A N É C D O T A S


1
Iban en el carro el padre y su hija. La niña, de 5 años, emocionada porque ya había aprendido a contar hasta el 300 sin equivocarse, después de un rato de silencio, pregunta: "Papi, ¿cuál es el último número?". Raudo y veloz, el padre le responde, al mejor estilo de un buen profesor, hablándole de la recta numérica y de la posibilidad de siempre incrementar un número tanto a un lado de dicha recta como a otro y de que, al menos teóricamente, se podría pasar la vida entera haciendo eso y ni así acabar porque los números son infinitos y bla, bla, bla. Habrá hablado el padre unos dos minutos sin parar, cuando de pronto la niña le dice: "Bueno, bueno, pero ¿cuál es el último número?" (¿¿¿¡¡¡!!!???)
Lo que la niña quería saber era si el último número estaba cerca del 300 porque así ella ya los conocería todos.

Contado por la mamá de Jessica a Gina, Profesora del Isaac Newton

2
Estaban en el carro el niño (seis años) y sus padres, y al pasar por una esquina en la que estaba parado un policía, el niño, repentinamente, les informa de una especie de decisión que había tomado: "Cuando sea grande voy a ser bruto porque todos los policías son brutos". El mensaje estaba claro para sus padres aunque no la lógica del mismo.

Contado por la mamá de Juan José, 2º de básica, Esc. Espejo

3
Mientras la madre guiaba al niño en las tareas escolares que tenía para ese día, el niño, de pronto, le pregunta: «Mami, ¿por qué te gusta ser profesora si a mí no me gusta ser alumno?» Por supuesto, era una de esas preguntas que le obligan a uno a revisar la vida.

Contado por Sandra, mamá de José Miguel, 6 años, kinder del Liceo del Valle

4
J.A. veía TV con su mamá y de pronto, luego de ver un anuncio le pregunta: "Ma, ¿qué es un programa de tipo A?" La mamá le responde que son los programas que pueden ver todas las personas. "O sea que como la lucha libre es de tipo B no pueden ver todas las personas", pregunta nuevamente J.A. "Así es", le dice su mamá. "Lo que no entiendo es cómo algunos papás no dejan que los niños vean lucha libre y en cambio sí les dejan jugar lucha libre (se refería a los juegos electrónicos en computadora). Al Víctor (un amigo) su mamá sí le deja jugar. Además, yo hago lucha con el Chris (otro amigo) y el papá se ríe y le aplaude al Chris cuando me bota al suelo... O sea: peleando a la lucha libre no hay problema, pero viendo la lucha en la televisión sí hay problema... No entiendo" Y si eso no invita a la reflexión moral, entonces...

Contado por Gina, mamá de Jorge Andrés, 6 años, kinder del Colegio Alemán de Quito

5
Tercera clase con los niños y las niñas de Primero de Básica del Metropolitano. Estamos investigando lo que para ellos y ellas significa un "lugar seguro". Las intervenciones se multiplican por el lado en que comúnmente se encarrilan: la casa, la escuela. Geannetth, la maestra está en silencio, pero de pronto queda perpleja porque hay dos intervenciones que ella nunca esperaba: para Jorge Andrés un lugar seguro era la cárcel "porque ahí los ladrones están encerrados" y para José Esteban era la muerte "porque cuando ya estás muerto estás totalmente tranquilo y nadie te puede hacer nada". Por supuesto, podíamos indagar más sobre cada una de estas intervenciones, pero entonces, a lo mejor, Geannetth hubiera sufrido un patatús. 

Primeras experiencias en el Colegio Metropolitano

6
Seguramente el niño había estado escuchando alguna conversación sobre ángeles... Esa noche se acerca a su papá y le pregunta de qué están hecho los ángeles. El padre, queriendo explicarle que se trata de espíritus (según lo que en su fe se cree), pero queriendo hacerlo con palabras que el niño pudiera comprenderle, le contesta con preguntas: "A ver: ¿Los ángeles tienen carne?" "No", responde el niño. "¿Y tienen huesos?" "No" suena nuevamente. "Entonces, ¿de qué están hechos?"... Sin demorarse más de tres segundos, el niño contesta con la convicción de quien sabe porque sabe: "¡Ah, ya sé. De puro pellejo!".

Contado por Miguel, padre de Ramiro, 5 años. 

7
La mamá estaba revisando las tareas que le habían mandado al niño. Al ver cómo había pintado un dibujo le dice: "Mijito, tú puedes pintar mejor y como puedes hacerlo, entonces los dibujos te van a salir más bonitos". El niño sin inmutarse ni un poquito, le responde a la mamá diciéndole: "Es que si pinto más bonito mis compañeros me van a decir que mis papis lo han hecho por mí y yo no quiero eso".

Contado por Gina, madre de Jorge Andrés, 6 años.

8
La mamá, atareada, le pide a su niño que le ayude a lavar los platos de la mesa. Él, como ya no era la primera vez, le dice: "¿Por qué no le haces lavar los platos a la nena?" (La nena es su hermanita menor). La mamá, con la justificación a flor de labios, le contesta: "Porque es todavía chiquita", y el niño, ni tardo ni perezoso, le contesta algo que debía haber estado pensando largo tiempo: "Entonces, yo también debía haberme quedado chiquito"... ¿Será una forma de decir protestar contra el lavado de los platos o contra la edad?

Contado por Angie, profesora del Metropolitano, de Luis Antonio, 10 años

9
Dos pequeños están conversando. El tema debe ser de cierta importancia porque, de pronto, el uno le dice al otro, que es más grande: "¿Sabes que tienes que hacer para que no te castiguen?" El otro lo mira como esperando; el primero completa la frase, como si fuera la cosa más obvia y natural del mundo: "Ser chiquito"

Contado por la Fernanda, mamá de Pablo, 3 años

10
Estaban en clase, revisando una lectura de Pixie. El profesor, antes de empezar, les dice: "¡A ver mis cuates...!". Una niña le interrumpe preguntándole qué quiere decir "cuates". Algún compañerito ayuda diciéndole que es lo mismo que "panas". La niña, entonces, vuelve a preguntar: "¿Y qué es "panas"? Antes de que prosiga el interrogatorio, un niño le corta y le dice: "Ya, ya, suficiente. ¿o es que estás hecha la Pixie?" Y es que Pixie es un personaje muy preguntón.

Sucedido en 4º de básica del Metropolitano

11
El una niña le decía a otra, en un verdadero tono de lamento: "Me hubiera encantado quedarme en el Pre. Cuando uno se va haciendo más grande, los papás le van pidiendo más cosas...y no me está gustando"

Contado por Ximena, de dos niñas que iban en el bus


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La palabra no es el objeto que realmente existe: por tanto, no expresamos a nuestro prójimo una realidad existente, sino solamente la palabra, que es una realidad distinta del objeto. (Gorgias)