...Regresar al índice


Número
Extraordinadio

por qué?

Revista independiete

ESTA ES
!LA VERDAD¡
sobre la violencia en la cuidad de México




EDITORIAL

Sobre la Violencia en la Ciudad de México

¡Esta es la Verdad!

Por Mario Menendez Rodríguez

Ayer salió a la venta el número 14 de nuestra revista POR QUÉ? y en el editorial -lo único que sobre los acontecimientos estudiantiles pudimos incluir debido a las exigencias tipográficas- advertimos que, en los momentos de entregarlo a la imprenta, esta publicación tenía una serie de gravísimos antecedentes que su cuerpo de reporteros investigaba no con los fines mercantilistas que emanan del amarillismo de la letra impresa, sino con el firme propósito que se impuso desde su aparición: informar con la verdad a la opinión pública nacional y proteger el buen nombre del país a través de una eficiente administración de la justicia que no puede ni debe permitir que el prestigio de México y la seguridad de su pueblo estén en manos de la inconsciencia, lleve ésta o no uniforme.

Después de serias investigaciones, respaldadas por pruebas absolutamente ciertas, sobre los sangrientos sucesos que conmovieron a la capital de la República durante los últimos días del mes de julio se llega a las siguientes conclusiones:

1.-Los verdaderos, y en última instancia únicos responsables por los muertos y heridos, por los daños ocasionados a los medios y vías de comunicación, edificios, etcétera, son quienes, en representación del Poder Público, violaron la Constitución de México y, primero, para poner fin a un pleito callejero intrascendente, entre dos grupos de estudiantes, ordenaron la brutal intervención de los granaderos, quienes asaltaron un edificio escolar, rompieron todo cuanto estuvo a su alcance y dentro de las aulas golpearon no sólo a los jóvenes, sino que también a los maestros que protestaban por ese tipo de allanamiento que únicmente puede concebirse en una sociedad en lamentable estado de descomposición
Depués y una vez más con premeditación, alevosía y ventaja -la prueba más convincente fue la forma en que, ocultos en las calles adyacentes al Zócalo, aguardaron con impaciencia la llegada de los jóvenes-, se ordenó la intervención de los granaderos y de todas las policías habidas y por haber para golpear en forma inmisericorde, salvaje, a un grupo de estudiantes que, a bordo de autobuses "secuestrados para la ocasión", se dirigían hacia la Plaza de la Constitución con el propósito de efectuar un mitin pacífico de protesta por el proceder del mencionado cuerpo represivo.
Aquí es necesario subrayar que las autoridades del Distrito Federal, con pleno conocimiento de que los politécnicos llevarían al cabo una manifestación contra los granaderos, les otorgaron el permiso necesario, aunque la ruta acordada fue de La Ciudadela al Casco de Santo Tomás. Y se sabía, porque también contó con el apoyo y el beneplácito oficial, que en otro lugar de la ciudad se celebraría una segunda manifestación: en apoyo a la Revolución de Cuba.
Después se desarrolló una serie de choques violentos entre los granaderos y los estudiantes que alcanzaron su clímax con la intervención brutal del ejército, intervención solicitada y posteriormente "justificada" por el regente de la ciudad, el ministro de Gobernación y los procuradores generales de la República y del Distrito y Territorios Federales.

(Vale la pena hacer aquí un paréntesis para recordar que han sido siempre las autoridades del país las que se han encargado de prostituir a los dirigentes de organismos como la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos, afiliada al PRI, con el objeto de utilizar a los jóvenes para fines exclusivamente políticos y nunca en beneficio de ellos. De pronto, despertada en este caso concreto por la represión, la juventud estudiosa mexicana se ha percatado del grado tan avanzado de corrupción que existe en todas las esferas y se resiste a aceptar el sistema vigente).

2.- No existió ninguna conspiración por parte del comunismo internacional, como en forma tan absurda e irresponsable "denunciaron" algunas autoridades, que lo único que buscaban con ansiedad era confundir, desorientar a la opinión pública, para poder "justificar" la represión.

El gobierno federal sabe perfectamente bien que la dirección del Partido Comunista Mexicano nunca ha sostenido la tesis de la vía armada, de la violencia. Y tampoco se le pueden atribuir facultades extraordinarias y cualidades organizativas de gran envergadura, ni mucho menos suponer que ejerce una gran influencia entre los estudiantes.

Los supuestos volantes en los que se incitaba a la subversión fueron elaborados por la misma policía para tener mayores elementos que ofrecer en su desesperado y absurdo intento por explicar al pueblo mexicano las causas y motivos de los sangrientos sucesos, de los cuales el Poder Público era y es el único responsable.

(El fabricar volantes ha sido y es costumbre de las policías. Recientemente, en entrevista publicada en POR QUE?, el licenciado Carlos A. Madrazo Becerra denunció que "el propio jefe de la Dirección Federal de Seguridad, un individuo de apellido Gutiérrez Barrios, mandó imprimir cinco mil folletos escritos en términos subversivos e insultantes, haciéndolos aparecer como firmados por mí y los envió luego al Presidente de la República. Inclusive, sé dónde los mandó imprimir: en la imprenta Italia. Y no es éste el único caso..") .

Por otra parte, es necesario señalar, como lo ratifican las fotografías que ilustran este número extraordinario de la revista, que numerosos policías, haciéndose pasar como estudiantes, incendiaron autobuses, robaron establecimientos comerciales, vejaron a los transeúntes, golpearon a los ambulantes y practicantes de la Cruz Roja e incitaron a la violencia. Todo esto formaba parte de un bien elaborado, aunque ya manido plan para que el público "repudiase" a los jóvenes universitarios y "aplaudiese" las medidas represivas del gobierno.

Y también faltó a la verdad el secretario de la Defensa cuando, entre otras cosas y para justificar la intervención de los paracaidistas y demás elementos de las fuerzas armadas, afirmó que los estudiantes habían asaltado una serie de armerías.

En síntesis, por todos los medios posibles a su alcance, las autoridades intentaron desorientar a la nación.




3.- Tampoco existió ninguna conspiración derechista dirigida por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) o por el Buró Federal de Investigación (FBI). Como dolosamente "denunciaron los teóricos y dirigentes de agrupaciones de la supuesta "izquierda" mexicana, quienes así pretendieron justificar su apoyo al Poder Público, del cual dependen en lo económico.

Si estas personas creyeron que con afirmar lo anterior podían seguir engañando con su "progresismo" e "izquierdismo", se equivocaron. Porque lo único que salió a relucir fue el hecho de que, una vez más, actuaron de común acuerdo con las autoridades responsables de los sucesos para intentar crear un grado todavía mayor de confusión.

4.- SI HUBO MUERTOS. Entro otros, porque todavía no hemos podido establecer con exactitud el número de los jóvenes caídos, figuran los siguientes: José Richard Fuentes, estudiante preparatoriano, de 17 años de edad (su hermano ha desaparecido); Federico de la O. García, Arturo Quiróz y Pedro Colín Morín, alumnos los dos últimos del primer año en el Instituto Politécnico Nacional; la joven de nombre María Elena, de la Universidad de La Salle, que falleció en la clínica 10 del Seguro Social, donde, por razones obvias, se niega su ingreso; el señor Samuel Fuentes, quien, al enterarse de que su hijo Héctor había sido herido de gravedad por una bayoneta, sufrió un paro cardiaco.

Por otra parte, también han desaparecido los siguientes estudiantes: Francisco Morales Escorza y Victor Martinez Sánchez, politécnicos; y Enrique Rico, Juan Antonio Rodríguez y Francisco Tejada Arreola, preparatorianos.

No queremos concluir el editorial de este número extraordinario -por estar fuera de serie y por proporcionar los datos y noticias que otros callaron o, lo que es más grave todavía, tergiversaron-, sin recordar que la base de toda democracia, de la más elemental integridad humana, es poder enfrentarse a los hechos, después de conocerlos tal como sucedieron, y encontrar las soluciones precisas, soluciones dolorosas algunas veces, pero soluciones al fin.

Hace pocos meses, a ocho columnas, se habló de la libertad de expresión de que goza la prensa de México, libertad que está fundamentalmente reñida con las componendas políticas, los subsidios y el plegarse a órdenes superiores cuando éstas lesionan el bien común en provecho de una minoría.
A escasa distancia de ese pregón, la totalidad de los estudiantes y una gran parte de la opinión pública han lanzado, una vez más, la acusación de PRENSA VENDIDA. Y el sanbenito, aunque trata de cubrirnos a todos por igual, hace rebelarnos a los que, aún quijotes soñadores, pensamos que todavía es posible una redención que necesariamente tenga como cimientos la verdad.

Nos acogemos, pues, a la libertad de expresión que hasta ahora ha servido como triste bandera de demagogia. Nos acogemos a ella y al bien intencionado juicio de la opinión pública. Finalmente, a la voluntad de los que puedan y quieran sentar el precedente de que en México las violaciones a la Constitución y los abusos de autoridad no deben ni pueden tener carta de ciudadanía.







Estos son los Hechos

Así se inició el conflicto

El martes 23 de julio pasado, en las inmediaciones de La Ciudadela, se registró un pleito callejero e intrascendente entre estudiantes politécnicos de las Vocacionales Cinco y Dos y preparatorianos de la Ochoterena. Resultados: ciristales rotos, piedras cruzadas entre los dos bandos y amenazas.

Sin embargo, en vista de que el desorden continuó al día siguiente, las autoridades del Distrito Federal ordenaron la intervención de los granaderos, quienes en forma brutal asaltaron las dos Vocacionales y detuvieron y golpearon dentro de las aulas a los estudiantes y a los maestros que protestaron por el allanamiento. Y ardió Troya.

El jueves 25, los dirigentes de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos -organismo cuya directiva recibe subsidios del Gobierno Federal y se encuentra afiliada al Partido Revolucionario Institucional-, obligados por las inérgicas protestas de los politécnicos por los salvajes atropellos de los granaderos y a través de su líder José Rosalío Cebreros -elementos al servicio incondicional de las autoridades-, solicitaron el permiso para efectuar una manifestación.

El licenciado Rodolfo González Guevara, secretario del Departamento delDistrito Federal y amigo y consejero de Cebreros, advirtió que, en vista de la fecha escogida para llevar a cabo la manifestación de protesta -viernes 26 de julio-, existía la posibilidad de que se infiltrasen elementos "provocadores", "comunistas", etc.

El líder de la FNET se comprometió a que los mismos estudiantes impedirían cualquier desmán por parte de personas ajenas. Y con el conocimiento de que la manifestación se efectuaría en señal de protesta contra los granaderos, las autoridades del Departamento del Distrito Federal otorgaron el permiso.

Por otra parte, y también con el visto bueno oficial, la Central Nacional de Estudiantes democráticos organizó para el mismo día una manifestación para honrar a la Revolución Cubana, manifestación que partió del Salto del Agua y concluyó en el Hemiciclo a Juárez.

Estallan los disturbios

A la manifestación de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos asistieron aproximadamente dos mil alumnos del IPN y, al sentirse desairados porque poca gente se enteró de su propósito, decidieron entonces dirigirse a la zócalo y protestar frente al Palacio Nacional.

Los de la FNET iniciaron su "ya costumbrado y casi normal secuestro de camiones". Pero, al hacerlo, rebasaron "las pretensiones , capacidad y compromisos" del líder José Rolía Cebreros, quien asustado, llamó por teléfono al licenciado González Guevara para informarle que "su" manifestación había concluido en forma satisfactoria y que, inclusive, había "rechazado" a un grupo de 200 agitadores". (Esta mentira es consecuencia de su servilismo y

fue con el deliberado propósito de "quedar bien"). Sin embargo, Cebreros le advirtió al secretario del Departamento del Distrito Federal que "algunos" exaltados se dirigían hacia el zócalo para celebrar un mitin

Previa consulta con el licenciado Alfonso Corona del Rosal, regente de la ciudad de México, González Guevara ordenó el envío del cuerpo de granaderos, quienes se apostaron en las calles laterales de acceso al zócalo, "emboscados" en Palma. (Esta actitud ya demostraba un propósito siniestro).

Al llegar los politécnicos al cruce de Palma con Tacuba fueron agredidos y bajados de los camiones por la fuerza. Algunos estudiantes lograron escapar y fueron hacia el Hemiciclo a Juárez, donde tranquilamente se desarrollaba el mitin de la CNED. Ahí denunciaron que los politécnicos eran golpeados por los granaderos y esto causó indignación entre los presentes. Inclusive, los oradores expresaron la necesidad de acudir en ayuda de los compañeros agredidos.

Entonces, todos se encaminaron al zócalo.

La segunda Paliza

En la esquina de Madero y Palma, donde los granaderos permanecieron "emboscados", nuevamente se armó la pelea. En este caso al cuerpo regular de la policía ya se le habían sumado los de la preventiva y la secreta y no se conformaron con disolver a los grupos, sino que se dedicaron a perseguir a los estudiantes hasta la Avenida Juárez, donde los coparon con la ayuda de un mayor número de gendarmes y los golpearon de manera salvaje e inmisericorde.

Para defenderse, los estudiantes desprendieron losas del piso y consiguieron piedras de donde les fue posible y con ellas contestaron en forma desesperada y angustiosa a la agresión de todas las policías del Distrito Federal.

Los estudiantes integraron nuevos grupos y convocaron a una segunda manifestación de protesta, mencionándose que participarían más de 150 mil alumnos de la UNAM, IPN, Chapingo y universidades particulares.

Así terminó el día 26.

El sábado 27 la jefatura de la policía del Distrito Federal declaró:

1. La FNET solicitó permiso para llevar a cabo su manifestación.

2. Las autoridades del D.F. advirtieron a los organizadores sobre las posibles provocaciones.

3. El acto terminó en orden, de acuerdo con el ofrecimiento de la FNET, pero los "alborotadores" hicieron su aparición, capturaron autobuses y automóviles y asaltaron y molestaron a personas.

4. El presidente de la FNET, José Rosalío Cebreros, solicitó la intervención de la policía para que actuara contra los escandalosos.

5. Se giraron instrucciones para restaurar el orden, ya que los "saboteadores" se mezclaron con la otra manifestación de la CNED en el Hemiciclo a Juárez y estaban causando serios perjuicios a la ciudad.

6. Durante los acontecimientos fueron destruidos varios aparadores, entre ellos el de la Joyería Bamer (en las calles de Juárez), y desapareció mercancía por valor de un millón de pesos. El comercio recibió protección de la policía

7. Alas 22 horas se recibieron informes de que un sargento de idiomas, tres policías preventivos, un oficial de tránsito (éste grave), un periodista (Lara Barragán, de El Universal) y un fotógrafo de la United Press International habían sido lesionados.

El general Luis Cueto Ramírez, jefe de la policía del Distrito Federal, declaró que se encontraban detenidas, entre otras, las siguientes personal: Arturo Sama Escalante, vicepresidente de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos, uno de los principales oradores en el Hemiciclo a Juárez junto con Martínez Natera y también de los organizadores del movimiento que derrocó al Dr. Ignacio Chávez, como rector de la UNAM y de la marcha en apoyo a los estudiantes de Michoacán; Rubén Valdespino García; Félix Godet Andrew, Pedro Castillo Salgado y Salvador Ríos Pérez, a quienes se les considera responsables de los desórdenes. Son interrogados y, de ser preciso, serán consignados a las autoridades competentes.

Para que el lector norme su criterio y se percate

de cómo, o desde el principio, las autoridades faltaron a la verdad, es necesario señalar que no fueron los estudiantes quienes causaron los daños en la joyería Bamer y se robaron mercancía por valor de un millón de pesos, sino, precisamente, todo lo contrario: miembros del cuerpo de granaderos y lumpen contratados por la policía para servir como elementos de provocación.

Por otra parte, para que también se sepa que fueron elementos de diversas policías los que ocasionaron los sangrientos sucesos que conmovieron a la capital de la República,se subraya que un grupo de "estudiantes" detenido por la preventiva, al rendir sus declaraciones ante los agentes investigadores se identificaron como miembros de la policía judicial del Distrito Federal y justificaron su presencia en el lugar de los hechos por instrucciones de sus superiores que les ordenaron no portar ningún tipo de identificación para evitar ser secuestrados por los estudiantes).

Hasta la una de la madrugada del día 27, el saldo era el siguiente:

a) Dos camiones quemados por los estudiantes cerca de la Preparatoria Tres; b) 16 heridos -6 recogidos por la Cruz Roja y 10 por la Verde; cuatro de las cuales fallecieron después: José Richard Fuentes, Arturo Quiroz, Pedro Colín Morín y Federico de la O. García. Otros estudiantes prefirieron curarse las lesiones en sus casas.

La Falsa Calma

Durante el día fueron secuestrados más de 30 autobuses urbanos y con ellos fueron bloqueadas las calles adyacentes al zócalo. Se levantaron barricadas, se quemaron varios camiones y la policía inició una verdadera "cacería de brujas", deteniendo, entre otros, a Gerardo Unzueta, miembro del comité central del Partido Comunista Mexicano y director del periódico La Voz de México, y a Nika, hija del norteamericano Peter Seeger, famoso intérprete de la canción protesta.

José Rosalío Cebreros admite la falsa delación que hizo ante la policía y que ocasionó la agresión.

Líderes de 21 escuelas del Instituto Politécnico Nacional planearon una concentración con más de cien mil participantes y presentaron a la opinión pública el siguiente pliego petitorio:

  1. Destitución del jefe y subjefe de la policía del Distrito Federal: generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea Cerecedo.
  2. Libertad para los estudiantes detenidos.
  3. Responsibilización para la policía, con castigo, y además indemnización para los afectados durante los choques.

A las 43 personas que en un principio fueron detenidas, se sumaron otras 76. Los que se acreditaron como "estudiantes" -léase agentes policiacos- fueron puestos en libertad. Sólo permanecieron en los separos de la policía los últimos 76, incluidos tres extranjeros: Mika Salter Seeger (estadounidense); Alejandro Pérez o William Rosado (portorriqueño), y Raúl Patricio Poblete Sepúlveda (chileno y reportero de La Voz de México. Los cargos presentados fueron: lesiones, secuestro, robo pandillerismo, daño en propiedad ajena, daños a la nación y ataques a las vías generales de comunicación, que, sumados, ameritan penas hasta de 40 años. Además de los delitos anteriores, a los extranjeros se les añadió los de "violación a las leyes de población" y "falsificación de documentos".

Según información de Excélsior, se echó marcha atrás, pues sólo 43 serían consignados ante el juez XVI penal.

Durante la noche del 27 intervino el general Renato Vega Amador, jefe de la policía de Tránsito, quien dialogó con los preparatorianos atrincherados en la Preparatoria Uno y los convenció para que entregaran 17 vehículos de servicio urbano que s encontraban en su poder así como que permitieran que las grúas del Departamento de Tránsito retiraran los autobuses quemados.

A las tres de la mañana del domingo 28 quedó despojado el Barrio Universitario , cercano al zócalo, aunque a los granaderos aún no les era posible acercarse a la escuela de este lugar, ya que cada vez que lo intentaban eran recibidos con piedras.

A las demandas originales, los estudiantes agregaron la de la desaparición del cuerpo de granaderos y

otorgaron un plazo de 72 horas para obtener la respuesta de las autoridades. También anunciaron una magna concentración en la Plaza de la Constitución para la tarde de ese día.

Por otra parte, los detenidos reconocieron su participación en los incidentes e indicaron su inconformidad con la represión de la policía -y esto fue interpretado por los diarios capitalinos como una "inconformidad con el sistema vigente de gobierno"- pero negaron ser los instigadores u organizadores .

Por la noche, integrantes de la Preparatoria Uno, Dos, Tres, Cuatro, Cinco y Siete y de las Vocacionales del Politécnico Dos, Cuatro, Cinco y Siete, situadas en La Ciudadela y la Plaza de las Tres Culturas, iniciaron de nueva cuenta el secuestro de autobuses y, en un momento determinado, lograron reunir más de un centenar de vehículos. Y cada vez que los granaderos

intentaban asaltar una escuela, los estudiantes incendiaban un camión urbano

(Aquí se hace notar que, con el objeto de crear un clima adverso al estudiante, los granaderos, que sabían las consecuencias de cada uno de sus intentos contra los planteles educativos, constantemente provocaban a los estudiantes para que éstos quemasen los autobuses)

Crece el descontento

El lunes 29 se celebraron reuniones estudiantiles -ya se habían reanudado las clases suspendidas- en todas las escuelas de la UNAM, del IPN, de la Normal y de algunas particulares.

Se intensificó el secuestro de autobuses y los permisionarios suspendieron parcialmente el servicio al centro de la ciudad con el consecuente desquiciamiento de los usuarios.

La Ciudadela fue materialmente tomada por los estudiantes de las Vocacionales Dos y Cinco que, inclusive, ocuparon, armados de piedras, las azoteas de los edificios vecinos. Entre otras, bloquearon las calles de Bucareli y de Atenas.

Se declaró huelga general en la Escuela

superior de Comercio y Administración del IPN y el plantel fue ocupado por el alumnado. Las facultades de Derecho, Ciencias Políticas, Filosofía y Letras y la Escuela Nacional de Economía de la UNAM se constituyeron en asamblea permanente, y se decretó la huelga en todas las demás escuelas de la máxima Casa de Estudios.

con el objeto de obtener un apoyo mayor, los estudiantes hicieron contacto con universidades y escuelas de la provincia.

Se concedió un plazo más amplio a las autoridades para que contestaran las demandas y se agregó una nueva petición: la derogación del artículo 145 sobre disolución social.

Circuló el rumor de que sólo quedaron detenidas 27 personas, entre ellas 17 empleados del periódico La Voz de México, órgano del PCM que fueron apresados mientras desempeñaban su trabajo

Durante la madrugada fue allanada la sede del Partido Comunista Mexicano, donde fue decomisada, según informes de la policía, media tonelada de "propaganda subversiva".

(La policía, una vez más, faltó a la verdad, porque lo único que había en el local del PCM eran

los libros habituales sobre marxismo-leninismo y resultados de conferencias celebrados en países socialistas; es decir, lo que las autoridades conocen perfectamente bien, pero que bajo estas circunstancias había que agregar el matiz dramático con el objeto de confundir a la opinión pública y aprovecharse de esa confusión para ocultar los delitos cometidos contra la Constitución de la República).

En el barrio universitario del zócalo los estudiantes exigían identificación a toda persona que pedía participar en la resistencia, con el fin de evitar infiltraciones policíacas.

Se convocó a una reunión en la calle de San Ildefonso para las siete de la noche y desde ese momento autobuses colmados de politécnicos empezaron a circular en esa dirección.

A la hora de la cita, grupos de asalto de granaderos se lanzaron contra las Preparatorias Uno y Tres, convirtiéndose en una auténtica batalla el encuentro contra los estudiantes.

Los granaderos fueron rechazados

Mientras tanto, en la Ciudad Universitaria se acordó formar brigadas de choque para apoyar a los defensores de las Preparatorias. Sin embargo, no pasaron, nadie supo por qué, de la Avenida Universidad.

Durante toda la noche los granaderos mantuvieron sitiado al barrio universitario.

Los rumores de que había muertos de ambos bandos se acentúan y ahora se habla de siete. La policía sólo reconoce a uno: Federico de la O. García, fallecido el día 28 y quien fue recogido frente a la Catedral después de los primeros choques en este lugar. La versión oficial sobre su muerte es distinta, según los medios informativos: Ovaciones, segunda edición, consigna que murió "víctima de un derrame cerebral por lesión de armada de fuego recibida hace más de un año";por su parte, la Extra de Ultimas Noticias informó que De la O. García falleció a consecuencia de haber ingerido tortas descompuestas una hora antes de los disturbios y por la impresión que le causó el casi ser atropellado por un vehículo a las puertas de la Catedral, donde, por cierto, estaba bloqueado el tránsito y, por tanto, era imposible la circulación en ese momento.

El clímax

La madrugada del 30, a las cero horas con treinta minutos, paracaidistas y un batallón motorizado rodearon la Preparatoria Uno, donde

se encontraban los estudiantes. Con la protección de tanques y vehículos blindados, armados de cañones y ametralladoras, varios paracaidistas se situaron con bazookas frente a la puerta colonial -más de 400 años de historia- de la Preparatoria. Conminaron a los estudiantes para que desalojaran el recinto y, habiéndose negado ante el temor de ser nuevamente golpeados en forma salvaje, temor que ahora era mayor pues tendrían que enfrentarse también con las bayonetas caladas del Ejército, se dio la orden de disparar una de las bazookas y mediante certero tiro el proyectil derribó la puerta colonial, detrás de la cual se encontraban no pocos estudiantes que "trataban de sostenerla".

La inmediata presencia de las tropas que irrumpieron en el plantel educativo impidió que, en ese momento, se conociese el número de estudiantes muertos o heridos.

Por otra parte, testigos presenciales de la escena afirman que los granaderos, quienes durante horas se habían visto humillados e impotentes ante los escolares que una y otra vez rechazaron los asaltos, etc., fue el motivo por el cual se solicitó la ayuda del Ejército-, esperaban a cada uno de los estudiantes apresados por los soldados y empujados a punta de bayoneta y los recibían a golpes, hasta que se desmayaban. Logrado este objetivo brutal, los

entregaban a los ambulantes de las Cruces o los subían a los carros de la policía. El tratamiento fue por igual para los mayores que para los jóvenes de 13 o 14 años.

(Las fotografías que ilustran este reportaje son pruebas elocuentes del salvajismo de los granaderos y soldados).

Durante todo el día el Ejército rodeó las calles inmediatas al Palacio Nacional y exigía identificación a toda persona que quisiera circular por el zócalo. Allanó también las vocacionales Cinco y Dos, de la Plaza de La Ciudadela. El Casco de Santo Tomás, la ciudad Universitaria, la Preparatoria de Tacubaya y otras escuelas

fueron bloqueadas por elementos de las fuerzas armadas. La Preparatoria cinco de Coapa fue ocupada militarmente. Al principio, tres batallones desarrollaron esta labor, pero luego fueron sumándose otros. Zacatenco fue la última de las plazas ocupadas

La secretaría de la Defensa Nacional informó que había actuado a petición del jefe del Departamento del Distrito Federal, general y licenciado Alfonso Corona del Rosa, y en apoyo a la policía metropolitana, porque los grupos de "agitadores ya habían saqueado armerías y hecho uso de las armas y el parque sustraído".

(En el momento en que se hicieron estas declaraciones ninguna de las armerías situadas en las calles de Argentina, Brasil y donceles tenían huellas de que sus cortinas de hierro hubiesen sido forzadas. Lo que las autoridades en realidad perseguían era justificarse ante la opinión pública por su conducta brutal).

El texto íntegro del boletín que la secretaría de la Defensa Nacional expidió al respecto (a las tres de la mañana del día 30) es es siguiente:

"A petición del regente del Departamento del Distrito Federal, general Alfonso Corona del Rosal, y en apoyo a la policía para hacer frente a la situación planteada por los estudiantes, las tropas del Ejército entraron en acción a las 0.50 horas de hoy, para disolver a los grupos de agitación que habían saqueado armerías y recurrido al uso del armamento sustraído así como de bombas de tipo casero, en contra de las fuerzas policíacas del Distrito Federal.

"Los ocupantes fueron desalojados del área y obligados a abandonar la escuela de San Ildefonso, habiéndose arrestado a muchos agitadores. Las tropas actuaron bajo órdenes de recurrir al convencimiento de los agitadores para que depusieran su actitud hostil, advirtiéndoles que, de no hacerlo, se obraría con toda energía.
"Ante esta actitud de las tropas, los grupos de ocupantes comenzaron a salir de la escuela y algunos agitadores recalcitrantes pelearon a golpes con la tropa.

"El orden quedó restablecido, entregando la situación a las autoridades policíacas del Distrito Federal, para que las mismas procedan conforme a lo que señalan las leyes violadas por los grupos que participaron en estos lamentables hechos".

Al mismo tiempo el regente de la Ciudad y el secretario de Gobernación, licenciado Luis Echeverría, unieron sus voces para decir que la intervención de las fuerzas armadas estuvo originada "por la violencia injustificada" puesta en marcha por "una minoría mezquina que quiere desvirtuar el camino ascendente de la Revolución Mexicana".

A lo anterior asintieron públicamente los procuradores General de la República y del Distrito y Territorios Federales.

También el general Corona del Rosal y el agente del ministerio público, Lic. José R. Mancilla, desmintieron categóricamente que alguien hubiese resultado muerto en los disturbios.

Nueva versión de la procuraduría:Federico de la O. García murió a consecuencia de un derrame cerebral no traumático ocasionado porque "se asustó cuando iba a ser atropellado".

La policía detiene a varios civiles, causantes de varios daños y, lógicamente, "estudiantes". No se pueden identificar y son remitidos detenidos, pero, al tomárseles la declaración, se descubre que eran agentes del ministerio público y policías judiciales.

Señalaremos también que el comandante de las fuerzas militares en esta ocasión fue el general José Hernández Toledo, quien cumplió semejante misión durante los disturbios y asesinatos de estudiantes en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia, en el año de 1966.

Las primeras cifras indican que son más de cien los detenidos, entre ellos menores de quince años y mujeres

Trece "subversivos" más son detenidosNinguno de ellos durante los encuentros. Se registran 5 peleas contra el Ejército durante el día. En la Ciudadela son ametrallados dos estudiantes. Los disparos se escuchan a varias calles a la redonda. En Bucareli los bomberos logran sofocar una inmensa pira. Los policías son acuartelados. Se recoge el centenar de autobuses secuestrados, así como unos veinte que fueron quemados.

El ejército rodea la ciudad. Detienen a ocho camiones foráneos en los que vienen estudiantes poblanos armados, en apoyo de sus compañeros. Tanques de guerra impiden su paso y varios jóvenes escapan hacia el monte. También son detenidos otros alumnos que vienen de Guerrero y Michoacán. La escuela nacional de agricultura de Chapingo inicia una huelga y denuncia la muerte de 8 estudiantes. Cuatro de sus líderes son detenidos en la carretera al venir camino al D.F. La Federación Nacional de Estudiantes Democráticos de Agricultura ofrece una huelga de solidaridad. Los detenidos ascienden a 1,200 y los heridos a cuatrocientos, 65 de ellos muy graves. Se habla de 60,75 y hasta 200 muertos.

No obstante, la prensa divulga lo siguiente:

"De acuerdo con los informes proporcionados por la Policía Judicial del Distrito y la Policía Preventiva, durante los disturbios estudiantiles sucedidos los días 26, 27 y subsecuentes, no se ha registrado ningún caso de muerte de estudiantes, policías, peatones o bomberos.

"Los agitadores del Partido Comunista, tanto extranjeros como nacionales, han estado propalando versiones sobre ESTUDIANTES LESIONADOS O MUERTOS, COSA TOTALEMENTE FALSA en el renglón correspondiente a los disturbios"(La Prensa, 30 de Julio).

En el diario Novedades se habla de un primer encuentro, a las 21 horas del viernes 29, en el que "de 50 a 60 jóvenes resultaron heridos seriamente y se les trasladó a bordo de ambulancias a los diferentes hospitales de la Cruz Verde". "Se sabe asimismo que de 35 a 45 elementos policíacos tuvieron que ser trasladados también a los hospitales de la Cruz Verde y de ellos, según informó el teniente coronel Alfonso Frías, tres granaderos se encuentran muy graves".

Las componendas

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, ingeniero Javier Barros Sierra, se reunió con líderes de la UNAM y ofreció encabezar una manifestación, pero pide que no se dejen llevar por los "provocadores" y que, además, la lucha de los universitarios debería limitarse a los terrenos de la Universidad. Permite el uso de Radio Universidad para transmitir información sobre la lucha estudiantil y el departamento jurídico de la máxima Casa de Estudios se pone a disposición de los padres afligidos que desconocen el paradero de sus hijos.

Corona del Rosal sigue en pláticas con José Rosalío Cebreros, quien ha publicado un boletín en la prensa desmintiendo que él haya dado aviso a la policía para que atacase a los estudiantes. A este líder lo desconocen los estudiantes del IPN por "recibir subsidios y por su actitud traidora a los intereses del estudiantado".

Corona del Rosal concede cuatro de los siete puntos solicitados por la FNET y son los siguientes:

1.- Libertad a miembros del comité ejecutivo de la FNET y otros estudiantes del Politécnico.

2.- Retiro de granaderos del plantel del IPN

3.- Anulación de las fichas policíacas a los detenidos estudiantiles.

4.- Aplicación de reglamento que limite intervención de los guardianes del orden público en hechos estudiantiles.

Inmediatamente después de esta reunión, corona del Rosal convocó a conferencia de prensa para anunciar las resoluciones anteriores y dar con ello por terminados los incidentes.

El miércoles 31 asumen la dirección del movimiento los estudiantes de Derecho de la UNAM. Se citan como las últimas víctimas del Ejército los nombres de María Elena, estudiante de la Universidad de La Salle;Pedro Morín Colín de la Prevocacional Cuatro; Arturo Quiroz, de la Prevocacional Dos; José Richard Fuentes, de la Prevocacional vespertina número Uno, y Emilio Ruiz, de la escuela técnica industrial Wilfrido Massieu. Los familiares de estos estudiantes se niegan a declarar al respecto. Sigue la policía acuartelada. Se prohibe la circulación por las calles cercanas al Palacio Nacional, pero las tropas comienzan a abandonar las escuelas ocupadas.

Se autoriza la manifestación que encabezará el rector Barros sierra, presionado por los estudiantes, de manera especial los de la Facultad de Ingeniería.

La Escuela de Arte Dramático es asaltada por el Ejército, que arresta a más de 100 personas, quienes son puestas en libertad de inmediato, aunque a las puertas de la Procuraduría y de la Jefatura son reapresadas por la Dirección Federal de Seguridad. Hay 20 autobuses secuestrados, que de inmediato son recuperados por la policía. La Secretaría de Educación Pública somete al criterio de los directores de escuelas la suspención o no de las clases, después que dos días antes había ordenado el cierre de las secundarias.

Se lleva a efecto la manifestación organizada por el ingeniero Barros Sierra y "vigilada" por las autoridades universitarias, que llegan al extremo de entregar a la policía a un joven universitario que gritó a media marcha "Al zócalo¡" Al llegar a Félix Cuevas por Insurgentes regresan ordenadamente a la Universidad, entre cantos, vivas y discursos del rector. Al mismo tiempo, los politécnicos inician su propia marcha desde Chapultepec al Monumento de la Revolución, donde ya los esperaba un batallón motorizado, con tanques de guerra, cañones, ametralladoras y varios camiones repletos de infantería, mientras que un contingente parecido se mantenía a dos cuadras de distancia de la manifestación universitaria para evitar que se mezclaran con ella "elementos subversivos".

El primero de agosto son detenidos cinco miembros del Comité de solidaridad con Vietnam, y miembros activos del Partido comunista Mexicano: Fernando Granados Cortés, Salvador Sáinz Nieves, Gilberto Rincón Gallardo, Adolfo Mejía y Mario Hernández Hernández.

De los 165 detenidos que quedaban, según la policía, son consignados 27, y los últimos cinco mencionados. Serán juzgados en su oportunidad. Nika Seeger y Alejandro Pérez, su compañero, fueron detenidos en un hotel de la Colonia Guerrero, según información de personas que los acompañaban en el momento de su captura.

Los maestros preparatorianos renuncian en masa,

El ex gobernador de Campeche, licenciado Alfonso Trueba Urbina, conmina a Barrios sierra para que participe y encabece una manifestación hasta el zócalo. Piden a Guillermo Massieu, director del IPN, que encabece otra manifestación de politécnicos.

Corona del Rosal niega, antes de 8 días, respuesta a las demandas de destitución del jefe y subjefe de la policía, así como a la desaparición del cuerpo de granaderos.

Los días dos y tres se mantuvieron en calma. Se hicieron quemas simbólicas de los diarios capitalinos por estar, según los estudiantes, vendidos al gobierno. El comité coordinador de la huelga del Politécnico anunció una nueva marcha de protesta con mitin en Zacatenco para el siguiente lunes. Los jóvenes de Ciencias Políticas califican de "oportunista" al rector Barros Sierra.

Como lo había anunciado el comité de huelga del IPN, se efectuó la manifestación pacífica encabezada por su rector. En esta manifestación se reclamaba el castigo para los causantes de los 30 estudiantes muertos.

Mientras, el jueves 8 de agosto, ante unos 10 mil empleados del departamento de limpia del distrito Federal, congregados en el parque Lázaro Cárdenas, el licenciado y general Alfonso Corona del rosal habla de nuevo sobre una conjura comunista internacional, los teóricos y agrupaciones de la supuesta "izquierda mexicana" justifican su apoyo a las autoridades y creen mantener su condición de "revolucionarios" con la también peregrina afirmación de que se trata de una conspiración derechista dirigida por la CIA y el FBI. ( Gobierno y adláteres con la mira enfocada hacia incrementar la confusión en la opinión pública nacional).

Se promete la formación de un comité para investigar los sangrientos sucesos de la última semana de julio.

Los estudiantes desconfían y exigen que se haga justicia.





Causas de la violencia y la Reacción de Maestros y Estudiantes

Entrevista exclusiva
habla el ingeniero Heberto Castillo

Por Mario Menendez Rodríguez

El notable, valiente y honrado catedrático de la UNAM y el Politécnico propone la creación de un Tribunal de la Cultura para juzgar a quienes atenten contra el progreso de México.



Por tus 16 años en la UNAM y en el IPN debes conocer a fondo los problemas que se debaten en los centros de cultura superior. Por eso, la revista POR QUE?, de la que eres colaborador, desea entrevistarte para conocer tu opinión respecto a los últimos acontecimientos.

- Bien; desgraciadamente, en los centros de educación superior hay muchos, muchísimos problemas. El más serio de ellos, en mi opinión, es la imposibilidad de que los jóvenes de escasos recursos económicos -la inmensa mayoría- puedan recibir educación superior. Sin embargo, hay muchos problemas más paro los estudiantes que han tenido esa oportunidad. Pésimos programas de estudio, maestros mal preparados, ausentismo agudo de profesores, posiciones paternalistas de las autoridades que no toman en cuenta la opinión de los alumnos. Te sorprenderías, Mario, al saber que hay maestros con 20 años de ejercicio que jamás han sostenido un diálogo con sus alumnos sobre otros problemas que no sean los específicos de su materia.

Sí, pero sobre el problema actual, el que ha conmovido a México a partir de la última semana de julio, ¿qué?

-Muchas cosas, porque desde que las autoridades del país sembraron el caos con su brutal represión he participado con los estudiantes y los maestros del Politécnico y de la Universidad en la integración de comités por la defensa de la cultura en México. En primer lugar, quisiera mencionar algunos de los artículos de la Constitución de la República violados por las más altas autoridades. ¿Puedo hacerlo? ¿No consumo demasiado espacio en POR QUÉ?

Desde luego que puedes hacerlo, máxime que nuestra Constitución es tan poco conocida pro los mexicanos "cultos"

-Gracias. Tienes toda la razón. Yo he leído en asambleas de profesores algunos de estos artículos sin mencionar su origen y casi me han acusado de subversivo. Bien, estos artículos nos pueden orientar para una exposición de hechos en los últimos días:
Artículo 1º. "En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse, ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece".

Artículo 9º: "No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito…
"No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición, o presentar una protesta por algún acto a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hicieren uso de violencias y amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee".

Desde luego, puede verse que el artículo primero fue violado al no ser respetadas las garantías individuales que la Constitución consagra. Así ocurrió cuando la manifestación pacífica del 26 de julio, que se organizaba como protesta por a agresión de los granaderos a los estudiantes de la vocacional del Politécnico. Esta manifestación, autorizada por las autoridades el mismo día que otra manifestación lo había sido para celebrar el Asalto al Cuartel Moncada por Fidel Castro en Cuba, fue agredida salvajemente por la policía y ha puesto a pensar a no pocos

en si n habría habido más que simple casualidad en la coincidencia de las manifestaciones y en las autirizaciones. De ello nada sé. Todo lo que pudiera decir serían especulaciones. Lo que puedo afirmar es que no recuerdo ninguna manifestación de protesta de las muchas en que he participado en que el orden sea roto por los manifestantes. Siempre que han ocurrido disturbios han sido los policías quienes los han causado. Fue muy certero un cartel de los muchachos que decía más o menos: "Manifestación sin policías, manifestación ordenada".

Una vez roto el orden se inició la batalla. Como puede verse por las fotos que me muestras, el salvajismo de la policía y, más tarde, del ejército, fue evidente. Esta actitud provocó la natural reacción de los jóvenes -y no por jóvenes, sino por hombres- de contestar a la violencia con la violencia. No imagino que haya muchos seres humanos capaces de responder con sonrisas o con argumentos a los culatazos de los

violadores del orden encargados de vigilarlo

Las fotos que ilustran tu revista muestran cómo entre los estudiantes estaban infiltrados policías vestidos de paisanos cometiendo actos vandálicos. Eso debe quedar claro para el pueblo -bueno, si te permiten la publicación de estas fotografías y de mis opiniones-…

No creo que la objetividad en la información haga daño a México, todo lo contrario. ¿No lo crees tú así?

-Naturalmente. Sólo en México se actúa en muchas ocasiones en forma extraña. Si tú denuncias un problema, no se te reclama el que denuncies el problema si a las autoridades les ha dolido tal denuncia. No. Se te achaca el problema. Quien denuncia situaciones graves en el país es acusado con frecuencia de ser el autor, el responsable de tales situaciones graves.

Pues bien, cuando los estudiantes de las vocacionales y de las preparatorias comenzaron a detener camiones de pasajeros para formar barricadas y proteger sus escuelas de la agresión policíaca, se suscitaron hechos más violentos aún. Yo no podría precisar si los preparatorianos entraron al conflicto con motivo de la agresión a la manifestación pro Cuba o porque, como e dice por ahí, un autobús atropelló a un estudiante. No lo sé. Lo que resulta evidente es que los ánimos de los jóvenes se caldearon y respondieron a la agresión violentamente. Por ahí se dice -algunos de los viejos oportunistas del marxismo de catálogo lo dicen- que esto fue planeado por agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos) y del FBI (Federal Bureau of Investigation). También corren rumores de que se deseaba "quemar" políticamente a Corona del Rosal y a Echeverría. Eso no lo sabemos y difícilmente podríamos esclarecerlo quienes no tenemos los medios para hacer una investigación exhaustiva del problema. Sí; pensamos que el gobierno de México tiene la obligación de esclarecer ante la opinión del pueblo tan vergonzosos hechos.

Por otra parte, sí puedo da algunos informes a la opinión pública de algunos hechos que pueden ayudar a deslindar responsabilidades. Por ejemplo, durante la agresión del cuerpo policíaco a la vocacional 5 en la ciudadela, un fotógrafo con todas las apariencias de extranjero y portando una cámara fotográfica, era protegido por granaderos para desarrollar su labor informativa. Los estudiantes, al ver semejante desacato, lo agredieron y le causaron lesiones logrando rescatar algún material que conservan como trofeo. El material rescatado me fue mostrado por estudiantes de Ingeniería. Consiste de una pequeña caja de aluminio con un videotape con el escudo de los EE.UU, y un letrero que dice: Servicio de Información del Presidente Lyndon B. Johnoson.

En la noche del 29 de julio ocurrieron los más graves acontecimientos: el ejército intervino a requerimiento "expreso del licenciado y general Corona del Rosal y bombardeó la Escuela Nacional Preparatoria derribando una de sus puertas de acceso y lastimando gravemente -se habla de muertos- a varios estudiantes parapetados en esa puerta. Aquí, Mario, permíteme que te transcriba otros artículos de nuestra Constitución:

Artículo 29. "En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública o cualquier otro que ponga a la sociedad en grande peligro o conflicto, solamente el Presidente de la República Mexicana, de acuerdo con el Consejo de Ministros y con aprobación del Congreso de la Unión y en los recesos de este, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente, a la situación; pero deberá hacerlo por tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo…"

Artículo 129. "En tiempos de paz ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar…"

Resulta evidente así que hubo violación flagrante de la Constitución. Nadie puede argumentar que hubo suspensión de las garantías constitucionales de acuerdo con el Artículo 29. Por otro lado, las actividades del ejército claramente explícitas en las fotografías que se publican revelan que no "tenían exacta conexión con la disciplina militar". El bombardeo de la Preparatoria No. 1 creó en la conciencia de todos los universitarios un repudio natural, espontáneo, desvinculado de cualquier partidarismo a la represión gubernamental. Puso en evidencia, además, que las autoridades no respetaban la constitución. Para colmo de violaciones, en entrevistas de prensa celebradas en la noche del 29 al 30 de julio, Luis Echeverría, secretario de Gobernación; Alfonso Corona del rosal, regente de la Ciudad de México; Julio Sánchez Vargas, procurador general de la República; Gilberto Suárez Torres, procurador de Justicia del Distrito y Territorios Federales, aceptaron públicamente su participación en los hechos, declarando el Sr. Corona del Rosal que había solicitado la intervención del ejército.

Quiero ahora que los lectores de POR QUE? recuerden otro artículo de la Carta Magna:

Artículo 108. "Los senadores y diputados al Congreso de la Unión, los magistrados de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Secretarios del Despacho y el Procurador General de la República, son responsables por los delitos comunes que cometan durante el tiempo de su encargo y por los delitos, faltas u omisiones en que incurran en el ejercicio de ese mismo cargo".

En estas circunstancias, ante los flagrante de las faltas cometidas pensé que podía hacer uso del derecho que concede el Artículo 111 que a la letra dice:

"Se concede acción popular parar denunciar ante la Cámara de diputados los delitos comunes u oficiales de los altos funcionarios de la Federación…"

Fue así que acudí a la Asamblea de Profesores

y Autoridades en el instituto Politécnico Nacional en donde se debatía un documento para su publicación en la prensa nacional. Presidía dicho acto el Sr. Guillermo Massieu, director general del Politécnico, y se encontraba el auditorio de Zacatenco prácticamente lleno. Pedí el uso de la palabra cuando ya se había cerrado casi el debate y propuse que se denunciara la violación a la Constitución cometida por los funcionarios citados para hacer la consignación correspondiente ante el Congreso de la Unión. La Asamblea aprobó por aclamación que duró varios minutos dicha proposición. El locutor declaró que la adición había sido aprobada. Cuando vi el documento en los periódicos, unos días más tarde, no se mencionaba el asunto…"

Más tarde, en la Asamblea de la Unión de Profesores de la Facultad de Ingeniería celebrada el 2 de agosto, se acordó hacer una protesta pública por la agresión a los estudiantes. En dicha asamblea se planteó otra vez la necesidad de hacer la denuncia de quienes habían violado la Constitución. Se aprobó también en forma casi unánime y se designó una Comisión redactora -a la cual fui designado- que junto con el Comité Directivo de la Unión de Profesores, elaborara el documento y lo hiciera público. Cuando se discutió su redacción, el Comité Directivo de la Unión se opuso a respetar el acuerdo de la asamblea, argumentando que se podría incurrir en el delito de difamación. No fue posible convencerles de lo contrario y cinco días después, se reunió de nuevo la Asamblea. En ella participaron un gran número de ingenieros empleados de confianza de grandes empresas constructoras (el presidente de la Unión es un ingeniero al servicio de la ICA) y de funcionarios públicos. El acuerdo de la Asamblea fue revocado porque planteaba duda mi proposición; al leerles los artículos de la Constitución que he transcrito en la entrevista, se dijo que "posiblemente hubiera otros artículos que aprobaran la represión". Cuando hice ver lo lamentable que resultaba el hecho de que un grupo colegiado de universitarios manifestara su ignorancia con respecto a la constitución de la República, un profesor admitió que a él no le daba en lo absoluto vergüenza el no conocerla. Semejante afirmación fue rubricada por una ovación de la claque enviada par invalidar el acuerdo de la asamblea. Ahí se propuso que la Unión no protestara sino que sólo se emitiera un comunicado "apoyando al rector Barros Sierra".

Cuando intenté explicar lo absurdo de un acuerdo tan abyecto, tan divorciado dl sentir de los verdaderos profesores de la UNAM, de los jóvenes estudiantes, al tomar el micrófono la porra de lambiscones con "estudios superiores" me quitó el uso de la palabra pidiendo la votación. Lo aprobaron por aplastante mayoría.

Refiero estos hechos a la revista porque, aun cuando anecdóticas, pueden dar una idea de lo grave que es la situación en la UNAM y en otros centros de educación superior. Los maestros, en su inmensa mayoría, son representantes de las grandes empresas o bien son funcionarios públicos que tienen como principal preocupación sostener y engrandecer sus posiciones de ventaja, no mejorar la educación superior en beneficio del pueblo. Sólo les preocupa preparar técnicos, científicos, literatos, etc., que sostengan en el poder económico y político a ese pequeño grupo que lo detenta en México, en perjuicio, naturalmente del pueblo.

Vemos entonces que, si para preservarlo, se debe reunir a la bajiza más violenta, no lo dudan un solo momento.

Yo afirmo públicamente que ese grupo de ingenieros profesores de la Facultad de Ingeniería no tienen las calidades humanas necesarias, indispensables para orientar a los estudiantes. Por ello renuncié a la Unión de Profesores y lo comuniqué a los estudiantes de la Facultad reunidos en Asamblea. Es importante destacar que los jóvenes de Ingeniería recibieron mi renuncia al grupo "charro" de la Facultad con una manifiesta y entusiasta simpatía.

Ahí mismo, en esa asamblea de la directiva de la Unión de Profesores les dije que en mi opinión ese grupo había actuado antiuniversitariamente, con bajeza, ya que quien tiene confianza en las razones que proclama no teme la discusión y esos profesores habían tolerado que a un profesor se le negara el derecho de expresión. Entonces me retiré.

El director de la Facultad, ante la simpatía de los alumnos hacia mi posición advirtió que yo faltaba a la verdad y los estudiantes me

hicieron volver al auditorio. El director preguntó entonces ante la expectación de los concurrentes que abarrotaban la sala: ¿Es cierto, como lo es, que sólo una vez se le negó a Ud. El uso de la palabra y que intervino en otras repetidas ocasiones? Yo le contesté: Es cierto, señor, pero las leyes y los reglamentos y las normas elevadas de conducta se aprueban para ser respetadas siempre y no de cuando en cuando.

¿Y que hacían las autoridades de la Escuela y de la Unión en esa Asamblea Estudiantil?

-Trataban de informar a los estudiantes, que participaron con entusiasmo en el movimiento, sobre las resoluciones tomadas en la Asamblea de la Unión. Dieron a conocer su acuerdo de apoyar al rector adicionado con una proposición del Ing. Oribe Alva que le quitó un tanto lo lambiscón a la resolución que primero se había aprobado. De todas maneras los jóvenes recibieron con rechiflas el documento y lo consideraron indigno de la Facultad. Un joven estudiante del comité de Lucha le recordó al director de la Escuela que, al iniciarse el movimiento, había dicho a los alumnos que si algún día no actuaba con dignidad en su puesto que se le pidiera su renuncia. El estudiante dijo "Sr. ingeniero Paulín, ese momento ha llegado". Semejante afirmación fue rubricada por una larga ovación.

Desde ese día la Facultad de Ingeniería mantiene un paro general por la agresión que sufrió la Asamblea permanente un día antes de los hechos que antes relato a manos de un grupo de choque del llamado MURO. Los estudiantes de Ingeniería han declarado que no levantarán el paso hasta que se expulse a todos los miembros de esa tristemente célebre organización.

¿No han participado los maestros de Ingeniería en el movimiento?

-Sí, su participación se concretó a marchar en la manifestación muda de la UNAM y a una publicación del apoyo al rector Barros Sierra.

Pero, ¿ha participado en la llamada coalición de Profesores de Enseñanza Media y Superior pro Libertades Democráticas?

-Sí, pero ahí sólo en la forma de un pequeño grupo de maestros, que nosotros representamos. La Unión se proclamó en contra de dicho organismo y se negó a discutir el documento que publicamos en apoyo de los estudiantes. Su repudio se manifestó el mismo día en que la Asamblea aprobó el documento de apoyo al rector. La Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior pro Libertades Democráticas, nació el mismo día, el 7 de agosto de 1968.

¿Qué es la coalición?

-Es un frente de maestros que en virtud de los graves acontecimientos que afloraron en los disturbios de la última semana de julio, surgió para tratar de unificar los esfuerzos de todos los maestros de la República para preservar en México un clima de libertad indispensable en el desarrollo de la cultura. Los centros de educación media y superior son sistemáticamente reprimidos en su libertad de expresión siempre que desean -como en indispensable- trascender con sus ideas fuera de los salones de clase. Me explicaré mejor: No es posible pretender someter a la Universidad, al Politécnico, a Chapingo, a la Normal, etc., a que promuevan el desarrollo de la cultura sólo paredes adentro de sus edificios. Cuando alguna de estas Casas de Estudio lleva sus preocupaciones a la calle, respetuosas de las leyes constitucionales vigentes, son las autoridades quienes deben decidir si esto se autoriza o no. En general se trata de funcionarios menores. Aduciendo falacias se impide el contacto de los estudiantes con el pueblo. Se habla, por ejemplo, de interrupciones de tránsito, bloqueo de calles, cierre de comercios. Se presenta, en fin, a una manifestación -una de tantas formas que tienen las instituciones de educación superior para salir a la calle- como un estorbo para el desarrollo pacífico de las actividades de los hombres que viven en la ciudad.

A más de que la Constitución consagra el derecho de reunión y de manifestación quienes hacen aquí algunas otras consideraciones.

¿Cuántas veces al año se desarrollan manifestaciones masivas que interrumpan -vamos a decir- 3 horas el tránsito en algunas calles de la ciudad? Podría afirmarse que desde que yo tengo memoria de ello, no más de dos veces al año.

¿Qué males mayores causan?: Ninguno de importancia, a no ser en las ocasiones en que

las autoridades han intervenido para reprimirlas. Entonces como en las del 26 de julio próximo pasado, se originan lamentables pérdidas de vidas y de bienes. Pero debe quedar claro. Esto se debe a la intervención de la policía y del ejército, no a los manifestantes.

¿Por qué la policía no interviene cuando las bandas de pandilleros hacen de las calles citadinas campos de batallas? Tal vez porque en esas batallas no hay ideas generosas que se defiendan. Tal vez porque lo que reprime el gobierno no es la interrupción de tránsito sino la manifestación libre de las ideas.

En la concentración de universitarios o en la de politécnicos se han expresado ideas y se le han llevado al pueblo. Se le ha enseñado cuando menos que la radio, la televisión y la prensa viven de ocultar la verdad al pueblo.

Es por eso que las protestas no están encaminadas sólo a reclamar la autonomía de la Universidad y a manifestar repudio por los cuerpos represivos.

Ni menos aún se pretende que la UNAM disfrute de extraterritoriedad. Se plantea la necesidad de garantizar que en el futuro no volverán a cometerse violaciones a la Constitución de la República por autoridades que temen la discusión de las ideas y que tienen horror por los adelantos de la ciencia que ofrece al pueblo nuevos horizontes de organización social.

No sólo la Universidad, sino el Politécnico, la Normal Superior, la Escuela de Agricultura y todos los centros de educación superior deben gozar del derecho que tenemos todos los ciudadanos mexicanos de disfrutar de la INVIOLABILIDAD de domicilio. Para catear una casa u oficina, para aprehender a una persona refugiada en determinado sitio se requiere de una orden judicial. Esto preserva la seguridad del hogar o del individuo. ¿Cómo es posible plantear -como lo hace lamentablemente portes Gil- que el ejército, que los granaderos, pueden violar el recinto universitario aduciendo que no tiene derecho de extraterritoriedad la UNAM?

Ningún centro de educación media y superior puede garantizar para su actividad docente un clima de libertad y de seguridad si no conseguimos -es mi opinión- la autonomía expresa de las autoridades para todos los centros de educación superior.

no preservaremos el ambiente adecuado en el país para que la cultura superior pueda desarrollarse en beneficio de México si no garantizamos el respeto a las garantías constitucionales ahora violadas.

¡Basta ya de intervenciones del ejército en contra de los estudiantes! ¡Basta ya de caminar hacia una dictadura de carácter fascista!

Cuando se formó la Coalición de Maestros de Educación Media y Superior ante el llamado de los maestros del Instituto Politécnico Nacional y el Consejo de Profesores de la Facultad de Ciencias de la UNAM, hicimos la proposición tantas veces mencionada: que se denunciara la violación a la constitución cometida por altos funcionarios del Gobierno y en especial que se deslindara la responsabilidad de Alfonso Corona del rosal, Luis Echeverría, Marcelino García Barragán, Julio Sánchez Vargas y Gilberto Suárez. La respuesta de la asamblea fue en el sentir de que se deslindaran las responsabilidades de quienes resultaran culpables de las violaciones, pero no en el de mencionar los nombres de los funcionarios que evidentemente habían participado en los acontecimientos para bien o para mal. En esa reunión fui designado con otros dos compañeros profesores de la UNAM en el Comité Directivo Provisional de la Coalición junto con tres profesores del IPN, tres de la Escuela de Agricultura de Chapingo y tres de la Escuela Normal Superior. Más tarde se incorporó un representante de los trabajadores de la Universidad.

Se acordó apoyar a los Comités de lucha Estudiantiles que habían emplazado a las autoridades a resolver los siguientes seis puntos:

1.- Libertad de los presos políticos.

2.- Destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea Cerecero, así como también del teniente coronel Armando Frías

3.- Desaparición del cuerpo de granaderos, instrumento de la represión y no creación de cuerpos semejantes.

4.- Derogación del Artículo 145 y 145 Bis del Código Penal Federal (delito de disolución social).

5.- Indemnización a las familias de los muertos y a los heridos que fueron víctimas de la agresión desde el viernes 26 de julio en adelante.

6.- Deslindamiento de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades a través de policía, granaderos y ejército.

Además convinimos por unanimidad solidarizarnos con las medidas que tomaran los estudiantes si una vez cumplidas las 72 horas del plazo no se resolvían favorablemente sus peticiones. Esta determinación precisaba el carácter de la Coalición que era extrictamente de solidaridad con los estudiantes tanto del Politécnico como de la Universidad.

Echaba de lado las pretensiones de algunos interesados en hacer recaer la responsabilidad de los acontecimientos en el "comunismo internacional", o en las organizaciones de extrema derecha. Así, los maestros quedamos situados en el único sitio que podíamos ocupar: el de compañeros solidarios de los estudiantes mexicanos en la defensa de nuestras casas de cultura. Al lado de alumnos y de autoridades, pero nunca de manera laguna en la dirección del movimiento.

Fue interesante para mí el escuchar las reflexiones de algunos maestros que deseaban orientar y dirigir el movimiento. Las más de las veces fueron profesores que no habían participado en otros conflictos y que no olvidaban

su actitud paternalista que en nuestro tiempo definitivamente los estudiantes han echado por la borda. En mi opinión, además debemos impulsar esa tendencia de los estudiantes para romper con las normas educativas obsoletas que pretenden la supeditación mental del estudiante hacia el maestro. Debemos buscar -y lo estamos haciendo ya- una mayor integración maestro-alumno-maestro. La Coalición surgió a la luz pública en un desplegado que contenía además un aspecto muy importante. Hacíamos ver la necesidad de la existencia de la Coalición en función de la violación de los artículos 1, 9, 11, 16,29 y 129 de la Constitución. Firmaron el manifiesto todas las escuelas del Instituto Politécnico Nacional y algunas de la UNAM.

En la reunión constitutiva de la Coalición lanzamos la iniciativa de crear además un Tribunal de la Cultura que se avocara a juzgar a los mexicanos egresados de Centros de Ecuación Superior que hubieran participado en los lamentables acontecimientos para que se les señalara con índice de fuego ante la opinión pública. Proponía que se invitara a participar en éste a todos los jóvenes y adultos que en México tuvieran las manos limpias y que quisieran defender la cultura, el progreso y la independencia de México. Se propuso considerar el punto, pero no se tomó resolución.

En la siguiente asamblea y ante unos 600 profesores de la UNAM, del IPN, de la Normal y de la Escuela de Agricultura de Chapingo se presentó un informe de las adhesiones recibidas y se esperó el plazo de las 72 horas que se cumplía a las 20 horas. Se aprobó ir al paro con los estudiantes al no conocerse una resolución aprobatoria y se tomaron además acuerdos importantes. Entre otros:

1.- Ir a paro nacional.

2.- Hacer los exámenes a los estudiantes en el momento apropiado para evitar que éstos perdieran el año o el semestre.

3.- Seguir acudiendo a las aulas para dialogar con los estudiantes.

4.- Llevar adelante el Tribunal de la Cultura.

5.-Llevar ante el Congreso de la Unión la acusación de la violación a la Constitución por parte de altos funcionarios del Gobierno.

6.- Pedir a las autoridades universitarias Radio Universidad para informar al pueblo.

7.- Pedir también la imprenta de la Universidad para nuestros volantes y documentos.

8.- Editar junto con los estudiantes un periódico.

9.- Formar brigadas con los estudiantes para informar a la opinión pública.

10.- Luchar por la autonomía del Politécnico y de otros centros de cultura superior.

11.- Elaborar un documento en donde se informe a la opinión pública de los acontecimientos hasta el vencimiento del plazo.

12.- Protestar por la calumnia hecha al profesor Juan Manuel Gutiérrez Vázquez, director de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, de limpia e indiscutible trayectoria, y pedir la desaparición de los organismos FNET, MURO y FUM.

-Y, ¿qué decidieron los comités de lucha ante la carta de corona del Rosal dirigida a Massieu?

El Comité Directivo se dirigió al día siguiente a Zacatenco para entrevistarse con los estudiantes para conocer de su resolución. Nos informaron que Massieu había enviado sendas copias de la carta de Corona del Rosal a la FNET y al Comité de Huelga pidiéndoles firmaran de recibido. Que lo habían hecho y que en principio habían acordado contestar; que lo estaban considerando y que esa noche tendrían alguna respuesta. Debo decirte que recibí una muy grata impresión de los dirigentes porque mostraban un juicio muy equilibrado y una gran decisión de lucha. Estábamos charlando cuando llegó un estudiante con un periódico vespertino en donde se anunciaba que Massieu y la FNET aceptaban formar la comisión y en el cual se transcribía una entrevista con Massieu en la cual el Director del Politécnico denunciaba la "infiltración" entre los estudiantes del Comité de Huelga de personas extrañas a la organización. Las cosas cambiaron rápidamente. Se nos informó que probablemente decidieran hacer público su rechazo a la maniobra de las autoridades.

Fue hasta el día siguiente que los estudiantes del Comité de Huelga publicaron un documento muy claro, muy preciso, haciendo ver que no se resuelve el problema, que la Comisión que propone el Regente del D.F. no sería posible debido a las presiones que ejercerían sobre los miembros y reiteraron la necesidad de satisfacer su demanda de los seis puntos y precisaron que la destitución de los funcionarios pedida estaba en manos de Corona del Rosal, dada la evidencia de los hechos. Concluían anunciando una gran manifestación para el martes 13 de agosto. La coalición se solidarizó -como lo había anunciado- con el Comité de Huelga y acordó en su asamblea por unanimidad sumarse a la manifestación y solicitar a los estudiantes que permitieran a los maestros marchar al frente de la manifestación. Las profesoras presentes pidieron marchar ellas a la vanguardia. Se acordó hacer llegar esa solicitud a los estudiantes.

Heberto, ¿son esos los últimos acontecimientos?

Sí, son los últimos. Leímos en la asamblea una publicación muy significativa de la Asociación de Estudiantes de Ingeniería y la Unión de Profesores de la Facultad de Ingeniería. En esa publicación se recogían las proposiciones que inicialmente había hecho a la primera asamblea y que después habían sido rechazadas violentamente. Los estudiantes de Ingeniería me informaron que después de la presión ejercida por ellos habían acordado hacer tal publicación. Interesante resulta saber el peso que tiene una actitud honrada aun cuando tenga tal oposición como la que se encontró

Creo, desde luego, que los estudiantes de Ingeniería han actuado con una honradez extraordinaria y que han dado ejemplo de bonhomía, pero encuentro en la decisión de los profesores de Ingeniería el mismo oportunismo que los hizo rechazar mis puntos de vista para aceptarlos después ante la presión estudiantil. Sin embargo, parece que asoma aquí la mano sutil del político mayor de la UNAM que se la juega en la campaña y que pretende quitarnos las banderas mas limpias. Bien sea si es para defenderlas y no para mostrarlas solamente. Ahí tiene otra más, el Tribunal de la Cultura que ha prendido ya entre los estudiantes de México y entre los hombres limpios que aman la cultura, que desean el progreso del pueblo de México y que luchan por su cabal independencia económica.

¿No temes represalias por parte de las altas autoridades a las que has denunciado?

Las espero, pero no las temo. Si por defender la constitución de la República, si por denunciar a funcionarios deshonestos enriquecidos gracias al disfrute de sus puestos públicos, si por buscar la independencia de México al amparo de nuestras leyes debo desaparecer o ir a la cárcel, será un ejemplo para los estudiantes de México. Recuerda, Mario, que cuando se defienden ideas como éstas no importa lo poderoso que sea el enemigo. Lo que importa es lo justo de tus planteamientos. No luchamos por tener asegurada la victoria sino porque tenemos la razón.



...Regresar al índice