Lo anterior implica que, como educadores, seamos capaces de precisar los objetivos específicos de cada uno de esos rasgos para que podamos diseñar un programa de aprendizaje y las actividades que lo sustenten. Sin embargo, parece demasiado ambicioso que un educador pretenda abarcar los tres rasgos mencionados; tal vez sea mejor el avocarse a uno de ellos con objetivos alcanzables, como por ejemplo ayudar a que nuestros alumnos desarrollen sus habilidades para resolver problemas
Probablemente, se oiga como un objetivo sencillo, pero es común que, como maestros, comentemos que nuestros alumnos no piensan ni reflexionan sus acciones, sólo se concretan a dejarse llevar por las sugerencias, evidentes o encubiertas, que les ofrece el medio donde viven.
Precisamente, el atacar esta falta de interés por las actividades reflexivas es una de las metas de cualquier programa de desarrollo de Habilidades de Pensamiento
De los programas más difundidos para este efecto se encuentran los de Reuven Feuerstein (enriquecimiento instrumental), Edward De Bono (CoRT) y el denominado Filosofía para Niños de Matthew Lipman, que es el que nos interesa.
Filosofía
para niños (a vuelo de pájaro)
Este
programa pretende desarrollar las habilidades de razonamiento de los educandos
para hacerlos más reflexivos y más racionales, se puede decir
que existen siete componentes del programa. Tres de ellos están
enfocados a los niveles educativos más elementales: Reflexionemos
juntos (razonando acerca de nuestra experiencia), Descubriendo el mundo
(razonando sobre la naturaleza) y Búsqueda de significados (razonando
sobre el lenguaje); otros dos, a los últimos grados de la educación
primaria y los primeros de la secundaria: Cuestionamiento filosófico
(habilidades básicas de razonamiento) y Cuestionamiento ético
(razonamiento sobre la ética); y los dos últimos para los
últimos niveles de la secundaria: Cómo y Por qué escribir
(razonando sobre el lenguaje y el arte) y Cuestionamiento social (razonando
sobre la sociedad). Actualmente, el programa incluye a 6000 escuelas secundarias,
sólo en los EE.UU[3]
Los
aspectos más importantes de la filosofía par a niños
son: La comunidad de cuestionamiento. Que es un grupo de personas que comparten
ideas y las cuestionan para enriquecerlas por la participación colectiva
Los
textos de trabajo. Constituidas por nueve novelas escritas específicamente
para promover la reflexión y el intercambio de puntos de vista sobre
los temas de filosofía más acuciantes. Las historias por
si mismas proveen un modelo de “pensamiento sobre el pensamiento”, sus
personajes se cuestionan sobre temas tales como: la verdad, la bondad,
la libertad, las reglas, las leyes o los derechos.
La
metodología. Que consiste fundamentalmente en la lectura comentada
de las novelas para propiciar el intercambio de ideas.
En
México, el programa ha sido muy bien aceptado, y sus novelas han
sido traducidas y adecuadas a la idiosincrasia de nuestros niños.
La razón de su éxito es el que la filosofía por sí
misma es una de las actividades básicas del ser humano, y sus cuestiones
importantes, como ¿Quiénes somos?, ¿Para qué
lo hacemos? etc., aparecen en el pensamiento de todos en diferentes etapas
de la vida.
Para
Lipman, el estar educado implica el ser capaz de tratar cada disciplina
como un lenguaje y pensar con fluidez en ese lenguaje y la filosofía
es la disciplina que mejor prepara para pensar en términos de otras
asignaturas[5].
Aunque su método parece sencillo, se logra que los niños
ejerciten habilidades como la observación, la descripción,
la comparación, la comprensión y de aquí que hagan
inferencias, emitan juicios y tomen decisiones.
Por
lo tanto, la investigación de nuestra práctica docente, debe
incluir el diseño o adecuación de los métodos educativos
que, después de un riguroso análisis, puedan ser llevados
al aula. El resultado debe ser un método posiblemente, dentro de
la corriente de Filosofía para niños, solo que adecuado a
las necesidades de la escuela donde cada quién se desarrolle.
Esto
quiere decir que, con referencia a los textos de trabajo, nosotros mismos
debemos crear nuestras historias, preferentemente sobre aspectos y problemas
de la vida diaria de nuestros alumnos, o de personas como ellos, para que
el trabajo del aula gire alrededor de ellas. Una posibilidad mejor es la
de fomentar que nuestros alumnos escriban sus propias historias para trabajar
con ellas, como comunidad de cuestionamiento. Aún más, no
solo la creación de textos, sino el diseño de actividades
que provoquen la comunidad de cuestionamiento, es una tarea que, aunque
parezca agobiante, está a la espera de nuestros esfuerzos. Obviamente
el trabajo no es fácil y requiere de un largo camino para poder
observar resultados.
La
metodología propuesta por Lipman para la química del bachillerato
implica el reflexionar sobre tres tareas básicas:
1.¿Qué
clase de actividades que generen cuestionamientos puedo propiciar entre
los estudiantes de química?
2.¿Qué
clase de historias o actividades pueden resultar de los cuestionamientos?
3.¿Cuál
es el papel de la parte experimental en la actividad reflexiva?
Obviamente,
las actividades que pueden suscitarse de estas cuestiones son diversas
pues dependen de la condiciones del medio en donde se desarrolle el trabajo;
sin embargo ya es general el convencimiento de que el aprendizaje de la
química se logra cuando surge como una necesidad de conocer, con
lo que estamos obligados a conocer las necesidades y/o intereses de la
vida cotidiana de nuestros alumnos y al papel que esta asignatura juega
en ellos.
Con
respecto a las actividades, el esquema de clase teórica y demostración
en el laboratorio, parece no ser suficiente para el aprendizaje de la química,
hace falta que nuestros estudiantes diseñen sus propios experimentos
para que puedan satisfacer sus propias dudas. Quizás el esquema
de trabajo bajo el enfoque de Lipman sea:
“Pica
finamente una cuarta parte de una col morada mediana, y colócala
en un recipiente de vidrio o aluminio de un litro, agrega aproximadamente
medio litro de agua caliente y deja enfriar.
Cuándo
esta mezcla se haya enfriado, cuela cuidadosamente el líquido obtenido
a través de un papel filtro. Este extracto será nuestro indicador
de acidez o alcalinidad.
En
un vaso de vidrio o plástico transparente, coloca 125 ml de vinagre
(½ taza). Agrega 5 mililitros (1 cucharada cafetera) de extracto
de col, agita la mezcla y registra su color. ¿cuál es el
color de la mezcla?
El
color que anotaste es el que nuestro indicador adquiere cuando se mezcla
con un ácido. Guarda esta mezcla para usarla como referencia de
un ácido en el resto del experimento.
Ahora
examina el efecto de un limpiador “amonia” en el color del extracto de
col. En un vaso de vidrio o plástico transparente, coloca 125 ml
de limpiador amonia (½ taza). Agrega 5 mililitros (1 cucharada cafetera)
de extracto de col, agita la mezcla y registra su color. ¿cuál
es el color de la mezcla?
El
limpiador amonia es un álcali o base, el color que anotaste es el
que nuestro indicador adquiere cuando se mezcla con un álcali.
El
color que adquiere el extracto indica si la sustancia que se mezcla con
él es un ácido o una base, por eso, al extracto de col le
llamaremos indicador ácido-base. Guarda esta mezcla para usarla
como referencia de un álcali en el resto del experimento.
Siguiendo
las instrucciones del profesor prepara soluciones de ácido y de
base que tengan la misma concentración y, empezando con 25 ml de
ácido ve agregando la base, de ml en ml, registrando después
de cada adición el color que observes.
Después
de haber registrado los datos de sus observaciones se les pidió
que, en comunidad de cuestionamiento, discutieran sus impresiones utilizando
como guía la tabla que se muestra a continuación:
Tomando
como base los resultados que obtuviste en la exploración de la acidez
o alcalinidad de diversas substancias y los datos que se muestran en la
tabla, indica si las proposiciones son verdaderas o falsas, si no es posible
concretar una respuesta escribe las razones que te lo impiden.
2. El
ácido y la base del experimento de la tabla, tienen concentraciones
diferentes
3. Los
productos de reacción de una base y un ácido son una sal
y agua.
4. La
reacción de una base y un ácido desarrolla calor
Las
impresiones de la discusión fueron muy diversas, se obtuvieron desde
los que se proveyeron de una explicación “científica”, (“Al
cambiar el color del indicador cuando se mezclan substancias ácidas
con alcalinas, se obtendrá un color morado si las cantidades de
ambas se neutralizan.”) hasta los que no pudieron explicar los cambios
de color del indicador de acuerdo a la naturaleza de las substancias probadas.
La
última etapa de la actividad fue la de evaluar la comunidad de cuestionamiento,
utilizando el siguiente instrumento:
Evaluación
de la comunidad de cuestionamiento:
- ¿Los
demás, han escuchado con atención mis intervenciones?
- ¿Ha
participado la mayoría de los integrantes de la comunidad?
- ¿Se
ha mantenido, en la comunidad, el tema de discusión?
- ¿Se
ha discutido con propiedad, se han hecho hallazgos?
- ¿He
construido algún concepto nuevo?
- ¿He
cuestionado mis propios conocimientos o mis creencias?
- ¿El
interés de los participantes ha ido en aumento?
Las
respuestas del cuestionario fueron manejadas con la escala de Likert en
cinco niveles.
Por
cuestiones de espacio, no incluyo los resultados detallados de este trabajo,
solamente incluyo mis opiniones sobre la experiencia, aunque pongo tales
resultados a la disposición de quién así lo estime
conveniente.
¿Acaso
llegué a una conclusión?
De
estos, es de primordial importancia el desarrollo de habilidades, dentro
de las cuales, probablemente las más importantes son las del pensamiento.
El
logro del desarrollo de las habilidades de pensamiento, implica la posibilidad
de que nuestros estudiantes consigan la capacidad para enfrentar los problemas
de manera crítica y creativa., utilizando para ello las herramientas
que nos ofrecen los programas como el de la Filosofía para niños
de Lipman.
[2]LIPMAN,
M. et. al. La filosofía en el aula. Ediciones de la Torre. Madrid
España.
[3]ROSS
M., Revista Observations; Otoño de 1997.
[4]LOPEZ
C. M. Educar es enseñar a pensar y a tomar decisiones. En Antología
de textos para el módulo Desarrollo Tecnológico de la Educación.
Maestría en Desarrollo Educativo. UNIPUE. Puebla, México,
1997
[5]
LIPMAN M. Ibid.
El enfoque
filosófico en los métodos educativos
La metodología
en la química del bachillerato
Ensayo Nº
[1]RUGARCIA
A., El perfil del profesor universitario
en ingeniería química, Educación Química 7[3].
Julio de 1996, pp 108 a
113.
E x p e r i e n c i
a s