El tiempo de las rosas
ya ha pasado.
Y mis manos,
solo guardan mis manos
un pétalo marchito
y desgranado
que en un libro de amor
quedó guardado.
El olvido
confundió su aroma
con el papel del libro
ya gastado;
y enredado entre sus
hojas muertas,
perdió su brillo
y su color rosado.
Así como ese pétalo
que forma ya un pasado,
está mi corazón
en un libro sin hojas
secuestrado.
Las ramas que abrigaban
sus pétalos dorados,
una a una se fueron
perdidas con los años.