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JUNIO, 2003        

   

 ESTIMACIÓN DE LA EDAD A PARTIR DEL DESGASTE DENTAL

 

           

El sistema buco dental del ser humano esta constituido por una serie de órganos complejos que tienen variadas funciones, todas ellas fundamentales para el desarrollo de la vida. Comunicarse a través del lenguaje, alimentarse a través del proceso de masticación. La expresión de la afectividad a través de la sonrisa y el beso, son algunas de las funciones asignadas a este sistema, donde los dientes y sus estructuras anexas son elementos básicos.

 

La diversidad de personas provenientes de distintos puntos del país, las distintas costumbres y sumadas a la diversidad de hábitos alimenticios hace que el envejecimiento o desgaste dental se produzca de diversa manera y en distintos periodos de la vida. Es pertinente conocer las necesidades de cada grupo  de personas y el momento en que estas lo requerirán.

 

GENERALIDADES

 

Los dientes son  estructuras duras, calcificadas, sujetas al maxilar superior e inferior de los vertebrados y algunos animales inferiores, cuya actividad principal es la masticación. En algunos animales los dientes tienen también otras funciones como roer, cavar o ser utilizados en la lucha. En el curso de la evolución se han desarrollado distintas formas de dientes, desde las simples hileras escalonadas de dientes cónicos que poseen los tiburones hasta las estructuras más complejas habituales en los mamíferos, todos estos destinados a cumplir funciones específicas y a resistir distintos desgastes por los diferentes hábitos alimenticios.

La dentadura humana en el hombre, además de la masticación, los dientes desempeñan otras funciones importantes. Están implicados de forma directa en la articulación del lenguaje, donde actúan como punto de apoyo contra el que la lengua hace presión para la emisión de ciertos sonidos. Los dientes afectan también a las dimensiones y la expresión de la cara, cuya apariencia puede resultar modificada de forma desagradable por la pérdida de una pieza dentaria o por cualquier irregularidad en su crecimiento o coloración.

 

El ser humano tiene 20 dientes que utiliza durante la fase inicial del desarrollo de los maxilares y que reciben el nombre de dientes de leche o de la infancia. A medida que los maxilares crecen, estos dientes son reemplazados por otros 32 dientes permanentes de mayor tamaño. Como resultado del crecimiento y ampliación de los maxilares, las raíces de los dientes de leche se separan y dejan espacio para que los dientes permanentes, más grandes, se desarrollen, la llamada diastematodoncia. La presión de los dientes permanentes en crecimiento provoca que los tejidos mandibulares reabsorban las raíces de los dientes de leche, dejando sólo las coronas. Al tiempo que emergen los dientes permanentes, cada uno de ellos desaloja la corona del diente de leche correspondiente.

 

ENVEJECIMIENTO DENTAL

 

Entendemos por envejecimiento al  conjunto de modificaciones inevitables e irreversibles que se producen en un organismo con el paso del tiempo, y que finalmente conducen a la muerte o a la pérdida del órgano en cuestión. Tales cambios varían considerablemente, en el tiempo y gravedad de los acontecimientos, según las distintas especies, y de un organismo a otro. En el hombre, estas modificaciones comprenden la reducción de la flexibilidad de los tejidos, la pérdida de algunas células nerviosas, el endurecimiento de los vasos sanguíneos, y la disminución general del tono corporal. Los biólogos interesados por el envejecimiento investigan dichos cambios o centran su atención en los déficit e incapacidades corporales que se acumulan con la edad, si bien, éstos parecen ser un resultado más directo de las enfermedades, el estrés, o factores ambientales. No existe ningún consenso científico sobre la verdadera naturaleza del proceso del envejecimiento.

 

 

 

No obstante, hay un dato que da, el de ser la única especie dentada que no llega con sus dientes a longeva. Hay que tener en cuenta que el hombre primitivo no vivía mas de 30 a 35 años, o menos quizás. Tenemos los mismos genes de entonces, aunque el medio artificial de la vida moderna nos permite vivir cada vez más. Pongamos que en un tiempo viviremos más de 100 ó 150 años.

 

Nuestros pobres dientes están hechos para sólo 20 ó 30 años, y en ese momento la odontología se las verá negras para mantener a esos viejitos con dientes con que comer. No habrá material de restauración que aguante tanto tiempo. Un hecho curioso que se puede comprobar  es que por ejemplo los indios precolombinos en general tenían sus dientes sanos, aunque con abrasiones, por la dieta a base de maíz principalmente  o por el continua hábito de masticar la hoja de coca y empleando también para esto la “ligta” o “llugta”. Nosotros tenemos peor dentadura por consumir azúcar. O sea que por más flúor, sellantes, etc, vamos a ver caries cada vez más. La verdadera prevención sería hacer que la dieta del hombre común cambie, y eso no se pueda hacer desde el consultorio, tendrá que ser algo global.

En los restos de estos indígenas, los dientes están abrasionados, casi sin coronas los incisivos, con manchas oscuras que atribuyo a la masticación de coca, pero sin caries alguna. O sea que sin odontología ni prevención, ellos tenían la dentadura bastante buena, pero no perfecta. Por eso piensa que el error no está tanto en los odontólogos, sino en las costumbres alimenticias actuales (mucho caramelo, mucho chicle, etc.)

 

LA ANTROPOLOGÍA DENTAL

La Antropología dental trata del estudio de la variación morfológica y métrica de la dentición de las poblaciones humanas, en el tiempo y en el espacio, y su relación con los procesos adaptativos y los cambios en la alimentación que condujeron a la evolución del hombre.

 

En el último decenio la Antropología dental ha avanzado considerablemente en el desarrollo de nuevos métodos y técnicas de análisis, y ha abarcado nuevas poblaciones antiguas y modernas en el estudio de la variación morfométrica dental. Igualmente ha abordado la problemática de las principales tendencias evolutivas en el desarrollo de algunas enfermedades como la caries, enfermedad periodontal y los defectos del esmalte, y los factores causantes del respectivo estrés.

 

ESTIMACIÓN DE LA EDAD A PARTIR DEL DESGASTE DENTAL

En los adultos se tienen en cuenta los cambios regresivos dentales como el desgaste, el cambio de color, la retracción gingival, el depósito de cemento y dentina secundaria, el patrón de exfoliación de los dientes, los cambios vasculares, neurales y regresivos en la pulpa.

 

 

 

Normalmente los dientes se desgastan por su uso conduciendo a una reducción paulatina de la superficie oclusal, inicialmente del esmalte, posteriormente de la dentina, abarcando la cavidad pulpar en casos severos, hasta la destrucción total de la corona. El proceso de desgaste dental tiene dos componentes: atrición, que es el resultado del contacto directo diente contra diente y depende en gran medida del grado de robustez del aparato masticatorio y de la intensidad y duración del contacto; la abrasión, producida por el contacto con materiales extraños y depende del grado de abrasividad de los alimentos. Así, el maíz u otros granos molidos en metates de piedra contienen pequeñas partículas desprendidas durante el proceso de molienda, con alto componente silíceo que genera un desgaste de la superficie oclusal de forma cóncava, cavitando las fosas hasta destruir las cúspides. Además de los factores genéticos que condicionan el grado de dureza del esmalte, inciden el pulido durante el sueño (bruxismo), los hábitos alimenticios y las costumbres culturales (mascar tabaco, fumar pipa, destapar botellas con los dientes, preparar materiales o sostener objetos mientras se pesca, caza o trabaja). El desgaste también se produce en las superficies de contacto mesial y distal (interproximales) por el contacto entre dientes adyacentes por el movimiento durante su uso.

 

A pesar de que el desgaste dental ocurre durante la vida del individuo, la naturaleza de su variación ha dificultado la medición y correlación con la edad de la persona. Desde la escala de cinco grados propuesta por Broca a finales del siglo pasado, diferentes autores han tratado de medir el desgaste, correlacionándolo con patrones de cambio, la función y variabilidad cultural, técnicas de medición, la enumeración de anillos en el cemento y el gradiente del grosor del esmalte (cf Rodríguez, 1994). Generalmente, se toma como punto de referencia la variación intra-individual en las tasas de desgaste, teniendo en cuenta la diferencia de aproximadamente seis años entre la erupción del primer molar (M1) y el segundo molar(M2), y entre el segundo molar (M2) y el tercer molar (M3). Para comparar las muestras con relación a la tasa de desgaste se computa el rango medio de diferencia o área entre M1-M2, M2-M3 y M1-M3, generalmente de los molares inferiores, calculando su correlación dentro de la misma población que se va a evaluar (Scott, Turner, 1988). Por tal razón, se recomienda medir el grado de desgaste de individuos juveniles dentro de la misma población, calculando el gradiente de destrucción de la corona entre los 6 años cuando erupcionan los primeros molares, hasta los 12 años cuando erupcionan los segundos molares, y entre esas edades y el tiempo transcurrido hasta la aparición de los terceros molares.

 

TERMINOLOGÍA

 

En antropología dental se emplea varios términos para ubicar  posiciones de los dientes y poder describir mejor ciertas características. Indistintamente pueden utilizarse los términos que hacen referencia a la distribución de las formas principales de las coronas dentales. Existe una terminología odontológica y una antropológica.

 

La odontológica es:
Molares superiores

 

-         Cúspide 1 o bucomesial

-         Cúspide 2 o linguomesial

-         Cúspide 3 o linguodistal

-         Cúspide 4 o bucodistal


Molares inferiores

-         Cúspide 1 o bucomesial

-         Cúspide 2 o linguomesial

-         Cúspide 3 o bucodistal

-         Cúspide 4 o linguodistal

-     Cúspide 5 o interdistal

 

La antropológica (paleontológica) es:
Molares superiores

 

-        Protocono o cúspide 1

-        Metacono o cúspide 2

-        Paracono o Cúspide 3

-        Hipocono o Cúspide 4

Molares inferiores

-        Protoconido o cúspide 1

-        Metaconido o cúspide 2

-        Hipoconido o cúspide 3

-        Entoconido o cúspide 4

-        Hipoconulido o cúspide 5


Estos términos son aplicados en la dentición humana a partir de estandarizaciones que  hicieron los paleoantropologos norteamericanos durante de década de los 60´s. Actualmente son los términos mas utilizados en antropología para ubicar y describir las partes principales de las coronas molares.

 

TIPOS DE DESGASTE

 

Guerasimov (1955; citado por Alexeev y Debetz, 1964:38) sugirió la siguiente escala de desgaste de los dientes maxilares:

 

-         Grado 0. No existe desgaste

-         Grado 1. Desgaste del esmalte

-         Grado 2. Desgaste de las cúspides de la corona; en incisivos y caninos se aprecia desgaste de la superficie incisal.

-         Grado 3. Aparecen puntos aislados de la dentina expuesta.

-         Grado 4. El desgaste afecta la cavidad pulpar.

-         Grado 5. La corona está completamente expuesta.

-         Grado 6. La corona se aprecia completamente desgastada.

 

 

Correlación de la edad con el desgaste dental (según Guerasimov, 1955)

 

Edad

I

C

P

M1

M2

Edad

I

C

P

M1

M2

10-12

0

0

0

0

0

26-29

3

2

2-3

2-3

2

13-15

0-1

0

0

0

0

30-34

3

2-3

2-3

3

2-3

16-18

1

0

1

0

0

35-40

3

3

3

3-4

3

19-20

1-2

1

1

1

0

45-50

3-4

3-4

3-4

4

3-4

21-22

2-3

2

2

2

1

51-60

4-5

4

4

5

4-5

23-25

2-3

2

2

2

2

61-70

5-6

5

5-6

5-6

6

A. A. Zoubov (1968: 173-174) modificó ligeramente la secuencia de desgaste dental propuesta por Guerasimov, sugiriendo algunas variantes en el proceso de aparición de los principales componentes de la corona, aunque mantuvo la misma escala de edad.

 

Premolares y molares:

 

-         Grado 0. Ausencia completa de huellas de desgaste, los dientes erupcionaron recientemente.

-         Grado 1. Se observan facetas de desgaste en algunas partes de la superficie de la corona, las puntas de las cúspides se han aplanado y redondeado.

-         Grado 2. Aparecen puntos aislados de la dentina en las puntas de las cúspides.

-         Grado 3. Desgaste de todas las partes sobresalientes de la corona y formación de grandes espacios de dentina expuesta; el esmalte se conserva solamente en surcos y fosas.

-         Grado 4. Desgaste de todo el esmalte; toda la superficie oclusal está compuesta de dentina expuesta.

-         Grado 5. Desgaste de la corona hasta la mitad de su altura.

-         Grado 6. Desgaste de la corona hasta el cuello.

 

Incisivos y caninos:

 

-         Grado 0. Ausencia completa de desgaste; en los incisivos se aprecian muy bien los mamelones de la superficie incisal.

-         Grado 1. Desgaste de los mamelones en incisivos; en los caninos se observa ligero aplanamiento y redondeamiento de la punta cuspídea.

-         Grado 2. Aparece una franja delgada de dentina en los incisivos; en los caninos surge un punto de dentina en la punta cuspídea.

-         Grado 3. Aparece una amplia superficie de dentina, de forma alargada en los incisivos y redondeada en los caninos.

-         Grado 4. Desgaste de la corona hasta la mitad de su altura.

-         Grado 5. Desgaste total de la corona hasta el cuello.

Esta tabla se ha aplicado en la evaluación de la edad de material óseo prehispánico, correlacionando los distintos gradientes con la metamorfosis de la sínfisis púbica, la superficie auricular del ílion y la terminación esternal de la cuarta costilla, además de la formación y erupción dental y la sinostosis de los centros secundarios de osificación, arrojando buenos resultados hasta los 35-40 años de edad. Después de este intervalo, como consecuencia del intenso desgaste producido por el tipo de dieta alimenticia, los parámetros de edad se sobrestiman considerablemente, asignándose una edad superior a la real. En la escala de desgaste de 1-5 en las mujeres de la corta de edad entre 35-39 años se aprecian grados 4 y 5, además de reabsorción alveolar por pérdida de piezas dentales, especialmente de premolares y molares, con mayor incidencia que en hombres. Después de los 40 años se observa una severa reabsorción alveolar (Delgado, 1996).

 

Al contrario, en material forense contemporáneo la edad se subestima, pues la dieta alimenticia es más blanda y produce poca abrasión, excluyendo los grupos indígenas, particularmente los guajiros, en donde además de continuarse moliendo el maíz en metates la arena levantada por los vientos de la península de la Guajira se introduce en la boca produciendo un desgaste adicional.

 

En aborígenes australianos Richards y Miller (1991) encontraron una correlación entre la edad y el desgaste de 0.4 mm. para los terceros molares, pues inciden las diferencias en los patrones de erupción y oclusión; y de 0.8 mm. para los premolares y molares. El gradiente de desgaste tiende a ser más rápido en los premolares y primeros molares, variando entre 0.016 a 0.019 mm., comparado con los dientes anteriores y segundos molares, donde varía entre 0.009 y 0.015 mm.. Estos resultados pueden reflejar que en la masticación predomina la región premolar/primer molar. En general, teniendo en cuenta la alta correlación entre el desgaste y la edad es posible emplearlo con un límite de confianza del orden de los ± 10 años.

 

S. Molnar (1971) propuso un sistema de evaluación del desgaste que tiene en cuenta la intensidad, la dirección y la forma de la superficie oclusal de la corona, en rangos que varían de 1 a 8. Este gradiente sirve para correlacionar la función asignada a los dientes según la variabilidad cultural, en el contexto de la dieta especializada y la división del trabajo, y el grado y tipo de desgaste.

 

Categorías de la dirección del desgaste: Categorías de la superficie oclusal

 

1.  Forma natural:  Forma natural

2.  Oblicua (dirección bucolingual):  Superficie aplanada

3.  Oblicua (dirección linguobucal): Mitad de la superficie ahuecada

4.  Oblicua (dirección mesodistal):  Toda la superficie ahuecada

5.  Oblicua (dirección distomesial):  Con muescas

6.  Horizontal (perpendicular al eje del diente):  Redondeada

7.  Redondeada (dirección bucolingual)

8.  Redondeada (dirección mesodistal)

 

C. O. Lovejoy en 1985, describió el gradiente de desgaste de una población de cazadores-recolectores procedente del yacimiento arqueológico de Libben site, Ottowa County, Ohio, Estados Unidos. El patrón de desgaste de esta población es muy regular en forma y gradiente, además de pertenecer a un grupo homogéneo. Inicialmente cada dentición fue seriada dentro de su grupo (dientes anteriores, premolares y molares); posteriormente, se midió la tasa de desgaste funcional en los molares en los individuos subadultos entre 6 a 18 años de edad (132 de 332 especimenes).

Posteriormente a estos estudios,  podemos concluir lo siguiente:

 

1. El desgaste en los dientes anteriores se acelera después de la exposición total de la dentina, con una tasa de pérdida de corona superior después de los 30 años.

2. La tasa de desgaste es ligeramente superior en la mandíbula que en el maxilar.

3. Predomina el desgaste bucal en premolares, tanto mandibulares como maxilares, hasta el aplanamiento de las coronas; después de esta situación no se aprecian diferencias.

4. El desgaste lingual es más rápido en los molares maxilares mientras que el bucal predomina en los mandibulares.

5. El desgaste es simétrico y generalmente uniforme con relación a los lados, excepto cuando existe enfermedad temporomandibular, pérdida unilateral de dientes o enfermedad periodontal, etc.

6. La exposición secuencial de las cúspides de los molares mandibulares es protoconido-hypoconido-metaco-nido-(hipoconúlido)- entocónido. El hipoconúlido es una cúspide variable en su desgaste.

7. La secuencia de exposición de las cúspides de los molares maxilares es protocono - hipocono - paracono - meta-cono.

8. El desgaste molar es más variable en el maxilar que en la mandíbula.

9. El desgaste es regular y simétrico y refleja claramente el incremento de la edad cronológica en la población. La mayor predominancia en el desgaste es consecuencia del proceso masticatorio de los alimentos.

 

De la revisión de las propuestas metodológicas para la evaluación del desgaste dental y su aplicación en la estimación de la edad de un individuo o de una población, cabe subrayar que su diagnóstico constituye solamente una aproximación, y requiere del conocimiento del contexto poblacional del grupo en cuestión con el fin de evitar el sesgo producido por distintas dietas alimenticias, prácticas culturales, diferencias en el ámbito de sexo y factores genéticos.

Con el fin de obtener un diagnóstico de edad más aproximado a la realidad, se recomienda aplicar la seriación y el método complejo, es decir, utilizar todas las fuentes de información de edad del individuo, promediando los resultados. 

 

 

 

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