FpN y la Química del bachillerato

Generalidades sobre las habilidades de pensamiento

Las nuevas tendencias en educación enfatizan la importancia de formar individuos reflexivos que sean capaces de promover por sí mismos sus propios proyectos de vida. Desde los niveles iniciales hasta los programas universitarios se desarrollan métodos con este objetivo, la intención parece simple, el perfil del egresado debe contener tres rasgos fundamenta les: conocimientos, habilidades y actitudes[1]

Lo anterior implica que, como educadores, seamos capaces de precisar los objetivos específicos de cada uno de esos rasgos para que podamos diseñar un programa de aprendizaje y las actividades que lo sustenten. Sin embargo, parece demasiado ambicioso que un educador pretenda abarcar los tres rasgos mencionados; tal vez sea mejor el avocarse a uno de ellos con objetivos alcanzables, como por ejemplo ayudar a que nuestros alumnos desarrollen sus habilidades para resolver problemas

Probablemente, se oiga como un objetivo sencillo, pero es común que, como maestros, comentemos que nuestros alumnos no piensan ni reflexionan sus acciones, sólo se concretan a dejarse llevar por las sugerencias, evidentes o encubiertas, que les ofrece el medio donde viven.

Precisamente, el atacar esta falta de interés por las actividades reflexivas es una de las metas de cualquier programa de desarrollo de Habilidades de Pensamiento

De los programas más difundidos para este efecto se encuentran los de Reuven Feuerstein (enriquecimiento instrumental), Edward De Bono (CoRT) y el denominado Filosofía para Niños de Matthew Lipman, que es el que nos interesa.

Filosofía para niños (a vuelo de pájaro)

Dentro de las tendencias filosóficas actuales en la educación, destacan algunos autores que enfatizan el desarrollo de las habilidades de pensamiento para estimular los rasgos que actualmente se consideran indispensables en la formación de los estudiantes. Entre ellos destaca Matthew Lipman quien ha creado el programa denominado Filosofía para Niños, el cual ha sido puesto en práctica en diversos países con resultados muy espectaculares en la formación y desarrollo de las habilidades de pensamiento[2]

Este programa pretende desarrollar las habilidades de razonamiento de los educandos para hacerlos más reflexivos y más racionales, se puede decir que existen siete componentes del programa. Tres de ellos están enfocados a los niveles educativos más elementales: Reflexionemos juntos (razonando acerca de nuestra experiencia), Descubriendo el mundo (razonando sobre la naturaleza) y Búsqueda de significados (razonando sobre el lenguaje); otros dos, a los últimos grados de la educación primaria y los primeros de la secundaria: Cuestionamiento filosófico (habilidades básicas de razonamiento) y Cuestionamiento ético (razonamiento sobre la ética); y los dos últimos para los últimos niveles de la secundaria: Cómo y Por qué escribir (razonando sobre el lenguaje y el arte) y Cuestionamiento social (razonando sobre la sociedad). Actualmente, el programa incluye a 6000 escuelas secundarias, sólo en los EE.UU[3]

Los aspectos más importantes de la filosofía par a niños son: La comunidad de cuestionamiento. Que es un grupo de personas que comparten ideas y las cuestionan para enriquecerlas por la participación colectiva

Los textos de trabajo. Constituidas por nueve novelas escritas específicamente para promover la reflexión y el intercambio de puntos de vista sobre los temas de filosofía más acuciantes. Las historias por si mismas proveen un modelo de “pensamiento sobre el pensamiento”, sus personajes se cuestionan sobre temas tales como: la verdad, la bondad, la libertad, las reglas, las leyes o los derechos.

La metodología. Que consiste fundamentalmente en la lectura comentada de las novelas para propiciar el intercambio de ideas.

En México, el programa ha sido muy bien aceptado, y sus novelas han sido traducidas y adecuadas a la idiosincrasia de nuestros niños. La razón de su éxito es el que la filosofía por sí misma es una de las actividades básicas del ser humano, y sus cuestiones importantes, como ¿Quiénes somos?, ¿Para qué lo hacemos? etc., aparecen en el pensamiento de todos en diferentes etapas de la vida.

El enfoque filosófico en los métodos educativos

En el rubro de las habilidades de pensamiento, destacan la criticidad y la creatividad, ingredientes indispensables de toda la educación. Cito a M. López Calva de la Universidad Iberoamericana:

"... el proceso de enseñanza - aprendizaje debe partir de una concepción distinta de lo que es educar y de lo que significa lograr alumnos educados. En lugar de sólo transmitir contenidos o lograr conductas observables debemos buscar alumnos críticos y creativos[4]

Si el objetivo del proceso educativo no es el sólo transmitir conocimientos sino propiciar individuos críticos y creativos, el logro depende, en parte, de la clase de actividades que diseñemos para ellos, pero también es igualmente importante el marco filosófico en el que nos basemos para diseñarlas.

Para Lipman, el estar educado implica el ser capaz de tratar cada disciplina como un lenguaje y pensar con fluidez en ese lenguaje y la filosofía es la disciplina que mejor prepara para pensar en términos de otras asignaturas[5]. Aunque su método parece sencillo, se logra que los niños ejerciten habilidades como la observación, la descripción, la comparación, la comprensión y de aquí que hagan inferencias, emitan juicios y tomen decisiones.

Por lo tanto, la investigación de nuestra práctica docente, debe incluir el diseño o adecuación de los métodos educativos que, después de un riguroso análisis, puedan ser llevados al aula. El resultado debe ser un método posiblemente, dentro de la corriente de Filosofía para niños, solo que adecuado a las necesidades de la escuela donde cada quién se desarrolle.

Esto quiere decir que, con referencia a los textos de trabajo, nosotros mismos debemos crear nuestras historias, preferentemente sobre aspectos y problemas de la vida diaria de nuestros alumnos, o de personas como ellos, para que el trabajo del aula gire alrededor de ellas. Una posibilidad mejor es la de fomentar que nuestros alumnos escriban sus propias historias para trabajar con ellas, como comunidad de cuestionamiento. Aún más, no solo la creación de textos, sino el diseño de actividades que provoquen la comunidad de cuestionamiento, es una tarea que, aunque parezca agobiante, está a la espera de nuestros esfuerzos. Obviamente el trabajo no es fácil y requiere de un largo camino para poder observar resultados.

La metodología en la química del bachillerato

Es común observar que en el nivel superior y medio superior, en México,particularmente en la enseñanza de la química, el proceso de enseñanza-aprendizaje está todavía dominado por las corrientes conductistas, donde se enfatiza mucho en la repetición de procedimientos para la resolución de problemas, los cuales, normalmente, se plantean en términos ideales, y por supuesto, la mayoría de ellos son de respuesta única. El resultado es sólo la transmisión de contenidos sin lograr alumnos críticos y creativos.

La metodología propuesta por Lipman para la química del bachillerato implica el reflexionar sobre tres tareas básicas:

1.¿Qué clase de actividades que generen cuestionamientos puedo propiciar entre los estudiantes de química? 

2.¿Qué clase de historias o actividades pueden resultar de los cuestionamientos?

3.¿Cuál es el papel de la parte experimental en la actividad reflexiva?

Obviamente, las actividades que pueden suscitarse de estas cuestiones son diversas pues dependen de la condiciones del medio en donde se desarrolle el trabajo; sin embargo ya es general el convencimiento de que el aprendizaje de la química se logra cuando surge como una necesidad de conocer, con lo que estamos obligados a conocer las necesidades y/o intereses de la vida cotidiana de nuestros alumnos y al papel que esta asignatura juega en ellos. 

Con respecto a las actividades, el esquema de clase teórica y demostración en el laboratorio, parece no ser suficiente para el aprendizaje de la química, hace falta que nuestros estudiantes diseñen sus propios experimentos para que puedan satisfacer sus propias dudas. Quizás el esquema de trabajo bajo el enfoque de Lipman sea: 

Experiencia guiada
Pautas teóricas
Conclusiones
Discusión en grupo

Sobre la base del esquema anterior, se le propuso a un grupo de estudiantes de bachillerato la siguiente actividad:

“Pica finamente una cuarta parte de una col morada mediana, y colócala en un recipiente de vidrio o aluminio de un litro, agrega aproximadamente medio litro de agua caliente y deja enfriar.

Cuándo esta mezcla se haya enfriado, cuela cuidadosamente el líquido obtenido a través de un papel filtro. Este extracto será nuestro indicador de acidez o alcalinidad.

En un vaso de vidrio o plástico transparente, coloca 125 ml de vinagre (½ taza). Agrega 5 mililitros (1 cucharada cafetera) de extracto de col, agita la mezcla y registra su color. ¿cuál es el color de la mezcla? 

El color que anotaste es el que nuestro indicador adquiere cuando se mezcla con un ácido. Guarda esta mezcla para usarla como referencia de un ácido en el resto del experimento.

Ahora examina el efecto de un limpiador “amonia” en el color del extracto de col. En un vaso de vidrio o plástico transparente, coloca 125 ml de limpiador amonia (½ taza). Agrega 5 mililitros (1 cucharada cafetera) de extracto de col, agita la mezcla y registra su color. ¿cuál es el color de la mezcla?

El limpiador amonia es un álcali o base, el color que anotaste es el que nuestro indicador adquiere cuando se mezcla con un álcali.

El color que adquiere el extracto indica si la sustancia que se mezcla con él es un ácido o una base, por eso, al extracto de col le llamaremos indicador ácido-base. Guarda esta mezcla para usarla como referencia de un álcali en el resto del experimento.

Siguiendo las instrucciones del profesor prepara soluciones de ácido y de base que tengan la misma concentración y, empezando con 25 ml de ácido ve agregando la base, de ml en ml, registrando después de cada adición el color que observes.

Después de haber registrado los datos de sus observaciones se les pidió que, en comunidad de cuestionamiento, discutieran sus impresiones utilizando como guía la tabla que se muestra a continuación:

Tomando como base los resultados que obtuviste en la exploración de la acidez o alcalinidad de diversas substancias y los datos que se muestran en la tabla, indica si las proposiciones son verdaderas o falsas, si no es posible concretar una respuesta escribe las razones que te lo impiden.

Ensayo Nº

Volumen de ácido usado
Volumen de base usado
Color del indicador de extracto de col
1
25 ml
20 ml
rojo
2
15 ml
5 ml
morado
3
90 ml
45 ml
morado
4
7 ml
2 ml
rojo
5
25 ml
50 ml
verde

1. Un ácido y una base pueden neutralizarse mutuamente

2. El ácido y la base del experimento de la tabla, tienen concentraciones diferentes

3. Los productos de reacción de una base y un ácido son una sal y agua.

4. La reacción de una base y un ácido desarrolla calor

Las impresiones de la discusión fueron muy diversas, se obtuvieron desde los que se proveyeron de una explicación “científica”, (“Al cambiar el color del indicador cuando se mezclan substancias ácidas con alcalinas, se obtendrá un color morado si las cantidades de ambas se neutralizan.”) hasta los que no pudieron explicar los cambios de color del indicador de acuerdo a la naturaleza de las substancias probadas.

La última etapa de la actividad fue la de evaluar la comunidad de cuestionamiento, utilizando el siguiente instrumento:

Evaluación de la comunidad de cuestionamiento:

- ¿He escuchado, con atención, las participaciones de los demás? 

- ¿Los demás, han escuchado con atención mis intervenciones?

- ¿Ha participado la mayoría de los integrantes de la comunidad? 

- ¿Se ha mantenido, en la comunidad, el tema de discusión?

- ¿Se ha discutido con propiedad, se han hecho hallazgos?

- ¿He construido algún concepto nuevo?

- ¿He cuestionado mis propios conocimientos o mis creencias?

- ¿El interés de los participantes ha ido en aumento?

Las respuestas del cuestionario fueron manejadas con la escala de Likert en cinco niveles.

Por cuestiones de espacio, no incluyo los resultados detallados de este trabajo, solamente incluyo mis opiniones sobre la experiencia, aunque pongo tales resultados a la disposición de quién así lo estime conveniente.

¿Acaso llegué a una conclusión?

La formación de nuestros estudiantes no debe depender de los marcos epistemológicos o filosóficos en los que fuimos formados, los cuales normalmente son tradicionalistas basados en el “aprendizaje” memorístico y por repetición. Cada uno de nosotros, como maestro, se ve en la situación de enseñar, y nuestras enseñanzas no deben limitarse a los simples contenidos, sino que debemos procurar desarrollar en nuestros alumnos, cuando menos, tres rasgos básicos; conocimientos, habilidades y actitudes.

De estos, es de primordial importancia el desarrollo de habilidades, dentro de las cuales, probablemente las más importantes son las del pensamiento.

El logro del desarrollo de las habilidades de pensamiento, implica la posibilidad de que nuestros estudiantes consigan la capacidad para enfrentar los problemas de manera crítica y creativa., utilizando para ello las herramientas que nos ofrecen los programas como el de la Filosofía para niños de Lipman.


[1]RUGARCIA A., El perfil del profesor universitario en ingeniería química, Educación Química 7[3]. Julio de 1996, pp 108 a 113.

[2]LIPMAN, M. et. al. La filosofía en el aula. Ediciones de la Torre. Madrid España. 1992. pp 29 a 50

[3]ROSS M., Revista Observations; Otoño de 1997. The Scottish Council forResearch in Education; tomado de: http://www.scre.ac.uk/tpr/obs11/

[4]LOPEZ C. M. Educar es enseñar a pensar y a tomar decisiones. En Antología de textos para el módulo Desarrollo Tecnológico de la Educación. Maestría en Desarrollo Educativo. UNIPUE. Puebla, México, 1997

[5] LIPMAN M. Ibid.


 
E x p e r i e n c i a s