la historia de él a partir de sus propias palabras, y lo que ha sido para él ser parte de los chancho en piedra.
Mi interés por la música comenzó a muy temprana edad en el corazón de mi familia. Más que una instrucción musical fue una sensibilidad especial por las artes. A toda hora y en cualquier momento se citaban obras literarias, poemas, canciones o bien se organizaba improvisado concurso de dibujo, canto, baile, etc. Sin embargo, lo que más me influenció sin lugar a dudas, fue la melomanía de mi padre y su amor por el rock clásico, más específicamente, su devoción por los "Beatles", con la que me contagió no sólo a mi sino que a toda la familia, incluidos mis hermanos mayores. Esto hizo que cualquier distancia generacional entre nosotros fuera eliminada por completo.
Desde pequeño a partir de su colección de vinilos aprendí tanto de historia del rock como las nociones básicas de armonía en la música popular y bajo esos parámetros procuré entender la música que iba conociendo y definir en el estilo en el cual quería investigar. Más tarde los primeros acordes de guitarra los aprendí con mi hermano mayor y sus cancioneros, pero puedo decir que soy autodidacta porque desde ese momento no paré de indagar o más bien de descubrir nuevas melodías de este instrumento.
Luego vino a mí la primera y única guitarra eléctrica que he tenido y con ella una percepción mucho más amplia del sonido que podía conseguir. Paralelamente, con un par de compañeros de curso en Segundo medio postulamos a los cupos de bandas de rock en el colegio, en los cuales fuimos aceptados después de dos intentos fallidos. Esa fue la experiencia que definiría lo que soy hasta ahora, porque aparte de haber sido la primera vez que toqué un bajo en mi vida, en esos talleres a través de los días fue donde conocí las cualidades básicas de un músico: su espíritu curioso de nuevas sensaciones y siempre amante de la belleza, armonía y ritmo. Además comprendí la disciplina de trabajo que necesita un grupo musical para salir adelante.
Puedo decir entonces, que desde los catorce años que toco y estudio el bajo, desde el primer momento me enamoré de su profundo y poderoso sonido. Desde ese entonces dominarlo y crear estructuras rítmicas y melódicas con él han sido mi desafío. He desarrollado mi rol como instrumentista en variadas bandas: primero fue con "Tom Sawyer", mi grupo colegial con el cual aprendí a tocar desde covers de rock latino en aquellos años hasta temas de "Pink floyd", "Iron maiden" y "Metallica", pero fue el grupo "Rush" el que más nos llegó por lo progresivo y el virtuosismo de su música. Especialmente y en lo personal, que Geddy Lee, su bajista, el que abrió para mi un universo nuevo: sus líneas de bajo se transformaron en una difícil meta que traté de alcanzar e imitar en esos años. Del quinteto colegial pasamos a un trío y de los covers a unos cuantos temas propios. Sin embargo, las diferencias vocacionales después del colegio hicieron que el grupo fuera decantando naturalmente hasta desaparecer.
Ya para ese entonces, en 1991, mi viejo me había regalado mi primer bajo con su respectivo amplificador, lo que afortunadamente me permitió unirme a otro par de geniales y entusiasmados amigos músicos del barrio. Con ellos formamos el trío "Hipocampo" con influencias del pop, rock, folklore, jazz fusión y con una larga lista de temas originales extraídos de la fértil imaginación de su guitarrista y vocalista. A ellos debo la aproximación hacia los estilos que me eran demasiado abstractos y difíciles de comprender como lo son el jazz y la música clásica, además de la necesidad de componer obras propias que tus compañeros de grupo sean tus mejores amigos.
Con "Hipocampo" fui al estudio por vez primera grabando un demo y tuve mis primeras actuaciones en vivo.
Sin embargo, después de tres años, en 1994, por razones de fuerza mayor el grupo decide separarse, pero su música es mi consulta permanente y conservo esa vieja amistad. Pero en ese tiempo, mis ganas de tocar eran más fuertes que nunca. En la universidad, con unos amigos armamos "Piximanía", una suerte de banda homenaje a los "Pixies" que nunca fue algo muy serio pero sí muy entretenido. Por ese entonces mi hermano chico, el KV Zon y su mejor amigo Lalo habían estado investigando en la música y ya tenía su propio grupo llamado "Pig in stone". Escuché su demo y quedé impresionado por la personalidad de la banda que además tenía clara influencias de grupos que a mí me habían vuelto loco también como "Red Hot Chili Peppers, "Primus", "Infectious Grooves", "Helmet", etc. Ellos eran de una nueva escuela que mezclaba la fuerza del hardcore con el groove del funk más negroide.
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Para mí, CHANCHO EN PIEDRA es...
"Chancho en piedra" para mí ha sido una escuela multidisciplinaria en constante desarrollo. Digo esto porque de ella he aprendido más quena hacer buena música, a cómo interpretar bajo un prisma bien definido las cosas que me suceden o que me ocurren. Pienso que somos los protagonistas de nuestra propia película e la cual son nos van presentando constantes desafíos y la única forma de seguir existiendo es sorteándolos. "Chancho en piedra" creo que es el único nombre que podría haber tenido este grupo, porque somos una amalgama de pensamientos e ideas, somos un mortero, somos los ingredientes que ahí se machacan y somos la energía que se transforma en otro producto. En este equipo he aprendido a exponer y a defender u a idea, a discutirla, a saber transarla y a arriesgarse a tomar una decisión.
Creo que somos un núcleo con un campo de fuerza que es el amor por nuestro grupo y nuestra amistad. Esa fuerza se basa en el respeto a cada compañero y en su aporte creativo y nuestro fundamento es una filosofía de vida en común: crear e innovar para existir siempre. De esta forma, "Chancho" es un concepto moldeable sobre cualquier plataforma (cómics, música fotos o videos).
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