Se aprende a ser padre con el ejemplo de
quienes nos cuidaron en los primeros meses y años de nuestra infancia. La
manera de cuidar , querer y tratar a nuestros hijos estará determinada de la
manera como fuimos tratados. Sin embargo , varios factores de nuestra
personalidad , de nuestras vivencias y del entorno en el que vivimos
influenciarán en dicha manera de quererlos y de esperarlos Por
ejemplo, cuando esperamos un hijo nos cubrimos de expectativas de como
quisiéramos que sea y como lo vamos a educar , que jugaremos juntos,
como lo llamaremos y... que sexo tendrá...! "Lo
que Dios quiera" Por lo general los
padres desean en su primera gestación, tener un hijo varón para
continuar la estirpe generacional o la "descendencia", es decir, para
que el apellido paterno se perennize. Mi amigo de apellido "gaviota"
hijo único del único "gaviota" que se le ocurrió venir de Brasil y
casarse con una charapita, buscó desesperadamente su varoncito el cual obtuvo
solo luego de tres bellas gaviotitas. Por eso suelo bromearle cuando lleva a sus
gaviotas saludándo a las niñas "hola como Dios quieran". Esta
frase muy socorrida por lo general es utilizada para ocultar nuestro posible
fracaso en no conseguir lo que deseamos, es decir, para la gente el mensaje es
"no me importa", pero en el fondo siempre hay una expectativa. Quizás
la primera vez , aun cuando sea mujercita el primer bebé, y mas aún cuando los
los padre son jóvenes ,. no importe mucho (pero si importa algo) ya que
al ser la primera experiencia como padres vuelcan sus cuidados y
cariños al nuevo ser, aprenden a dar otro tipo de amor y a regocijarse
con los gestos y los avances de la bebé. Pero la expectativa del segundo ya
está marcadamente sesgada, casi siempre buscan LA PAREJITA (en este caso ahora
si, ahora es cuando, el varón). Si
el primer hijo es varón por lo general el padre logra mas satisfacción que la
madre, ya que en este mundo machista ya cumplió sus expectativas de prolongar
el apellido y se salvó de ser llamado "chancletero". Pero igual
que el caso anterior, en la segunda gestación, también se desea LA
PAREJITA. Mas aún cuando saben que las mujercitas se pegan mas al padre
en sus años de canas. Pero, ta,ta ta,
tan.... el dia del parto le volvió a salir el bebito del mismo sexo que el
primero. Nació el Hijo Segundo (o la hija segunda). Existe
para muchos padres (no todos por supuesto) una cierta decepción, un sabor a
fracaso , para la madre siempre sojuzgada por el machismo, un sentimiento de
culpa, cierta tristeza, a veces (raras veces, entiendo) se expresa por rabia
evidente en algunos padres, todos estos sentimientos por supuesto se transfieren
al bebé. El hijo segundo es pues aquel
(varoncito o mujercita) que tiene el mismo sexo que el o la primogénito(a). Este
Hijo Segundo recibirá casi siempre los juguetes y la ropa del primer
bebé, sus libros y otros utensilios que dejó el primogénito. El hijo
segundo a medida que crece reconoce esta "discriminación" y para
aplacarlo y ganar "la competencia" empieza a buscar mayor atención de
los padres y por lo general lo hace siendo mas atento , mas colaborador y mas
cariñoso con ellos. Se acostumbra a no ser el centro de la atención como lo
fué el primogénito y por lo tanto no es tan engreido como aquel. Algunos
investigadores piensan que inclusive es mas inteligente, pero otros opinan que
es mas astuto. También es un hijo conflictuado y suele tener mas problemas
sicológicos que el primero. Rebelde en ciertas ocasiones. Los
padres, conscientes de su menor afecto para con el hijo segundo, y a veces
guiados por el cargo de conciencia pueden ser mas engreidores con este
contribuyendo a aumentar sus conflictos sicológicos. Lógicamente
que el primogénito también sufrirá las consecuencias de la presencia
del hijo segundo. Pero eso lo trataremos posteriormente. Sr.
padre o madre de familia, me gustaría su opinión sobre lo anterior ,
sentimientos y sensaciones experimentadas con el nacimiento tanto de su primer
hijo como con el segundo. Hasta pronto...!
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