ARTICULO
por Daniel Della Valle
UN
ASUNTO DEE ANAMNÉSIS
Cierta
vez, consulte una adolescente de 17 años. Al terminar nuestro encuentro, tenía
la sensación de haber comprendido las dificultades de esa joven y por lo tanto,
habia quedado un mi la inmensa satisfacción por el trabajo bien realizado. Los
Florales de Bach recomendados, que fueron nuestra opción terapéutica, parecían
haber sido creados para ella!
Al
salir, su madre nos esperaba y pidió para conversar sobre nuestra evaluación
iridológica. Mi sorpresa fué enorme cuando a mi informe, la madre respondió
con historias que eran bien diferentes de las contadas por la adolescente.
Ahí, toda aquella sensación de triunfo se transformó en frustración. De no ser por esa madre (en este caso concreto), el tratamiento hubiese sido en vano y lo que fué un equívoco del terapeuta (en este caso yo mismo), acabó siendo solo una pequeña pérdida de tiempo por la necesária reformulación del floral.
Hay
histórias que son... ¡¿Cada histórias?!
Ese
es un hecho que no debemos perder de vista.
Nosotros
siempre escuchamos una parte de la história.
Los
pacientes llegan a nuestra consulta con sus problemas y nosotros intentamos
desvendar la sintomatologia a través de la interpretación de las imagenes
iridológicas y del conjunto del indivíduo. Pero siempre, o casi siempre,
escuchamos su historia y la damos como verdadera.
¿Alguna
vez sintió que su paciente no decia la verdad en sus relatos?
¿Y
que fué lo que Ud. hizo?
Poco
es lo que tenemos para hacer. Aquellos que acostumbran ser formales y científicos
seguirán al pié de la letra la interpretación dando la historia por cierta.
Otros, menos rígidos y más arriesgados, escucharan sus intuiciones y las harán
pesar en su evaluación final.
Es
importante entonces, que tengamos presente ese hecho, para evitarnos retrasos en
los resultados a los tratamientos propuestos. Es necesário que tomemos siempre
las precausiones posibles para no incurrir en ese error, sea con la presencia de
otra persona responsable o de la familia, sea por la confirmación a través de
un cuestionário más específico o usando la propia técnica iridológica
Claro
está que una história no tiene porque ser falsa solo porque
así nos parece.
El
ser humano entra a la vida algunas veces por la puerta de adelante y otras, por
la puerta de atrtás; por familias con sus particulariadades, con sus riquezas y
pobrezas y tiene la capacidad de vivir las histórias más llenas de sucesos
increíbles, afortunados o desafortunados.
Siempre hay casos y casos.
Ni
siempre es posible distinguir iridologicamente cuando existen divergencias con
lo visto y lo oído. Hasta porque no podriamos jamás discutir con un paciente
sobre la veracidad o falsedad de su relato. Podemos si repreguntar, confirmar si
realmente fué así o puede existir un olvido, etc., como para realmente traer a
la memoria hechos mal recordados o hacer salir a la luz la verdad. Pero no
podemos decir..."Ud. me está mintiendo!"
En
otras ocasiones si es posible distinguir algo errado.
Iridologicamente
es fácil descubrir omisiones (siempre contando con la debida práctica), las
que comunmente son involuntárias y son realmente parte de los bloqueos que
deben ser tratados. Mas, menos comunmente es posible descubrir que la historia, directamente,
no es verdad.
Además,
ni siempre se trata de una "mentira". Generalmente es producto de su
sistema de defensas y se trata de una proyección. Para ese paciente, lo
relatado es su verdad. Otras veces, la verdad es tan dolorosa o
tan vergonzosa, que es mejor omitirla o "disfrazarla" para no repetir
historias que "hacen mal", aun cuando esto sea para que álguien pueda
ayudarnos.
Otras
veces, es posible sentir la falta de "exactitud" en los relatos, de
percibir incluso como es o sería la verdadera historia y nuetra acción se
limita a llevar al paciente a "pronunciar", a "aceptar" los
hechos como primer paso del proceso de cura.
Lo
que no debe suceder, es que nos acostumbremos a administrar tratamientos
mecanicamente y si que sepamos partir en cada caso de una actitud limpia de
preconceptos.
Cuando
realizamos muchos atendimientos, estamos preocupados por el tiempo, por los
atrazos, por nuestros planes para el final de tarde, etc. ... Partir de cero
verdaderamente en el atendimiento de cada uno de nuestros pacientes es llevar
nuestra mente al punto de partida de una buena consulta independientemente de
nuestro propio estres.
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