ðHgeocities.com/Baja/Outback/7680/elclub.htmlgeocities.com/Baja/Outback/7680/elclub.htmldelayedx`_ÔJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ . ¬qOKtext/html j¬qÿÿÿÿb‰.HFri, 15 Jan 1999 06:38:42 GMTT:Mozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *`_ÔJ¬q River Plate: el club, el estadio, la historia
CLUB ATLETICO RIVER PLATE
Principal Equipo Hinchada Idolos Títulos Rival Opiniones Links
DATOS DEL CLUB   ESTADIO MONUMENTAL
Ubicación: Av. Figueroa Alcorta 7597,
(1428) Capital Federal, Bs As, Argentina.
Nº de Socios: 60.000, el club con más hinchas asociados de la República Argentina:
Actividades: Fútbol profesional, fútbol amateur, fútbol femenino, voley, tenis, basquet, natación, waterpolo, hockey, handball, gimnasia artística, karate, tae-kwondo, patín. Además se practican actividades culturales y artísticas
Nº de Filiales: 250 en el interior del país.
Presidente actual: David Pintado
Jefe de Prensa: Osvaldo Di Carlo
Coordinador de Filiales: Sr. Blanco
  Ubicación: Av. Figueroa Alcorta 7597
Capacidad: 62.000 espectadores sentados
Plateas: 44.000
Populares: 18.000

Las tribunas a pleno para alentar a River
  El Monumental de noche con fuegos artificiales
El estadio es hermoso. Y con fiesta, mejor!
DETALLES ANECDOTICOS DE LA HISTORIA MILLONARIA

1. Surgimiento del apodo "LOS MILLONARIOS"

"La primera fecha del torneo se disputó el último día de mayo. Y River, como visitante, venció a Atlanta por 1 a 0 con un gol (obviamente, el primero del profesionalismo para el Club) marcado por el legendario Vicente Locaso. Los once titulares -con la camiseta a rayas rojas, blancas y negras que utilizaron durante toda la temporada- fueron Jorge Iribarren, Belvidares y Juan Carlos Iribarren; Malazzo, Dañil y Cecarelli; Gondar, Artel y Ganduglia, Locaso y Méndez. Se recaudaron 2.616 pesos. La gran emoción de esa tarde llegó a los 23 minutos del complemento. "Fue una linda jugada que se inició con una pelota que cayó en poder de Francisco Gondar, el puntero derecho. Se le fue al marcador y lanzó el centro atrás. Yo definí con un cabezazo, aunque parezca mentira por mi estatura. Simplemente fue un accidente haber hecho el primer gol de River en la era rentada: me tocó a mí esa suerte como le pudo haber tocado a cualquier otro compañero", recordó alguna vez Vicente Locaso. Promediando 1931, los clubes, impulsados por el especial momento que se vivía, se largaron en una desenfrenada carrera compradora. Y River llevó la bandera:pagó 10  mil pesos por la transferencia de Carlos Desiderio Peucelle, wing  derecho de Sportivo Buenos Aires y de la Selección Argentina que había participado en el mundial de 1930. La asombrosa cantidad pagada por ese pase, más la contratación del uruguayo Pedro Lago, le valieron al club ganarse un apodo que se mantuvo a lo largo de la historia: Los Millonarios. Sin embargo el '31 no fue un buen año para River, futbolísticamente hablando. Terminó tercero, junto a Estudiantes (con 44 puntos), superado por bosta (el ganador, con 50) y por San Lorenzo (45)."   Fuente: Libro "River Plate. El Campeón del Siglo" (M.A. Bertolotto)

2. Incendio salvador en Dársena Sur
"El 13 de marzo de 1913, un violento temporal arrasó con las instalaciones que el Club tenía en Dársena Sud. Ni siquiera se salvó una flamante tribunita que se había edificado poco tiempo antes. Todo quedó esparcido por los alrededores de la ribera: los postes, los tablones, los carteles. El desencanto entre los riverplatenses, claro, fue absoluto. Pero, apretaron los dientes, sacaron pecho, y se pusieron nuevamente en marcha para restablecer lo destruido por la tormenta. Y de a poquito se levantó todo nuevamente, incluso otra pequeña tribuna. La satisfacción, de todos modos, no duró demasiado: el jefe de Movimiento del Puerto intimó a las autoridades del Club para que abandonasen el campo de juego. La amenaza fue dura: si no dejaban libre esos terrenos, todo iba a ser demolido. Se trató de convencer al funcionario, se buscó alguna posible negociación, pero las tratativas culminaron en el fracaso. Un grupito de conspicuos directivos y simpatizantes de River, luego de deliberar largamente en la confitería La Camelia, hallaron la "solución": provocar un incendio de las instalaciones para al menos, cobrar el seguro y poder efectivizar la mudanza y la reconstrucción del Club en otro lugar. Marcharon con una vela y una pila de diarios viejos, y luego de armar el operativo, se asomaban a cada rato a la esquina de Pinzón y Gaboto, esperando ver las llamaradas. Nada de eso sucedió: una sudestada había apagado la vela... Pero la anécdota no concluyó allí: por la noche, cuando se lo contaron al tesorero, el hombre por poco se desmaya: 'Que suerte que el incendio no se produjo -se alegró-. Porque el encargado de renovar el seguro se olvidó y estamos sin ninguna cobertura. Hubiéramos perdido todo'..."   Fuente: Libro "River Plate. El Campeón del Siglo" (M.A. Bertolotto)    

3. LEOPOLDO BARD: el primer presidente
"Fue uno de aquellos pioneros que lucharon desde el comienzo para crear este Club de hoy, majestuoso, imponente, prestigioso. Aquel jovencito, hombre de Santa Rosa en los primeros tiempos, incluso fue -junto a Pedro Martínez- el que propuso el nombre de River Plate cuando la idea de fusionarse con La Rosales se transformó en un hecho concreto. No le fue sencillo imponer el nombre -había otros, claro está- pero su insistencia pudo más que las otras propuestas. Leopoldo Bard figura hoy en la historia de River como uno de los nombres ineludibles. Porque fue uno de sus fundadores, porque fue jugador y capitán del primer equipo. Y porque también fue el primer presidente. Con anécdotas como estas: se encargó -con Livio Ratto- de conseguir el cartel inicial para el campo de deportes y de pintarlo con su propia letra. Bard, practicante por ese entonces del Hospital Muñiz, vio el cartel -que estaba sostenido por dos postes y ofrecía la publicidad de una emulsión- ubicado en un terreno frente al nosocomio y esperó pacientemente la posibilidad de tenerlo en su poder para traspasarlo al flamante River Plate. Y la encontró cuando un temporal tiró el cartel. Aguardó un día, dos, tres, cuatro, a que alguien lo levantara y lo volviese a poner en su lugar. Nadie lo hizo. Y entonces se decidió: lo llevó a la carpintería del Muñiz, borró el anuncio original y pintó en su lugar el nombre y la bandera del Club. Después, en un tranvía, lo trasladó hasta la Dársena Sur para dejar el cartel en su nuevo destino. El doctor Leopoldo Bard. Pionero, capitán y presidente. Un ilustre de River."   Fuente: Libro "River Plate. El Campeón del Siglo" (M.A. Bertolotto)  

4. Duchas truchas y habilitación en Sarandí
"Cuando River emigró a Sarandí, los problemas económicos del club parecían superar ampliamente a las posibilidades de crecimiento. Sin embrago, el impulso y la creatividad de los forjadores se fue desplegando a través del tiempo para superar desde conflictos graves hasta las pequeñas trabas que parecían imposibles de vencer. Una de ellas, por ejemlpo, se dió cuando la Asociación del Fútbol debía autorizar a River para que jugara sus partidos en la cancha de Sarandí. Uno de los requisitos fundamentales era que cada vestuario tuviera duchas que permitieran la higiene de los futbolistas despues del partido. Así fue como una mañana se apersonaron en el campito de Sarandílos emisarios de la Asociación, quienes trataron de asegrarse de que la casa estuviera en orden. Revisaron el terreno de juego, los vestuarios, las comodidades para los espectadores... Todo fue cumpliéndose estrictamente, al pie de la letra. Los responsables de la supervisación se retiraron del lugar con sus informes y en ese momento dos chicos se descolgaron de los techos del vestuario, en donde habían permanecido por espacio de trs horas. Que hacían? Para qué tanto misterio? Sencillo: eran los encargados de descargar agua en las vacías cañerías de las duchas. Los jóvenes, con una buena provisión de baldes con agua, debían estar atentos a la señal que les iban a hacer cuando los controles de la Asociación abrieran los grifos de las duchas 'reglamentarias'. El agua debía salir. La sincronización fue perfecta. Y River consiguió el permiso para jugar en Sarandí."   Fuente: Libro "River Plate. El Campeón del Siglo" (M.A. Bertolotto)

5. El ascenso a Primera División
"El 27 de diciembre de 1908 quedó establecido en la historia de River como el día histórico, el día del ascenso a primera división. Exactamente a las 15:30, y como hacía catorce días, River Plate y Racing Club estaban frente a frente. River alistó a Luraschi, Chiappe y Politano; Messina, Morroni y Chagneaud; Anapodisto García, Grifero, Abaca Gómez, Elías Fernández y Priano. River ganó el sorteo y decidió jugar el primer tiempo con viento a favor y el sol pegando en la espalda de Luraschi. Racing, por lo tanto, obtuvo la posibilidad de mover desde el centro de la cancha. La resistencia de los hombres de Avellaneda duró muy poco, ya que a los 5 minutos Grifero abrió el marcador al conectar un centro de Anapodisto García. Era evidente que River quería revalidar desde el comienzo lo realizado en la primera final. A pesar del 1 a 0 favorable, River cedió en su ataque sostenido hacia el arco Rival y, a los 22 minutos, Abaca Gómez aprovechó una habilitación de Politano para establecer el 2 a 0. Y como para no dejar dudas, dos minutos después, el back de Racing, Vigil, rechazó deficientemente un disparo de Politano y superó el esfuerzo de su propio arquero (Lamour). El 3 a 0 con que se cerró la etapa inicial marcó con sobrado elocuencia la diferencia entre un equipo y otro. Por esas cosas del amateurismo o de la dignidad mancillada, Lamour se peleó con sus compañeros en el vestuario y decidió abandonar el arco de Racing. La mayor calidad y la superioridad numérica de River no dejaban margen de dudas sobre lo que iba a pasar en la segunda mitad. A los 10 minutos, Politano puso el 4 a 0; a los 18, Chiappe marcó el quinto; a los 27, Grifero señaló el sexto y, a los 40, aumentó nuevamente Chiappe. El 7-0 final habló por sí solo. Las discusiones, como generalmente ocurre, terminaron en el momento en que la pelota empezó a rodar. Una crónica de La Nación resumió de esta forma lo ocurrido aquel domingo 27 de diciembre: 'El match, en general, fue muy bueno. Sin embargo, el desequilibrio de fuerzas que se notó desde el principio le quitó mucho del brillo que se esperaba. El River Plate jugó un notable partido. Presentó un cuadro homogéneo y excelente, cuya línea de forwards trabajó con empeño, combinando en buena forma. Y en cuanto a la defensa, actuó con todo acierto, destacándose la línea intermedia. El match de ayer hace esperar que reforzados aquellos puntos que se encuentran más débiles, el River Plate tendrá una buena actuación en la temporada próxima dentro de la primera división'."   Fuente: Libro "River Plate. El Campeón del Siglo" (M.A. Bertolotto)

6. La Banda Roja
"Una noche de carnaval iba llegando pacientemente a su fin. Se escuchaban las últimas voces, surgían entre las sombras los rezagados -con sus modestos disfraces, con sus caras felices y agotadas escondidas tras las máscaras caseras- que apuraban el regreso a sus casas, por ahí quedaban los papeles picados y las serpentinas como muestra de lo que había sido la fiesta en las empedradas calles. Debían estar frescos para el día siguiente, para seguir la adoración al Rey Momo, para alargar los pitazos y las risas. Por ahí, lentamente, un viejo carro asomó también en busca del lugar de descanso. El carrero murmuró algo ininteligible; el caballo, cansado, agachaba la cabeza una y otra vez, se movía con parsimonia, casi automáticamente; las ruedas llenaban la noche de chirridos. De la parte de atrás del carro colgaba, desprolijamente, una cinta roja de seda. Y ese detalle es el que apreció un quinteto de pibes: 'Vamos a sacársela', dijo uno de ellos. 'No, no... Si nos ve el carrero nos mata', terció otro. Pero el que llevaba las riendas estaba demasiado entregado como para pensar en las travesuras infantiles. Y entonces triunfó la mayoría. Los atrevidos, los que no tenían miedo. Uno largó el manotón justo y el resto salió corriendo, contentos tras la hazaña. La cinta roja estaba en sus manos. Esa acción, claro está, tenía un motivo: adosarle un detalle de color a la camiseta blanca que hasta ese momento servía para identificar al equipo de River Plate. Primero, la cruzaron en diagonal, a modo de banda, y la prendieron con alfileres. La vieron hasta el cansancio y la aceptación fue general. Después consiguieron otras similares y armaron el juego completo. La nueva casaca tuvo su estreno en un encuentro ante el Maldonado, un Club de Palermo. Nadie recuerda el resultado estricto: sólo se sabe que ganó River. El bautismo de la indumentaria fue con triunfo, con amplias sonrisas, como para incrementar aún más el orgullo. Los alfileres, con el tiempo, le dejaron paso a otra 'confección' más moderna. Pero la cinta de seda no se movió más: pasó a ser historia. Aquel carrero, seguramente, nunca supo que sin querer había contribuido para alumbrar una de las camisetas más famosas de todo el mundo. La banda roja..."   Fuente: Libro "River Plate. El Campeón del Siglo" (M.A. Bertolotto)

7. JOSE MORRONI: el primer centre-half
"Indudablemente, José Morroni fue el primer centre half caudillo del fútbol argentino. El que marcó el comienzo de una dinastía que luego se iba a extender con hombres como Cándido García, Manuel Dañil, Pepe Minella, Bruno Rodolfi, Néstor Rossi, Reinaldo Carlos Merlo, Américo Rubén Gallego... El Negro Morroni era el pivote del equipo, por juego y por temperamento. Cuando en alguna charla salía su nombre, nunca faltaba quién dijera: 'Era duro y leal ese Negro, ¿eh?'. Porque eso era Morroni: fiereza para disputar cada pelota dividida sumada a una honradez a prueba de balas. Nada mejor que algunas anécdotas para describir a semejante personalidad, a un jugador que más allá de los lujos dejó el sello para un puesto clave. Una vez le rompieron la mandíbula en un encontronazo. El Negro ni se inmutó. Salió unos minutos del campo, pidió un pañuelo a un espectador y se lo ató para sostener la quijada y evitar así destrozarse la lengua. No sentía el dolor, sólo lo impulsaba su sentido del deporte por encima de lo que a él mismo le pudiera pasar. Fue la imagen del fútbol duro, varonil pero carente de trampas o deslealtades. Si un rival lo superaba, el mejor homenaje del Negro era dejarlo ir. El ilícito recurso de la zancadilla no entraba en su cabeza. Otro día de 1909, River recibía a Estudiantes en su canchita de la Dársena. El cuadro local se puso en ventaja, pero Morroni se dio cuenta de que un jugador del otro bando empezó a conversar con el juez del partido, el señor Jordán. Se acercó al lugar y preguntó '¿Se puede saber que pasa?', a lo que el hombre de Estudiantes respondió: 'Mirá, Negro, cuando Elías (por Fernández) tomó la pelota, ya estaba afuera del campo'. El Negro giró sobre sus pasos, buscó a Elías Fernández, quién seguía festejando la apertura del marcador, y gritó: 'Elías, vení para acá...' Cuando el puntero izquierdo se acercó, el Negro lo consultó: 'Cuando hiciste el centro, ¿dónde estaba la pelota?' Elías no sabía que contestar, pero ante la pregunta de su capitán reconoció que 'estaba unos veinte centímetros afuera...' El Negro Morroni regresó junto al señor Jordán y luego de pedirle disculpas al defensor de Estudiantes, dijo: ¡Señor referí... Tenían razón. Le ruego que anule el gol...'
José Morroni fue el capitán de River que consiguió el ascenso en 1908 y del que venció al legendario Alumni por 1 a 0, un año después. Se quedó en el club hasta 1912, cuando decidió irse a jugar a San Isidro. Era el dueño de la mitad de la cancha. El fiel reflejo de lo que de ahí en más fue ser un centre half o, desde 1950 en adelante, calzarse una camiseta con el número cinco en la espalda.  
Fuente: Libro "River Plate. El Campeón del Siglo" (M.A. Bertolotto)

8. La cábala de Angelito Labruna
"La cábala realizada por Angel Labruna, de tirar al arco vacío antes de que se iniciara el partido, nació en 1940. Hacía algunas fechas que Labruna no marcaba y estaba enojadísimo. Entonces se le acercó Don Renato Cesarini, quien era el técnico de las inferiores, y le dijo: 'Angel, lo que pasa es que el arco y vos dejaron de ser amigos. Antes de cada partido acercate, mandale un tirito y hacete amigote de nuevo... Vas a ver que las cosas mejoran'. Labruna le hizo caso al domingo siguiente, ante Huracán, y marcó los dos goles de la victoria de River. De ahí en más, jamás dejó de hacer 'el golcito de mentira', como él mismo lo llamaba. Una vez, en el '54, Labruna hizo el tiro al arco vacío y un juez de línea, que acababa de revisar la red, sacó la pelota de taquito antes de que ingresara. Angelito se puso como loco y lo insultó de arriba a abajo. El linesman le pidió al árbitro que lo expulsara pero éste sólo lo llamo al órden. ¿Cómo terminó la historia? Ese domingo, River perdió el partido y el invicto. Para Labruna, el línea en cuestión pasó a ser un mufoso de aquellos...". Fuente: Libro "River Plate. El Campeón del Siglo" (M.A. Bertolotto)
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