Adiós al Benemérito

El adiós que se acerca se me enreda en el alma,
ya los pasos lejanos de los días primeros
se me alejan con calma.
Y los días pasados de mis infancia lejana,
se te impregnan certeros,
Benemérito mío, Benemérito ajeno.
 
Aulas de ruiseñores que se elevan en vuelos,
fugaces golondrinas que se extienden al cielo,
¿A dónde irán las aves que se van de tu seno?
¿A dónde las sonrisas y los primeros sueños?
 
¿En dónde quedaran aquellos compañeros,
la clase del maestro y los alegres juegos?
Hogar que te quedaste con mi primera infancia
y del que ahora me llevo mi primera juventud.
 
Tus palmeras, tus cerros, tus alegres veranos,
las canchas de mis juegos y de mi primer romance,
la estrella que te mira desde el cerro del Tenayo,
que desde lejos me grita que camine, que avance.
 
Que me llene las venas de tus gratos recuerdos,
que me lleve la herencia de todos mis hermanos,
maestros, compañeros, algunos ya lejanos;
que me lleve el hechizo de tods tus encantos.
 
Centro escolar tan mío, que te me vas tan pronto,
cómo me duele el tiempo ue se me va de las manos,
en este adiós te entrego mi eterna gratitud,
porque me diste alas para volar muy lejos,
y cuando pase el tiempo con mis recuerdos viejos,
serás siempre el capullo de eterna juventud.
 
¿Que más puedo decirte en esta despedida?
Que te llevo por siempre en este corazón,
que me llevo en mis pasos tu tiempo y tu alegría,
que se queda contigo mi primera ilusión.
 
Que prometo por siempre luchar contra del mal,
y llevar en las manos la LUZ de la VERDAD,
INTELIGENCIA, y PODER por esta humanidad.
¡BENEMÉRITO MÍO, POR SIEMPRE VIVIRÁS!

 
J. encarnación Alfaro C. & Sergio Pagaza Castillo