El
presente trabajo se centra en mostrar un caso de implementación
de Filosofía para Niñas y Niños en una escuela privada
subsidiada, no religiosa, en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, en el
período 1996 - 1999. Este
caso será analizado dentro
del marco de la implementación
de las políticas educativas neoliberales que existen en
el país desde la presidencia de Carlos Menem (1989-1999), y cuyas
medidas y efectos aún continúan. La idea del artículo
es analizar críticamente estas
políticas y pensar la necesidad
de propuestas alternativas para la implementación de programas educativos
como FpN en el marco de las políticas
actuales en los países con deuda externa. Propongo
además analizar las medidas de
libertad, gerenciamiento y financiamiento de las políticas educativas
neoliberales a la luz del caso, así como los
efectos de las políticas neoliberales, y la relación medida-efecto.
Se evaluarán los efectos según los criterios políticos
que deconstruyan el concepto de "calidad educativa", pensándola
según ejes de calificación, selección e integración
de los actores sociales.
Durante
el período señalado, se implementó en el colegio al
que nos referimos, el programa Filosofía para Niñas y Niños
(FpN), el cual tenía en ese momento un total aproximado de 150 estudiantes
en el Área Inicial (5 años) y Primaria (6-12 años)[1],
una división por curso, y sus directivos eran
a la vez los dueños. La escuela
convocó al Centro de Investigaciones en Filosofía para Niños
(C.I.Fi.N.), institución a
cargo del desarrollo, investigación e implementación del
programa FpN en la Argentina, para que se hiciera cargo de la continuidad
y monitoreo de la puesta en marcha del proyecto.
[2]
Si
el CIFiN hubiera tenido en cuenta los resultados de sus investigaciones
anteriores, sumados a un estricto análisis de las políticas
educativas neoliberales vigentes, con
el análisis de sus resultados, debiera
haberse negado a implementar FpN en el colegio del caso, ya que hacerlo
implicaba consecuencias no deseadas. La hipótesis es que las mayores
dificultades encontradas durante la implementación de Filosofía
para Niñas y Niños
en esa escuela son consecuencia directa del marco de las políticas
educativas neoliberales vigentes en el momento de la implementación.
Algunas consecuencias no deseadas:
- involucramiento negativo de las autoridades de la escuela - rechazo inicial de los docentes (involucramiento negativo de uno los
actores directos) - carácter obligante de la propuesta, que se sumaba a la libertad negativa
de las políticas neoliberales vigentes, recargando a los docentes con una
obligación doble - positiva posterior de los docentes, que finalizaría en descreimiento, al
ver que su libertad de deseos, que se hacía oír en su conducta simpática
hacia el programa a medida que transcurrían los años de la implementación,
recibía como resultado el alejamiento del CIFiN, como ocurrió en 1999 (ellos
sintieron que al principio, en 1996, el CIFiN era parte de quienes los
obligaban, y en 1999, era parte de quienes los abandonaban a su suerte) La
hipótesis incluye que cuando el CIFiN hizo su segunda evaluación,
un año después de la puesta en marcha, debió tomar
la decisión de retirarse del establecimiento, hecho que recién
ocurrió en 1999, frente a un proceso de desgaste que aparecía
como extraño a la mirada externa no analítica, y que sin
embargo era sólo la crónica de una muerte anunciada dentro
del marco de las políticas neoliberales, que permiten sólo
el establecimiento de autonomía no generadora de recursos simbólicos
y de una libertad negativa que da como resultado el rechazo de los actores
socialmente involucrados en el proceso. Al proponer Filosofía para
Niñas y Niños libertad positiva para los actores, con involucramiento
real y financiamiento para sus pedidos de formación, debió
prever que una implementación correcta del programa daría
como resultado un choque frontal con las políticas neoliberales
en los colegios privados que las asumen como propias e inevitables, en
la persona de sus dueños, o en los colegios estatales cuyos directivos
se asumen como “dueños” de los colegios.[3]
La
institución del caso estaba en el período presentado fuertemente
enmarcada en las políticas educativas neoliberales, utilizando a
su favor el espacio de libertad negativa[4]
que estas políticas ofrecen, y utilizó; esta libertad como
permiso que la política le brindó para implementar FpN en
el período descripto. A pesar de esto, no presentó el programa
a los supervisores de área (que
en las políticas neoliberales se ha constituido en supervisión
"a distancia" y concurren a los establecimientos muy pocas veces). Durante
el transcurso del primer año, el CIFiN detectó, por casualidad,
que al programa FpN se lo debía llamar "lectura filosófica"
si venía la inspección. La
libertad propuesta en las políticas neoliberales para organizar
el curriculum era utilizado por los directivos-dueños del
colegio para controlar mejor a sus docentes. Estos eran
obligados, según la menor o mayor antipatía que despertaran
en la directora de estudios, a organizar las planificaciones anuales una
y otra vez, con ejes llamados "transversales", acerca de los cuales los
docentes manifestaban no entender de qué se trataba, porque la bibliografía
teórica no iluminaba lo que debían hacer en el aula. Se podía
ver claramente, en la práctica diaria de los docentes, en sus palabras,
en sus caras y en sus cuerpos, que la libertad propuesta por las políticas
educativas neoliberales generan efectos negativos, evidenciando mayor control
y afianzando la desigualdad social de origen en la escolarización. La
institución contaba en 1999 con ocho maestros, desde Inicial hasta
séptimo grado.[5] Todos
los docentes manifestaban sentirse
extremadamente controlados por las autoridades
del colegio. Todos acordaban en que los directivos perseguían más
a unos que a otros con tareas inusuales, pero que ninguno de ellos sentía
satisfacción al trabajar en la institución. Y los dos maestros
de menor edad, coincidían en que las políticas educativas
vigentes permitían este tipo de conductas perversas de parte de
los directivos, ya que no estaban sujetos a los controles necesarios que
deben existir para las escuela de
parte del sistema educativo. El caso presentado muestra, paso a paso, como
las libertades de las políticas educativas neoliberales son sólo
libertades negativas, de permiso. Las
libertades otorgadas a las escuelas eran utilizadas por la institución
para proponer a los padres mayor participación[6].
Ésta consistía en que las madres y los padres, además
de la cuota, abonaran como adicionales todos los programas educativos "de
avanzada"[7]
que se implementaban. Esto es así porque el financiamiento regresivo[8]
es parte de estas políticas, yel
control de los subsidios a los colegios es estricto, para generar, según
propone el neoliberalismo, mayor participación de los actores, y
así, mayor autonomía de la escuela. La quita progresiva del
financiamiento era visto, desde la óptica de la escuela, como incitación
a la participación.[9] El
caso presentado parece sólo una mala caricatura de la realidad,
pero es, lamentablemente, un caso real. Lo cierto es que, según
el enfoque de la interpretación que hemos adoptado en este análisis,no
son los actores individuales los responsables de estas aberraciones, sino
que son las políticas las que dan el espacio para que esto suceda.
Sin embargo, las entrevistas a los docentes de ese establecimiento nos
hablan acerca de que las políticas siguen moviéndose impunementeen
el colegio del caso al día de la fecha. Y esto es así porque
ha cambiado el gobierno en la Argentina en octubre de 1999, pero las políticas
diseñadas por el Banco Mundial para los países endeudados,
como es el caso de la Argentina, siguen vigentes. La
libertad y la autonomía que proponen las políticas educativas
neoliberales y neoconservadoras tienen como efecto que los permisos no
sean utilizados por los actores más desventajados, sean ellos docentes,
estudiantes[10],
padres o directivos, cada uno de ellos o todos a la vez. A la vez, la organización
del financiamiento y el gerenciamiento está dado de tal modo que
sus efectos son siempre negativos en los casos estudiados: mayor control
desde las políticas victoriosas en menoscabo de los más desfavorecidos.
Y acá sitúo entre los más desfavorecidos también
a los directivos del caso, ya que ambos son personas cuya formación
es sólo de un título terciario de escaso nivel.[11] La
libertad de tener en el currículum un programa educativo de avanzada
como FpN fue vivido por los docentes en 1996 como imposición de
algo no solicitado ni consultado con ellos, como mayor control sobre sus
acciones en el aula, y como un simulacro de participación cuando
el CiFiN les dijo que ellos eran el corazón del programa. La
evaluación del caso es descarnadamente negativa: no se pueden implementar
programas educativos sin tener en cuenta los marcos políticos. Las
alternativas que se presentan para un programa educativo valioso como lo es
Filosofía para Niñas y Niños (según la apuesta ético-política del CIFiN)
son las siguientes: a)
para el caso de una implementación desde el Estado: -
implementación sólo en los colegios que manifiesten deseos de hacerlo -
implementación sólo a cargo de docentes que luego de haber tomado un
seminario introductorio pago a través del financiamiento estatal, manifiesten
abiertamente al CIFiN su deseo de llevar a cabo el programa en el aula b)
para el caso de implementaciones utilizando los huecos que permiten las
políticas vigentes: -
implementación en los colegios con mayores necesidades, sean privados o
estatales (dado el caso de la Argentina, donde existen colegios privados cuya
cuota es menor a la cooperadora estatal en otros, y cuya población es de
estudiantes de las villas de emergencia cercanas) -
seminarios pagos por el financiamiento de las escuelas de altos recursos
y por la Fundación Filosofía para Niños en los casos de escuelas de bajos
recursos para todos los docentes que deseen tomar estos cursos en sus escuelas -
implementación sólo en las escuelas acerca de las cuales la investigación
previa no ofrezca dudas acerca de sus intenciones políticas implementación a
cargo de las docentes que manifiesten abiertamente su deseo de hacerlo en las
aulas -
financiamiento de las horas de estudio de los docentes fuera de su
horario de clases, a cargo de la Fundación Filosofía para Niños -
alejamiento inmediato del CIFiN de toda institución que manifieste
control y abuso hacia sus docentes, y que utilice el programa para estos fines Conclusiones
(provisorias) El
discurso existente acerca de la libertad, la participación y el
empowerment es una preocupación histórica y legítima
de las escuelas. Pero los efectos de las políticas que pretenden
otorgar estos pedidos y hacer lugar a estos clamores se muestran, en realidad,
como tecnologías sofisticadas de mayor control y como sitio de contubernio
de los grupos dominantes. A pesar de esto, estas políticas pueden
ser vistas no como meros instrumentos de dominación, sino como espacios
que en este tiempo contienen, a pesar de sí mismos, la posibilidad
de esquemas auténticos de participación. Las prácticas
de las escuelas en este momento histórico de posfundamentos y antiesencialismos
es una batalla por el sentido (Nietzsche) y puede ser pensada y creada
como el resultado de una batalla de los discursos (Apple). El significante
flotante (Mouffe) de la participación y la libertad puede ser resignificado
por una mirada que se niegue a la ingenuidad de creer que estos significantes
no tienen connotaciones políticas. El rescate político y
antipatriarcal de la libertad, pensada como un espaciotiempo de deseos
nos permite desestructurar y desensamblar el paquete lingüístico
de qué cosa sea libertad para las escuelas, mayor calidad para todos
los actores y autonomía real para la educación en el ámbito
escolar.
Deconstruir las relaciones
entre capitalismo y democracia, y entre los componentes de las políticas
neoliberales, sus discursos y sus efectos, se muestra una tarea necesaria
del compromiso hacia un mundo mejor para todas y para todos, pero sobre
todo, y de manera urgente, para quienes más necesitan. Una democracia
verdadera debiera basarse en la participación auténtica más
que en la representación, dada la crisis que ésta atraviesa
en el actual momento histórico. De lo contrario, seguiremos legitimando
las desigualdades. Quién financia esta educación en la escuela
actual, y para quiénes se financia esta educación en la escuela
actual sonpreguntas que consideramospertinentes.
Qué es calidad. Qué es libertad. Qué significan estos
conceptos enlas políticas
educativas neoliberales. Porque qué queremos hacer sólo se
responderá cuando cambiemos las preguntas y cuando nos preguntemos,
como siempre, sobre lo obvio.
[2]El CIFiN concurre a toda institución que solicite la implementación del programa. El colegio planteó que estaba implementando el programa con libros que había comprado en el exterior (FpN es un programa internacional, pero en cada país usa textos para estudiantes y docentes adaptados de los originales del creador del programa, Matthew Lipman, pero, sobre todo, creados en cada país, con lo que la implementación que la escuela estaba haciendo ya estaba viciada desde sus inicios). El colegio dijo que solicitaban que el CIFiN monitoreara la experiencia en la institución porque veían que el nombre del colegio no aparecía en los medios de comunicación que hacían entrevistas al CIFiN. Se les hizo saber que el CIFiN implementaba en las instituciones que les interesara FpN por algún motivo específicamente ligado a la educación, como, por ejemplo, el mejoramiento del pensamiento cuidadoso, creativo y crítico de todos los actores de la comunidad educativa. La reunión fue muy tensa y finalizó sin ninguna propuesta. En febrero de 1996, el CIFiN recibió un llamado telefónico del colegio, planteando la necesidad de que FpN fuera "bien implementado", y que solicitabanla asesoría del C.I.Fi.N. A pesar de haber evaluado el CIFIN que este colegio no presentaba elementos mínimos que permitieran vislumbrar que FpN pudiera implementarse de manera adecuada, se aceptó concurrir a la institución, debido a que el CIFiN considera que sólo en la práctica se puede ver lo que cada colegio es capaz de hacer al implementar la filosofía (como pensar por uno mismo en comunidades de investigación) como un eje transversal (entendido, provisoriamente, como centros de interés, ejes transferibles, o contaminación de las estructuras de respuesta de la educación tradicional a partir de preguntas abiertas y frescas que generen diálogos verdaderos -Freire, Gadamer). Este fue el primer ggran error del CIFiN, ya que no se puede pensar la implementación de un programa educativo descontextuado de la política educativa vigente, y no se puede mirar una implementación sin pensarla como la ocupación de un hueco desde el permiso generado por las políticas de marco.
[3] Cf. En S. Accorinti, Introducción a Filosofía para Niños, la implementación “exitosa” en una escuela estatal agrotécnica, 1994
[4] La libertad negativa o libertad como permiso podría ser descripta como aquello que se autoriza a hacer o aquello que no se prohibe. El problema que plantea la libertad negativa es que no alcanza para generar libertad de construcción: para utilizar el permiso de cruzar la calle tengo que tener deseo de cruzarla, si no, sucede con estos permisos políticos, sumados a las obligaciones a utilizarlos aún contra nuestros deseos, lo que cuenta (o lo que nosotros leemos que cuenta) el viejo chiste:
La mamá al niño que ha vuelto de la escuela:
- Bueno, Juancito ¿hoy han hecho alguna buena obra vos y tu hermanito?
Juancito, tras reflexionar unos momentos:
- Mmm, sí, mami. Le hicimos cruzar la calle a una viejita.
-¡Pero Juancito! ¿A eso le llamás vos una obra de bien? ¡Eso es una pavada, es una cosa facilísima!
-Eh, no te creas que tanto, mami. La viejita NO QUERÍA cruzar...
Humanas y humanos somos seres que evaluamos, que damos valores. No hay manera de escapar a la valoración, y ésta se construye con el deseo, y esta libertad del deseo es una libertad del devenir y la inocencia que ninguna ley de propuesta negativa podrá construir. La construcción es una batalla por el sentido,. contoda la carga nietzscheana que se pueda (quiera) asignar a este último párrafo.
[5] Respecto de la desigualdad social y simbólica de origen, nos referimos con esto a todos los actores sociales de la escuela, lo que incluye a los docentes. La composición social de los docentes era la siguiente en el período del caso: uno era egresado de la misma institución, sin ningún curso en su haber después de su título, que tenía en 1999, 10 años de antigüedad.. Hijo de una docente que estaba próxima a su jubilación. Uno tenía 56 años y había dedicado toda su vida al colegio. Profesaba la misma religión que los dueños-directivos, y se sentía humillado por lo que él consideraba "una manera de actuar en la iglesia, y otra en el colegio de parte de los directivos". Uno tenía 52 años, y su esposa enfermo, y con un trabajo inestable; uno tenía 34 años, divorciado, muy inestable emocionalmente; uno estaba a meses de su jubilación, y manifestaba sin temores su animadversión a la institución, en la persona de los directivos, y de sus propios colegas, "que soportan cualquier cosa". Dos tenían entre 25 y 28 años, y seguían estudios terciarios o universitarios. Uno era soltero y el otro estaba casado con una experta en informática.
[6] Tal como plantea Anderson, hay en las políticas neoliberales un lenguaje de colaboración, empowerment y dar-tener voz. Esto es la penetración del discurso de la participación, que se da como golpe psicológico, aceptado en todos los niveles por el imaginario social, como “bueno”, sin más. Es un discurso victorioso que, convertido en sentido común, se invisibiliza (Apple habla, en este sentido, de la “blanquedad”). Pero loque sucede en realidad es que no hay mayor participación en las decisiones, sino mayor control de los participantes, las estructuras creadas son costosas y hacen perder más tiempo (en reuniones de todo tipo, por ejemplo, en las cuales no hay participación, sino asentimiento), y son generadores de ineficiencia. Por esto, los actores sociales piden lo que Anderson llama “participación auténtica”, que realmente genere más empowerment, porque el sentimiento generalizado es que la participación propuesta por las políticas neoliberales generan desempowerment .Se pide, entre otras cosas, que el discurso de la participación deje de ser cínico.
[7] Dentro del eje de la calidad educativa, vemos acá la categoría de calificación: hay una actitud valorativa respecto de los conocimientos socialmente relevantes en el mercado de trabajo. Hay, además, una mirada valorativa acerca de lo que es transmitido y de lo que es apropiado
[8] “Actualmente existen recursos en salud y educación, pero están pésimamente administrados. Cada hospital y cada escuela deberá administrar sus propios fondos y asignarlos de acuerdo a sus necesidades.” De la plataforma política de Cavallo-Béliz, para las elecciones de Intendente de mayo 2000 en Buenos Aires. Domingo F. Cavallo fue ministro de Economía desde el segundo hasta el octavo años de las presidenciasde Carlos Menem, momento en el cual se diseñó y se puso en práctica el neoliberalismo en la Argentina.
[9]Las escuelas privadas subsidiadas, dentro de este marco, tienen un tope en sus cuotas. La institución a la que nos referimos debía respetar ese límite, entonces agregaba, en pagos adicionales, el resto de los gastos. A los padres y a las madres que pretendían una "participación auténtica" se los citaba a reuniones individuales, porque, segúncomentó la directora en varias oportunidades, ella "no atiende a grupos, sino a las personas, una a una, y en las reuniones, habla una sola persona, yo".
[10]Situada la escuela en un barrio donde la mayoría de los habitantes son inmigrantes coreanos y familias judías, el colegio, lentamente, comenzó a recibir estudiantes provenientes de esas familias. Hasta el año 1990 se había negado, con diversas excusas, a recibirlos. La baja progresiva y continuada de las inscripciones hicieron que las medidas iniciales respecto de judíos y coreanos no fueran tenidas en cuenta para la inscripción, aunque continuó en la institución, de parte de los directivos, el desdén a los alumnos por su origen étnico, que se transparentaba en medidas tales como que una alumna coreana, en 1995, no pudo ser parte de un baile tradicional en una fiesta del colegio, porque "no era argentina", según adujo la directora. Había en la escuela en el período estudiado dos alumnos negros. La directora los llamaba, en las "reuniones individuales", "los negritos ésos". Las medidas discriminatorias y racistas tomadas contra los alumnos coreanos eran llevadas a cabo a sabiendas de que la familia de los niños no intervendría, porque debido a su cultura respetan de manera casi reverencial a los maestros, y, por extensión, a la escuela.
[11]Provenientes de una familia de clase media baja, su patrimonio económico estaba formado en 1999 por compras realizadas desde 1980 en adelante (la institución tiene treinta años desde su fundación, siendo sus fundadores los mismos directivos-dueños). Dado que no han recibido herencias, ni alguno de ellos ha tenido algún matrimonio altamente ventajoso en ese lapso, ni han sacado premio alguno en los juegos de azar existentes, y realizan frecuentes viajes al exterior, nuestra conclusión provisoria es que sus ganancias provienen del colegio. Quiero decir: también los directivos pertenecen a los grupos socialmente desfavorecidos, con origen social y simbólico bajo, y con reproducción jerárquica en su educación, continuada en la escuela que regentean
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