fueron bloqueadas por elementos de las fuerzas armadas. La Preparatoria cinco de Coapa fue ocupada militarmente. Al principio, tres batallones desarrollaron esta labor, pero luego fueron sumándose otros. Zacatenco fue la última de las plazas ocupadas
La secretaría de la Defensa Nacional informó que había actuado a petición del jefe del Departamento del Distrito Federal, general y licenciado Alfonso Corona del Rosa, y en apoyo a la policía metropolitana, porque los grupos de "agitadores ya habían saqueado armerías y hecho uso de las armas y el parque sustraído".
(En el momento en que se hicieron estas declaraciones ninguna de las armerías situadas en las calles de Argentina, Brasil y donceles tenían huellas de que sus cortinas de hierro hubiesen sido forzadas. Lo que las autoridades en realidad perseguían era justificarse ante la opinión pública por su conducta brutal).
El texto íntegro del boletín que la secretaría de la Defensa Nacional expidió al respecto (a las tres de la mañana del día 30) es es siguiente:
"A petición del regente del Departamento del Distrito Federal, general Alfonso Corona del Rosal, y en apoyo a la policía para hacer frente a la situación planteada por los estudiantes, las tropas del Ejército entraron en acción a las 0.50 horas de hoy, para disolver a los grupos de agitación que habían saqueado armerías y recurrido al uso del armamento sustraído así como de bombas de tipo casero, en contra de las fuerzas policíacas del Distrito Federal.
"Los ocupantes fueron desalojados del área y obligados a abandonar la escuela de San Ildefonso, habiéndose arrestado a muchos agitadores. Las tropas actuaron bajo órdenes de recurrir al convencimiento de los agitadores para que depusieran su actitud hostil, advirtiéndoles que, de no hacerlo, se obraría con toda energía.
"Ante esta actitud de las tropas, los grupos de ocupantes comenzaron a salir de la escuela y algunos agitadores recalcitrantes pelearon a golpes con la tropa.
"El orden quedó restablecido, entregando la situación a las autoridades policíacas del Distrito Federal, para que las mismas procedan conforme a lo que señalan las leyes violadas por los grupos que participaron en estos lamentables hechos".
Al mismo tiempo el regente de la Ciudad y el secretario de Gobernación, licenciado Luis Echeverría, unieron sus voces para decir que la intervención de las fuerzas armadas estuvo originada "por la violencia injustificada" puesta en marcha por "una minoría mezquina que quiere desvirtuar el camino ascendente de la Revolución Mexicana".
A lo anterior asintieron públicamente los procuradores General de la República y del Distrito y Territorios Federales.
También el general Corona del Rosal y el agente del ministerio público, Lic. José R. Mancilla, desmintieron categóricamente que alguien hubiese resultado muerto en los disturbios.
Nueva versión de la procuraduría:Federico de la O. García murió a consecuencia de un derrame cerebral no traumático ocasionado porque "se asustó cuando iba a ser atropellado".
La policía detiene a varios civiles, causantes de varios daños y, lógicamente, "estudiantes". No se pueden identificar y son remitidos detenidos, pero, al tomárseles la declaración, se descubre que eran agentes del ministerio público y policías judiciales.
Señalaremos también que el comandante de las fuerzas militares en esta ocasión fue el general José Hernández Toledo, quien cumplió semejante misión durante los disturbios y asesinatos de estudiantes en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia, en el año de 1966.
Las primeras cifras indican que son más de cien los detenidos, entre ellos menores de quince años y mujeres
Trece "subversivos" más son detenidosNinguno de ellos durante los encuentros. Se registran 5 peleas contra el Ejército durante el día. En la Ciudadela son ametrallados dos estudiantes. Los disparos se escuchan a varias calles a la redonda. En Bucareli los bomberos logran sofocar una inmensa pira. Los policías son acuartelados. Se recoge el centenar de autobuses secuestrados, así como unos veinte que fueron quemados.