mentira (una serpiente)?"
Sabemos que los primeros discípulos y apóstoles de Cristo fueron
pescadores, pero lo más interesante es que también eran buscadores de
conocimiento. Antes de que conocieran a Jesús eran seguidores de Juan el
Bautista. Habían escuchado su mensaje y querían saber más. De esa manera,
estos pescadores buscaban obtener mayor comprensión y conocimiento sobre
los caminos de Dios.

En Juan 1:40-42 leemos: "Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los
dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Éste halló primero a
su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el
Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo
de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)."
Pero observemos que esta escritura no dice que ellos se convirtieran
instantáneamente en seguidores de Jesús. Sin embargo, en Lucas 5:1-11
aprendemos: "Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el
gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas
que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo
descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas
barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y
sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de
hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado
trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y
habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.
Entonces hicieron señas a los que compañeros que estaban en la otra barca,
para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal
manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante
Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque
por la pesca que habían echo, el temor se había apoderado de él, y de todos
los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que
eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora
serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo
todo, le siguieron".

Observemos cuidadosamente que al comienzo de este incidente, Simón Pedro no
era un discípulo de Jesús. Sin embargo, luego que Jesús ejecutara el
milagro con los peces, "Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante
Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador". En este
momento Pedro había recibido el conocimiento sobre quién era Jsucristo.
Más adelante la escritura declara: "Porque por la pesca que habían hecho,
el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él". A lo
largo de Sus tres años de ministerio mucha gente quedó maravillada con los
milagros que Jesús realizaba, pero en verdad no fueron muchos los que
creían que él era el tan largamente esperado y prometido Mesías. En
consecuencia, no abandonaron todo lo que tenían para seguirlo. Y la razón
por la cual no lo hicieron fue porque no habían recibido el conocimiento
sobre quién era Él. Sin embargo, Pedro "y asimismo Jacobo y Juan, hijos de
Zebedeo, que eran compañeros de Simón" creyeron en Él "Y cuando trajeron a
tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron".
Y la razón por la cual lo abandonaron todo y lo siguieron fue porque habían
recibido el conocimiento que quién era Él en verdad. ¿Y cómo obtuvieron ese
conocimiento? Por medio del milagro que Él había realizado con los peces.
¿Y que hay sobre la alimentación de los 5.000 con solamente cinco panes y
dos peces? Veamos que podemos aprender de este suceso. Mateo 14:15-20 dice:
"Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es
desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por
las aldeas y compren de comer. Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse;
dadles vosotros de comer. Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes
y dos peces. Y les dijo: Traédmelos acá. Entonces mandó a la gente
recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y
levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los
discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se
saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas".
En la mayoría de las circunstancias, Cristo se interesaba más en las cosas
espirituales que las cosas de este mundo, sin embargo en esta historia lo
vemos preocupado por las necesidades temporales de la gente, aunque pueda
parecer superficial.
Pero tal vez había un profundo significado espiritual al mismo tiempo. Mi
opinión al respecto es que este evento simboliza que Jesús le dio a la
gente el evangelio (pan) y el conocimiento de quién era Él (Pescado).
Consideremos también lo siguiente: Él alimentó a la gente con cinco panes y
dos peces. En total la comida eran siete piezas. Tal cual explicara en mi
artículo titulado "Significado de los números", el siete representa aquello
que está completo. Por lo tanto cuando Jesús utilizó estas siete porciones,
le dio a la gente, tanto una comida espiritual completa, como una
satisfactoria comida física.

Pero notemos también que luego de la comida sobraron doce canastos. Lo que
esto significa es que aún había mucha más información y conocimiento que la
gente no había recibido y que podría haberlo hecho. Al parecer, sólo
tomaron lo que querían y dejaron mucho más a un costado (¡tanto que
pronunciar!).
El segundo milagro de alimentar multitudes se encuentra en Mateo 15:33-37
"Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos
panes en el desierto, para saciar una multitud tan grande? Jesús les dijo:
¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete y unos peces. Y mandó a la
multitud que se recostase en tierra. Y tomando los siete panes y los peces
dio gracias, los partió y dio a sus discípulos; y los discípulos a la
multitud. Y comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los
pedazos, siete canastas llenas."
Encuentro muy interesante que una vez mas se utilice el número siete. Esta
vez eran siete los panes pero no se especifica la cantidad de peces. Por lo
que el único número que podemos extraer de esta historia es el siete,
demostrando así una vez más que Jesús concedió un conocimiento completo.
Luego de Su resurrección, Jesucristo se encontró varias veces con Sus
discípulos "apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del
reino de Dios" (Hechos 1:3). Durante muchas de esas ocasiones, Él comió
carne con ellos. No se especifica claramente qué clase de carne era ésta,
con excepción de una escritura, en Juan 21:13 leemos: "Vino, pues, Jesús, y
tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado". El pescado es carne y era
una de las clases más comunes de carne ya que era de fácil acceso. Por lo
tanto, no hay que expandir demasiado la imaginación para entender que cada
vez que Jesús se sentaba "a comer" con Sus discípulos, luego de resucitar,
comía pescado. Una vez más vemos el uso conjunto del pan y los peces
mientras Jesús impartía comprensión y conocimiento "de las cosas
pertenecientes al reino de Dios".
Además, consideremos lo siguiente: Durante el diluvio, toda carne sobre la
superficie de la tierra fue destruida con la excepción de los habitantes
del arca. Sin embargo, a todos los peces de las aguas se les tubo piedad de
este destino. Si el símbolo de los peces es el conocimiento, entonces el
simbolismo de esto es que a través del diluvio, el conocimiento de la
verdad sobre Dios fue preservado mientras que el conocimiento del mundo fue
dejado de lado. Y si esto es así, le da un mayor significado a la escritura
que declara: "Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de
Jehová, como las aguas cubren el mar" (Habacuc 2:14).


Y este es el segundo punto:
¿Murió Moisés o fue trasladado? Esta pregunta surge porque nuestra iglesia
enseña que algunas personas no han muerto sino que han sido trasladadas,
como por ejemplo, Juan el amado. Según Deuteronomios 34:5-6, parecería que
Moisés murió. En Judas 1:9, aunque no está bien aclarado, parecería indicarlo mismo.

Sin embargo el Libro de Mormón nos deja un espacio para la duda, (ver Alma
45:18-19).
¿Quiénes son los seres trasladados? Según la Biblia, son personas
arrebatadas de la tierra sin probar la muerte. Tanto así, que permanecen
con vida en su condición física. En otras palabras, no han sido
resucitados, pero no tienen la capacidad de morir. Por lo que son "seres
trasladados", se colocan junto a los seres mortales o resucitados.
La Biblia habla de tres personas que encajan en esta categoría. Según
Génesis 5:24 y Hebreos 11:5, Enoc fue trasladado. En 2 Reyes 2:1-12
aprendemos que Elías fue también trasladado, y en Juan 21:20-24 leemos de
un modo implícito que el Señor le promete a su amado apóstol que no moriría.
Punto Central:
El dato importante que debemos tener presente es que la Biblia claramente
establece que Elías fue arrebatado a los cielos sin probar la muerte.
También la Biblia nos dice que la primer persona en resucitar fue
Jesucristo, consecuentemente, Elías ni murió ni fue resucitado. (ver Isaías
61:1 y Lucas 4:17-21)
En Mateo 17:2-4 leemos sobre un acontecimiento en el que Jesús lleva a
Pedro, a Santiago y a Juan a la cima de una montaña y se transfigura
delante de ellos. Por "transfigurar" entendemos "y resplandeció su rostro
como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz" (versículo 2).
Pero esto no fue todo, "Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando
con él". Con este pasaje esta claro que Moisés no pudo haber sido el
espíritu de un hombre muerto mientras que las otras cinco personas allí
reunidas eran todos seres vivientes. Todos los involucrados en este
incidente estaban vivos, respiraban, eran seres vivientes. La inquietud de
Pedro: "Si quieres, hagamos aquí tres enramadas; una para ti, otra para
Moisés, y otra para Elías" nos muestra que Pedro los veía con un cuerpo y
estaba tratando de hacer algo para que estuvieran confortables. Este no
hubiera sido el caso si Moisés hubiera estado muerto. Pero entonces ¿Porqué
el relato de Deuteronomio 34:7 dice que murió? Aquellos que afirman que
toda palabra en la Biblia es exactamente la palabra correcta  originalmente
escrita por los profetas inspirados de Dios, no tienen  forma de compaginar
estas diferencias. Por consiguiente ignoran la historia de la
transfiguración y confían en las palabras encontradas en el Antiguo
Testamento. Sin embargo, aún así se encuentran con un problema. El Antiguo
Testamento nos da tres diferentes relatos de cómo murió el rey Saúl (ver 1
Samuel 31:4, 2 Samuel 1:14, y 1 Crónicas 10:4-5).
¿Y que tenemos sobre la muerte de Judas Iscariote?
Obviamente, Moisés no escribió sobre su propia muerte. Por lo que es obvio
que alguien más lo hizo. Precisamente quién haya colocado esa parte allí,
es desconocido, pero sabemos que este incidente ocurrió casi 5.000 años
atrás. Desde entonces, los libros de la Biblia han sido copiados y
recopiados incalculables veces. Decir que en todo este tiempo no se
cometieron errores al copiar estos textos no es consistente con los hechos
históricos.

Por supuesto, no es imprescindible para nuestra salvación el saber si
Moisés fue trasladado o no, pero de acuerdo con la Biblia no podemos decir
con certeza que haya muerto en verdad.
Por lo que la posibilidad de que haya sido resucitado, ciertamente bíblica.

Otros puntos a considerar:
Debido a la promesa que Jesús le hace a Juan, tenemos la prueba de que él
no murió.
Juan 21:20-24
Aún cuando esta doctrina sea extraña para otros creyentes, es una doctrina
bíblica  y sobre todo promulgada por Jesucristo mismo. No solamente le
promete esto a Juan sino que en Mateo 16:28 dice algo más al respecto.


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