CIENCIA Y LITERATURA: LA TEORÍA DARWINISTA EN LA ESCRITURA DE EDUARDO L. HOLMBERG.


Graciela Aletta de Sylvas

Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario. Argentina
Ayacucho 2075 - 2000 Rosario. Argentina.




La teoría darwinista tiene su más decidido defensor en la Argentina, en la persona de Domingo F. Sarmiento, quien a sólo seis años de la publicación de El origen de las Especies explica un hecho de selecció n de las especies en el campo argentino.Ya siendo presidente decide nacionalizar dicha teorí a, a la que considera argentina. Eduardo L. Holmberg ( 1852-l937) se erige en continuador del estadista y se consagra a la tarea de hacer conocer a Darwin desde la cátedra y a través de conferencias y numerosas publicaciones cientí ficas que merecen el reconocimiento de sus contemporáneos.
Holmberg es hombre de la generación del 80, médico dedicado a las ciencias naturales, Profesor de Botánica en la Universidad de Buenos Aires, Director del Jardín Zooló gico, periodista y hombre de letras, su actividad se inscribe en la vertiente del positivismo. En su juventud escribe Dos partidos en pugna (fantasía científica ) * texto que testimonia la aceptació n y el rechazo del darwinismo en Buenos Aires, en momentos en que los postulados de la ciencia son debatidos con fervor. La novela se desarrolla durante los dos últimos añ os de la presidencia de Sarmiento, entre 1872 y 1874, y culmina con la presencia del mismo Darwin quien, convertido en personaje, llega a la Argentina para dirimir la discusió n y es recibido con entusiamo por los integrantes del gobierno y por la población.
Dos partidos articula ciencia y literatura en el recorrido de la escritura, vertebrados por Holmberg en torno al eje de la reflexión científica. Si bien está concebida como obra de ficción , construida sobre las bases de la parodia, la iron ía, el humor y el juego, la ciencia ocupa un lugar protagónico personalizada en la presencia de los sabios de distintas tendencias , en sus colecciones y en el desarrollo de sus teorías " en pugnao/oo, en episodios como la disecció n practicada por Richard Owen y Charles Darwin en Londres, en la política de apoyo a la ciencia que practica la reina Victoria y en el Apéndice que acompaña a la publicación con un escrito de Paul Broca, titulado " Los AKKA. Raza pigmea del Africa Centralo/oo y cuyo contenido se relaciona con la trama de la. novela.
A la muerte de Darwin, Holmberg pronuncia un discurso en su homenaje (1882), oportunidad en la que señala las contribuciones de la ciencia al evolucionismo y explica la teoría para el público asistente al Círculo Mé dico, con ejemplos tomados de la Naturaleza Argentina, basados en sus propias observaciones y experiencias.
Nuestra lectura, practicada desde el ámbito de la literatura, intentará dar cuenta de la presencia y el peso de darwinismo en la obra del escritor argentino

* Imprenta de El Arjentino, Buenos Aires, 1875

EVOLUCIONISMO Y CRISTIANISMO


Mariano ARTIGAS

Facultad de Filosofía, Universidad de Navarra, E-31080 Pamplona


En la actualidad, científicos y teólogos suelen admitir que entre evolución y creación, no hay contradicción, y que la evolució n tampoco se opone a la espiritualidad humana. Francisco J. Ayala, en su libro "La teoría de la evolución. De Darwin a los últimos avances de la genética" (Madrid: Ediciones Temas de Hoy, 1994) explica que la creació n a partir de la nada "es una noción que, por su propia naturaleza, queda y siempre quedará fuera del ámbito de la ciencia", y añade que "otras nociones que están fuera del ámbito de la ciencia son la existencia de Dios y de los espí ritus, y cualquier actividad o proceso definido como estrictamente inmaterial" (p.g. 147). Por otra parte, Ayala recoge la opinión de los teólogos según los cuales "la existencia y la creación divinas son compatibles con la evolució n y otros procesos naturales. La solución reside en aceptar la idea de que Dios opera a través de causas intermedias: que una persona sea una criatura divina no es incompatible con la noción de que haya sido conc ebida en el seno de la madre y que se mantenga y crezca por medio de alimentos... La evolución también puede ser consideada como un proceso natural a través del cual Dios trae las especies vivientes a la existencia de acuerdo con su plan" (p. gs. 21-22). Ayala añade que la mayoría de los escritores cristianos admiten la teoría de la evolución biológica. Menciona que el Papa Pío XII, en un famoso documento de 1950, reconoció que la evolució n es compatible con la fe cristiana. Y que el Papa Juan Pablo II, en un discurso de 1981, ha repetido la misma idea.
Algunos fundamentalistas cristianos se oponen a la evolución. Se trata de unas minorÌas protestantes muy activas en Estados Unidos. Ayala alude a este problema, que conoce bien, porque esos grupos han ejercido acciones legales para implantar sus ideas acerca de la enseñanza de la evolución en la escuela, y Ayala ha debido intervenir en esos procesos para clarificar qué corresponde a la ciencia y qué a la religió n. Afirma al respecto: "Los antievolucionistas estadounidenses siguen buscando el modo de impedir la enseñanza de la teoría de la evolución, a la que todaví a consideran como antirreligiosa, en vez de simplemente 'no religiosa', como lo es cualquier otra teoría científica" (p.g. 24).
En abril de 1985, La Universidad de Munich organizó en Roma un Simposio internacional sobre "La fe cristiana y la teoría de la evolución". El Papa Juan Pablo II, en la alocución que dirigió a los participantes, dijo que "el debate en torno al modelo explicativo de evolución no encuentra obstáculos en la fe, con tal que la discusión permanezca en el contexto del método naturalista y de sus posibilidades". Despué s de recoger textualmente el pasaje donde Pío XII, en la encíclica "Humani generis" de 1950, afirmaba la compatibilidad del cristianismo con el origen del cuerpo humano a partir de otros vivientes, prosiguió con estas palabras: "no se crean obst áculos a partir de una fe rectamente comprendida en la creación o de una enseñanza, correctamente entendida, del evolucionismo: la evolución, en efecto, presupone la creación; la creación, en el contexto de la evolució n, se plantea como un acontecimiento que se extiende en el tiempo -como una creación continua-, en la cual Dios se hace visible a los ojos del creyente como Creador del Cielo y de la Tierra" (El texto de esa alocució n, del 26 de abril de 1985, se encuentra en "Documentos Palabra", DP-122, 1985, p. 147).
En un mensaje dirigido a la Academia Pontificia de las Ciencias el 22 de octubre de 1996, Juan Pablo II afirmó que la teorÌa de la evolución es hoy día algo más que una hipótesis, y añadió que una interpretación filosó fica de la evolución que no deje lugar para las dimensiones espirituales de la persona humana chocaría con la verdad acerca de la persona y sería incapaz de proporcionar el fundamento de su dignidad ("L'Osservatore Romano", 24 de octubre de 1966, p.gs. 6-7).

Fin du 20 e siècle en France :
antidarwinisme ou anti-évolutionnisme?


Claude BABIN

UFR Sciences de la Terre, Université Claude Bernard-Lyon I, F-69622 Villeurbanne, France


La France, patrie de J.B. Lamarck, aurait-elle tendance, par un réflexe chauvin inavoué, à préférer une conception néo-lamarckienne de la mécanique évolutive à l'adoption de la théorie darwinienne? N'y aurait-il pas plutôt , sous un prétexte anti-darwinien, une démarche implicitement anti-évolutionniste dans certains cercles plus ou moins prosélytes? La question mérite examen au moment où l'édition franç aise (livres et revues) accorde une attention qui va s'accélérant aux questions de l'évolution.
Certes la majorité de ces publications des trois dernières décennies se place ostensiblement sous la bannière du néo-darwinisme. Elle le fait parfois même de façon si abusivement dogmatique que cela peut contribuer, en retour, à alimenter un argumentaire des adversaires du modèle darwinien.
Quoi qu'il en soit, nous avons assisté aussi à une floraison d'ouvrages dus, par exemple, à la plume de professeurs d'universités ou du Muséum national d'Histoire naturelle, souvent extrêmement polémiques à l'é gard du darwinisme. En 1996, un vif débat s'instaura autour d'une interview donnée à une revue de vulgarisation scientifique par un membre de l'Académie des Sciences qui soulignait les "mystères" de l'é volution. Le ton des critiques faites à cette curieuse interview ne fut d'ailleurs, malheureusement, pas toujours exempt d'inutiles invectives. Bref, il existe en France, en cette fin de siècle, à côté de zé lateurs parfois dogmatiques du darwinisme, une véritable école de contempteurs souvent vindicatifs de la théorie synthétique.
Cette situation de fin du siècle est-elle l'aboutissement de l'héritage d'un débat qui fut celui de néo-darwiniens contre néo-lamarckiens? Non probablement. Outre le fait que le néo-lamarckisme eut longtemps davantage d'adeptes dans les pays anglo-saxons qu'en France, puis que ses défenseurs français ont été successivement des matérialistes puis des spiritualistes, on constate que plusieurs des auteurs concernés affirment se dé marquer du lamarckisme.
Il est donc intéressant d'analyser attentivement cette prose pour tenter d'y déceler les motivations de cet acharnement anti-darwinien. On y trouvera, à juste titre, un relevé exhaustif des faiblesses (il en demeure) de la théorie synthé tique mais on y verra surtout, chez plusieurs de ces auteurs, exprimées de diverses façons, des louanges du finalisme. On y trouvera quelquefois de violentes diatribes contre le rationalisme, parfois une adhésion à l'organicisme et mê me, de façon plus ou moins voilée, la réhabilitation d'un certain créationnisme. Cela est démontré sur un ensemble de citations extraites de quelques-uns de ces textes.
Fâcheuse coïncidence, par d'autres voies, celles de la sédimentologie par exemple, d'autres créationnistes tentent, au même moment, d'obtenir pour leurs publications le label de certaines sociétés scientifiques franç aises. Il convient, sans aucun doute, qu'en cette fin de 20 e siècle, les évolutionnistes et rationalistes français demeurent alertés et vigilants devant ces résurgences inquiétantes.


LA EVOLUCIÓN DE LA CAUSALIDAD


Iris B álsamo

Universidad de Belgrano, Buenos Aires, Argentina


A principios de este siglo y en la física moderna, la causalidad fue cuestionada arriesgando con ello la racionalidad de la ciencia. Escasa atención recibie ron los reclamos de Max Planck por ampliar y refinar el concepto de causalidad y las indicaciones de Albert Einstein en tal sentido: i) el concepto metafí sico de causalidad no es suficiente; ii) el concepto debe ajustarse a la idea de experimento objetivo que caracteriza la ciencia moderna; iii) su formulación debería responder a la de una ley estricta; y iv) debería contribuir a la comprensió n de los complejos fenómenos cuánticos.
Reproduciendo experimentalmente el movimiento que estuvo en el origen de la ciencia moderna se logró una primera aproximación al cumplimiento del desiderátum de Planck y Einstein. Las condiciones impuestas por el Renacimiento: i) clara concepci ón, ii) expresión empírica, iii) expresión matemática, iv) experimentabilidad o regulabilidad; y la definición de la causalidad eficiente como condició n necesaria y suficiente debida a Galileo Galilei, constituyeron el grupo control. Sobre la base de la estrategia de evolución fundada en la teoría de autopoiesis, el resultado experimental es una ley causal formulada segú n los cuatro sentidos de la ley científica y funcional a la hipótesis del nuevo Galileo. Con ello, la causalidad continúa mediando entre el doble aspecto de la racionalidad, lógico-matemático y empírico-social. Y sirve adicio nalmente, a la integración de las teorías cuántica y de la relatividad - en sus sentidos básicos - a través de la ampliación y refinamiento de su formulación.


Referencia

Bálsamo, Iris, 1997: "La Evolución de la Causalidad en la Ciencia Moderna", Tesis Doctoral en Sociología, Facultad de Postgrado, Universidad de Belgrano, Buenos Aires.


EL PRINCIPIO NEWTONIANO DE VERA CAUSA : INSPIRACIÓN REMOTA DE LA EVOLUCIÓN GRADUAL DARWINIANA


Encarna Cabezas Olmo

Departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia. Universitat de València.
Avda. Blasco Ibañez, 21. E-46010 Valencia.


El método expuesto por Isaac Newton en su obra Philosophiae naturalis principia mathematica (1687) sería utilizado por Charles Lyell como importante sostén de su teoría uniformit aria. El citado principio tomaba como punto de partida el conocimiento de los hechos particulares obtenidos por la experiencia, para después llegar, mediante la razón y de una manera paulatina, a las primeras causas y a los ú ltimos elementos de los hechos. La famosa afirmación - Hipotheses non fingo- expresaba la orientación que Newton pretendió dar a la investigación física, o sea, obviar las hipótesis gratuitas, las no verificadas. La incardinació n de este principio metodológico en el ámbito de la geología traería como consecuencia la constitución de la misma como ciencia causal en sentido actualista y, en función de ello, se apelarí a a las causas operantes en el momento actual, para así poder explicar los fenómenos geológicos del pasado, presente y futuro. Es decir, se defendió que los mismos agentes geológicos ( vera causae), como rí os, volcanes y terremotos, habían estado funcionando en el pasado y en el presente; y que tanto la cantidad, como la intensidad de acción de estos agentes nunca había variado. Evidentemente esto suponía la negació n de todo tipo de catastrofismo.
Finalmente, Darwin consideró que si la superficie terrestre sufría un lento y minucioso moldeado, entonces era posible defender que la evolución de la vida aconteciese de manera acompasada al citado ritmo geológico. Siempre y cuando partié semos del supuesto que los citados cambios orgánicos dependían de la capacidad de adaptación al entorno inmediato. Así, y de acuerdo con Lyell, Darwin sostuvo que la sucesión ordinaria por generación no habría sido interrumpida jam ás ni que ningún cataclismo habría devastado el mundo entero.
Por tanto, parece ser que bajo la influencia del mencionado uniformismo, el cual se nos presenta enraizado en la metodología actualista de inspiración newtoniana, Darwin recorrió su sendero gradualista.



El Principio de la Selección Natural formulado en el entorno de la Evolución Darwiniana: Propuesta de un modelo de formalización lingüistica


Carlos Calvo Pérez (1) y Guillermo Meléndez (2)

(1) I.B. Miguel Catalán, Avda. Isabel La Católica 3; 50009 Zaragoza
(2) Dpto. Geología (Paleontología), Universidad de Zaragoza, E-50009 Zaragoza.


De acuerdo con la concepción neodarwinista de la Teoría de la Evolución el proceso evolutivo puede ser concebido como la modificación o la alteració n gradual y progresiva del genoma de una especie en el tiempo. En el presente trabajo se propone una explicación del proceso evolutivo mediante la construcción de un lenguaje formal, o de un conjunto de lenguajes L 1 - L i, en donde cada uno de estos lenguajes representa a una especie. La formalización lingüística, que incluye la definición explícita del alfabeto, las reglas de construcción, las reglas de derivación y el cá lculo correspondiente, representaría al conjunto de la especie, con la totalidad de su acervo genético. En este contexto, el proceso de transmisión de la herencia en el tiempo se encontrarí a representado en el lenguaje por el conjunto de expresiones correctas para el mismo. Un período de stasis, o de estabilidad adaptativa, se correspondería con un estadio en el que la generación de nuevas expresiones en este lenguaje seguir ía las reglas de construcción, por lo que las nuevas expresiones generadas constituyen expresiones correctas de dicho lenguaje.
En este sentido, un proceso evolutivo gradual, direccional o no, en una determinada especie comporta la modificación de la información genética global de la misma mediante la aparición de individuos nuevos en las sucesivas generaciones. En t érminos de lenguaje formal esta alteración del genoma de la especie representaría una violación repetida del conjunto de reglas de construcción del lenguaje. En el modelo presentado se propone una solución a esta situació n considerando que la generación de expresiones nuevas en el lenguaje resultaría de la aparición de modificaciones en las reglas de construcción. Para ello es preciso considerar que el conjunto de reglas de construcción R c está integrado por un número indeterminado de subconjuntos (R ci, R cj, ... ). De tal manera, para entender el cambio que se experimenta en el seno de una especie no se ha de suponer que el lenguaje no renueva todas las reglas de construció n sino sólo un subconjunto de ellas, y es esta condición la que justifica la permanencia de la especie (o del conjunto de información genética), a pesar del cambio que experimenta.
Otros tipos de alteraciones propuestos en las reglas de construcción y en la derivación de expresiones en el lenguaje permiten representar otros procesos evolutivos, tales como la direccionalidad del mismo, la bifurcación, y la aparició n de nuevos caracteres en los términos propuestos por la Escuela Cladística.

QUEMAR ETAPAS. EL MITO DEL EVOLUCIONISMO ESTÉTICO EN LA CREACIÓN MUSICAL ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA

Xoán M. CARREIRA
Orquesta Sinfónica de Galicia, Apartado 118, E-15080 A Coruña.

Se conoce como Generación del 51 a un grupo de compositores unidos por el común interés en la incorporación a la música española de los procedimientos de las vanguardias centroeuropeas. La historia oficial de la Generación del 51 ha sido escrita en diversas ocasiones por Tomás Marco, un joven abogado que a partir de 1962 entró como crítico en la revista falangista SP y mantuvo sus colaboraciones periodí sticas en la prensa ultraderechista hasta varios años después de la muerte de Franco. En 1966 empezó a colaborar en Radio Nacional de España ascendiendo a Jefe de Programas Sinfónicos en 1970, desde entonces ha desempeñ ado diversos cargos de confianza política, siendo en la actualidad Director General del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música) al mismo tiempo que ejercía de historiador de unos hechos que él mismo habí a protagonizado en sus múltiples condiciones de gestor, compositor y crítico, en ocasiones simultaneando todas ellas. Esta es su última narración:
La principal misión de la Generación del 51 era reconquistar el tiempo perdido. En muy pocos años tuvo que asimilar las últimas consecuencias de Strawinsky y Bartó k, el atonalismo expresionista, el dodecafonismo, el serialismo integral, las formas abiertas y aleatorias, el grafismo, las técnicas electroacústicas y todo cuanto se había producido y se estaba produciendo en un mundo que no sólo no se hab ía parado sino que se aceleraba perceptiblemente. No es extraño que, sobre todo al principio, hubiera que quemar etapas y que por ello la práctica del dodecafonismo en España sea muy corta y escasa como bloque [...] Habí a un peligro que eludir, lo que hicieron brillantemente estos autores: el peligro de despersonalizarse por asimilar muy rápidamente una serie de lenguajes internacionales. ( Historia de la música española. Siglo XX . Madrid: Alianza Editorial, 1983: 212)
La propia estructura del relato hace evidente que nos encontramos ante una narración fantástica en la que no hay intención de describir unos hechos reales sino de dar sustento a un sistema de creencias. De ahí la innecesaria referencia al esfuerzo casi sobrehumano de quemar etapas para llegar a una meta ignota superando los cantos de sirena que harían perder la personalidad de los compositores que Marco reviste con las ropas de Hé rcules. Lo asombroso es que esta narración haya tenido éxito y frases vacías como quemar etapas o peligro de despersonalizarse sean repetidas por la práctica totalidad de los es tudiosos del tema, quienes no parecen interesados en los conflictos de intereses subyacentes a la adopción de los lenguajes vanguardistas por parte de un ré gimen dictatorial. De hecho, las escasas ocasiones en las que se cita la existencia de una dictadura es sólo para recordar que sus gobernantes no protegieron la producción musical -único pará metro que parece preocupar a los historiadores de la música del franquismo- o para mostrar sorpresa por la intervención en la vida musical de un régimen autoritario que, por otra parte subvencionaba la prá ctica totalidad de las actividades musicales cultas que tenían lugar en España.
En general, las narraciones esencialistas han propiciado una visión de los hechos musicales aislada de los acontecimientos cotidianos de la Españ a franquista. Desde esta perspectiva, el mito del evolucionismo estético es puesto al servicio de un discurso ahistórico que postula una concepción eidética del lenguaje musical fuera del tiempo y lugar. La apropiación de la Música Espa ñola como ente abstracto requiere un perfecto equilibrio entre tradición y modernidad cuyo éxito viene garantizado por el recurso al evolucionismo, ya sea como postulado apriorístico, ya sea como metáfora a posteriori o, lo má s frecuente, como ambas cosas.


Ideología y darvinismos sociales


Alberto CARRERAS

Departamento de Filosofía, Universidad de Zaragoza, E-50009 Zaragoza


En otra ocasión he definido el darvinismo como "joya del pensamiento liberal". Con Adam Smith esta ideología había justificado la estabilidad de los mercados a pesar de las fluctuaciones; estabilidad que fue imposible sostener tras los aná lisis de Malthus. Después, e inspirándose en éste, Darwin transformó el pensamiento liberal en una teoría del cambio y la evolución.
Pero en el ámbito político, el liberalismo fue dejando de ser una ideología progresista convertiéndose en un paladí n del statu quo; una defensa a ultranza del mercado libre frente a las ideas socializantes que fomentaban la unidad y solidaridad de los débiles . Se origina entonces una incongruencia entre el darvinismo, teorí a natural del cambio, y el giro conservador que fué efectuando la ideología liberal que lo inspiró.
Esta contradicción es mucho más manifiesta en los darvinismos sociales que, desde Spencer hasta la sociobiología o los autores de The Bell Curve, extrapolan las teorías de Darwin al terreno sociológico y polí tico para defender los amenazados privilegios de los triunfadores.
Argumentando con diversas versiones de la misma falacia (salto desde "lo que es" hacia "lo que deber ser"), todos los determinismos gené ticos y darvinismos sociales vienen a concluir que las cosas deben seguir siendo tal como son ahora. Invocan como aval la selección natural o social, haciendo de ella un sustituto laico del plan eterno de Dios, que antes fundaba la estanqueidad feudal.
Entre otras críticas que puedan hacerse a estas teorías, me baso ahora en una visión sistémica, que nos muestra la coevolución de los organismos con su medio o ecosistema, del que son, a su vez, parte integrante. Al tomar en serio esta cibernética entre el organismo y el medio se invalidan las teorías del determinismo gené tico, poniendo de relieve que un cambio en el medio induce cambios en los organismos, al quedar modificada la utilidad de algunos de sus genes o características, que pueden dejar de ser funcionales y desaparecer.


EVOLUCIÓN CULTURAL Y CAPACIDAD DE VALORAR


Laureano CASTRO y Miguel A. TORO

Área de Mejora Genética Animal, CIT-INIA, E-28040 Madrid


La evolución de los seres vivos nos muestra cómo en algunos linajes sí se ha producido un incremento en la capacidad de almacenar y de procesar información. La capacidad de procesar información está asociada a nivel conductual con el desarrollo de tres modalidades de comportamiento que han surgido filogenéticamente en el orden siguiente: conducta no aprendida, aprendizaje y aprendizaje social mediante transmisión cultural. La aparició n de cada modalidad de conducta no supone la desaparición de la anterior, sino la coexistencia de ambas en el organismo por medio de una especial organizació n de los sistemas hormonal y nervioso. El caso extremo lo constituye la especie humana en donde coexisten e interaccionan estas tres modalidades de conducta.
La selección natural ha controlado la evolución de los sistemas hormonal y nervioso y, por ello, es responsable en último té rmino de la conducta que exhiben los organismos. Sin embargo, mientras que la conducta no aprendida es producto de la acción directa de la selección natural en un proceso de evolución filogenét ica, la conducta aprendida depende directamente de un nuevo tipo de mecanismo selectivo que se produce a nivel ontogénico. La evolución del aprendizaje está ligada al desarrollo de estructuras cerebrales valorativas que guí an la conducta del organismo, ajustando la misma a las condiciones ambientales. En los mamíferos estas estructuras están representadas por el sistema límbico hipotalámico.
La tesis que proponemos es que el éxito evolutivo del sistema de herencia cultural humano requirió el desarrollo previo en nuestros antepasados homínidos de una nueva forma de determinar la conducta que, finalmente, manifestará un organismo: la capacidad conceptual de valorar. La capacidad conceptual de valorar se define como la capacidad de clasificar la conducta propia y ajena mediante un có digo conceptual valorativo ("positivo-negativo"; "bueno-malo") utilizando los mismos mecanismos de valoración que controlan el aprendizaje individual.
La capacidad conceptual de valorar modifica el proceso de transmisión cultural en dos sentidos. Por una parte, la valoración positiva del repertorio conductual propio supone una mayor intensidad en la transmisió n cultural del mismo. Por otra, se introduce un elemento de flexibilidad en el proceso cultural de herencia, ya que la intensidad de transmisión de cada variante dependerá de la valoración especí fica que reciba. Cuando un individuo modifica una conducta adquirida culturalmente mediante aprendizaje individual, en un intento de adaptarse mejor a sus circunstancias ambientales, está al mismo tiempo, si es un individuo con capacidad de valorar, atribuyendo una valoración positiva a la nueva conducta frente a la antigua. Esta nueva valoración, fruto de la experiencia, favorece la transmisió n cultural de una variante e inhibe la manifestación de la otra, lo que da origen a un proceso de transmisión sesgado de tipo lamarckiano. La capacidad conceptual de valorar se convirtió así en el tercer sistema, junto a la selecció n natural y el sistema límbico hipotalámico, con capacidad para generar asimetrías de valor entre alternativas conductuales.
Los individuos valorativos adquieren información, positiva o negativa, sobre las conductas presentes en la población sin necesidad de experimentar mediante ensayo y error las consecuencias de la misma. Ademá s, sin necesidad de perder sus tendencias innovadoras, tienen limitado el acceso a variantes ya catalogadas negativamente por la población. De este modo, el organismo intercambia información no sólo sobre los tipos de conducta sino tambié n sobre el valor de la misma, en un proceso que podemos calificar de enseñanza en sentido genuino humano.
También sugerimos que la capacidad conceptual de valorar y el sistema de transmisión cultural valorativa han contribuido, de manera decisiva, a hacer posible el extraordinario desarrollo intelectual humano y su, no menos extraordinaria, capacidad ética.

CREATION WITHOUT SUPERNATURAL CONNOTATIONS:
THE IDEA OF CREATION AND EVOLUTIONARY THINKING DURING THE XIX th CENTURY


Miquel DE RENZI

Departament de Geologia. Universitat de València. E-46100 Burjassot.


Darwin's theory was the foundation for an evolutionary vision of life, against the prevalent theological concepts of the previous times. Long before Darwin's Origin, species were thought to be the per fect work of the Creator in the Anglo-Saxon countries (Natural Theology). For this reason, fossils were seen with suspicion, because they would be representatives of actually inexistent and, thus, extinct species. Since the imperishable character was one of the attributes of the Divine perfection, living species, as a reflection of that, would have to exist until the end of the times. The only possibility of extinction would be incompatible with this theological thinking. This was one of the causes by whi ch the organic origin of fossils was not accepted until the end of the XVIII th century.
During the XIX th century, the triumph of a naturalistic way of understanding phenomena and processes occurring in the world took place. Transformist and evolutionist ideas began to be heard within the scientific community and names such as Lamarck, Geoffroy Saint-Hilaire or Chambers were their first champions, with the precedent of Buffon. However, the majority of scientists in this epoch were Christian, with a preponderan ce on Reformed churches (Anglicans, Lutherans,...), because the countries in the van of scientific progress -Germany and England- were initially adherent to the Reformation. Nevertheless, men such as Cuvier --French-- were Protestant as well. Protestants are very attached to the Bible and to the idea of creation, like other Christian confessions. These particular conditions determined that the discussion about the origin of species reached its climax in England.
The Reformation was an antiauthoritarian mov ement against the Roman Church, but this attitude was a consequence of the Renaissance and the general diffusion of knowledge provided by the use of printing. A nonliteral interpretation of the Scripture was promoted in Europe and affected the idea of cre ation. What did creation mean during the XIX th century? Creation was thought to be an unique action of God at the beginning, like that of a ruler when promulgating laws. Natural laws in this case. They would conduct secondary causes derived from the Creator , the First Cause. According to this, some kind of law, like gravitation law, would govern the production of species. For instance, the paleontologist Heinrich-Georg Bronn conceived a "creative force" ( Schöpfungs-Kraft ) as the cause of new species production, a force whose character would be physical like gravitation, non vitalistic. This was the position of Richard Owen, and Darwin's as well!
These statements produce astonishment nowadays. Owen and Bronn were known as notorius antievolutionists and Darwin as the holder of the evolutionary point of view. The aim of all them was to explain the origin of species in terms of natural agencies, without appealing to supernatural or extraordinary causes. Believers understood species as entities purposely designed to play an adaptive role in their environment. This finalistic position was in line with the idea of a Creator (the image of the watch and the watchmaker), but not with express acts of creation for each species. Thus, creatio ex nihilo was excluded in this context.
The Omnipotent Creator would have conceived all the species. He would have been provident in this sense; i.e. the appearance of any species would have not been something improvised. Chance would not have to do with species production. However, Chambers an d Darwin evoked random factors in their theories. After Darwin, random variation in populations and environments changing haphazardly were two relevant features of evolution, from which both, species and adaptation would arise. There is not any ki nd of determinism or Providence here. Man could also be a product of chance, a conclusion rejected by ethical and theological reasons in that epoch. Then, a subtle frontier divided the partisans of the creation from evolutionists during the XIX th century. This is not so much a distinction beween natural causes and supernatural causes but between determinism or chance.
Lastly, a question must be noted: some scientists of our century claiming they are "evolutionist", think really in terms of creation in the sense of the XIX th century. Sometimes statements such as "species descendence is not denied, but mechanisms working at this level are inscrutable" can be heard. Moreover, there are many believer scientists that reject chance as an evolutionary factor. Perhaps, an essential confusion has arisen in the scientific community since Darwin: natural explanations are seen as equivalent to evolutionary explanations. But this is not concerned with fundamentalist claims that ask the status of a scientific theory for cr eatio ex nihilo .


ASPECTOS DE LA DOCTRINA CATÓLICA Y LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN EN UNA PERSPECTIVA MATERIALISTA


Marta García Alonso

Departamento de Filosofía, Facultad de Filosofía. UNED, E-28040 Madrid


Ya desde los tiempos en que Draper escribía su clásica History of the Conflict Between Religion and Science, en 1873, el problema de la relación entre la ciencia y la religión viene tematizándose de los má s diversos modos, si bien cabría quizá pensar que un foro como el que ofrece este Congreso no es el más adecuado para acoger este debate, por creer acaso que ya es hora de abandonar semejantes disputas puesto que caerían fuera de todo á mbito científico. Esta comunicación pretende, sin embargo, recordar que no son éstas cuestiones que puedan obviarse, aun cuando sea en ocasiones difícil apercibirnos de los actuales conflictos entre la religió n y la ciencia, pues parece a veces como si ésta corroborase los dogmas que desde hace siglos aquélla defiende (el caso de los creacionistas y la doctrina cristiana), o que cada una ilumina una parte de la verdad del problema viniendo a ser por ello su coexistencia pacífica y fructífera, como creía, entre nosotros, el eminente M.Crusafont.
Pues bien, creemos que el tema propuesto para este Congreso nos ofrece la oportunidad de rescatar para el debate la cuestión de las relaciones entre ciencia, filosofía y religión atendiendo al estudio de las repercusiones de la Teorí a de la evolución en uno de los principales pilares de la Iglesia Católica: nos referimos, claro está, al conflicto entre la doctrina darvinista sobre el origen del hombre y el dogma de la creación de Adá n y sus implicaciones sobre el primer pecado y su transmisión.
La narración bíblica acerca de nuestros primeros padres pertenece al orden de la salvación, según los creyentes, y por tanto la discusión sobre el número de nuestros progenitores es una cuestión del mayor interé s para la Iglesia "ya que -dice Pio XII en la encíclica Humani generis- no se ve claro cómo tal sentencia [la tesis poligenista] pueda compaginarse con lo que las fuentes de la verdad revelada y los documentos del magisterio de la Iglesia ense ñan acerca del pecado original, que procede del pecado verdaderamente cometido por un solo Adán y que, difundiéndose a todos los hombres por generación, es propio de cada uno de ellos". Desde la perspectiva del materialismo filosó fico, intentaremos examinar algunos intentos de recuperación de este dogma efectuados en la Teología contemporánea a la luz de la moderna Teoría de la evolución, y sus consecuencias doctrinales para el catolicismo.

EVOLUCIÓN TECNOLÓGICA INFORMACIONAL E IMPLICACIONES SOCIALES

Alberto G il Costa

Departamento de Psicología y Sociología, Universidad de Zaragoza

La tecnología como elemento diferenciador creado por el hombre ha servido para acondiconar la naturaleza y el entorno al desarrollo humano a lo largo de su historia. La tecnología siempre se ha movido en una dialé ctica entre la innovación y la tradición.
La presente comunicación pretende una serie de reflexiones sobre la ambivalencia que la tecnología produce a nivel social cuando la innovació n representa el medio de supervivencia de una sociedad marcada por el cientifismo. Si por un lado la tecnología se ve como mejora en la calidad de vida y en la eficacia de la gestión y productividad, por otro, la tecnologí a ha tenido (y tiene) seculares connotaciones negativas para grandes colectivos sociales en materia de empleo y estratificación social.
La pretensión es iniciar un debate basado en la visión crítica del fenómeno y no desde la filotecnia o el ludismo.
Las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTIC) como herramientas tecnológicas que extienden su uso en diversos contextos sociales, son un marco de reflexió n lo suficientemente amplio e importante para dedicarle este modesto acercamiento que me propongo realizar.
Los objetivos que se pretenden al realizar este documento son fundamentalmente la reflexión sociológica en un contexto social donde las Tecnologías de Información y Comunicación se está n posicionando en distintos entornos cotidianos. Soy de la opinión que la reflexión crítica de los impactos (beneficios y precios) que la tecnologí a produce son, muchas veces, obviados ante la incapacidad temporal de pararse a pensar ante tal frenesí de innovaciones. La tecnología, de este modo, tiende a verse como un bien en si mismo. Esta tentación sería lógica si pensá semos, y basásemos nuestro comportamiento, en función de los beneficios teóricamente aportados por los avances tecnológicos según su diseño inicial, lo que sucede es que muchas veces la apropiación, divulgación y función ú ltima de su aplicación no coincide con tan elevados fines primigenios. Por este motivo, mis objetivos fundamentales podrían enunciarse de la forma siguiente:

Definición de las NTIC como herramientas que potencian añejas actividades humanas y que provocan cambios organizacionales en ellas.
Reflexión de las incidencias del surgimiento de nuevos modelos y formas de trabajo.
Cambio de referentes identitarios propiciados por la difusión de las NTIC.

Como bien dice Neil Postman Postman, Neil; Tecnópolis: La rendición de la cultura a la tecnología. Círculo de Lectores: La Galaxia Gutenberg. 1994. , un cambio de importancia genera un cambio total. Si se eliminan las orugas de un hábitat determinado, el resultado no es el mismo há bitat sin orugas; lo que hay es un nuevo medio ambiente(...); lo mismo es verdad si se introducen orugas en un medio que carecía de ellas . Siguiendo esta argumentación, creo que el hecho de la introducció n de las NTIC en entornos sociales asumidos y desarrollados desde otros mecanismos de relación, producen un cambio cualitativo y cuantitativo, por tanto una evolución, en aspectos como la comunicación, la personalizació n del trato, el acceso a la información, la estratificación social, la organización, etc.

?ES POSIBLE EXPLICAR EL HECHO RELIGIOSO DESDE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN? SOCIOBIOLOGÍA Y RELIGIÓN

Alberto GUTIÉRREZ MARTÍNEZ
Instituto de Formación Profesional Mungia, Monte Eretza 35 2º E-48003 Bilbao

La biologia actual se ha convertido en un campo de batalla de índole filosófica, en el que un nuevo "paradigma" del conocimiento humano ha irrumpido hace algunos añ os con gran fuerza y en el que los problemas de tradicional incunvencia filosófica, entre los cuales se halla el problema religioso han pasado a ser discutidos, nos estamos refiriendo a la sociobiología.
En principio pues, como manifestación de la vida, hemos de concederle un status de problema biológico al sentimiento religioso e intentar mostrar sus conexiones biológicas ( Marvin Harris, Y. Christen, R. Rappaport, V.Reynolds,etc). Desde Darw in los desarrollos de la biologia han cubierto de explicaciones más y más aspectos de la personalidad humana. Desde esta constatación nos preguntamos: Biologia de Dios ?Por qué no? si algo intenta esta comunicació n es la obligatoriedad de este estudio, ?Tiene la sociobiología e incluso la antropología la llave maestra para entender el fenómeno religioso?. Segú n E.O. Wilson y otros autores la naturaleza de las creencias religiosas y la intensidad de la experiencia religiosa pueden ser totalmente explicadas en términos de una biologí a evolutiva materialista. Al contrario que la mayoria de sus predecesores materialistas, E.O. Wilson no considera al fenómeno religioso como irracional, obscurantista o irrelevante sino que reconoce su poder y lo explica en un campo eminentemente cient ífico, como el desarrollo de una adaptación biológica en el desarrollo de la evolución humana. Después de analizar varios estudios sociobiológicos y antropológicos sobre el fenómeno religioso sacamos la siguiente conclusió n: si bien la religión tiene un componente bastante importante de conducta adaptada al medio ecológico no por ello se puede afirmar sin más que su esencia sea meramente adaptativa. El concepto de adaptació n tiene que ser utilizado con cautela sino se quiere caer en el llamado "Universo Panglosiano" (S.J.Gould, R. Lewontin).


CREACIONISMO Y EVOLUCIONISMO EN LA NATURALEZA DEL CEREBRO: K. POPPER Y J. ECCLES


Alberto Gutiérrez Martínez 1 y Roberto Ortega Miranda 2

1.- Instituto de Formación Profesional, Munguía
2.- Colegio Santa María, Portugalete


En la comunicación analizaremos la postura de Popper y Eccles, ambos promotores del dualismo interaccionismo, ante la teoría de la evolución.Nos resulta paradó jico las actitudes diferentes de ambos autores ante el darwinismo. Por una parte, Popper se declara como un darwinista ortodoxo, su propia epistemología así como su teoría de los tres mundos se basan en -palabras del mismo autor- la teorí a de la evolución. Popper, se desmarca del monismo fisicalista precisamente porque no admite los procesos emergentes que se dan en la evolución.Por otra parte,Eccles muestra su defensa de la hipótesis darwinista de la evolución bioló gica pero cuando se trata de analizar la naturaleza del hombre, reconoce que la teoría de la evolución no puede explicar el misterioso surgimiento de la conciencia.Al igual que hizo A.R. Wallace, el codescubridor con Darwin de la teorí a de la selección natural, Eccles rechaza las soluciones materialistas a la pregunta sobre el origen de la consciencia en el hombre y se siente obligado a atribuir su origen a una creació n sobrenatural. Aun siendo, Popper y Eccles los principales promotores del dualismo interaccionista existen diferencias importantes entre ellos. Eccles se sale del marco darwinista cuando llega el tema del hombre, Popper no lo hace. Es notorio a este respecto el rechazo de Eccles a la afirmación de Popper sobre la emergencia del Yo a partir del cerebro. La pregunta que nos haremos al final de la comunicación será: ? Hay necesidad de salirse del marco explicativo de la teoría de la evolución- como sucede con J.Eccles- para explicar la conducta humana, especialmente en sus aspectos más propios?


Variaciones en torno al creacionismo humano en España (1936-1997)


Alfredo Iglesias Diéguez 1 y José Gibert Clols 2

1.-Dpto. Historia I, Universidade de Santiago de Compostela
Centro de Investigacións L. e L. Ramón Piñeiro
2.-Institut Paleontòlogic Miquel Crusafont


El día 25 de octubre de 1996 el papa Juan Pablo II reconocía públicamente y delante de una comisión de científicos que la evolución no es una hipótesis demostrable, como se venía manteniendo desde Pí o XII, sino un hecho. La Iglesia católica, en voz de su máxima cabeza visible, admite, ciento treinta y siete años después de la publicación del Origin , el hecho evolutivo como un proceso a partir del cual debe fundamentarse una nueva cosmovisión cristiana, más dinámica, abierta y evolutiva que la precedente. De todos modos, a pesar de este acercamiento del Vaticano a las verdades cient íficas , lo cierto es que cada vez el creacionismo científico es más influyente.
En el año 1963 se publica Hacía el origen del hombre, una obra del padre Bartina de la que Meléndez decía en 1964 en un pequeño artículo titulado Bibliografía reciente sobre la evolución y el origen del hombre que, a pesar de ser muy reciente, se expresa en términos de hace treinta años, y no sigue las actuales corrientes científicas, no está puesto al día. Todos sabemos a que se refería con eso, pero la verdad es que las cosa s no fueron exactamente así. Mientras que en 1934 el darwinismo materialista y el evolucionismo en general estaban completamente asumidos por gran parte de los investigadores y de los docentes españoles, en los añ os cuarenta el fijismo y el creacionismo dominaban el panorama intelectual español. Frente al creacionismo fijicista que proponían entre otros los padres jesuítas Bartina y Roldán, se desarrolló una nueva teorí a: el evolucionismo finalista. Un libro emblemático, La Evolución, editado por la Biblioteca de Autoress Cristianos en 1966, postulaba que el hombre es la punta y flecha de la evolució n que cumple la ley recurrente de la complejidad-consciencia. La evolución gracias a la obra de Crusafont, Meléndez y Aguirre, dejó de ser patrimonio de los materialistas y ateos a cambio de vincularse excesivamente a una concepció n finalista que hace que la evolución esté dirigida y cumpla unas leyes.
En los años finales del franquismo, cuando este se hizo más aperturista, y después con la llegada de la democracia, el monopolio católico que había controlado durante años las conciencias de los científicos españoles cedí a. En esa misma época, al amparo de la tolerancia y el respeto a las opiniones diferentes, valores instalados gracias a la cultura democrática, y del discurso filosófico postmoderno que se resume en la frase todo vale , se legitimaron todas las interpretaciones de la realidad como válidas, tanto la esotérica como la creacionista, ambas representadas por autores españoles, pero sobre todo alimentadas gracias a las traducciones.
El creacionismo científico, procedente de los Estados Unidos, que según su fundador Henry Morris, se basa en la revelación bíblica y sólo necesita los datos científicos para apoyar y exponer el modelo de la creación , está representado en España por la Coordinadora Creacionista de Cataluña, que a través de su órgano de expresión, la revista Génesis, difunde a este lado del Atlá ntico las falacias generadas en los Estados Unidos. Pero no por asumir esta tradición se había de dejar de producir pensamento creacionista en España: Jordana, autor de El origen del hombre: estado actual de la investigación paleoantropol ógia, afirma en 1988, y aquella primera pareja estaba de algún modto exenta de algunos condicionamentos de las leyes físicas y biológicas, ya que entre otras cosas podían no morir ; Alcá zar Godoy, autor en 1988 de Cuando Adán salió del paraíso, pretende conjugar armónicamente toda la ciencia paleoantropológica con todas las verdades transmitidas en el libro del Génesis ; Quintero, pretende en el año 1986 una imposible síntesis de la ciencia con la fe, llegando a identificar las especies homínidas con los diferentes personajes bíblicos, discutiendo sobre la ubicación del paraí so y sobre las causas del diluvio, que no son otras que las ofrecidas por la Biblia: el diluvio serviría para restablecer el plan de Dios, mediante la destrucción de las criaturas anómalas introducidas por el hombre ; Sanvisens Herreros es el autor del último de los libros creacionistas españoles, en 1996 ha publicado Toda la verdad sobre la evolución, que concluye afirmando, despues de demostrar que la evolución a lo sumo es intrafilé tica y dirigida por Dios, que es dudosa la evolución del hombre a partir de los australopitécidos, y en todo caso es falsa la teoría de una evolución gradual de las especies simiescas hacia la humana .
No faltan, de todos modos autores con un profundo compromiso con la ciencia a pesar de su condición religiosa, para quien la fe en la creación brota de la experiencia hond a del creyente, que discierne la historia natural y social y lee en ella la presencia encarnada del Creador , es el caso de Sequeiros, quien afirmaba unas líneas más arriba que la dinámica de la evolución puede ser explicada cient íficamente sin referencias a elementos externos a la misma.


E volucionismo y arqueología. Una reflexión acerca de la recepción de dicha teoría en el medio arqueológico.


Alfonso López Borgoñoz

Revista UNIVERSO. Apartado 310. E-08860 Castelldefels


Como siempre, un primer problema, cuando tratamos de hablar acerca de los conceptos de evolucionismo y arqueología, es clarificar que entenderemos por ambos en el presente trabajo.
El primero es relativamente sencillo, y se referirá sencillamente a las ideas darwinianas o de sus seguidores, y ello pese a que, sin duda, es posible rastrear algú n tipo de pensamiento evolucionista aplicado al desarrollo social durante, por ejemplo, la Ilustración (y aún anteriores, si tenemos en cuenta el pensamiento acerca del mito de las edades del hombre, tan común en la antigü edad y en la edad media).
Por medio arqueológico entenderemos, en este caso, el de los estudiosos del hombre como especie o de las formaciones ecosociales humanas del pasado en general, autores comprendidos en lo que podrí amos denominar "ciencias del pasado" que tienen al hombre como individuo o en sociedad como su objeto preferente de estudio.
Trataré de analizar una parte del evidente influjo, que desde una perspectiva teórica, han ido teniendo los trabajos de Darwin (y otros estudiosos de su obra) a lo largo del tiempo en diversas escuelas de arqueologí a o relacionadas con ella, desde las obras sobre paleoantropología de T. Huxley, ya en 1863, hasta las posiciones de tendencias como la conocida como "Nueva Arqueología" y en el "Post-procesualismo".
Así mismo, se tratará de reflexionar acerca nuevos conceptos, como el de formación ecosocial u otros, así como acerca de la teoría de la complejidad aplicada al estudio de la historia, a partir de las aplicaciones de la m isma hechas en biología, y como los mismos siguen teniendo una deuda con algunos de los principios que por primera vez, de una manera racional y ordenada, supo exponer Darwin en su libro "El Origen de las Especies", en 1859.


LA ONTOLOGIA EVOLUCIONISTA DE CAJAL Y SU "TEORIA EVOLUCIONISTA DEL APRENDIZAJE"


Carlos LORENZO LIZALDE


Instituto de Enseñanza Secundaria Goya. Avenida de Goya. Zaragoza.


La filosofía de Cajal, como establecimos en nuestra tesis (El pensamiento de Cajal, IFC-CSIC, Zarago za, 1991), es, como la de A. Comte y la de H. Spencer, un realismo de los hechos. Positivismo claro, pero fuertemente enraizado en el racionalismo. Como para Comte, los hechos no son los puros datos de observación, sino los ordenados en leyes y teor ías científicas. Cajal critica expresamente lo que llama "empirismo grosero".
En este sentido, aunque encontramos a Cajal afirmando alguna vez que "los hechos quedan, las teorías pasan" que recuerda a la newtoniana "yo no finjo hipótesis"; en realidad se trata de la expresión de una concepció n "popperiana" de la ciencia, como un proceso de Conjeturas y refutaciones.
Cajal es además positivista evolucionista, y bebe en ello de las fuentes de H. Spencer, A Bain, o Haeckel, así como también, naturalmente, de Ch. Darwin.
Precisamente su confianza en la Teoría Evolucionista le hará comenzar investigando el sistema nervioso de un embrió n de pollo; luego, de animales evolutivamente anteriores como la aplisia o el torpedo, para seguir exhaustivamente por toda la serie animal. De manera que a lo largo de su vida, en una ingente labor que despierta aún la admiración cientí fica, va siguiendo pacientemente las vías nerviosas sensitivas, demostrando a través de la vía filogenética y ontogenética, la verdad de la Teoría de la Evolución.
A partir de estas investigaciones, emite gran cantidad de intuitivas anticipaciones teóricas sobre la percepción, la imaginación, la memoria, hasta llegar a definir el posible origen del pensamiento creador e ideológico.
Es precisamente gracias a esa concepción evolucionista que conserva lo mejor de los ideales de la Ilustración, que Cajal define al ser humano como ser superable, tanto desde el punto de vista individual como social. Hay en Cajal una "Teorí a evolucionista del Aprendizaje" que no ha sido suficientemente puesta de relieve. A grandes rasgos vendría a decir lo siguiente: Que si bien nacemos con un determinado número de neuronas que ya no aumentarán ni se reproducirán; sí que aumentan progresiva y exponencialmente las conexiones entre las mismas, sobre todo desde la infancia a la pubertad, por medio de las prolongaciones dendríticas y axónicas. Y ello, en razón directa a las experiencias que adquirimos.
De ahí el papel fundamental de la enseñanza; de una educación veraz y no deformante. Cajal nos muestra así al ser humano como un ser esperanzadamente perfectible y relativamente libre, sin necesidad de apelar a metafí sicas especulativas. El ser humano, nos dice "puede modelar su propio cerebro". Es obra de sí mismo, en definitiva, y de la sociedad en la que crece.
En nuestra obra (en prensa): Filosofía, atlas cognitivo, hemos aplicado a la pedagogía del aprendizaje de los conceptos filosóficos esta "Teoría cajaliana", por otra parte implícita en los desarrollos de los psicó logos cognitivistas, como Ausebel o Novak, hoy tan en boga.


MANIPULACIÓN CIENTÍFICA Y SEUDOCIENCIA EN LA PALEOANTROPOLOGÍA


José Ingacio LORENZO LIZALDE

Museo de Paleontología, Universidad de Zaragoza, E-50009 Zaragoza.


El motivo que me ha inducido a presentar esta comunicación es el poner de manifiesto cómo existe una variada tipología de situaciones que producen una informació n que trasmite un falso conocimiento de la realidad y que lo presenta en todas los casos como una producción "científica" en el campo de la antropología física y de la paleontología humana.
La manera más refinada fue magistralmente puesta de manifiesto por Stephen Jay Gould en su obra " La falsa medida del Hombre" (1981) en donde analiza minuciosamente las obras de algunos padres de la antropología, como Broca, que habí an emitido valoraciones de las que se desprendía una discriminación de la mujer apoyadas en datos biométricos.
Queremos poner de manifiesto la existencia de una tipología de "ausencia de rigor metodológico científico" que vamos a intentar sistematizar.
1. Recolecta científica del pensamiento mítico: El primer nivel estaría situado en lo que enunciamos por manifestaciones de pensamientos míticos. Aparecen generalmente en la literatura científica separados del texto principal (Ara nzadi, T. et alii. 1925 pp. 7-10, Lorenzo, J.I. el alli, 1973), por lo que no suele caber confusión sobre su valor meramente como testimonio de la antropología cultural. Se trata de la realizació n de una encuesta sobre cultura popular complementaria de la investigación paleoantropológica.
Algunas de estas narraciones son el único testimonio de relatos con valores literarios propios de la literatura oral popular, por lo que es muy estimable su recolección. A pesar de encontrarse diferenciado del texto científico puede ser leído en clave científica .
2. Narración de pensamiento mítico por persona con estudios académicos en otra disciplina: Este tipo de descripciones causan grave daño al conocimiento científico, de manera especial en el gran público que carece de informació n sobre la capacitación del autor en el tema tratado en el artículo. Suele utilizarse como argumento de autoridad, es decir para validar lo que un personaje de reconocida capacidad científica y conocimiento de un tema utiliza esta autoridad para tratar temas de otras materias en las que su conocimiento es escaso o nulo, incluso el manejo de la metodología de esa área del conocimiento. Existen algunas materias que han sido tradicionalmente consideradas como má s accesibles, o en las que todos podían "opinar", entre ellas junto a la antropología cultural se encuentra la paleoantropología, de manera que cualquiera puede valorar caracteres cromañ oides, determinar el sexo de unos restos o interpretar el ritual de inhumación.
3. Narración de pensamiento mítico por persona con reconocido prestigio en campos no científicos o eruditos locales: El tema de los eruditos locales es tal vez el que haya que tomar con mayores precauciones para valorar los datos que ofrecen. Se trata sin duda de personas de una cultura general, conocedores de datos de la historia local. El tipo de publicaciones que pr esentan suele carecer del rigor documental necesario para su validación científica si bien este estilo mas libre facilita la vulgarización de los datos que ofrecen por lo que su calado popular es muy importante.
5. Artículos en revistas científicas realizados por científicos en alguna materia que presentan resultados a partir de datos de otros científicos sin valorar la calidad de estos materiales básicos: Es frecuente ver có mo algunos científicos elaboran síntesis sobre materias históricas en las que tratan temas que no entran directamente en su ámbito de investigación utilizando publicaciones con datos superados en el estado actual del conocimiento o si n decir la procedencia de su información de manera que presentan una parte de conclusiones válidas, las que tratan de temas que se encuentran bajo su dominio cientí fico y otros temas aparecen con conclusiones inexactas. Incluso en muchos casos entremezclan datos de diferente validación, (época, autor) otorgandoles un mismo valor documental.
6. Artículos de apariencia científica realizado por persona con estudios académicos en otra disciplina o en disciplina próxima al tema tratado: Este tipo de publicaciones ocasiona un grave daño al conocimiento cientí fico al tratarse de personas de conocido prestigio profesional que unas veces tratan temas periféricos a su área de conocimiento y otras tocan otros campos mas lejanos pero que consideran menores. Es difícil que ningún historiador trate temas de física nuclear, pero no es raro el que licenciados en medicina y cirugía, o en las mas diferentes especialidades traten temas de historia, paleoantropología o paleopatologí a. Evidentemente que hay personas especializadas en diferentes materias pero no todas las que están capacitadas en una materia tienen la misma capacitación en otras materias. La crítica literaria, artí stica o la historia de la lengua son disciplinas en las que personas no capacitadas científicamente suelen opinar "doctoralmente".


BIBLIOGRAFÍA

ARANZADI, T.; BARANDIARÁN, J.M. Y EGUREN, E. (1925). Exploraciones en la cueva de Santimamiñe. Memoria 1º. Bilbao.
BOSCH MILLARES, J. (1975). Paleopatología de los primitivos pobladores de Canarias. Cabildo Insular de Gran Canarias.
GOULD, S.J. (1986) La falsa medida del hombre. Ed. Orbis. Barcelona.
LORENZO LIZALDE, José Ignacio (1984). La excavación de restos humanos: Métodos, técnicas, Museo de la Rioja, pp. 134_143 , Logroño.
LORENZO LIZALDE, José Ignacio (1991). El Origen del Hombre y la Paleoantropología en Aragón. En Origen y Evolución del Hombre. pp. 105-135. Ed. Eustoquio Molina. Cuadernos Interdisciplinares nº 2. Seminario Interdisciplinar de la Universidad de Zaragoza.
LLORENS SOLE, A.; GUERRERO SALA, L. A.; LORENZO LIZALDE, J. I.; LAZARO LOPEZ, Félix (1975). Cueva Sepulcral del Home Mort de Circuns, Montclar, Barcelona, Noticiario Arqueológico Hispánico. Prehistoria nº 4, pp. 337_352. Madrid.


EVOLUTIONARY ETHICS REVISITED


Timothy J. MADIGAN

Editor of FREE INQUIRY magazine. USA

Sir Julian Huxley (1887-1975) was a vigorous advocate for what he called "Evolutionary Humanism" In his 1964 work of that name, he wrote: "Man is not merely the latest dominant type produced by evolution, but its sole active agent on earth. His destiny is to be responsible for the whole future of the evolutionary process on this planet" This is the gist and core of Evolutionary Humanism, the new organization of ideas and potential action now emerging from the present revolution of thought, and destined, I prophesy with confidence, to become the dominant idea-system of the new phase of psychosocial evolution. How prescient was this prophecy? I will critically examine Huxley's open-ended cosmic perspective, and show that he himself w as a transitional figure in the cause of interpreting evolution from spiritualism to materialism. His concept of "religion without revelation" has proved to be unsatisfactory to both transcendental religionists and rigorous secular humanists. Also, it is by no means clear that the human species is either ready or able to shoulder such awesome responsibilities. Nonetheless, Huxley's defense of rationality over superstition provides us with a model that is still highly relevant in the contemporary cause of un derstanding and appreciating the implications of evolution for our species' biological, social and cultural developments.


CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA EN UNA CONCEPCIÓN EVOLUCIONISTA AL SERVICIO DE LA IDEOLOGÌA:
EL DARVINISMO MICHURINISTA SOVIÉTICO.


Alberto A. MAKINISTIAN

Departamento de Bioantropología y Evolución. Universidad Nacional de Rosario, 2000 Rosario, Argentina.


Al ser considerado el darvinismo como uno de los fundamentos científico-naturales del materialismo dialéctico, las ideas darvinistas fueron rápidamente aceptadas en la Unión Sovié tica. Sin embargo, y a pesar de reconocer sus virtudes, los cientíticos soviéticos pensaban que la teoría tenía errores y defectos que más tarde acentuarían los biólogos "reaccionarios".
Todo esto llevó a la construcción de un nuevo paradigma: el darvinismo creador soviético, o michurinista, elaborado sobre la base filosófica del materialismo dialéctico. Esta postura representaba, para ellos, una actualización y superaci ón de la concepción evolucionista de Darwin.
Hacia fines de la década de 1920, Stalin toma el poder en la Unión Soviética. Inmediatamente, a comienzos de los años treinta, "los ideólogos soviéticos empezaron a aplicar la filosofía marxista a la ciencia, siendo el Comité Central del Partido Comunista el juez último de la correción de las teorías". Las teorías científicas, entonces, tendían a ser consideradas por los biólogos marxistas "como productos subjetivos y como herramientas de la ideologí a".
A través de la presente Comunicación intentaremos mostrar, en relación al darvinismo michurinista, lo siguiente:

a) de qué manera "acomoda" los puntos fundamentales de la concepción evolucionista de Darwin a la ideología imperante;
b) su pretensión de erigirse en la única vía científica posible, descalificando a las demás;
c) la semejanza existente entre el caso desarrollado y el autodenominado "creacionismo científico".


RELATION OF EVOLUTION WITH SOCIAL CHANGE AND AN APPROACH OF A NEW HYPOTHESIS


Satya Nandan MANAVATAVADI

The International School of Humanitarian Thoughts and Practice. Taj Ghat Kurukshetra. 136118 Haryana. India.


The Homo sapiens is a thoughtful animal. Every normal human thinks and unthinking is unnaturally and abnormally with the human. This thoughtfulness is not like a vertical straight line of a graph, rather as a Zig-Zag progress. Thinking begins when the reactions of the ob jects are transmitted to the brain through the senses. The creative character of the brain helps in understanding the logicity and rationality in one's mind. these are all natural with human and their minds.
CREATIONISM: All organized Religions talk of some type of creation of the universe and all the living things. Creationism is also a style of thinking process of the primitive and ancient human which was accumulated and reproduced by the founders of Organi zed Religions. Same is also about the Creator concepts. But logically in people shift their decision from one level to a next higher level. This is the cause for creating differences be tween all Organized Religions and also in nomadic or aboriginal tribes of the globe.
EVOLUTION: Any lay human can see and understand that a human baby grows to a state of youth. No one born young. This is the closest experience of the philosophy of growth and a little deeper thinking can bring a rational human to convince himself about th e Evolution. Evolution is nothing but the acceptance of change and growth of inorganic matters to organic compounds consequently developing to living things through chemica l and bio-chemical processes. The evolutionists are the sincere persons who experiment and labour to find out the most accurate process in which inorganic matters converted to the chemical bond of organic nature and in consequently developing to uni-cellu lar, multi-cellular or sophisticated animals. The human is limited. So incompletion in human findings is natural. This indicates a regular growth and quest in developing towards completion. Though creationism and evolutionism are the products of human th in king, still there remains a principal difference between both the concepts. Creationism is making of something by someone out of nothing and evolutionism states about development and transformation of something out of something. Creationism is survived at a mental state where conscientious understanding lacks.
SOCIETY: Everything in nature is changing. so, the society is also changing. With the change in thinking, life-style, relations, ethical values, moral concepts, economic resources, governance institut ions, creation of new ideas and discovery of the mystery of the nature becomes common. Creationism as a social acceptance makes the society blunt, rigid, unprogressive and uncivilized. Culture lacks to apprehend the imbalance made as social dwarfishness c reating many incurable social illness. A planful trial to keep the society accepting creationism is unfortunate.
RELATION OF EVOLUTIONISM WITH SOCIAL CHANGE: The human mass had been in the process of evolution while they were unconscious of it. A consciousn ess about the gross evolution of nature and evolution tendency in human mass to build up a state of an institution called as society vibrated the strong fanatic minds. Such brains found their safety and survival in an ungrown state of society. So they pla n to deviate and create resistance from a smooth acceptance of the progressive wisdom into the minds of the social ingredients. Such minds became the causes of creating organized Religions, making any primitive heros or concepted miraculous characters as their basc.
NEW HYPOTHESIS: It is very common to understand that the present day people dwell in different states of psyche as different stages of a ladder. It is impossible at all to put all in one uniform of thinking and living. Some are to remain relatively ignora nt in comparison to others. Every lower stage of ignorance is to shelter on any strong superstition. The priests of the Organized Religions just steer these natural state of minds towards their secret, unpious and unprogressive motives. The layman who are ungrown at their psyche must to be in any state of superstition. So they should be sympathised and rescued by the positive Rationals without smashing their faith. All the times the wise mothers try to quench and fulfil so many absurd demands of t heir growing babies. Regularly they counsel such babies to make them matured. In the similar way the Rationals should be patient to accommodate the slow growing psyche of their own people of the world. An Audio-visual and informal educational plan is desi gn ed for its operation. The plan of rescuing the lay people from the cunning priestly hypocrisy of the Organized Religions is also designed. Only its development and movement is required at the grass-root level for an irresistant and unconscious growth of p ositive rationalism of the people. These systems can be observed which are practical.


The "Leitmotiv of Life - an alternative view of the history of life


Paul MAZZA

Museum of Geology and Paleontology- University of Florence - Via La Pira 4 - 50121 Firenze - Italy


According to modern evolutionists, natural selection cannot explain evolutionary change altogether because it is not the essential cause of the actual course of evolution. Very significant evolutionary events, such as adaptive radiations and mass extincti ons, are unpredictable from a classical Darwinian viewpoint. Many researchers today reject even the concept of evolutionary progress, and in some instances the concept of evolution itself, envisaging the history of life as dominated by rare and episodic events, and thus as a heterogeneous succession of organisms with slight reciprocal affinities. The history of life is often considered a chaotic system extremely dependent on the starting conditions. Hence, it can be explained only a fter it occurred and cannot be predicted beforehand. In this view, the main principle of history is contingency and therefore investigations on evolutionary subjects must be addressed to the definition of the contingent path actually traced by the history of life. In contrast with this general model, the writer finds that progress is actually documented in life s development, even if the latter occurred in an episodic and heterogeneous way. Life did not consist simply in a process of complication of charact ers; it seems dominated by a sort of "leitmotiv". The most primitive representatives of the main groups of vertebrates, for instance, were usually characterized by heavily and complexly built skeletons and by thick dermal armours and, on the other hand, b y simple, very elementary main nerve centers. In the course of life s history, indifferently in all the superclasses of the vertebrates subphylum, there has been (on an average) a progressive overall lightening and an increasing simplification of the skelet on which has led to an increasing reduction of the structural stability and to an increasing and parallel complication of the brain and cerebellum. Moving towards the highest taxonomic categories, the boundaries between taxa fade out. Even if we exclude a c ontinuous concatenation of forms from the farest past to today, it is nevertheless indubitable that in the successive episodes the degree of complication of the nervous system, in groups of organisms every time different, progressively increased. If the h istory of life is revisited from an appropriate point of view we have the impression of a continuous progression from the inorganic world to the organic, to plants and from invertebrates to vertebrates, in a no-stop rush towards an increasing refinement. In the course of its history, life underwent wide-scale reductions - mass-extinctions. At every drastic reduction of organisms, life reacted with abrupt and impressive proliferations of new forms - adaptive radiations. Every catastrophy was usually followed by a rapid increase of nerve complexity. The level of nerve complexity seems somewhat like the baton that every extinguishing group passes to the successive group in expansion, no matter how remote is the relationship between the two groups. On the avera ge, the radiating group increases its rate of modification to reach and go beyond the levels of brain complexity of the extinct group. Physicians define not only chaotic systems but also a stable evolution which results from a system where slight modifica tions of the initial conditions cause a slight shift from what would have been produced without the modification. A stabile system is thus oriented towards a specific direction, independently of possible perturbations. In a stable evolution the limit betw een predictability and contingency might be where randomness, which certainly exists, does not induce any significant deviation from the predicted general path. Considering the main lines of life s development we have the impression that selection does not seem to reward a group of organisms to the detriment of another, rather those organisms that, at the different environmental conditions, opportunistically permit life to continue to exist at a given degree of specialization. The concept of orthogenesis migh t thus be resumed, but with a much wider significance than the evolutionists gave it at the beginning of this century. A general orthogenesis of life. The duty of science is to concern all reality. But quantic physics have demonstrated that up to 99% of t he mass existing in the Universe exists beyond the bond of space and time and the reach of any instrument. For most of the theories of physics, future and past have the same power, the same control on present. Why then must we rule out the possibility th at future somehow determines or influences present, and therefore even past, only because we cannot have perception and knowledge of this great concealed reality? If the leitmotiv of modification really is the reduction and simplification of the skeletal st ructures and the complication of the nervous system, how can we exclude that the selection of a brain like the human one, exceedingly complex for the functions it performs, cannot prelude to new kinds of adaptations, to the colonization of new ecological ni ches, to more and more sophisticated elaborations, deeper introspections, magnificent insights? The history of life has been a process of progressive elimination of the anatomic Bauplans which fall beyond the limits of the established canal of modificatio n, with the resulting survival of only the few enclosed within it. The aim of evolutionary modifications is not the survival of life, which is in any case guaranteed by the indestructible bacteria, but rather the evolution of organisms with an enormously de veloped intelligence and perhaps also with self-consciousness. It is the consciousness of self, the awareness of the vacuity of life and of the ineluctability of death which may induce to the conservation and to the expansion of life. The development of c onscious intelligence is an ineluctable necessity of life.


El debate sobre Modalidades y Ritmos evolutivos. La aportación del Registro Fósil en el caso de los Ammonoideos


Guillermo Meléndez, Yolanda Ferrández y Mª Aránzazu Fidalgo

Dpto. de Geología (Paleontología), Universidad de Zaragoza, E-50009 Zaragoza


La problemática presentada por la interpretación del proceso evolutivo en la naturaleza ha generado extensas polémicas y visiones en muchos casos contrapuestas a lo largo de las últimas décadas. De un modo general esta polé mica puede resumirse como la contraposición entre la visión gradualista de proceso evolutivo y la consideración de éste como un proceso interrumpido o que tendría lugar de un modo brusco o 'a saltos'.
La visión gradualista, heredera del Darwinismo clásico, puede decirse que cristaliza a lo largo de los años cuarenta en lo que se denomina la "Teoría Sintética de la Evolución" o la "Nueva Síntesis. Básicamente la Sí ntesis centra su atención en la acumulación de cambios genéticos de muy pequeño alcance surgidos en las poblaciones, capaces de dar lugar a cambios evolutivos de gran alcance tras períodos prolongados de tiempo (Anagénesis). En esta ó ptica la macroevolución (o evolución por encima del nivel específico) no sería nada más que una transposición de la microevolución, o cambio intraespecífico, ocurrido en el interior de las poblaciones.
La visión "punctuacionista", o de equilibrios interrumpidos del proceso evolutivo ha ido tomando un protagonismo creciente desde que fuera enunciada por sus autores, Eldredge y Gould, en 1972. Esta concepció n del proceso evolutivo centra su atención en la evolución como un proceso básicamente de diversificación o de ramificación sucesiva de lineas evolutivas. La especiación alopátric a es reconocida como el mecanismo fundamental del cambio evolutivo, causante de la diversificación biológica a la largo de la Historia, y la tasa de especiación como el factor regulador de todo el proceso evolutivo en las lineas filé ticas. Los autores de esta teoría separan radicalmente micro y macroevolución, tal como han sido definidas, considerando ambos procesos independientes y que actúan a distinto nivel. La selecció n natural darwiniana pasa a un segundo plano al constituir un factor regulador de la variabilidad surgida en el interior de las poblaciones y por lo tanto regulador de la microevolución. De esta manera la Teorí a de los Equilibrios Punctuados se opone frontalmente a todos los postulados de la Síntesis.
En contraposición a ambas concepciones del proceso evolutivo, la visión "saltacionista" de la Evolución centra su atención en los mecanismos por los que se produce el proceso evolutivo más que en el proceso en sí . Los estudios sobre los cambios bruscos surgidos en muchos grupos durante el desarrollo ontogenético (las Heterocronías) y su influencia en la evolución posterior ha llevado a algunos autores a concebir la idea de que los cambios evolutivos podr ían encontrarse por un lado "predeterminados" en cierta medida por los denominados patrones de desarrollo (modificaciones en la estructura genética de la especie) y por otro lado "limitados" por esos mismos patrrones (no todos los cambioos ser ían posibles), con lo que el control del proceso evolutivo sería básicamente un control interno o genético más que ambiental. Esto se opone frontalmente a los postulados básicos de la Teoría Sintética, que defenderí a la capacidad adaptativa de las especies regulada únicamente por los factores externos.
En estos debates el Registro Fósil ha jugado un papel siempre decisivo y fundamental como el conjunto de "pruebas documentales" de la Evolución. No obstante, sus caracterí sticas particulares, la parcialidad inherente al mismo, ha hecho que los mismos ejemplos utilizados por algunos autores para apoyar una visió n gradualista han sido utilizados posteriormente por otros para demostrar las ideas punctuacionistas o saltacionistas. En el caso concreto de los ammonoideos jurásicos este grupo ha sido considerado tradicionalmente por los paleontó logos como un ejemplo emblemático de evolución gradual o anagénesis y como un grupo de excepcional valor bioestratigráfico por las altas tasas evolutivas que presentan sus diferentes lineas filé ticas. El significado de estas tasas evolutivas, no obstante, ha sido objeto de mayores debates toda vez que no siempre resulta evidente para los paleontólogos una relación directa entre el cambio evolutivo y los factores ambientales.
El caso estudiado en el presente trabajo muestra la evolución de un grupo de ammonoideos (Perisphinctidos) del Jurásico Superior en la Cuenca Ibé rica que, de un modo general, sigue un proceso de cambio evolutivo gradual, con una alta tasa evolutiva a lo largo de un intervalo estratigráfico de dos cronozonas (equivalente aproximadamente a 1.5 millones de años). La sucesió n de especies a lo largo del tiempo se manifiesta por pequeños cambios morfológicos en la concha de las sucesivas formas estudiadas, sin que pueda observarse ningún sentido adaptativo aparente. El análisis de detalle de esta variació n anagenética, sin embargo, muestra que la aparición de nuevos caracteres en las sucesivas formas sigue patrones de cambios ontogenéticos bruscos (heterocronías) y su posterior persistencia o su extensión al resto de los estadios ontogen éticos siguiendo modelos palingenéticos o de distintas modalidades de paedomorphosis. Por último, la extinción relativamente brusca de este grupo en un momento muy concreto parece apuntar como causa probable a su relevo evolutivo por otro grupo de ammonoideos que mostrará una amplia expansión en el siguiente período estratigráfico. Este reemplazamiento, aún objeto de debate, puede encontrar una mejor explicació n como un proceso de equilibrio interrumpido, dentro de una concepción punctuacional del proceso evolutivo.


LOS ARGUMENTOS GEOLÓGICOS Y PALEONTOLÓGICOS DE LOS CREACIONISTAS "CIENTÍFICOS"


Eustoquio MOLINA

Departamento de Ciencias de la Tierra (Área de Paleontología). Universidad de Zaragoza. E-50009 Zaragoza.


Los argumentos de los creacionistas "científicos" se basan en una interpretación literal de la Biblia, hoy superada por la mayor parte de la jerarquía católica que la considera como alegórica y simbó lica. Sin embargo, existen diversas sectas fundamentalistas protestantes, y algunas católicas, que mantienen un creacionismo literalista y pretendidamente científico. En este sentido, los creacionistas autodenominados cientí ficos presentan una serie de argumentos, muchos de los cuales niegan los principios más básicos de la Geología o de la Paleontología. Los argumentos principales hacen referencia a la corta edad de la Tierra, que sería de tan sólo 6.000 a ños de antigüedad, haciendo caso omiso de los métodos de datación radiométricos. Así pues, los restos fósiles serían muy recientes y se habrían acumulado en menos de un año durante el Diluvio universal. Los hombres habrí an coexistido con los dinosaurios, como lo demostrarían unas imaginarias pisadas en las proximidades del río Paluxy (EE.UU). Incluso hay quien llega a identificar las especies de homínidos fósiles con personajes bí blicos. Niegan o tergiversan el paradigma de la tectónica de placas y el principio de superposición de los estratos, con lo cual todos los fósiles serían prácticamente de la misma edad. En general, niegan todo aspecto geoló gico o palentológico que pueda estar en contradicción con la Biblia y que apoye la teoría de la Evolución.
Especial énfasis ponen en negar el valor de los fósiles para documentar la teoría de la Evolución. Así atacan los resultados paleontológicos referentes a la existencia de los fósiles intermedios, tales como el Arqueopterix y los homínidos primitivos, argumentando que no existen formas intermedias. Sacan fuera de contexto el debate entre gradualistas y saltacionistas, ignorando que ninguno de los grupos cuestiona la teoría de la evolució n, sino que simplemente discuten aspectos del mecanismo evolutivo. En tiempos de Darwin se conocían pocos fósiles y los científicos no se pudieron apoyar mucho en la Paleontología para corroborar la evolució n, hasta que Simpson puso de manifiesto el valor de los fósiles para documentar la teoría sintética de la evolución. Actualmente se han descubierto numerosos fósiles que permiten reconstruir muchas líneas filogené ticas. En lo que respecta a la filogenia humana en las ultimas décadas han aparecido muchos fósiles que permiten detallar como ha sido la evolución hasta llegar al Homo sapiens. Todo lo cual permite afirmar que los fó siles son el documento fáctico de la evolución. Pero, paradójicamente, ahora los creacionistas pseudocientíficos insisten en que los fósiles son uno de los principales problemas para la evolución, basándose en la e scasez de formas intermedias.
Los principales promotores del creacionimo "científico" surgieron en EE.UU. a partir de la publicación de libro: The Genesis Flood, por el teólogo John Whitcomb y el profesor de ingeniería Henry Morris en 1961; así como por la publicación en 1971 del libro: Evolution: The Fossils Say No! por Duane T. Gish, bioquímico industrial. Estos han estimulado la publicación de otros libros que han llegado a ser auténticos "bestsellers", tales como Darwin on Trial, escrito por Phillip E. Johnson, profesor de leyes de la Universidad de Berkeley. En Europa los más destacados son el "paleontólogo" italiano Roberto Fondi y el "sedimentólogo" francé s Guy Berthault. Las obras de todos estos han sido traducidas al castellano, pero además en España tenemos nuestros propios creacionistas "científicos" tales como Alejandro Sanvissens Herreros y Paulino Canto Dí az, quienes en 1996 han publicado sendos libros atacando la evolución con los mismos argumentos que los pseudocientíficos americanos.


LA MULTIDIMENSIONALIDAD DE LA TEORIA DE LA EVOLUCION


Andrés MOYA

Departamento de Genética e Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología
Evolutiva. Universidad de Valencia. E-46100 Burjassot


Como corresponde a toda gran teoría científica, la teoría de la Evolución tiene múltiples dimensiones. No es sólo la cientí fica. Como se sabe, ha tenido una profunda influencia en la sociedad occidental, especialmente transformando la visión antropocéntri ca de la Naturaleza como dispensadora de bienes permanentes e inagotables, bienes de pertenencia humana, por designio divino o humano. Su aplicación sociológica sirvió para fundamentar el darwinismo social, con peligrosas derivaciones é ticas y políticas en el siglo actual.
De las dimensiones filosófica y sociológica no hablaré. Ni tampoco de cómo la teoría de la evolución ha servido para gestar una nueva concepción de la propia Biología como ciencia autó noma, o al menos permitir reclamar una forma más amplia de entender las teorías científicas, superando las visiones arquetípicas que imponía la estructura de las teorías físicas. Hablaré, por lo tanto, de la dimensión cientí fica de la teoría evolutiva. Y lo haré condos aproximaciones distintas. Una, la llamaré la de la nueva aplicabilidad orgánica, y la otra la de la nueva aplicabilidad temática y metodológica.
Los modelos biológicos de que se ha servido la teoría evolutiva se están ampliando. Hay modelos, ya clásicos, y nuevos modelos. Tomemos, por ejemplo, el caso de la Paleontología. El campo de investigació n no se agota. La disponibilidad de registro fósil y el recurso a un variado conjunto de hipótesis y subteorías evolutivas, con diverso grado de elaboración, y más o menos antagó nicas o contradictorias, ponen de manifiesto la viveza del programa de investigación evolutiva en este campo. El caballo y sus antepasados, los roedores, los dinosaurios, los insectos, son ejemplos bien distintos en la escala filogenética que muestran cómo la teoría obtiene confirmación en la ciencia de la forma fósil.
Cuando pasamos al terreno biológico, apreciamos por doquier la evolución en acción. Bien por observación de la historia natural, bien por experimentación, observamos el juego de la evolució n en entidades tan variadas como los virus, las bacterias, los protozoos, los pluricelulares primitivos, y así hasta llegar a organismos de mayor complejidad estructural y funcional. Estos casos de nueva aplicabilidad orgánica representan ejemplos de confirmación de la teoría, extendiendo la dimensión del programa darwinista.
Pero hay también una nueva aplicabilidad temática y metodológica. Veamos algunos ejemplos. Ahora se hace evolución molecular: se obtiene y analiza la información procedente de las secuencias de á cidos nucleicos de los organismos y, por medio de técnicas algorítmicas basadas en supuestos evolutivos de diferente índole, pasamos a la reconstrucción filogenética, por lo menos la de la secuencia utilizada y, también, la de las especies portadoras. El estudio de determinadas moléculas nos lleva, incluso, a hipotetizar sobre los procesos darwinianos que imperaron en la evolución de las primeras molé culas autorreplicativas, e inferimos el contexto selectivo en el que pudieron surgir grandes innovaciones estructurales y funcionales. Las posibilidades que brinda la teorí a se han ampliado enormemente. De hecho sus fundamentos se han utilizado para optimizar productos o procesos, moléculas replicativas de determinado tipo o composición, fá rmacos, etc. Utilizando sistemas adecuados "in vitro" con capacidad replicativa y mutadora podemos elaborar una molécula con las características finales deseadas, o un producto con una eficiencia en su función máxima u ó ptima. Con respecto a la mejora animal y vegetal clásica, ahora tenemos la evolución molecular dirigida o, por acuñar un término más sintético, mejora molecular. Se puede llegar a utilizar una teoría clásica para la elaboració n de un producto comercial de tipo molecular. Pero hay una segunda aplicación de la teoría que no requiere experimentación material, sino solo informática. Hay tecnología informá tica, algoritmos que buscan soluciones a problemas a partir de reglas de un proceso evolutivo como son la herencia, mutación y selección. Tales algoritmos encuentran una respuesta adaptativa a un problema. En resumen, tenemos una teorí a con fundamentos establecidos el siglo pasado, que se sirve de sofisticadas metodologías procedentes de la biología molecular y la informática para resolver problemas específicos más allá del marco para la que la propia teoría ven ía utilizándose. Esta ampliación temática y metodológica hace más viva la teoría.


RAÍCES DUALECTICAS DEL CONOCER


Roberto Ortega Miranda

Colegio Santa María, Portugalete (Vizcaya), Rda. Las Arenas, nº 2, 3º izda
39760 Adal-Treto (Cantabria)

Las relaciones entre la biología y la cultura, entre el componente genético y el componente cultural que determinan el proceso de aprendizaje en la adquisición de nuevas conductas, permiten caracterizar la cognición como un proceso bioló gico legítimo. De este modo, la pregunta clásica ?Cómo conocemos?, es redefinida en términos bioevolutivos del siguiente modo; por un lado: ?Cómo obtiene el organismo información del medio que le rodea?, y por otro: ?Qué estructura interna posee un organismo que le permite adaptarse al medio que le rodea, modificándolo de acuerdo a sus necesidades?
Podemos afirmar que el hombre conoce, y que su capacidad de conocimiento depende de su constitución biológica. Esta afirmación en ningún caso significa que, en el estudio de la cognición como proceso adaptativo, ú nicamente sea necesario un análisis sintáctico, genético, porque el sistema genético y nervioso codifican información acerca del ambiente y lo representan de acuerdo a su código funcional.
El estudio antropológico ha caminado en este siglo bajo la sombra de un planteamiento dicotómico: por un lado, un estudio antropográfico, que intentaba reducir los componentes semá nticos de la conducta humana a pura sintaxis y, por otro lado, una antropología de raíz simbólica, que se centraba especialmente en los componentes semánticos, olvidando a veces las bases sintácticas.
El estudio de los sistemas sociales, en su vertiente de sistemas de codificación y transmisión de información, es uno de los ejemplos más significativos. Por un lado se planteaba la distinción entre la codificación gené tica y la codificación cultural, abandonando de inmediato la primera por su escasa relevancia para el estudio de "lo humano", centrándose en el estudio de la dimensión cultural, que sufre una nueva escisió n , en cuanto que se considera el lenguaje como característica distintiva del ser humano, ya que el único modo científico y legítimo de estudio consiste en su análisis sígnico, postergando el estudio del componente simbó lico a un segundo plano, de escaso interés o como mera curiosidad filosófica

sistemas codificadores de información
codificado genéticamente codificado culturalmente
lenguaje
signo símbolo
cultura material cultura simbólica
disolvente coaguladora
lo decible lo no-dicho

Solo era posible estudiar, según este paradigma, lo expresable, lo decible, lo dicho, marginándose la posibilidad de una expresión simbólica, coagulante, que permita acercarnos a lo no dicho, pero siempre presente, al mensaje simbó lico de lo imaginario.
Pretendemos mostrar la posibilidad de introducir en el estudio de la conducta humana un lugar para el imaginario perceptual o perceptivo, dentro del fenotipo cognitivo, es decir, intentamos una convergencia entre la antropología simbó lica y la biología.
El fenotipo cognitivo, donde se engloba, aunque no del todo, el imaginario perceptual, se convierte en la condición previa de la reflexión racional. Planteamos pues una interpretación del conocer no de tipo sígnico referencial a realidades est áticas, sino simbólica de tipo inferencial respecto a realidades en devenir.
Desde aquí entendemos el conocer como un continuo salto en el vacío, tensión de equilibrista en el abismo de la tragedia, abriendo y cerrando la sutura que le permite ser..
La constante incertidumbre a la que se ve enfrentado el hombre, como ser expuesto a riesgos, le obliga a la sin fin sutura de su falta ontológica, su inadecuación radical entre una necesidad cumplida y una promesa insatisfecha.
A modo de conclusión entenderemos la cultura como sutura de la afronta ontológica de la naturaleza, a través de la transmisión social de la información, mediante la capacidad lingüística-simbó lica, constituyendo pautas de conducta sancionadas normativamente.
DOS CASOS TESTIGO DE LA CONSTRUCCCION DE LA RACIONALIDAD DESDE UN PUNTO DE VISTA EVOLUTIVO:
K. POPPER Y T. KUHN.


Héctor A. PALMA

Universidad de Buenos Aires- Ciclo Básico Común, Ciudad Universitaria- Pabellon 3


Los años sesenta constituyen un punto de inflexión en la reflexión epistemológica de la tradición anglosajona a partir de una serie de críticas a lo que dio en llamarse la Concepció n Heredada: los trabajos anteriores de Popper criticando al empirismo y poniendo el acento en la 'carga teórica' aun de los enunciados singulares; los reclamos de Quine por una epistemología naturalizada -ademá s de sus trabajos sobre la indeterminación de la traducción y de la infradeterminación de la teoría por los datos-; y fundamentalmente las repercusiones dentro y fuera del ámbito epistemoló gico de la obra de T. Kuhn La estructura de las Revoluciones Científicas con la cual, a través del reclamo por una revalorización de la historia se inicia un gran debate sobre diferentes cuestiones no priorizadas antes como el devenir hist órico de la práctica científica y el rol de la comunidad científica en la decisión entre teorías rivales. Como habitualmente ocurre, los grandes cambios de perspectiva má s que respuestas, inauguran nuevas preguntas, y lo que la epistemología empieza a reclamar, a contramano de algunos postulados básicos de la Concepción Heredada, es la necesidad de salirse del estrecho marco del contexto de justificació n y rescatar el papel del sujeto que produce la ciencia y del proceso social de producción mismo. El problema de la epistemología ya no será la 'demarcació n', sino explicar el desarrollo y progreso de la ciencia y, en todo caso la racionalidad de tal proceso. Dos grandes líneas de pensamiento representadas por Popper y Kuhn constituyen otras tantas respuestas al nuevo problema planteado. Más allá de diferencias en otros respectos entre ambos, aquí analizaré las mismas en una clave de lectura particular: la utilización de la teoría de la evolución como modelo de la evolución de las teorías.
El caso de Popper resulta paradigmático por varias razones. Además de ser un protagonista privilegiado de los debates de la epistemología a lo largo del siglo, constituye un r eferente obligado en todos los autores, dentro de lo que dio en llamarse la epistemología naturalista. A través de su 'un punto de vista evolutivo' construye una verdadera filosofía evolucionista en la cual se expresa un compromiso ontoló gico y gnoseológico fuerte y no una mera metáfora. A través de este punto de vista -y del concepto de evolución emergente- Popper explica desde la emergencia misma del universo, la aparició n de la vida, el conocimiento en general, el conocimiento científico en particular y aun el desarrollo histórico de la ciencia. Pero, y a pesar de que la epistemología popperiana recoge, y aun profundiza, las crí ticas a ciertos aspectos de la concepción del positivismo lógico, al mismo tiempo refuerza otros aspectos, cerrando de este modo una suerte de círculo en la reflexión epistemológica segú n el cual los postulados iniciales de la ciencia como un sistema de enunciados, y una empresa sin sujeto, autónoma y que se desenvuelve en el contexto de justificación vuelven con mas fuerza en una epistemologí a sin sujeto cognoscente que se desarrolla en un mundo 3 autónomo y objetivo. Para Popper el sujeto que produce ciencia no es un sujeto histórico, sino un sujeto evolutivo (bilogicamente considerado). Kuhn, por su parte, además de es tar lejos de la epistemología naturalista, realiza un tratamiento distinto de la teoría de la evolución. En La Estructura de las Revoluciones Científicas reserva unos pocos párrafos al final, tan sólo para establecer una metá fora entre el desarrollo de la ciencia a través de la historia y la evolución de las especies basándose fundamentalmente en la ausencia de finalidad en la naturaleza y la ausencia de la verdad como meta en su concepció n de la ciencia. En "The road since Structure" Kuhn retoma la comparación y establece un isomorfismo mucho más estrecho entre ciencia y evolución caracterizando su posición como un "kantianismo post-darwiniano", pero la teorí a de la evolución sigue cumpliendo un papel metafórico. Para Kuhn el sujeto que produce la ciencia es un sujeto historico. Quizá un resumen simbólico de las diferencias entre ambos se aprecie con claridad en la idea que cada uno tiene del " árbol evolutivo" de las teorías a través de la historia: Popper, que realiza un uso literal de la teoría de la evolución sostiene que el árbol de la evolución de las teorí as es inverso al de las especies, es decir que lejos de haber diversificación creciente de teorías hay una tendencia hacia la unificación; mientras que Kuhn, quien realiza una utilización meramente metafó rica respeta el isomorfismo entre ambos.


PasiÓn contra razÓn: ? Homo pasionalis u Homo sapiens ? La evoluciÓn moral del ser humano


Manuel Abraham PAZ y MIÑO

Revista peruana de Filosofía aplicada. Casanova 430, Lima 14. Perú


Se plantea en forma muy general que los seres humanos son predominantemente irracionales y eso por ciertas circunstancias individuales y sociales y, a la vez que los que tratan de ser predominantemente racionales son una é lite. Y a pesar del avance del conocimiento científico, este según se use, puede estar en contra de la misma razón y la vida. Es decir, la evolución cognitiva no a ido a la par de la evolución moral del hombre.

EL ARCA DE NOE DE LOS SERES EXTRAORDINARIOS.
UNA APROXIMACION A LAS MANIFESTACIONES EXCENTRICAS DE LAS CIENCIAS NATURALES: CRIPTOZOOLOGIA, FUTUROZOOLOGIA Y PARABIOLOGIA


Xabier PEREDA SUBERBIOLA 1 y Nathalie BARDET 2

1.-Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, Facultad de Ciencias, Departamento de Estratigrafía y Paleontología, E-48080 Bilbao.
2.-Laboratoire de Paléontologie des Vertébrés, Université Pierre et Marie Curie
CNRS URA 1761, Case 106, 4 place Jussieu, 75252 Paris cedex 05, Francia.


Las ciencias naturales reúnen una gran variedad de disciplinas que tienen por objeto el estudio de la vida presente o pasada (biología, zoología, botánica, ecología, paleontologí a, etc.). Al margen de estas ramas del saber existe lo que podríamos denominar "manifestaciones excéntricas de las ciencias naturales". Por citar sólo los casos más significativos, la bú squeda de animales ocultos o misteriosos se conoce como criptozoología, la descripción de los animales del mundo futuro se denomina futurozoología y el tratado de los seres extraordinarios surgidos de la mente de los hombres de ciencia responde al nombre de parabiología. Los criptozoólogos siguen la pista del Yeti, el monstruo del lago Ness, el Mokele-mbembe y otras quimeras. Los futurozo ólogos viajan en el tiempo al encuentro de animales como los cañizancos, gigantílopes, capicornios y pelargónidos. Y los parabiólogos especulan, entre otros temas, sobre la anatomía de los rinogrados, la formació n de la nummulosfera y el origen de las microcriaturas orientales. La parabiología y la futurozoología no son disciplinas científicas porque su tema de estudio es ficticio. Otro tanto puede decirse de la criptozoologí a, aunque los animales de los que trata nos sean más familiares. Si actúan con método los criptozoólogos pueden ayudar a los biólogos a descubrir nuevas especies de animales y plantas pero su trabajo tiene má s que ver con las labores detectivescas que con las científicas. El hecho de que todas estas prácticas cuenten con científicos entre sus adeptos no las convierte ni mucho menos en ciencia. La utilización de ideas cientí ficas para reconstruir mundos imaginarios es un ejercicio intelectual loable pero no es ciencia. Es sencillamente ciencia-ficción.

El concepto de Selección Natural en la epistemología.


Jesús Antonio Puertas Fuertes

Departamento de Filosofía. Instituto de Enseñanza Secundaria Luis Buñuel, E-50003 Zaragoza

Paul Ricoeur popularizó el concepto de filosofía de la sospecha para designar a la tríada Marx, Freud y Nietzsche. Los tres coinciden en "desenmascarar" al pensamiento como ideología, apearlo de su autojustificació n y explicarlo como resultado de fenómenos no intencionales, a saber: la infraestructura económica, las pulsiones inconscientes y el resentimiento. La terminología de Ricoeur resalta que los tres "maestros pensadores" no sólo elaboraron teor ías e hipótesis respectivamente en economía, psicología y ética, sino que proporcionaron nuevos paradigmas explicativos de los fenómenos sociales.
La radical aportación de Darwin a la incipiente teoría evolucionista fue añadir al concepto de mutación aleatoria el de selección de aquellas mutaciones con mayor éxito reproductor. Este concepto fue inspirado por la demografí a de Malthus.
En esta comunicación se tratará de dar una visión global del concepto de "selección natural" fuera del estricto marco biológico, y ver como ha sido usado o modificado para explicar los cambios, desarrollos y éxitos tanto en ciencí as empíricas y en tecnología como en las ciencias sociales. Se trata así de hacer del neodarwinismo un nuevo miembro de "la filosofía de la sospecha" ya que la idea básica común a todas las epistemologí as consideradas es que el cambio conceptual no se rige por propósitos intencionales, sino que está afectado por fuerzas selectivas que escapan a la intencionalidad de los agentes.
Así encontramos el concepto de selección en varios de los críticos de la Concepción Heredada en Filosofía de la Ciencia. Kuhn, Lakatos y Toulmin -especialmente este último- han explicado la evolución de las teorías cientí ficas en términos evolutivos y selectivos. Similarmente las hipótesis de por qué surgen y triunfan los cambios tecnológicos cuentan desde los estudios de Eiler Sundt en el siglo XIX con una amplia tradición en la misma linea.
En ciencias sociales el prototipo de explicación selectiva lo ha constituido la sociobiología. No interesan aquí las interpretaciones valorativas y polémicas que la han rodeado, sino su uso de las fuerzas biológicas y de la presió n selectiva para explicar la historia de los grupos e instituciones humanas. También consideraremos como en antropología, en economía y en é tica podemos encontrar explicaciones basadas en el concepto que nos ocupa. Los valores morales y culturales en su origen, transmisión y éxito siguen presiones similares a las fuerzas de la evolución.
Especial atención nos merecerá una de las últimas aportaciones mas elaboradas. Se trata de la teoria de los memes de Dennett y Dawkins que aplica al campo de las creencias y opiniones las concepciones que popularizó Dawkins al explicar los fen ómenos biológicos como una consecuencia del "egoísmo" de los genes.
El objetivo de esta comunicación es repensar todos esos usos y aplicaciones de la selección fuera de la ciencia estrictamente biológica. Se tratará de considerar la validez teórica de las mismas, así como las diferencias entre los modelos conceptuales que subsisten tras ese témino: función, selección natural, selección artificial y adaptación.

LA MUSICA COMO PROPUESTA DE OTRA FORMA (EVOLUCIONADA) DE RACIONALIDAD


Pedro Purroy Chicot

Departamento de Análisis musical. Corservatorio de Zaragoza.


Por una lado, la racionalidad, se dice, es aquello que ha hecho al hombre distinto de todo lo demás, aquello que lo hace racional. La racionalidad implica además una forma única, específica de razó n: aquella que hemos heredado, aquella sobre la que nosotros en absoluto hemos intervenido. Esa razón, tiene además como extraña peculiaridad la de poder utilizarse sobre sí misma; pero só lo para pensarse, no para actuarse. Al menos, esto último no ha sido considerado seriamente todavía. Pero sí, insisto, ha permitido hasta ahora al hombre, razonar sobre la razón. En este razonar, se llegará a distintas conclusiones sobre la razón. Se dirá por ejemplo que nos permite acceder a las Formas puras, Formas que de alguna manera ya están en ella. Estas formas, se verá n en cambio otras veces a la manera de conceptos instaurados, innatos, necesarios, a priori, e independientes de la "realidad" de los hechos, de su observación y de su experiencia. Otras veces, se entenderá incluso que estos hechos son indispensables para ella, y que sus conceptos, aún siendo en efecto necesarios y a priori, deben estar presupuestos en esa realidad. En otras ocasiones, se tratará hasta de axiomatizarla. E incluso, se llegará a considerarla como una especie de quimera, entendiendo que no existe nada necesario, y que incluso los hechos son simples relaciones contingentes. A veces....
Por otro lado, la razón ha sido cuestionada; o mejor, su forma de razonar. Pues si el razonar sobre la razón, o ya el razonar en general, ha llevado a todas esas interpretaciones sobre ella, habrá disparidad en esas interpretaciones, pero la forma de razonar siempre es la misma: ya lo dije, aquella que hemos heredado, aquella sobre la que no hemos intervenido, y a ella afecta entonces el cuestionamiento. Si es así , el problema ya no es pues la razón, el problema ya no es por ejemplo si la razón está antes o despues de los hechos, o si es dependiente independiente o ambas cosas a la vez respecto de ellos, o..., sino que el problema es esa forma de razonar !desde la que incluso se razona que la razón es un problema! . Y en esa paradoja, en ese callejón sin salida se instaura realmente, lo obviemos o no, ya el problema. En efecto, se instaura sobre la noció n misma de "problema". Pero en ese haber llevado al límite la situación - que se representa en ese haber llevado el problema sobre la noción misma de "problema"- quizá se instaura a la vez la posiblidad, quizá de una "solució n". Y si lo que se cuestiona es la forma misma de ese razonar en ese razonar de la misma forma, entonces, la discusión ya no es sobre la garantía o no de la razón,sino ya, sobre la posibilidad o no de su sobrepasamiento (digamos ?evolució n?)
Pero aunque se puede decir que el cuestionamiento es absolutamente general, los ámbitos en los que aparece presentan particularidades que deben ser consideradas, razonadas. Pero todaví a, lo primero que hay que considerar es que la generalidad de ese cuestionamiento se reproduce en la forma que adopta: la forma de la paradoja, o su complementaria, la forma del callejón sin salida. Los ámbitos de acción de la razón, y as í de su cuestionamiento, podemos describirlos como el exterior y el interior respecto del hombre racional que la usa. En el exterior, ese cuestionamiento aparece sobre la microfísica y la macrofí sica. En el interior, sobre las llamadas producciones del hombre: el lenguaje, la filosofía, la matemática, y el arte. Para establecer aquella diferencia y poner ante el umbral de su consecuencias, será suficiente como veré, tratar ú nicamente la filosofía, la matemática y el arte. De la filosofía tomaré dos puntos claves respecto de ese cuestionamiento: por un lado, aquel en que toma auténtica consistencia el intento de garanticar la razó n (Descartes), por otro -y éste ya coetáneo a nosotros- aquel en el que las paradojas surgen directamente sobre las propias posturas-filosóficas- cuando éstas están representando efectivamente la llegada a un lí mite: por ejemplo "el relativismo", cuya esencia es descubrir la falta de criterios objetivos que deberían hacer viable cualquier postura, siendo el propio relativismo una postura. Vistas las cosas así, la culminació n de ese cuestionamiento que estas situaciones representan, puede sintetizarse en esta pregunta, la cuál, en efecto, es, por razón de su forma paradójica, hasta ahora irrespondible, irrazonable: ?Cómo podrá la razó n garantizar la verdad de sus propios procedimientos? es decir ?cómo, si ese "cómo" implica en sí mismo un procedimiento?. De la matemática tomaré el acto supremo de cuestionamiento que representa la oferta de Gödel. Del arte tomar é la música, la forma de arte que trata compleja y directamente con el tiempo. Su privilegio que, respecto a considerar esta situación como veré, es incuestionable, debería empezar a entenderse ya considerando só lo por ejemplo, que lo que hay de fundamental en las nociones de callejón sin salida y de paradoja es un problema (?irracional?) de tiempo. Al final, la tesis, a partir de la consideració n global -general y particular - de todo lo anterior, es que en todo ello hay propuesta ya otra forma de razón, otra forma de racionalidad, y en su consideración, de racionalismo; en definitiva, otra forma de razonar. Incluso ahí , en todo eso, está propuesto el modo de acceder a ella, el modo en que la razón puede llevar a cabo su sobrepasamiento, el modo en que la forma de razonar ya puede dejar de ser simplemente heredada, para ser, y ya compleja y evolutivamente hablando, un producto de nuestra intervención.



LA IDEA DE CULTURA Y LA SABIDURIA DE LOS SERES VIVOS


Eliseo RABADAN

Instituto de San Vicente de la Barquera. Evencia 2, E-39540. Cantabria.


Las ideas filosóficas que "atraviesan" el campo de trabajo de las Ciencias han de ser sometidas al análisis crítico.
Tal sería el caso si hablamos de la "sabiduría" de los seres vivos. Si no contamos con un adecuado sistema gnoseológico para establecer los criterios de verdad y falsedad, los resultados a la hora de proponer teorías, en el terreno ontoló gico, llevarán a confusiones tales como la observada en las teorías de Bunge o de Popper.
Las propuestas del filósofo Gustavo Bueno, expuestas en su Teoría del cierre categorial, que aporta conceptos como el de "identidad sintética", resultan de un poder explicativo nada desdeñ able, pero en algunas consideraciones relativas a propuestas tales como las de Jacques Monod, precisarían, además, de referencias aportadas por el propio Gustavo Bueno en su reciente libro El mito de la Cultura. En é l propone que "la disyuntiva -Naturaleza o Cultura- aplicada al mundo real, tiene que ser desbordada". Y estas teorías serán tan sugerentes en nuestra época como lo fueran en otra época de crisis (de crecimiento), a saber , cuando Edmund Husserl se refería a la crisis de las Ciencias Europeas.


EL EVOLUCIONISMO IDEALISTA EN LA ESPAÑA DEL
SIGLO XIX


Juan RIERA PALMERO

Departamento de Historia de la Medicina. Facultad de Medicina. Universidad de Valladolid. E-47005 Valladolid.


La medicina romántica conoció un poderoso movimiento especulativo, la Taturphilosophie con amplias repercusiones en el mundo germánico. Los principios que informan el ideario filosófico-natural fueron la concepció n evolutiva de la Naturaleza, el empleo de la especulación como método de conocimiento científico, y la adscripción al vitalismo. En el ámbito germánico este movimiento alcanzó su cenit entre 1800-1830, sin embargo en Españ a con notable desfase histórico y con rasgos peculiares encontramos un grupo de médicos secuaces del idealismo romántico de Schelling, sobrepasados los años centrales del Ochocientos.
Los máximos representantes de este desfasado movimiento en España fueron Matías Nieto y Serrano (1813-1903) y José de Letamendi y Manjarrés (1828-1897). Ambos autores y otros de menor entidad confesaron un marcado acento filosó fico-natural. Com Schelling su concepción de la Naturaleza es polar, que, mediante saltos de uno a otro polo, asciende desde la realidad físico-química a los seres vivos superiores. Su método especulativo, alejado de la experimentació n que rechazan, descansa en el principio de identidad schellinguiano. Su ideario constituye un capítulo de interés, entrada la segunda midad del siglo XIX, precisamente cuando se hallaba en plena consolidación el positivismo experimental.


COSMOLOGY, COSMIC EVOLUTION AND THE ANTHROPIC PRINCIPLE


Miguel Angel SABADELL

Departamento de Física Teórica. Universidad de Zaragoza. E-50009 Zaragoza


The paradigm of the origin of the Universe is the well-known Big Bang hypothesis. Huble's classic discovery that the Universe is in a dynamic stage of expansion reveals that its size is bound up with its age, and the age with the apparition of life. Many books pictured an evolution from primeval ages of the Universe to the time when life began, where all things happen as a consequence of necessary facts. In the other hand, one of the most intriguing discoveries of this century is that constants of Nature have constraints very hard, and t hat exists a number of unlikely coincidences between numbers apparently independent; moreover, this appears to be essential to the existence of life in the Universe. For some scientists, these results are the evidence of an Anthropic Principle working. Pr op osed by Brandon Carter, their proponents maintain that the basic features of the Universe, including such properties as its shape, size, age and laws of change, must be observed to be of a type that allows the evolution of observers. We could find two v ersions of this principle. The Weak Anthropic Principle says the observed values of al physical and cosmological quantities are not equally probable but they take on values restricted by the requeriment that there exist sites where carbon-based life ca n evolve and by the requirement that the Universe be old enough for it to have already done so. In other worlds, the properties of the Universe we are able to discern are self-selected by the fact that they must be consistent with our own evolution and p resent existence. The Strong Anthropic Principle states: the Universe must be such as to admit the creation of observers within it at some stage. It is easy to see that one interpretation of this version is teleological. It suggests that observers must play a key role in the evolution of the Universe.


SCIENCE AND WISHFUL THINKING: THE CASE OF
CHARLES DARWIN AND ALFRED WALLACE


Miguel Angel SABADELL

Departamento de Física Teórica. Universidad de Zaragoza. E-50009 Zaragoza.


Darwin and Wallace, discoverers of the natural selection mechanism, have different points of view on spiritualism. In the middle of the last century this new religion was born in Hydesville, Arcady, New York, in 1848. Its founders were the Fox Sisters, two young ladie s -11 and 14 years old- that years after, in 1888, they confess they were cheating. Spiritualism attract many scientists of those days and some investigation was done trying to demonstrate the reality of this phenomenon. Alfred Russel Wallace and Char las Darwin represents the two main tendencies between victorian scientists. Wallace was a public proponent of the existence of discarnate beings whereas Darwin considered the mediums as "clever rogues". This has to do with the way that Wallace and Darwin l ook the theory of evolution and its consequences to humankind. The honest Wallace was convinced by fraudulent mediums like Mrs Guppy, Mrs Marshall and Mr Williams. Both men was involved in one of the most popular trials of XIX century against a medium: the 'dr' Slade's case. Wallace's attitude confronted him with the establishment in the way that Oregon psychologist's Ray Hyman calls the False Dichotomy: defendants of Spiritualism are or gullible either dishonest. In this paper we review what really happened.


El geólogo Charles Lyell (1797-1875), entre la Biblia y el darwinismo


Leandro SEQUEIROS

Instituto de Ciencias de la Educación, Universidad de Cordoba. E-14080 Cordoba

El siglo XIX fue testigo de la confrontación entre la geología y la religión y de la geología con la biología evolucionista. El avance en la Ciencias de la Tierra chocó con la lectura fundamentalista de la Biblia defendida, tanto por te ólogos católicos como por los protestantes. La geología ponía en tela de juicio algunas "verdades" de fe, como la del Diluvio Universal, la creación de todas las especies animales directamente por Dios y por ello la creació n del hombre por el barro. Pero también los geólogos tuvieron serias dificultades para aceptar otra "creencia" como es la evolución.
Para ilustrar una de estas polémica se ha elegido la suscitada por la obra Principles of Geology de Charles Lyell. La razón es muy simple: la Sociedad Geológica de Londres celebra este añ o con un gran Congreso Internacional el bicentenari o de su nacimiento acaecido en 1797. Charles Lyell fue atacado duramente por muchos ilustres miembros de las Universidades de Oxford y Cambridge, dominadas por la Iglesia de Inglaterra. Pero, en el extremo opuesto del espectro, Lyell fue descalificado por los darwinistas por no aceptar el emergente paradigma evolutivo.
La sociedad victoriana culta y británica en la primera mitad del siglo XIX era una extraña mezcla de lo tradicional y lo moderno. Aunque en los programas académicos para conseguir un titulo no se incluían disciplinas de "ciencias", ni aú n con carácter opcional, Oxford y Cambridge contaban con diferentes cátedras de asignaturas correspondientes a áreas de ciencias de la naturaleza. En Cambridge, entre estas cátedras, estaban las de geología, mineralogía y botá nica. Dentro de esta comunidad científica deben destacarse unas cuantas figuras de gran influjo y personalidad que van a tener un papel importante en el debate con Lyell sobre la nueva Geología y la Religión.
Así, el profesor encargado de la asignatura de mineralogía en Cambridge era el reverendo William Whewell (1794-1866). En la polémica con Lyell terció también el reverendo Adam Sedgwick (1785-1873), titular de la cá tedra "Woodward" de geología de Cambridge. El tercer eclesiástico que intervino en la polémica con Lyell fue William Buckland (1784-1856), profesor adjunto de mineralogía y geología en la Universidad de Oxford. Buckland destacó sobre todo por sus dotes de actor en las muchas conferencias que impartía en los foros más dispares.
Sin embargo, pese a haber sabido superar las crisis de los geólogos bíblicos, Lyell fue muy crítico hacia la aceptación de la extensión del uniformitarismo gradualista a la diversificación y evolución de la vida. La publicació n, en 1859, del Origen de las Especies por la Selección Natural marca el inicio de las desavenencias científicas. Sin embargo, siempre animó a Darwin a publicar sus conclusiones.Lyell se mantuvo firme en sus ideas contrarias a Darwin durante más de veinte años, desde la primera edición de la obra de Darwin hasta el famoso discurso de aniversario como Presidente de la Sociedad Geol ógica de Londres en 1871, cuatro años antes de su muerte. Defensor de un estado estacionario (steady stage) en la Naturaleza, postulaba coherentemente que no hay un progreso biológico real sino sólo cambios debidos al clima.
Pero ?hay algún cambio en las ideas de Lyell sobre el uniformitarismo?. Lyell se mantuvo firme durante más de veinte años en su concepción del uniformitarismo. Este se constata desde la primera edición de los Principles en 1830 hasta 1862, en que Lyell publica un trabajo Sobre las evidencias geológicas de la antigüedad del hombre. En él leemos que el progreso en la historia de la vida es "una hipótesis indispensable... que jamás se derrocará ". Sin embargo, en 1872 parece haber un cambio en su apreciación cuando se publica la undécima edición de los Principles.

 

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