EL ARTE DEL IRISDIAGNOSTICO

 

En este caso, nos referimos al arte de explicarnos el estado de salud de las personas a partir de la aplicación de la iridología holísitica, o sea, una forma de interpretación diagnóstica que, partiendo de la Iridología en su opción más integral, no desprecia ninguna opción informativa e integra los datos en una realidad dinámica, verdaderamente holística del individuo.

 

 

MAS ALLÁ DE LA SIMPLE OBSERVACIÓN

 

Muchas veces me pregunto si es verdad lo que observo.

En la tarea constante de interpretar las imágenes iridologicas, me descubro "desenterrando" y "atando" historias de las personas que consultan, atravesando fronteras personalísimas y comprendiendo (o buscando la comprensión de) las circunstancias primarias que "hacen" a la "enfermedad" de la cual se quejan.

 

La iridologia no es (ni pretendo que sea) la verdad en diagnósticos. Tiene limitaciones que podrían enumerarse y, justamente, en primer lugar podríamos poner el hecho de que se trata de una interpretación de imágenes. No existen las lecturas directas salvo para algunas poquísimas excepciones y siempre y cuando hablemos del significados de las señales. Menos aun cuando hablamos de situar ese significado dentro del cuadro general del individuo, dentro del conjunto de variables previsibles o no que la persona es, para así comprender la circunstancia patológica en la cual se encuentra. No existe en iridología, señales claras como un número en el recuento de un examen de laboratorio ni de una imagen directa de un órgano como en una ultrasonografía. Cada marca, cambio de color, así como cada alteración en el estroma irídico, puede tener varias acepciones.

Las personas somos en si una individualidad absoluta en donde solo la esencia es idéntica, en donde solo a matriz es compartida, pero con inobjetables y tácitas diferencias prácticas, teóricas, concientes e inconcientes, genéticas y fenotíficas que nos hacen vivir la misma vida de manera e intensidad diferentes.  Se trata de interpretar sin libretos o guías fijas; de interpretar, o sea, conocer para después evaluar, a partir de lo "desconocido", y así definir lo más correctamente posible la infinidad de elementos que nos hacen ser.

Para esto es casi necesario que constantemente debamos desechar elementos de juicio y circunstancias, tomar atajos y simplificar lo que no se simplifica, con la intención de hacer real nuestra tarea de diagnosticar, y, claro está, eso introduce en nuestro trabajo posibilidades de error. Hablamos con el individuo y conocemos elementos subjetivos y simbólicos, tenemos una historia clínica para analizar, accedemos a sus síntomas y nos cuenta cuales son sus padecimientos, los que les perturban actualmente; observamos lo que se ve y lo que no se ve; oímos lo que nos es dicho y lo que no se dice, estamos atentos a cualquier dato que se oculta o se omite, analizamos postura y comportamiento de manera simple y rápida y, como corolario, realizamos una iridoscopia que podrá aportarnos una descripción intensa y detallada del balance orgánico, fisiológico y metabólico, de las reservas, de sus energías, de la capacidad de respuesta del sistema inmunológico, etc.,...

Manejamos muchos datos interesantes.

 

Pero jamás hacemos cuentas en la iridologia. No tenemos números para contar. Se trata de balances visuales a interpretar y en ellos nada es estático.

 

Analizamos e interpretamos a la luz de cada ser, de cada individuo. Ahí está el arte.

 

 

TENEMOS UNA BRÚJULA

 

Es difícil comprender el proceso de evaluar, de diagnosticar. Pero es fácil imaginar que sucederá si lo hacemos mal. En todo momento estamos próximos a elegir caminos errados o a descartar detalles fundamentales. Estamos sujetos a tomar atajos equivocados o a proyectar nuestras debilidades. Tal vez por eso es que me resulta imposible pasar por alto el valor de la técnica iridológica.

Ella nos sitúa en el centro del universo que investigamos: el individuo y sus individualidades. Nos dice como se resiente de sus experiencias, en donde hay hechos ocultos que deforman su visión, como se relaciona con el exterior y en que estado está su interior y más.

La técnica iridológica es nuestra brújula.[1]

Nos orienta y direcciona.

 

Hace mucho tiempo una iridóloga me llamó por teléfono pidiendo un consejo. Estaba con su cliente en el consultorio (un caso difícil) y en medio de un dilema. Los síntomas y las señales iridologicas no coincidían en absoluto y la ansiedad tomaba cuenta de sus conocimientos. Los detalles iridológicos me fueron descritos, pero desconocía los datos objetivos y subjetivos de su cliente. No había dudas: poco podía ayudar concretamente. Solo ella podía resolver el problema en el que estaba y, por mi parte, solo podría ayudar recordándole lo que ya sabía... los iris... ¡Allí está la clave!

La respuesta fue... "hazle caso a los iris; si no hay coherencia entre síntomas y señales iridologicas... hazle caso a los iris". Esa es nuestra brújula. Ellas dirán por donde comenzar. Y allí se encuentra una prueba más de que el irisdiagnóstico es un arte, ya que hay muchas maneras de abordar los iris.

 

 

LA IMPORTANCIA DEL ABORDAJE IRIDOLÓGICO

 

La iridoscopia depende del Iridólogo (cosa que ya hemos mencionado y analizado desde todos los ángulos posibles), de su conocimiento así como de su filosofía. Algunas veces depende de las circunstancias del paciente o de la relación que se crea con el Iridólogo, pero pocas veces nuestra conciencia está fuera del alcance de nuestro poder de decisión. Es decir, nuestra conciencia siempre está presente (aún inconcientemente aunque parezca una figura literaria) a la hora de definir nuestra acción en  el diagnóstico.

 

¿Es posible visualizar ese abanico de posibilidades diagnósticas que se abre dependiendo de cual será nuestro abordaje iridológico?

Es simple y al mismo tiempo, asustador.

 

Imaginemos un individuo que llega hasta nosotros buscando consejo.

Es una persona ansiosa y visiblemente inconstante. Sufre de gastritis, presa del estrés aunque sin obligaciones sociolaborales determinantes. Los problemas familiares son evidentes y la desarmonía emocional también.

¿Cual será nuestro abordaje iridológico?

Podremos buscar ir paso a paso e ir a fondo en el análisis iridológico. Podremos analizar todas las señales relacionadas con la etiología de la circunstancia emocional y las vías de sicosomatización, teniendo en cuenta los elementos propios y físicos que posibilitan la fragilidad digestiva, y entrar en un nuevo y necesario trabajo anamnésico para determinar los momentos históricos marcantes apuntados por el "cronorischio"[2], arriesgándonos a que el paciente se canse y no vuelva o que opte por tomar conciencia de lo que pensamos es su realidad, o podremos hacer gala de cierta estrategia, consiguiendo postergar su ansiedad en la resolución sintomática, para ir gradualmente ganando su confianza y conciencia hasta conseguir las transformaciones profundas que lleven a la cura que llamamos de definitiva.

Solo por mencionar dos posibles abordajes iridológicos.

 

 

DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

 

En resumidas cuentas el tipo de abordaje iridológico usado nos puede llevar hasta el paciente o nos alejar de él.

 

Podemos analizar con  la iridología clásica y/o física, con el método Rayid comportamental, tener en cuenta bloqueos o disfunciones energéticas, usar el cronorischio, la iridología aplicada al mapa astral o a los florales, diversas combinaciones de estas técnicas o... todas juntas, y así, obtendremos diversos alcances y profundidades diagnósticas. Pero cuanto mas variables introduzcamos en nuestra tarea diagnóstica o cuanto menos precisas o subjetivas sean nuestras observaciones o técnicas, mayores serán las oportunidades de cometer errores. Si además hacemos uso paralelo de otras técnicas propias de los terapeutas holísticos, la diagnosis se enriquece, pero además se suman inconvenientes y lo que puede llegar a resultar en mayor precisión, puede acabar en impresición.

 

Hasta ahora, podemos sacar en limpio algunas conclusiones:

A)         El arte del irisdiagnóstico depende de nuestro conocimiento y de nuestra conciencia ética.

B)          El conocimiento de todas las circunstancias del individuo o por lo menos de la mayor cantidad de ellas, nos permitirá una interpretación cada vez más acertada.

C)         Los iris son nuestra brújula

D)         El abordaje iridológico escogido nos acercará a nuestro objetivo de posibilitar el proceso de cura, o definitivamente nos alejará del individuo.

 

Y... ¿Será que tenemos en cuenta estos elementos a la hora de realizar nuestra evaluación?

 

No será inteligente realizar la iridoscopia mecánicamente o sin ser cuidadosos de nuestra responsabilidad. Podremos partir a la evaluación iridológica con algunas metas claramente definidas (sea por nuestra apreciación inicial o por las expectativas de nuestro cliente), pero nuestra acción deberá ser tan dinámica y flexible como nos sea posible, pues el arte del irisdiagnóstico no depende solo de "leer" las señales iridologicas o de la interpretación realista e impecable que realicemos. Dependerá también de nuestra capacidad para situarnos en la realidad del individuo consultante.

En todo caso, el diagnóstico "frío" es posible, pero llegar a conclusiones diagnósticas acertadas, es otra cosa. El diagnostico frío puede llevarnos a un trabajo correctamente efectuado, formalmente bien estructurado y sin comprometimientos mayores. Tipo... hago mi trabajo y mientras hago esto no hago otra cosa... Mientras tanto, lo que llamamos de Iridologia correctamente aplicada, de forma holística, flexible, nos llevará como ya dijimos, hasta el individuo, que es en donde se encuentra la desarmonía.

Definitivamente, para llegar ese tipo de diagnósticos, deberemos deshacernos de algunas formas arcaicas de pensamiento que amparan viva la posibilidad de tratamientos "standard", y que responden a viejas fórmulas cientificistas de primera generación; formulas de atendimiento que sobrevaloran los resultados laboratoriales o que minimizan la importancia del relato subjetivo del consultante.

 

En nuestras clases, constantemente escuchamos (de los propios alumnos) el pedido de tratamientos específicos para determinados problemas de salud del tipo:

¿Que es bueno para el colesterol?

¿Como podemos tratar las várices?

En las consultas... ni hablar.

Dentro de este razonamiento, diagnosticar colesterol o várices no es complicado. Pero obtener el diagnóstico que nos permita comprender tanto la etiología como el proceso de cura de estos desordenes para el individuo en cuestión, ya es otro "cantar". Individualizar el diagnóstico es la cuestión.

 

Pero... ¿Será que aún estaremos hablando de diagnóstico?

Si hacemos caso de las definiciones de lo que es un diagnóstico[3]ciertamente no. Pero como también mencionamos, diagnosticar es analizar la situación para después hacer alguna cosa al respecto. El mismo diccionario de la Real Academia Española nos dice que diagnóstico también es “m. Med. Calificación que da el médico a la enfermedad según los signos que advierte” y esa calificación se realiza para después tomar alguna actitud.

 

¿Será que es posible separa el diagnóstico del resto del proceso?

¿Será que un diagnóstico errado puede permanecer inconexo del tratamiento que se elabora basado en sus conclusiones? ...o, dicho de otra manera... El técnico que elabora el diagnóstico... ¿No tiene más responsabilidad con relación al individuo diagnosticado?

 

Es muy interesante una de las conclusiones que hace el Dr Alex Botsaris en su libro "SIN ANESTESIA: El dolor de un médico". En todo el libro, analiza los problemas (y sus orígenes) de la medicina, a la que denomina "el dinosaurio blanco", en una critica que pretende ser constructiva pero que no por eso deja de ser directa. En la Parte III, capitulo 10, página 277, específicamente el analiza la falta de gerenciamiento en los tratamientos, lo que se aplicaría al tema que tratamos. Dice que la anamnesis de un especialista, es, necesariamente muy específica y, cuando no encuentra las posibles razones para las enfermedades, encamina al individuo a otros especialistas. Nuevos análisis serán realizados por otros especialistas, llegando a nuevas conclusiones, separadas de las elaboradas anteriormente y/o difíciles de ser interpretadas por los médicos sucesivos. "Con tantos profesionales observándolo, acaba sin nadie que gerencíe la conducta de investigación o tratamiento". Podemos imaginar las diferentes drogas que el paciente tomará durante su vía crucis, la mayoría de las veces innecesarias, sin hablar de las interacciones toxicas o iatrogénicas resultantes.

Más adelante, en la página 282, llega a observar lo que denomina "la conspiración del anonimato", que resultaría de esa falta de gerenciamiento y como "principal distorsión práctica generada por el reduccionismo". Dice: "La expresión es fuerte y traduce una situación cruel: la ausencia de un responsable por decisiones frente al tratamiento de pacientes vistos por varios médicos, con procedimientos invasivos o cuando drogas son recetadas, sin que quede claro quienes son los responsables por tales indicaciones".

Todo esto, referido a médicos no nos alcanza. Pero sirve para situarnos en la realidad del paciente y elaborar nuestro pensamiento ético al respecto. Así, un diagnóstico, acaba formando parte de toda la acción terapéutica.

Tratase entonces de que en cada encuentro evaluamos a nuestro consultante, diagnosticamos (si se me permite la palabra), para reelaborar o reorientar nuestro trabajo harmonizador y así nuestro trabajo irisdiagnóstico se funde con nuestro hacer terapéutico. Además, según el Dr Alex Botsaris, en tanto gerenciadores del tratamiento y responsables por el mismo, no es posible demarcar fronteras en nuestra acción.

 

Diagnosticar es en este caso un análisis de situación y por lo tanto, la lectura de imágenes iridologicas y la correcta interpretación de las mismas dentro de las específicas condiciones del individuo es una parte del trabajo, que se completa con la comprensión de la dinámica del paciente en relación a cualquier intento de cura o frente a cualquier tratamiento propuesto.    

 

Así, estamos llegando a nuevas conclusiones:

 

E)     Iridologicamente, la lectura de las señales iridicas es fácil y prácticamente mecánica (con un poco de sentido común).

F)     Hacer una lectura de señales iridianas no es diagnosticar, es el primer paso para evaluar o analizar la situación.

G)    El diagnóstico se completa con la comprensión dinámica de las condiciones generales del individuo consultante.

 

 

Según lo visto hasta ahora, el arte del irisdiagnóstico dependerá de:

1)      nuestro conocimiento y nuestra conciencia ética

2)      la obtención de la mayor cantidad posible de datos del consultante

3)      de escoger el abordaje iridológico más adecuado.

4)      De concluir acertadamente nuestra evaluación o análisis del caso, pasando por una buena Anamnesis, una mejor lectura iridológica y por una saludable comprensión dinámica de las condiciones generales del paciente

 

 

LA ELECCIÓN CORRECTA DEL ABORDAJE IRIDOLÓGICO O COMO NO SEPARANOS DEL CONSULTANTE

 

Sin duda alguna, nuestra discusión podría centrarse en como escoger acertadamente el abordaje iridológico, ya que los otros o dependen del conocimiento o dependen de la destreza del practicante, de su "ángel".

La elección del abordaje iridológico no es aleatoria ni mucho menos. Es parte fundamental para la obtención del éxito global en relación a los intereses de los protagonistas de esta historia.

Tanto paciente como Iridólogo participan de esta elección. Es decir... tendrían que participar", mientras que lo común es que solo el técnico participa. No es posible mantener esta conducta si nuestra intención es mejorar los resultados diagnósticos. No alcanza con pensar que leeremos las señales iridologicas y estaremos en condiciones de emitir un "pronunciamiento sagrado" con características de verdad absoluta.

Claro que el individuo no podrá indicarnos el abordaje iridológico porque supuestamente no sabe de la técnica. Su elección será dejando claro sus objetivos.

A veces el paciente deja claro hasta sin palabras que es lo que busca. Se puede sobrentender que quiere alcanzar grados mayores de equilibrio, salud, bienestar y crecimiento. Pero no todas las veces. Algunas veces, sino la mayoría, la enorme mayoría, el paciente en su drama de control, no ve mucho más allá de sus problemas y ni quiere ver más allá. Por ello, siempre deberíamos tener a mano la pregunta clave. Después de nuestra Anamnesis y de nuestra iridoscopia, con un panorama claro y seguros de lo que sería necesario en términos terapéuticos, deberíamos "soltarle" al consultante la pregunta insidiosa... –"Bien... ¿Que es lo que UD. quiere hacer ahora?- Y ante la mirada asombrada de nuestro consultante insistir "ingenuamente": " Si!... me refiero a... ¿UD. quiere curarse, mejorase, eliminar los síntomas en un tratamiento rápido, tratar solo aquellos síntomas más molestos, resultados rápidos o más definitivos...? ¡UD escoge!"-

Es increíble la diversidad de respuestas que podremos tener. Aún concientes del significado de nuestras preguntas, las personas necesitan un tiempo para situarse y responder, porque estas no eran, en ningún momento (generalmente) cuestionamientos para el individuo. La visita al terapeuta se realiza para obtener resultados positivos y alejar los problemas de salud. Pero... ¿Eso no es curarse? ¿Aliviar los síntomas no es curarse? ¿Que significa "resultados definitivos"?... ¡No es fácil!.

 

De nuestra conciencia ética y de la respuesta del paciente, cuando no está implícita en su comportamiento o en su diálogo, obtendremos las coordenadas para elegir nuestro abordaje iridológico y de el, obtendremos el fruto de nuestro trabajo que es, no la búsqueda desesperada de la cura de las enfermedades físicas ni la obsesa necesidad de armonizar pensamientos o emociones (como si esto nos fuese posible), sino el acompañamiento y comprensión de las necesidades del individuo para su armonización o cura, porque solo el individuo puede diseccionarnos en su tarea de vida.

Es él que tiene la " batuta".

Nosotros, tenemos la feliz oportunidad de "leer" en la "brújula".

  

 

 

REFERENCIAS

 

Dr Alex Botsaris: "SIN ANESTESIA: El desahogo de un médico"

Diccionario Médico On line Medical Dictionary: http://cancerweb.ncl.ac.uk/omd/

DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición:

http://buscon.rae.es/draeI/

 

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[1] Aún sin saberlo y hace mucho tiempo,la brújula formo parte de mi logo.

[2] Por ejemplo.

[3] m. Med. Arte o acto de conocer la naturaleza de una enfermedad mediante la observación de sus síntomas y signos.