CUESTIONES BIOMEDICAS FUNDAMENTALES

 

Contenido

 

1. EL IMPACTO DE LAS CIENCIAS BIOMEDICAS EN LA SOCIEDAD    *

2. LA IMPORTANCIA DEL METAANALISIS PARA LA VALORACION ETICA DE LOS DESCUBRIMIENTOS Y APLICACION DE LAS NUEVAS TECNICAS BIOMEDICAS   *

3. EL INICIO DE LA VIDA HUMANA     *

a) Primacía del estatuto embrional *

b) La biología del desarrollo frente al problema de la individualidad biológica del embrión (1960-1975)   *

 

1. EL IMPACTO DE LAS CIENCIAS BIOMEDICAS EN LA SOCIEDAD

 

El desarrollo de la ciencia en el siglo xx ha sido enorme y ha llevado parejo un influjo importante sobre la sociedad. En el ámbito de las ciencias las biomédicas han acusado un acelerado progreso en los últimos 30 años y sus descubrimientos y aplicaciones han servido para aumentar el bienestar de la humanidad. Podemos decir que este desarrollo no ha tenido paralelo en otras épocas y que, en términos generales, ha tenido una influencia positiva facilitando el perfeccionamiento de la persona humana. Pero los conocimientos y las aplicaciones biomédicas no sólo producen efectos sobre las personas, sino que tienden cada vez más a convertirse hoy en bienes apetecibles por muchos. De tal forma que sus aplicaciones son conocidas cada vez más por el común de la gente y son asumidas por la sociedad como servicios demandados por los individuos en el ámbito de la salud. Los descubrimientos científicos y sus aplicaciones han entrado de lleno en el mercado.

Por otra parte es corriente adjudicar al desarrollo de estas ciencias un papel determinante en la aparición de múltiples dilemas éticos causantes de la inestabilidad y miedo que surge en la sociedad frente al poder de la biomedicina. De hecho las nuevas posibilidades de intervención que ofrece esta ciencia sobre la vida humana son acciones humanas que nunca en el pasado pudieron ser valoradas «in actu» y hoy son realidad fáctica para los profesionales que tienen que realizarlas o para los sujetos en los cuales se realizan. Unos y otros se encuentran en la encrucijada ética de la elección o uso de tan novedosas técnicas. Pero el núcleo del problema reside no sólo en las posibilidades técnicas nuevas sino también en el deterioro de los paradigmas éticos de referencia en nuestra cultura occidental, como han indicado ya muchos autores.

Se puede afirmar que el impacto de las ciencias biomédicas es modulado y mediatizado por la cultura del momento en el cual se está desarrollando dicha ciencia. La cultura dominante es la que proyecta a la ciencia biomédica en el momento actual dotándola de un significado y de un sentido axiológico particular. Si es cierto que los conocimientos científicos o las intervenciones biomédicas plantean interrogantes y dudas a una determinada cultura con relación a la vida, no lo es menos que el mismo contexto cultural es el que procesa estos nuevos descubrimientos y da una respuesta a esas preguntas. Preguntas que plantea la ciencia biomédica y que ella misma es incapaz de responder, pues hacen referencia a su sentido y valor, que trascienden a las respuestas de saber exclusivamente biomédico.

El impacto de las ciencias biomédicas viene mediatizado por los valores dominantes de una sociedad. En nuestro caso por la cultura occidental. Y se trata nada menos que del valor que en nuestra sociedad tiene el objeto central de las ciencias biomédicas: LA VIDA HUMANA. Esta valoración de la vida humana en nuestra sociedad es creada en parte por los propios científicos, los cuales son en su mayoría hijos de su tiempo y expresan en sus planteamientos éticos el pensar de la misma sociedad a la que pertenecen. Sólo cuando el científico realiza una reflexión filosófica creativa sobre su ciencia se suma a aquellos que realmente influyen de una manera directa en la concepción ética de la cultura de una sociedad; éstos son los pensadores. Ellos son los que, muchas veces adelantándose a su tiempo, van aumentando el saber general de una sociedad y quienes a la larga influyen sobre la cultura. Esta responde fundamentalmente a los planteamientos de determinados pensadores.

Está claro que el concepto —y la correspondiente valoración— que tenga nuestra sociedad sobre la vida humana es determinante a la hora de valorar los actuales descubrimientos y aplicaciones biomédicas. Según se defienda una u otra posición sobre la vida humana en el plano antropológico, se tendrá en el plano ético una valoración determinada de la vida humana. En consecuencia el impacto de las ciencias biomédicas será modulado en uno u otro sentido.

 

2. LA IMPORTANCIA DEL METAANALISIS PARA LA VALORACION ETICA DE LOS Descubrimientos Y APLICACION DE LAS NUEVAS TECNICAS BIOMEDICAS

 

Antes de abordar los problemas bioéticos concretos que se tratarán a continuación, conviene recordar que todos los bioeticistas estamos de acuerdo —aun teniendo posiciones éticas de base diferentes— en que para poder realizar un juicio ético de aprobación o ilicitud de una determinada técnica biomédica es necesario atenerse en primer lugar a su propia bondad técnica, es decir, a que realmente dicha intervención sea apta para solucionar el problema biomédico concreto que nos planteemos. Esta valoración está muy en relación, por un lado, con factores de validez tecnológica (como son su porcentaje de eficacia o su coste) y, por otro, con las consecuencias negativas que dichas técnicas tienen para los usuarios, la sociedad o el medio ambiente.

Esta valoración técnica tiene un sesgo de tipo cuantitativo. Y es que, haciendo abstracción de los aspectos éticos, de lo que se trata es, desde una perspectiva sociológica, de hacer un balance proporcional entre los beneficios que se producen y los costos que conllevan estos nuevos descubrimientos.

Desde el punto de vista clásico se podría afirmar que hacer un análisis de las circunstancias es necesario para realizar un juicio ético, ya que dichas circunstancias pueden hacer ilícito un acto —por lo menos mientras esas circunstancias no cambien— aunque el acto en sí sea valorado positivamente y éstas se deriven directamente de tal acto.

Quisiera indicar también que estos estudios previos deberían ser utilizados más con carácter normativo prudencial en la comunidad científica. También lo habría de hacer el legislador, pues es frecuente encontrar descubrimientos biomédicos que son aceptados por la sociedad gracias a una estrategia de implantación urdida a expensas de alguna ideología subyacente. Se lanza al mercado una técnica como solución de una determinada enfermedad o minusvalía con presuntos buenos resultados. Dicha técnica, por lo general muy costosa, alcanza una aceptación social importante y desde esa pacífica situación de hecho se inicia una investigación para mejorarla a contrapelo muchas veces de serias reservas éticas. Bajo el paraguas del progreso se consigue así el consentimiento implícito para alguna investigación delicada en el terreno de la bioética, tal vez muy rentable económicamente, pero sospechosa desde el punto de vista ético.

Para evitar estas situaciones abundan en la literatura científica los estudios que intentan dar una idea del estado de una determinada técnica o terapia biomédica. Estos trabajos suelen recibir el nombre de metaanálisis y pretenden, mediante el estudio detallado de la literatura científica sobre una determinada cuestión, saber la auténtica viabilidad de una determinada técnica quirúrgica, terapia génica o valor terapéutico de un nuevo producto farmacéutico.

A continuación voy a intentar exponer los datos científicos de una manera comparativa, que no exhaustiva, sobre un elenco de cuestiones muy importantes en la actualidad por cuanto suscitan innumerables interrogantes bioéticos o como posibles campos en los que se espera un aumento de la complejidad de los problemas éticos. Al final de cada apartado resumiré a modo de «flash» algunas conclusiones personales.

 

3. EL INICIO DE LA VIDA HUMANA. LOS DATOS ACTUALES DE LA BIOLOGIA DEL DESARROLLO

 

a) Primacía del estatuto embrional

Una de las cuestiones que suscitan más controversia dentro del mundo de la Bioética actual es la referente al denominado «Estatuto Etico del Embrión Humano». Y es que el sostener una postura u otra en este terreno supone la aceptación o rechazo de determinadas técnicas de reproducción en su aplicación al ser humano.

Además, junto a los nuevos dilemas éticos, otros menos nuevos como el del aborto y su extensión a las primeras fases del desarrollo a través de técnicas microabortivas en la actualidad dependen, en cuanto a su solución ética, de la postura que se adopte sobre este particular. Las preguntas éticas pueden ser éstas u otras similares: ¿puedo destruir, como si de un objeto se tratara una nueva vida concebida para evitarme responsabilidades que no quiero? ¿Necesito respetar esa vida al poseer una dignidad propia y unos derechos inherentes que me inhiben en conciencia destruirla a pesar de mis deseos? Junto a este problema clásico, las técnicas de manipulación de embriones y las técnicas de reproducción asistida (TRA) plantean un problema similar en la responsabilidad del investigador o del médico, sea en la utilización y muerte de embriones preimplantatorios, dentro de los programas de fecundación «in vitro» y transferencia de embriones (FIVET), o en la investigación embriológica. Es más, la posibilidad de píldoras abortivas en las primeras fases del desarrollo embrionario ha hecho que en la actualidad los debates sobre la dignidad del embrión se centren lógicamente en las primeras semanas de su existencia. Por lo tanto es a este período embriológico al que hacemos referencia en este apartado.

Todos reconocen que la ciencia biológica tiene algo que decir en la discusión sobre si realmente el embrión humano es una realidad que debe ser respetada como persona. Pienso que es bueno de partida recordar que tal respuesta excede las posibilidades específicas de la ciencia biológica. Llegar a un juicio ético -sobre si debe o no ser respetado el embrión-, o antropológico -si es o no una persona-, son conclusiones de tipo filosófico. Pero no es menos cierto que para poder realizar tales especulaciones morales o metafísicas es necesario partir de los datos biológicos; no sólo partir del dato experimental y razonar en base a él, sino determinar si es factible dar una respuesta desde la Biología del Desarrollo a la pregunta sobre: ¿cuándo se inicia la existencia de un ser humano como individuo biológico?

La pregunta no es vana. El estatuto antropológico es la base que determina las condiciones del respeto que se ha de dispensar al embrión (estatuto ético del embrión), pero, a su vez, el «status» antropológico se asienta en un presupuesto anterior: para que exista un ser humano es necesario que simultáneamente la realidad estudiada —en este caso el embrión— sea un ser vivo individual.

Por motivos didácticos dividiré esta exposición referente a los datos biológicos en dos períodos, que enmarcan posiciones diferentes frente a este problema fundamental en el ámbito de las ciencias biológicas.

 

b) La biología del desarrollo frente al problema de la individualidad biológica del embrión (1960-1975)

Repasando los escritos de embriología y las afirmaciones de numerosos científicos durante estos años constatamos la existencia de una serie de ideas y convicciones importantes deducidas de los datos de la investigación biológica más autorizada. Para nuestro propósito cabe destacar las siguientes:

a.  El inicio de una nueva vida humana coincide con la fecundación. El nuevo ser resultante de la fecundación es miembro de la especie humana, es concreto, único, irrepetible y distinto de los demás.

b.  Un hombre y un código genético: el óvulo fecundado es un ser vivo, posee ácidos nucleicos y proteínas y es capaz de sintetizar esos elementos de una manera específica que le diferencia de los progenitores. Todos sus caracteres orgánicos futuros se encuentran ya en su código genético.

c.  El embrión desde las más tempranas fases muestra una autonomía intrínseca y direccional en su desarrollo, produciendo según avanza el tiempo una complejidad y diferenciación mayor en su organismo, según un plan trazado en su genoma.

d.  La ontogénesis es un proceso continuo, homogéneo y sin fisuras; se pasa de unos a otros períodos insensiblemente y todos dependen de los anteriores; en el desarrollo hay unidad. Estas conclusiones están recogidas en muchos de los manuales clásicos sobre la materia y son defendidas por genetistas y embriólogos altamente cualificados. (Continuará).