Señor de Muruhuay
La leyenda cuenta que una vez el pueblo de Tarma fue atacado por una plaga de lepra, y como los pueblerinos se percataron que la enfermedad se propagaba fácil y rápidamente, decidieron expulsar a los contagiados del pueblo. Estas personas marginadas se refugiaron en el lugar que actualmente se conoce como Muruhuay, y ahí vivían hasta que la muerte les llegaba. En esta región los asilados se lavaban y tomaban agua de un deshielo, pero estas persona vieron que cada vez que se lavaban sus heridas con agua de este manantial, se iban secando y sanando poco a poco; entonces alguien pintó un Cristo Crucificado sobre la roca cerca al manantial y decidieron llamarlo Señor de Muruhuay, que significa Señor de los Granos. Desde entonces se le rinde culto a este Cristo Crucificado. Hay otra leyenda que data de la Guerra con Chile (1879-1884), en la cual un soldado chileno perseguido por los soldados peruanos se refugia en esta zona de Tarma y reza día y noche para que los militares no lo encontraran y pintó con su sangre un Cristo Crucificado sobre la roca. Pasó el tiempo y la guerra se acabó. Este soldado salió del escondite sintiéndose un Tarmeño más y decidió quedarse a vivir ahí. Tiempo más tarde se identificó como chileno, pero todo el pueblo lo consideraba ya como un poblador de esta región. |