PRESENTE CONTINUO
Vengo a encerrarme contigo
en esta diafanidad del alba clara,
promesa de presentes no empezados,
cuando todo es posible
y nada ha comenzado.
Me someto a tu pupila
que a veces no sé si escruta
mi sometimiento
o se nubla en tormentas
de oscuros sentimientos
no codificados,
no concientizados.
Y este encuentro con tu vaga lejanía
que arremete
contra mi integridad y mi cordura,
provoca mis derrames de ternura
en el umbral de la locura.
Ahora entiendo a la rosa,
acorazada en su tallo de espinas,
enhiesta, incólume, preciosa,
sabiendo que la contemplación del sol
durará sólo un tiempo,
pero sabiendo.
Y en su seguridad de flor altiva
no se parece a mí:
desparramado, lacerado,
desnutrido de la esencial caricia,
que busca no sentir,
no pensar, no escuchar
la voz que desde mis centros
me asume obligatoriamente
en este presente continuo tenso y quieto.
Por eso estoy aquí a esta hora,
promesa de momentos
que aun no comenzaron.
Te siento germen, simiente,
proyecto, potencia,
pero entre mis dedos
corre el agua clara
que diluye tu cara...
y deja mis manos mojadas
con tu nombre... tus ansias...
tu mirada...
(C) Alberto Peyrano
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