Preocupa el carácter comercial de los servicios de reproducción asistida

 

USA: La fecundación artificial

es un negocio en auge

 

En Estados Unidos, los centros de reproducción asistida, que en 1985 no pasaban de 30, han llegado a ser unos 250 en la actualidad. Se calcula que en este año los norteamericanos gastarán más de mil millones de dólares para tener hijos salidos del tubo de ensayo. El hecho de que se pueda hacer un negocio tan lucrativo con la procreación humana ha empezado a despertar inquietud, explica un reportaje de Newsweek. El congresista Run Wyden, promotor de un proyecto de ley para regular la práctica de la fecundación in vitro, dice que el creciente interés por estas técnicas constituye un campo abonado para gente dispuesta a explotar a las familias".

Los servicios de esta clase están perdiendo su aspecto médico y terapéutico para adquirir un carácter cada vez más comercial. Dado que apenas existe regulación legal al respecto y como sigue vigente una moratoria de la financiación publica en este terreno, los centros de fecundación artificial proliferan sin trabas como negocios sostenidos por inversores privados, especialmente casas farmacéuticas, y el último puede exigir varios intentos. Pero lo decisivo es la demanda, fuerte y en aumento: gente dispuesta a pagar entre 7000 y 11000 dólares por cada intento de tener descendencia mediante estas técnicas. Con tales tarifas, un centro de reproducción asistida puede comenzar a ser rentable muy pronto, después de realizar unos cincuenta tratamientos.

IVF América, una de las principales empresas dedicadas a la fecundación in vitro, obtuvo en el primer trimestre de este año unos beneficios de 650.000 dólares, con una cifra de negocios d~ 3,1 millones. Esta casa tiene actualmente cuatro centros en diversas ciudades del país y se dispone a dólares. Otra empresa, PFMC, cuenta con dos centros y planea instalar veinte más. Esto no es más que el comienzo, si hay que dar crédito a un directivo de esta última compañía que asegura: ''El mercado estáá prácticamente sin explotar"

Una muestra de que la fecundación artificial tiene ya poco que ver con la medicina es la tendencia a explotar el mercado en centros sin carácter hospitalario. Al principio, casi todos ellos eran clínicas que prestaban también otros servicios. Los nuevos son simples locales dotados de laboratorios con los equipos pertinentes. Las empresas del ramo están formando cadenas de centros que, como en el caso de cualquier tipo de establecimientos comerciales, facilitan la gestión y permiten abaratar costos, así como llegar a más clientes.

Otro indicio es que los centros emplean técnicas de marketing que resultan bastante atrevidas, teniendo en cuenta el fin de su actividad, la procreación. Por ejemplo, IVF América organiza, como método de promoción, fiestas en las exhibe sus productos: los niños nacidos gracias a sus laboratorios. Esta empresa ha tenido ya problemas con 1a Comisión Federal de Comercio, que a finales del año pasado rechazó parte de su material publicitario. La Comisión consideró que IVF América desorientaba a los posibles clientes con promesas exageradas.

Con sus proyectos legislativos, el congresista Wyden pretende, entre otras cosas, que los centros de fecundación artificial sean honrados con el público, sin crear ilusiones falsas. Wyden aspira a obligarlas a comunicar sus resultados al Departamento de Sanidad, para que se sepa qué tasa de éxitos logra cada uno, lo que de momento no es fácil averiguar. Distintos estudios permiten suponer que, en general, la fecundación in vitro resulta bien en un 15% de los casos, y que el 22% de los nacimientos obtenidos por este método son múltiples (proporción muy superior a la natural). De todas formas, una organización privada de ayuda a los consumidores, que recaba datos sobre la práctica de la reproducción asistida, sólo pide un 7,5% de éxitos para recomendar un centro a las personas interesadas.

Sin embargo, esta pequeña probabilidad de lograr descendencia con la fecundación artificial no desanima a una clientela que irá en aumento aunque tenga que pagar mucho dinero. El afán de lucro de los centros de reproducción asistida es la consecuencia del deseo de muchas parejas acomodadas de tener hijos a cualquier precio.

 

 

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