El
sistema buco dental del ser humano esta constituido por
una serie de órganos complejos que tienen variadas
funciones, todas ellas fundamentales para el desarrollo de
la vida. Comunicarse a través del lenguaje, alimentarse a
través del proceso de masticación. La expresión de la
afectividad a través de la sonrisa y el beso, son algunas
de las funciones asignadas a este sistema, donde los
dientes y sus estructuras anexas son elementos básicos.
La
diversidad de personas provenientes de distintos puntos
del país, las distintas costumbres y sumadas a la
diversidad de hábitos alimenticios hace que el
envejecimiento o desgaste dental se produzca de diversa
manera y en distintos periodos de la vida. Es pertinente
conocer las necesidades de cada grupo
de personas y el momento en que estas lo requerirán.
GENERALIDADES
Los
dientes son estructuras
duras, calcificadas, sujetas al maxilar superior e
inferior de los vertebrados y algunos animales inferiores,
cuya actividad principal es la masticación. En algunos
animales los dientes tienen también otras funciones como
roer, cavar o ser utilizados en la lucha. En el curso de
la evolución se han desarrollado distintas formas de
dientes, desde las simples hileras escalonadas de dientes
cónicos que poseen los tiburones hasta las estructuras más
complejas habituales en los mamíferos, todos estos
destinados a cumplir funciones específicas y a resistir
distintos desgastes por los diferentes hábitos
alimenticios.
La
dentadura humana en el hombre,
además de la masticación, los dientes desempeñan otras
funciones importantes. Están implicados de forma directa
en la articulación del lenguaje, donde actúan como punto
de apoyo contra el que la lengua hace presión para la
emisión de ciertos sonidos. Los dientes afectan también
a las dimensiones y la expresión de la cara, cuya
apariencia puede resultar modificada de forma desagradable
por la pérdida de una pieza dentaria o por cualquier
irregularidad en su crecimiento o coloración.
El
ser humano tiene 20 dientes que utiliza durante la fase
inicial del desarrollo de los maxilares y que reciben el
nombre de dientes de leche o de la infancia. A medida que
los maxilares crecen, estos dientes son reemplazados por
otros 32 dientes permanentes de mayor tamaño. Como
resultado del crecimiento y ampliación de los maxilares,
las raíces de los dientes de leche se separan y dejan
espacio para que los dientes permanentes, más grandes, se
desarrollen, la llamada diastematodoncia. La presión de
los dientes permanentes en crecimiento provoca que los
tejidos mandibulares reabsorban las raíces de los dientes
de leche, dejando sólo las coronas. Al tiempo que emergen
los dientes permanentes, cada uno de ellos desaloja la
corona del diente de leche correspondiente.
ENVEJECIMIENTO
DENTAL
Entendemos
por envejecimiento al
conjunto de modificaciones inevitables e
irreversibles que se producen en un organismo con el paso
del tiempo, y que finalmente conducen a la muerte o a la pérdida
del órgano en cuestión. Tales cambios varían
considerablemente, en el tiempo y gravedad de los
acontecimientos, según las distintas especies, y de un
organismo a otro. En el hombre, estas modificaciones
comprenden la reducción de la flexibilidad de los
tejidos, la pérdida de algunas células nerviosas, el
endurecimiento de los vasos sanguíneos, y la disminución
general del tono corporal. Los biólogos interesados por
el envejecimiento investigan dichos cambios o centran su
atención en los déficit e incapacidades corporales que
se acumulan con la edad, si bien, éstos parecen ser un
resultado más directo de las enfermedades, el estrés, o
factores ambientales. No existe ningún consenso científico
sobre la verdadera naturaleza del proceso del
envejecimiento.
No
obstante, hay un dato que da, el de ser la única especie
dentada que no llega con sus dientes a longeva. Hay que
tener en cuenta que el hombre primitivo no vivía mas de
30 a 35 años, o menos quizás. Tenemos los mismos genes
de entonces, aunque el medio artificial de la vida moderna
nos permite vivir cada vez más. Pongamos que en un tiempo
viviremos más de 100 ó 150 años.
Nuestros
pobres dientes están hechos para sólo 20 ó 30 años, y
en ese momento la odontología se las verá negras para
mantener a esos viejitos con dientes con que comer. No
habrá material de restauración que aguante tanto tiempo.
Un
hecho curioso que se puede comprobar
es que por ejemplo los indios precolombinos en
general tenían sus dientes sanos, aunque con abrasiones,
por la dieta a base de maíz principalmente
o por el continua hábito de masticar la hoja de
coca y empleando también para esto la “ligta” o
“llugta”. Nosotros tenemos peor dentadura por consumir
azúcar. O sea que por más flúor, sellantes, etc, vamos
a ver caries cada vez más. La verdadera prevención sería
hacer que la dieta del hombre común cambie, y eso no se
pueda hacer desde el consultorio, tendrá que ser algo
global.
En
los restos de estos indígenas, los dientes están
abrasionados, casi sin coronas los incisivos, con manchas
oscuras que atribuyo a la masticación de coca, pero sin
caries alguna. O sea que sin odontología ni prevención,
ellos tenían la dentadura bastante buena, pero no
perfecta. Por eso piensa que el error no está tanto en
los odontólogos, sino en las costumbres alimenticias
actuales (mucho caramelo, mucho chicle, etc.)
LA
ANTROPOLOGÍA DENTAL
La
Antropología dental trata del estudio de la variación
morfológica y métrica de la dentición de las
poblaciones humanas, en el tiempo y en el espacio, y su
relación con los procesos adaptativos y los cambios en la
alimentación que condujeron a la evolución del hombre.
En
el último decenio la Antropología dental ha avanzado
considerablemente en el desarrollo de nuevos métodos y técnicas
de análisis, y ha abarcado nuevas poblaciones antiguas y
modernas en el estudio de la variación morfométrica
dental. Igualmente ha abordado la problemática de las
principales tendencias evolutivas en el desarrollo de
algunas enfermedades como la caries, enfermedad
periodontal y los defectos del esmalte, y los factores
causantes del respectivo estrés.
ESTIMACIÓN
DE LA EDAD A PARTIR DEL DESGASTE DENTAL
En
los adultos se tienen en cuenta los cambios regresivos
dentales como el desgaste, el cambio de color, la retracción
gingival, el depósito de cemento y dentina secundaria, el
patrón de exfoliación de los dientes, los cambios
vasculares, neurales y regresivos en la pulpa.

Normalmente
los dientes se desgastan por su uso conduciendo a una
reducción paulatina de la superficie oclusal,
inicialmente del esmalte, posteriormente de la dentina,
abarcando la cavidad pulpar en casos severos, hasta la
destrucción total de la corona. El proceso de desgaste
dental tiene dos componentes: atrición, que es el
resultado del contacto directo diente contra diente y
depende en gran medida del grado de robustez del aparato
masticatorio y de la intensidad y duración del contacto;
la abrasión, producida por el contacto con materiales
extraños y depende del grado de abrasividad de los
alimentos. Así, el maíz u otros granos molidos en
metates de piedra contienen pequeñas partículas
desprendidas durante el proceso de molienda, con alto
componente silíceo que genera un desgaste de la
superficie oclusal de forma cóncava, cavitando las fosas
hasta destruir las cúspides. Además de los factores genéticos
que condicionan el grado de dureza del esmalte, inciden el
pulido durante el sueño (bruxismo), los hábitos
alimenticios y las costumbres culturales (mascar tabaco,
fumar pipa, destapar botellas con los dientes, preparar
materiales o sostener objetos mientras se pesca, caza o
trabaja). El desgaste también se produce en las
superficies de contacto mesial y distal (interproximales)
por el contacto entre dientes adyacentes por el movimiento
durante su uso.
A
pesar de que el desgaste dental ocurre durante la vida del
individuo, la naturaleza de su variación ha dificultado
la medición y correlación con la edad de la persona.
Desde la escala de cinco grados propuesta por Broca a
finales del siglo pasado, diferentes autores han tratado
de medir el desgaste, correlacionándolo con patrones de
cambio, la función y variabilidad cultural, técnicas de
medición, la enumeración de anillos en el cemento y el
gradiente del grosor del esmalte (cf Rodríguez, 1994).
Generalmente, se toma como punto de referencia la variación
intra-individual en las tasas de desgaste, teniendo en
cuenta la diferencia de aproximadamente seis años entre
la erupción del primer molar (M1) y el segundo molar(M2),
y entre el segundo molar (M2) y el tercer molar (M3). Para
comparar las muestras con relación a la tasa de desgaste
se computa el rango medio de diferencia o área entre
M1-M2, M2-M3 y M1-M3, generalmente de los molares
inferiores, calculando su correlación dentro de la misma
población que se va a evaluar (Scott, Turner, 1988). Por
tal razón, se recomienda medir el grado de desgaste de
individuos juveniles dentro de la misma población,
calculando el gradiente de destrucción de la corona entre
los 6 años cuando erupcionan los primeros molares, hasta
los 12 años cuando erupcionan los segundos molares, y
entre esas edades y el tiempo transcurrido hasta la
aparición de los terceros molares.
TERMINOLOGÍA
En
antropología dental se emplea varios términos para
ubicar posiciones
de los dientes y poder describir mejor ciertas características.
Indistintamente pueden utilizarse los términos que hacen
referencia a la distribución de las formas principales de
las coronas dentales. Existe una terminología odontológica
y una antropológica.
La
odontológica es:
Molares superiores
-
Cúspide
1 o bucomesial
-
Cúspide
2 o linguomesial
-
Cúspide
3 o linguodistal
-
Cúspide
4 o bucodistal
Molares inferiores
-
Cúspide
1 o bucomesial
-
Cúspide
2 o linguomesial
-
Cúspide
3 o bucodistal
-
Cúspide
4 o linguodistal
-
Cúspide 5
o interdistal
La
antropológica (paleontológica) es:
Molares superiores
-
Protocono
o cúspide 1
-
Metacono
o cúspide 2
-
Paracono
o Cúspide 3
-
Hipocono
o Cúspide 4
Molares
inferiores
-
Protoconido
o cúspide 1
-
Metaconido
o cúspide 2
-
Hipoconido
o cúspide 3
-
Entoconido
o cúspide 4
-
Hipoconulido
o cúspide 5
Estos términos son aplicados en la dentición humana a
partir de estandarizaciones que
hicieron los paleoantropologos norteamericanos
durante de década de los 60´s. Actualmente son los términos
mas utilizados en antropología para ubicar y describir
las partes principales de las coronas molares.
TIPOS DE
DESGASTE
Guerasimov
(1955; citado por Alexeev y Debetz, 1964:38) sugirió la
siguiente escala de desgaste de los dientes maxilares:
-
Grado 0. No existe desgaste
-
Grado 1. Desgaste del esmalte
-
Grado 2. Desgaste de las cúspides de la
corona; en incisivos y caninos se aprecia desgaste de la
superficie incisal.
-
Grado 3. Aparecen puntos aislados de la
dentina expuesta.
-
Grado 4. El desgaste afecta la cavidad
pulpar.
-
Grado 5. La corona está completamente
expuesta.
-
Grado 6. La corona se aprecia completamente
desgastada.
Correlación
de la edad con el desgaste dental (según Guerasimov,
1955)
Edad
|
I
|
C
|
P
|
M1
|
M2
|
Edad
|
I
|
C
|
P
|
M1
|
M2
|
10-12
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
26-29
|
3
|
2
|
2-3
|
2-3
|
2
|
13-15
|
0-1
|
0
|
0
|
0
|
0
|
30-34
|
3
|
2-3
|
2-3
|
3
|
2-3
|
16-18
|
1
|
0
|
1
|
0
|
0
|
35-40
|
3
|
3
|
3
|
3-4
|
3
|
19-20
|
1-2
|
1
|
1
|
1
|
0
|
45-50
|
3-4
|
3-4
|
3-4
|
4
|
3-4
|
21-22
|
2-3
|
2
|
2
|
2
|
1
|
51-60
|
4-5
|
4
|
4
|
5
|
4-5
|
23-25
|
2-3
|
2
|
2
|
2
|
2
|
61-70
|
5-6
|
5
|
5-6
|
5-6
|
6
|
A.
A. Zoubov (1968: 173-174) modificó ligeramente la
secuencia de desgaste dental propuesta por Guerasimov,
sugiriendo algunas variantes en el proceso de aparición
de los principales componentes de la corona, aunque
mantuvo la misma escala de edad.
Premolares
y molares:
-
Grado 0. Ausencia completa de huellas de
desgaste, los dientes erupcionaron recientemente.
-
Grado 1. Se observan facetas de desgaste en
algunas partes de la superficie de la corona, las puntas
de las cúspides se han aplanado y redondeado.
-
Grado 2. Aparecen puntos aislados de la
dentina en las puntas de las cúspides.
-
Grado 3. Desgaste de todas las partes
sobresalientes de la corona y formación de grandes
espacios de dentina expuesta; el esmalte se conserva
solamente en surcos y fosas.
-
Grado 4. Desgaste de todo el esmalte; toda
la superficie oclusal está compuesta de dentina expuesta.
-
Grado 5. Desgaste de la corona hasta la
mitad de su altura.
-
Grado 6. Desgaste de la corona hasta el
cuello.
Incisivos
y caninos:
-
Grado 0. Ausencia completa de desgaste; en
los incisivos se aprecian muy bien los mamelones de la
superficie incisal.
-
Grado 1. Desgaste de los mamelones en
incisivos; en los caninos se observa ligero aplanamiento y
redondeamiento de la punta cuspídea.
-
Grado 2. Aparece una franja delgada de
dentina en los incisivos; en los caninos surge un punto de
dentina en la punta cuspídea.
-
Grado 3. Aparece una amplia superficie de
dentina, de forma alargada en los incisivos y redondeada
en los caninos.
-
Grado 4. Desgaste de la corona hasta la
mitad de su altura.
-
Grado 5. Desgaste total de la corona hasta
el cuello.
Esta
tabla se ha aplicado en la evaluación de la edad de
material óseo prehispánico, correlacionando los
distintos gradientes con la metamorfosis de la sínfisis púbica,
la superficie auricular del ílion y la terminación
esternal de la cuarta costilla, además de la formación y
erupción dental y la sinostosis de los centros
secundarios de osificación, arrojando buenos resultados
hasta los 35-40 años de edad. Después de este intervalo,
como consecuencia del intenso desgaste producido por el
tipo de dieta alimenticia, los parámetros de edad se
sobrestiman considerablemente, asignándose una edad
superior a la real. En la escala de desgaste de 1-5 en las
mujeres de la corta de edad entre 35-39 años se aprecian
grados 4 y 5, además de reabsorción alveolar por pérdida
de piezas dentales, especialmente de premolares y molares,
con mayor incidencia que en hombres. Después de los 40 años
se observa una severa reabsorción alveolar (Delgado,
1996).
Al
contrario, en material forense contemporáneo la edad se
subestima, pues la dieta alimenticia es más blanda y
produce poca abrasión, excluyendo los grupos indígenas,
particularmente los guajiros, en donde además de
continuarse moliendo el maíz en metates la arena
levantada por los vientos de la península de la Guajira
se introduce en la boca produciendo un desgaste adicional.
En
aborígenes australianos Richards y Miller (1991)
encontraron una correlación entre la edad y el desgaste
de 0.4 mm. para los terceros molares, pues inciden las
diferencias en los patrones de erupción y oclusión; y de
0.8 mm. para los premolares y molares. El gradiente de
desgaste tiende a ser más rápido en los premolares y
primeros molares, variando entre 0.016 a 0.019 mm.,
comparado con los dientes anteriores y segundos molares,
donde varía entre 0.009 y 0.015 mm.. Estos resultados
pueden reflejar que en la masticación predomina la región
premolar/primer molar. En general, teniendo en cuenta la
alta correlación entre el desgaste y la edad es posible
emplearlo con un límite de confianza del orden de los ±
10 años.
S.
Molnar (1971) propuso un sistema de evaluación del
desgaste que tiene en cuenta la intensidad, la dirección
y la forma de la superficie oclusal de la corona, en
rangos que varían de 1 a 8. Este gradiente sirve para
correlacionar la función asignada a los dientes según la
variabilidad cultural, en el contexto de la dieta
especializada y la división del trabajo, y el grado y
tipo de desgaste.
Categorías
de la dirección del desgaste: Categorías de la
superficie oclusal
1.
Forma natural:
Forma natural
2.
Oblicua (dirección bucolingual):
Superficie aplanada
3.
Oblicua (dirección linguobucal): Mitad de la
superficie ahuecada
4.
Oblicua (dirección mesodistal):
Toda la superficie ahuecada
5.
Oblicua (dirección distomesial):
Con muescas
6.
Horizontal (perpendicular al eje del diente):
Redondeada
7.
Redondeada (dirección bucolingual)
8.
Redondeada (dirección mesodistal)
C.
O. Lovejoy en 1985, describió el gradiente de desgaste de
una población de cazadores-recolectores procedente del
yacimiento arqueológico de Libben site, Ottowa County,
Ohio, Estados Unidos. El patrón de desgaste de esta
población es muy regular en forma y gradiente, además de
pertenecer a un grupo homogéneo. Inicialmente cada
dentición fue seriada dentro de su grupo (dientes
anteriores, premolares y molares); posteriormente, se midió
la tasa de desgaste funcional en los molares en los
individuos subadultos entre 6 a 18 años de edad (132 de
332 especimenes).
Posteriormente
a estos estudios, podemos
concluir lo siguiente:
1.
El desgaste en los dientes anteriores se acelera después
de la exposición total de la dentina, con una tasa de pérdida
de corona superior después de los 30 años.
2.
La tasa de desgaste es ligeramente superior en la mandíbula
que en el maxilar.
3.
Predomina el desgaste bucal en premolares, tanto
mandibulares como maxilares, hasta el aplanamiento de las
coronas; después de esta situación no se aprecian
diferencias.
4.
El desgaste lingual es más rápido en los molares
maxilares mientras que el bucal predomina en los
mandibulares.
5.
El desgaste es simétrico y generalmente uniforme con
relación a los lados, excepto cuando existe enfermedad
temporomandibular, pérdida unilateral de dientes o
enfermedad periodontal, etc.
6.
La exposición secuencial de las cúspides de los molares
mandibulares es
protoconido-hypoconido-metaco-nido-(hipoconúlido)- entocónido.
El hipoconúlido es una cúspide variable en su desgaste.
7.
La secuencia de exposición de las cúspides de los
molares maxilares es protocono - hipocono - paracono -
meta-cono.
8.
El desgaste molar es más variable en el maxilar que en la
mandíbula.
9.
El desgaste es regular y simétrico y refleja claramente
el incremento de la edad cronológica en la población. La
mayor predominancia en el desgaste es consecuencia del
proceso masticatorio de los alimentos.
De
la revisión de las propuestas metodológicas para la
evaluación del desgaste dental y su aplicación en la
estimación de la edad de un individuo o de una población,
cabe subrayar que su diagnóstico constituye solamente una
aproximación, y requiere del conocimiento del contexto
poblacional del grupo en cuestión con el fin de evitar el
sesgo producido por distintas dietas alimenticias, prácticas
culturales, diferencias en el ámbito de sexo y factores
genéticos.
Con
el fin de obtener un diagnóstico de edad más aproximado
a la realidad, se recomienda aplicar la seriación y el método
complejo, es decir, utilizar todas las fuentes de
información de edad del individuo, promediando los
resultados.
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