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Dentro de este claustro todo tiene una historia. Por favor tome asiento y pongase cómodo. Si me tiene paciencia le contaré algunas de esas historias. Desde cómo llegó la televisión, mis zapatos, mis calcetines rotos, los periódicos, las revistas de cultura y hasta el retrato de Van Gogh. La carpeta sucia de lo vieja que está. Mis archivos y mis libros. Mis escritos. La pluma que me regalo María Luisa y el reloj que me regalo Haidee. Como podrán darse cuenta señores aquí ya todo empieza a tener una historia, y gracias a usted por ser el actor principal. Le aseguro que si usted no estuviera alli, si, alli mismo donde esta, leyendo estas líneas, entonces escribir historias y contarles de mi vida fuera aburrido. Como dice Serrat: Mis amigos son unos atorrantes/que se orinan en mitad de la vereda/se pasan las consignas por el forro/ y se burlan de cuestiones importantes.../ Digo esto, porque yo tenía un amigo fantasma. Vivía aquí también en el mismo sótano. En esos días en que me iba al trabajo y se me olvidaba apagar la cafetera tenía la cortecía de apagarla. Algunas veces barria, eso si, de vez en cuando, no siempre. Yo jamás le exigi renta.Ni tampoco dije "Me tienes que pagar". La verdad yo no tenía corazón para cobrarle a un fantasma.Porque según me dijo una vez, aquí ya faltaba poco para que hasta la imaginación pagara impuesto. |
Yo no estuve de acuerdo.El tenía sus ideas yo tengo las mías. En esas noches en que no había nada de qué hablar nos contabamos chistes. El trepado arriba del mueble gindando las patas, yo aquí, en esta silla. Para ser sincero eran chistes estúpidos pero nos reiamos, porque al fin y al cabo los chistes aunque sean estúpidos hay que reirse para que cumplan sus misión de chistes estúpidos. Pero bueno, otro día, si a ustedes les parece, les acabo de contar lo del fantasma, porque no quiero aburrirlos.Espero hasta aquí no se hayan asustado, pero yo tengo que decir la verdad y mostrarme como soy. Si un día siente que no tiene a donde ir, venga aquí. Esta será siempre su casa y las puertas están abiertas de par en par. Pero no es porque de verdad sea así, sino porque las bisagras ya no sirven y si se cierran las puertas ya no se pueden abrir, por lo tanto las mantenemos abiertas. Pero eso no quiere decir que no sea bienvenido, claro que lo es. !Anda venga, no tenga miedo! Si gusta tomese un café con mi amigo el fantasma. |