AL PUEBLO DE MÉXICO:
La lucha que libramos los jóvenes para lograr el reconocimiento de nuestros derechos humanos y para hacer vigente el ejercicio de nuestras libertades democráticas, es paralela a la que deben librar los obreros y campesinos para lograr el reconocimiento justo de su participación en los centros de producción de la riqueza.
La prensa hace eco solidario con los puntos de vista de la oligarquía, porque forma parte de ella, y expresa, que según su criterio, urge exponer con claridad lo que la nueva generación desea para su futuro, y solo entonces seremos oídos.
Hemos estado haciendo juicios realistas en torno a las causas,circunstancias y alcances de nuestro movimiento, y se ha llegado a la conclusión de que tiene sus orígenes en la injusticia social y la demagogia gubernamental, manifestandose en un sentimiento general de protesta en contra de tal situación. Las circunstancias que provocaron tal situación son bien conocidas de todo mundo.
Después de haber escuchado la opinión del Gobierno durante la lectura del lV informe, y su actitud con respecto a los acontecimientos estudiantiles, consideramos pertinente hacer una de las muchas reflexiones que se pueden hacer en relación con el mismo.
En ese informe y desde dos o tres días antes, se había hecho público y explotado en los diversos medios oficiales de difusión, el pretexto de que no se había hecho trámite oficial alguno en que se diera a conocer al Gobierno nuestras demandas. Si eso fuera cierto:
¿Cómo es posible que se enviara una carta al director del Politécnico firmada por el regente de la ciudad, en donde se abordaban tres de los seis puntos de nuestro pliego petitorio?
¿Cómo es posible que, si como el Presidente dijo, no estaba enterado de lo que pedimos, haya dejado sin mencionar la vileza de los actos de los granaderos y ejército, y en cambio haya prestado oídos a una serie de rumores y calumnias a los estudiantes que por inverosímiles que son caen por su propio peso? ¿No es indigno y falto de seriedad para una persona de tan alta jerarquía el emplear este tipo de procedimiento tan fuera de lugar en un acto trascendente como es la lectura de un informe de Gobierno?
¿Cómo es posible hablar de equidad y justicia social cuando ni siquiera existe libertad para expresar plenamente las ideas?
Díaz Ordaz ha dicho que "el diálogo verdadero significa la posibilidad de exponer los propios argumentos al par que la disposición de escuchar los ajenos"
Nuestros argumentos se basan en la razón de la justicia y la democracia, los del gobierno se basan en la fuerza bruta. De esto último se desprende una conclusión muy obvia, "el diálogo resulta imposible" porque hablamos "lenguajes distintos". Sin embargo, ante la intransigencia gubernamental debemos dar lugar a la prudencia, porque todo ciudadano consciente y digno de ser mexicano, sabrá depositar su confianza en nuestra causa y unirá su voz a la nuestra en demanda de una libertad que mucha falta le hace a nuestro país para que en realidad se precie de ser verdadero democrático o independiente.
5/IX/68 Consejo Nacional de Huelga