Desmantelado el 'comando Toto' tras una segunda detención

Este 'talde' de apoyo al 'comando Donosti' estaría compuesto por el detenido Iñaki Guridi Lasa y por los huidos Asier Arzalluz, Aloña Muñoa y Aitor Aguirre. La Ertzaintza considera que el 'comando Donosti' tiene su cabeza en Francia y cuenta con otros dos 'taldes' aún sin desarticular.

26/02/2001
   La Ertzaintza ha detenido, en Asteasu (Guipúzcoa), a un segundo miembro del 'comando Toto', grupo de apoyo del 'comando Donosti', después de la captura de Iñaki Guridi Lasa el pasado viernes. El consejero vasco de Interior, Javier Balza, ha asegurado que, con ésta, se puede dar por desmantelado este comando, que preparaba cuatro atentados «inminentes» en Guipúzcoa.
   Balza ha resaltado que el detenido ayer en Asteasu es un presunto miembro directo de un comando de ETA, no un colaborador, aunque no ha facilitado su identidad.
   Según ha informado Balza en rueda de prensa, se le ha incautado material informático. Ha precisado además que el grupo estaría compuesto además de por Guridi Lasa, por tres personas, Asier Arzalluz, Aloña Muñoa y Aitor Aguirre, que se han dado a la fuga.
Objetivos
   Entre sus próximos objetivos había cuatro atentados inmediatos, todos en Guipúzcoa, «con posibilidad de ejecución en un tiempo corto», unos contra personas y otros contra inmuebles, aunque el consejero no quiso facilitar más detalles.
   Con la desarticulación de este comando, la policía vasca considera esclarecidos varios atentados. Según Balza, el 'comando Toto' estaría implicado en el asesinato del columnista de EL MUNDO José Luis López de Lacalle y en el atentado que costó la vida a dos guardias civiles en Sallent de Gállego (Huesca).
   Además de los tres asesinatos citados, se vincula a este comando con otro intento de atentado que tuvo lugar en Cintruénigo (Navarra), con una bomba-lapa, con la colocación de un artefacto en el cuartel de la Guardia civil de Agreda (Soria), con la explosión que destruyó la discoteca 'Chicharro' en Deba y con el propio ataque del viernes al centro de menores de Zumárraga.
'Comando Toto'
   Al parecer, según ha informado Balza, este comando 'Toto' tomó el nombre de uno de los apodos con los que se conocía al etarra José Luis Geresta, cuyo cuerpo apareció sin vida en las cercanías de Rentería.
   El consejero ha explicado que el llamado 'comando Donosti' no tiene una estructura similar a otro comando, sino que se trata de un entramado complejo que dispone de varias organizaciones.
Grupos sin desarticular
   La Ertzaintza baraja la hipótesis de que la cabeza de este 'complejo Donosti' se sitúa en Francia, y que en Guipúzcoa, además del 'Toto', existen todavía otros dos grupos sin desarticular, que trabajan con independencia y sin conocimiento entre ellos.
   Así, el grupo 'Toto' era un comando de funcionamiento autónomo, que operaba básicamente dentro de Guipúzcoa. Algunos de sus miembros operaban desde hace años, pero se consideró que los cinco integrantes se juntaron como comando tras la ruptura de la tregua por parte de ETA, a partir de diciembre de 1999.
   Respecto a la vinculación de este comando con las detenciones practicadas por la Guardia civil, el consejero explicó que los detenidos por este cuerpo son grupos de colaboración o del entorno del comando, no directamente integrantes del mismo.
   El consejero ha resaltado que, «contra algunas informaciones publicadas», la colaboración en estas operaciones entre la Guardia civil y la Ertzaintza ha funcionado «desde el primero momento».
   «Tras la detención de Guridi Lasa ha habido contactos entre las cúpulas del Departamento y del Ministerio, y los órganos policiales también han estado en contacto. En ningún caso ha habido solapamiento y contradicciones, son actuaciones distintas con objetivos distintos», ha informado Balza.
   «Nosotros hemos conseguido la detención de dos miembros directos del comando, y la Guardia civil, por investigaciones que lleva a cabo, conoce el entorno de esas personas, sobre el cual nosotros no trabajábamos, y produce las otras detenciones. Son perfectamente complementarias, y los lazos de contactos han funcionado correctamente».
   El consejero también ha calificado de «importantísima» la detención en Francia de García Gaztelu, «porque sin duda era la cabeza militar de ETA», y por ello, también había «un nivel de vinculación» con el comando desarticulado ahora.
Detención de Guridi Lasa
   Según relató el consejero, la operación para desarticular a este comando se inició en la madrugada del pasado viernes, tras el ataque perpetrado por el comando contra el centro de menores de Zumárraga.
   Una patrulla de control de la Ertzaintza localizó, antes incluso de que hicieran explosión los artefactos, a Iñigo Guridi en las inmediaciones del Gaztetxe (casa ocupada por jóvenes) de Ordizia. Llevaba dos mochilas y una bolsa, en las que portaba armas.
   Guridi Lasa, en el momento de la identificación, trató de hacerse pasar por un miembro de la policía nacional, exhibiendo para ello un documento falso de este cuerpo. Al detectar los agentes que era falso, trató de darse a la fuga, y fue detenido.
   Al ser arrestado en las inmediaciones del Gaztetxe, la Ertzaintza detuvo a las 14 personas que estaban en su interior para tratar de determinar su posible vinculación con el detenido, y las 14 personas fueron puestas posteriormente en libertad al no tener conexión con Guridi Lasa.
   Será puesto a disposición mañana de la Audiencia Nacional, mientras que el detenido en Asteasu el domingo lo será en los días posteriores.
De la «kale borroka» al grupo más sangriento de ETA
   La trayectoria dentro de ETA de Iñigo Guridi pone de manifiesto el pequeño grosor de la línea que separa la violencia callejera del terrorismo que se cobra vidas. La primera fecha marcada en la hoja de servicios de este guipuzcoano de 23 años es el 24 de agosto de 1997: Guridi resultó herido de un disparo efectuado por un ertzaina cuando formaba parte de un grupo de encapuchados que estaba agrediendo al policía en la localidad guipuzcoana de Ibarra.
   El juez decretó su ingreso en prisión, donde permaneció hasta el 17 de marzo de 1998, en que salió en libertad bajo fianza de 300.000 pesetas.
   En julio del 2000 fue condenado a un año y medio de cárcel por un delito de terrorismo en relación con otro de atentado a agentes de la autoridad. Se le consideró culpable de lanzar cócteles molotov contra dos entidades bancarias y contra los ertzainas que lo iban a detener. Además, se le condenó a pagar una multa de 30.000 pesetas y una indemnización a los bancos de 10 millones de pesetas.
   Agentes del Cuerpo Nacional de Policía intentaron detenerlo el pasado 13 de diciembre en su domicilio de Villabona para que cumpliera la condena, pero se había dado a la fuga. El juez decreto la busca y captura.
   Según fuentes antiterroristas, en aquellas fechas Guridi ya había dado el salto a la lucha armada y formaba parte del comando Donosti. Además, junto a los huidos Aitor Agirre y Asier Arzalluz, formaba parte del núcleo duro del comando más activo de ETA. Es decir, eran los pistoleros de la banda en Guipúzcoa.
   La Ertzaintza sospecha que Guridi y Eneko González, que le acompañaban cuando fue detenido, son los responsables de los disparos que causaron la muerte al columnista de EL MUNDO José Luis López de Lacalle junto al portal de su domicilio, en la localidad guipuzcoana de Andoain, el 7 de mayo del 2000.
   La lista continúa con su posible relación con el asesinato en Tolosa del ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregui, que fue tiroteado el 29 de julio del 2000 cuando se encontraba en el bar del frontón Beotibar en compañía de un periodista.
   También serían los autores materiales del asesinato del concejal del PP Manuel Indiano, el 29 de agosto del año pasado.
   Fuera de Euskadi, Guridi sería responsable del atentado que, el 20 de agosto del pasado año, costó la vida a dos jóvenes guardias civiles, Irene Fernández Pereda y José Angel de Jesús Encinas, en la localidad oscense de Sallent de Gállego.
   Otro atentado del que se hace responsable al grupo terrorista ahora detenido es el cometido contra la casa cuartel de la Guardia Civil en la localidad soriana de Agreda, también durante el verano del 2000.

© El Mundo 2001